CAPÍTULO 2: ¿Qué narices miras?

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—¡Eh, Star! —Claire la saludaba desde la entrada del instituto. Ella, a cambio, respondió con un simple cabeceo mientras cerraba su taquilla. Apagó el walkman, se quitó los cascos y observó desde la ranura de su pelo cómo Claire se acercaba corriendo y gritando—. ¡Tengo que contarte millones de cosas!

—Eh, ¿qué pasa Claire? —respondió Star con aire despreocupado.

Ambas caminaron juntas en dirección a la clase del Señor Gleason. Claire ese día estaba especialmente reluciente, y eso hacía que Star se sintiese incómoda. No por envidia, no porque se sintiese pequeña, sino porque no podía apartar su mirada de ella. Le fascinaba esa capacidad de su mejor amiga para brillar sin esfuerzo alguno. 

Quien las observase caminar juntas, probablemente se preguntaría qué hacían dos chicas tan diferentes como ellas siendo amigas. Una era la luz, la alegría, la extroversión, y la otra proyectaba oscuridad, indiferencia y timidez. Star escuchaba y Claire no había dejado ni un espacio de silencio desde que se hubiesen encontrado minutos antes.

—¿No te has enterado? ¡Este año la fiesta de los Eville va a ser una pasada!

—No lo entiendo...

—¿Qué es lo que no entiendes?

—Bueno... siempre dicen lo mismo. Cada año la misma historia. No comprendo la emoción que despierta esa fiesta entre... bueno... —Star se paró a pensar cómo formular la frase sin sonar arrogante, pues se le veían a la cabeza adjetivos como «estos idiotas» o «el rebaño de aburridos sin vida que viven a través de otros como los Eville», pero al final consiguió murmurar algo como... —. Bueno... entre la gente, ya sabes.

—¿No te da curiosidad? Una casa como esa, una familia tan misteriosa, y Matt... ¿No es Matt el chico más guapo que has visto en tu vida?

Star solamente consiguió encogerse de hombros. Su única salida era dejar que Claire continuase hablando. Ella, se guardaría sus opiniones para discutirlas más tarde con la pared de su habitación.

—¿No sería una auténtica pasada poder estar allí? Tengo que pensar cómo conseguir una invitación... ¡Vale! No me mires así... ¡dos invitaciones!

Al final Star decidió desconectar de la conversación. Dejó de prestar atención a las palabras de su mejor amiga porque era, absoluta y totalmente cierto, que a ella la fiesta de los Eville le daba completamente igual. Ella prefería pensar en su música, en sus libros y en cuándo iba a sacar tiempo suficiente para ir a 𝕃𝕆𝕊𝕋 𝔸ℝℂ𝔸𝔻𝔼 y machacar a 𝔼.𝕄𝔸𝕊𝕋𝔼ℝ que le había robado el puesto número uno en el Ghouls 'n Ghosts. Y porque sabía que Claire, no quería escuchar su opinión acerca de lo estúpido que era emocionarse por una fiesta que cada año, se presentaba como si fuese un evento que cambiaría los derroteros de la historia, y a la que jamás, por cierto, habían sido invitadas.

Sin embargo, desconectar del tema le estaba costando grandes esfuerzos, pues en su cabeza resonaban no solo la voz de Claire, sino todas las conversaciones entremezcladas e inquietas del resto de las personas del instituto.

Jenny Morgan, la presidenta del periódico, le contaba a sus dos mejores amigas que los Eville habían comprado la vieja mansión del lago junto a la de sus padres, y que desde entonces Matt y ella tenían una relación muy cercana (aunque todos sabían que aquello era imposible). Evan Sanders, el capitán de fútbol, agitaba unos papeles presumiendo tener invitaciones exclusivas para él y para, palabras textuales, «la gente realmente importante». Incluso, los mellizos Sarah y Jonathan Austin, del Club de Ciencias, cuchicheaban sobre si era posible o no elaborar la fórmula para dar con la clave del éxito y la popularidad que cosechaba la familia Eville y su anual celebración, pues la suya no era la única que tenía lugar la noche de Halloween.

Star, al igual que el resto de Sceneville sabía que Matt era el único hijo de la familia y también había escuchado los rumores que decían que, por consiguiente, sería el único heredero de sus riquezas. Una herencia que alcanzaba cuotas incalculables. Se decía que su belleza, increíblemente simétrica, era casi utópica, que cada uno de sus rasgos contribuían a una perfección inusual, y que su mirada era incluso más profunda que la de Star, gracias a una negrura que reproducía los confines del universo.

Pero todo se reducía a habladurías. Un ruido que se veía incrementado cada hora, cada día y cada año por los propios habitantes de la villa. Pues en realidad, nadie había visto jamás fuera de sus terrenos ni a Matt, ni al señor ni a la señora Eville. Quizá aquel era el motivo principal de la curiosidad que generaba la fiesta, poder ver si realmente los rumores eran ciertos o eran solo eso, rumores.

Al final, había transcurrido casi el día entero y seguían igual. Mientras merendaban, Claire soltaba su repetido discurso.

—¡Evidentemente, Charlie! Si tuviera la oportunidad de acudir a esa fiesta me gastaría todos los ahorros que tengo reservados para el baile.

—¡Tú estás loca, tía!

Charlie y Claire habían sido casi novios desde primero, y aunque era Claire quien para ella era importante, en ocasiones, no podía evitar entender a Charlie. Claire era un arma cargada a punto de disparar y conseguía absolutamente todo lo que se proponía.

—Claire... —intervino por fin Star—. No puedes marear a Charlie durante años y abandonarle por un simple... E...

—Tu opinión no cuenta si lo piensas bien, ¡no tienes ni idea de chicos! —interrumpió mientras se bajaba la cremallera de la camiseta y se sentaba frente a Charlie en la mesa del comedor.

Charlie se quedó un buen rato mirando la piel que había quedado al descubierto de su novia. Hasta que la propia Claire chasqueando los dedos, le despertó de su ensoñación.

—¡Eh campeón, que estoy aquí! —señalándose la cara— ¿Lo ves amiga?

—No tienes razón del todo Claire... —dijo Charlie acercándose exageradamente a Star rodeándola con su brazo.

—¡Es cierto! Ese chico... —contestó Claire queriendo sacar a flote la conversación.

—¿Qué chico? —En aquel momento apareció Jenny Morgan. Jenny era como un ninja, allí donde hubiera novedades y noticias, aparecía sigilosamente para tomar nota y publicar después algún artículo en el periódico.

Charlie no sabía mantener la boca cerrada. Así que sin darle demasiada importancia comenzó a relatar detalles mientras Claire le daba codazos de forma indirecta para que se callara.

—El chico misterioso del que siempre habla Star pero que ninguno de nosotros hemos visto... ¿verdad, Star? Rubio, esmirriado... Ella dice que siempre la espera a la salida del instituto. No le dirige la palabra, simplemente se dedica a observarle desde bien lejos hasta que ella le mira y le grita un par de burradas. Después se marcha corriendo. ¡Vaya pinta de maldito tarado!

—Genial Charlie. Gracias. Me encanta tu colaboración —Jenny daba los últimos retoques a sus notas y se marchaba con sutiles movimientos imitando a una bailarina de ballet clásico.

—Genial Charlie. Gracias por tu colaboración. —repitió Star imitando a Jenny—. Ahora todo el instituto sabrá la historia de ese... ¡Aaaaah! —Star soltó un rugido, agarró fuertemente la mochila, se colocó los cascos y encendió el walkman para, a continuación, subir el volumen a tope y marcharse a casa escuchando He's Back (The Man Behind the Mask) de Alice Cooper.

Y efectivamente, al salir por la puerta del Brighton Chestnut Valley High School, ahí estaba, otra vez, ese chico. La joven caminó recorriendo el aparcamiento del instituto y nada más girar le pudo ver escondido entre los árboles, observándola. Instintivamente bajó el volumen de su walkman.

—¡¿Qué narices miras?! —gritó Star. Pero el chico se limitó a ocultarse tras un árbol de tronco enorme—. ¡Te he visto!

En ocasiones, había pensado en acercarse y plantarle cara de verdad. Después, pensaba en las consecuencias y dejaba de lado esa idea. ¿Qué ocurriría si lo que tenía que decirle era algo malo? ¿Y si ella tenía la culpa de algo horrible y no lo sabía? Simplemente, podría ser un psicópata pero ella sentía que no lo era. Al mirar a aquel extraño muchacho notaba como si le conociera de algo, pero no sabía exactamente de qué.

Como siempre, no ocurrió absolutamente nada, así que volvió a subir el volumen de la música y retomó el camino a casa.



¡Ahí va el capítulo 2 para este #ONC2022! Espero que os esté gustando esta historia, contadme qué os parece 🦋 

Estoy súper contenta de haber pasado a la siguiente ronda ¡Felicidades a todxs lxs que lo habéis hecho! 

Quiero dejaros aquí la canción que escucha Star mientras camina a casa. Espero que os ayude a entrar en el mood 80s 🎸

https://youtu.be/K-XAjEyrqOs

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