Sombras que ríen.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Camino hacia la cafetería, no consigo centrar mi mirada en nada, mis ojos vagan en libertad por los pasillos, no me importa realmente si alguna sombra me mira; las palabras del director aun corren libres por mi mente, ella tiene mi respuesta, una que no me gusta.

Cojo el café de la máquina, el vaso quema en mi mano y el líquido quema mi lengua y labios cuando doy el primer trago, aun así no reacciono, ella ha ganado pero pienso aprovechar lo que el director me ha propuesto, además no solamente gano el conseguir entender los colores, también dejaré de pagar la habitación de la residencia, oculto la sonrisa, camino de vuelta a clase.

Al entrar noto una mirada sobre mí, Ha-Yun me sonríe confiada, victoriosa y, por primera vez desde que soy una sombra de mí mismo, la sonrío, tan sólo elevo una esquina de mis labios, camino hacia mi sitio y la sonrisa desaparece, saco mi portátil otra vez y tomo apuntes de lo que va diciendo el profesor.

Me llega un correo, no tiene asunto y el remitente parece un poco exasperado por mi falta de atención a su persona, realmente no me importa demasiado pero me preocupa que sepa mi correo.

Otro mensaje llega, esta vez si pone algo en el asunto: "Apuntes que no tienes de Fotografía.", abro el mensaje y me encuentro con un Word, lo descargó y lo añado a mi propio Word, continúo atendiendo a la clase, mis dedos se mueven ágiles por el teclado.

Pasan las dos horas que dura la clase y, mientras las sombras salen yo recojo mi portátil, con la lentitud suficiente como para ser el último en salir, por suerte esta vez Ha-Yun se va junto a las demás sombras y puedo respirar mejor.

++++

Camino de vuelta a mi habitación, el día ha sido ameno y consigo, durante un minuto, olvidarme de lo que he aceptado. Veo un cuerpo pequeño frente a mi puerta, su puño está alzado, parece que quiere llamar sin embargo la veo negar y dar media vuelta, doy un paso hacia atrás cuando el pequeño cuerpo me mira. Sus ojos están abiertos y aguados, de su labio veo escurrir un hilillo de un gris extraño.

—H-Hola, ya me i-iba. — la veo girarse sobre sus talones y entrar a una habitación, la puerta a la derecha de la mía, no entiendo muy bien qué me pasa ni por qué tengo ganas de golpear a quien le haya hecho eso a Ha-Yun.

Es inconcebible para mí aceptar esa necesidad, nunca antes he tenido este impulso, tampoco he sentido nunca un cabreo mayor que el que estoy sintiendo en este momento, respiro con calma, o al menos lo intento, entro en mi habitación y comienzo un boceto, uno nuevo, que pasado un rato paso al lienzo junto a mi ventana.

Perfeccionó cada detalle de los labios maullidos que dibujo, con profundas sombras grises en las comisuras, un hilillo que serpentea por un mentón afilado, un pómulo que adorno con el mismo tono grisáceo que guardo en mi cámara, una nariz de botón, un pañuelo negro que oculta unos ojos pequeños y un pelo grisáceo claro completamente alborotado que se sale del lienzo al ser demasiado largo.

***

El día siguiente es la misma rutina, bajo a desayunar, hago deporte y voy a clase, pero hay una diferencia, Ha-Yun no está molestándome como los últimos días, mantiene su mirada en su portátil pero no escucho sus dedos moverse, me regaño, ¿por qué me preocupa que esa chica se convierta en una sombra de sí misma?

Sigo escribiendo hasta que suena la campaña, por primera vez mi cuerpo toma movimiento propio, sin atender a mi cerebro, me pongo frente a Ha-Yun, la impido que se aparte al menos dos centímetros de su mesa, su ceño se frunce espero a que hable, sin embargo no lo hace.

Nunca me ha gustado demasiado socializar.

—¿Qué días? — su ceño se frunce aún más. —Soy tu tutor, dime días y hora. — me cruzo de brazos frente a ella.

—Ya no es necesario Jeon. — ¿Jeon? ¿Ahora me trata con respeto? Está loca. —No quiero obligarte y tampoco puedo darte nada a cambio. — mira sobre mi hombro y muestra una sonrisa incómoda, que realmente parece una mueca. Alzo una de mis cejas y me agacho hasta que su rostro está a mi altura, es bastante cómico lo bajita que es.

—Lunes, miércoles y domingos, — digo. —a las cinco en mi habitación, no faltes a ninguna sesión Ha-Yun. — me enderezo, aún no conozco su apellido.

Niega con la cabeza y con sus manos, pero mi vista se centra en el gran corte que tiene en su labio, alrededor tiene un tono grisáceo similar al que vi en su pómulo, frunzo mi ceño, sujeto su mentón y giro su cabeza, al instante se separa de mi toque y sale corriendo. Rara.

Salgo de clase unos minutos después, camino hacia el baño, la puerta está cerrada, escucho un grito dentro, un sollozo y risas, joder, me voy, esto no me interesa.

—¡Menuda puta eres Park! — Park... ese apellido me suena. —¡Te lo advertimos, no te acerques a él! — mis piernas se niegan a moverse a pesar de que quiero irme.

—¡P-perdón! — respiro hondo, por la nariz, ¿por esto ha dejado de molestarme?, ¿porque las sombras que ríen quieren convertirle en una que llora?

Puede que Ha-Yun no me agrade demasiado, pero ahora soy su tutor y me niego a ser tutor de una sombra tan penosa como una que llora.

Doy tres golpes a la puerta, que tiembla bajo mi mano, escucho quejas y gritos, al final abren la puerta, una chica frente a mí deja de reír, sólo sonríe intentando ocultar algo.

—Hola JungKook... —al instante escucho un grito ahogado, sonrío a la chica y entró al baño de mujeres, sin importarme que no pueda entrar, no conozco a estas sombras y tampoco me interesa hacerlo, me centro en el chico que intenta ocultar a Ha-Yun. Al parecer no soy el único que ha entrado aquí sin importarle el no poder hacerlo. No le da tiempo a reaccionar a mi cercanía.

Ups, creo que le he roto la nariz.

Mis nudillos crujen al impactar contra su nariz, cae al suelo y me acerco a Ha-Yun, intento levantarla pero alguien tira de mí hasta que choco con la pared, veo una nariz sangrante en tonos grisáceos frente a mí, sus ojos repletos de furia.

Bufo pero me quedo sin aire, siento su puño en mi estómago, me repongo rápidamente, mis puños vuelan rápidos en su dirección hasta que cae al suelo, sin moverse, mi respiración es forzosa.

Alzó la vista y miró a las otras dos sombras en el baño, que no tardan en salir corriendo, echo los hombros hacia atrás, intento destensar mis músculos y levanto a Ha-Yun del suelo.

—¿Q-qué haces? — no soy capaz de mirarla, no entiendo cómo ni por qué he hecho esto.

Siempre me mantengo al margen y, sin embargo, esta chica tocapelotas comienza a marear mi mundo.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-

4/7

Black.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro