I. Fiesta de San Valentín

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La fiesta de San Valentín era una tradición que en el Liceo Mayor  siempre se celebraba. Ese fin de semana caluroso de febrero era la oportunidad perfecta para los estudiantes de sacar sus mentes de los exámenes de pre-calculo y sumergirse en una palabra que describía perfectamente a Pablo : la pernicia.

¿Cómo explicar el estilo de vida de un pernicioso?

Se podría tomar a Pablo como ejemplo, la única esperanza que le llega en toda la semana es cuando se acerca el Viernes y por fin puede salir de su casa y echar pa' la calle, a donde su mero propósito es reunirse con su grupo, levantarse a alguna vieja y tomar cantidades generosas de aguardiente. Para el otro día amanecer con tremendo guayabo, ensope y  pesadez mental, la última usualmente ignorada.

Sin embargo, cualquier arrepentimiento se le olvidaba cuando se apagaban las luces en la próxima fiesta... y este viernes no sería la excepción. Aunque antes de la noche, tenía que asistir todo el día al colegio, y ahí se encontraba, con la cabeza acostada en clase de inglés, la cual estaba especialmente aburrida hoy.

-Pablo, I would like to hear your thoughts about the character development of Bennett? Do you think she has learnt a valuable lesson throughout the book?- para él, la voz de la profesora Laura sonaba como un disco viejo, inaudible. Era como si ella se estuviera ahogando en un río y nadie entendía lo que hablaba.

De hecho, Pablo pensó que prefería ahogarse en un río que estar en esa clase.

Pensó simplemente ignorarla. Si había leído diez páginas de ese libro sería un milagro, y no estaba en su estado de ánimo activo como para burlarse de la pregunta con un comentario idiota de los que hacía tanto.

Pero como sus planes de pereza nunca duran tanto, sintió un coqui en su cabeza, probablemente cortesía de su querido amigo Alan. Como si no pudiera con la cabeza, la alzó lentamente, y se volteó para mirarlo. ¿Ahora que iba a querer éste?

—Pablo, presta atención. Mira que Laura está pesada hoy y todo el mundo está esperando a que respondas.
Alan miraba a un lado mientras susurraba por lo bajo. Él tampoco había leído todo el libro, pero podía sacarse alguna parla sobre lo que había leído en internet sobre Pride & Prejudice.

—Me vale verga.
Soltó alto y claro Pablo, con crudeza que disgustó a sus compañeros y especialmente a la profesora Laura.

Alan subió su cabeza y suspiró hondo. Mirando al techo se preguntaba cómo alguien podía ser tan pendejo en esta vida.

Seguido esto, Pablo volvió a acostar su cabeza en el pupitre, jurando que nadie le iba a reprochar nada. Pero esta no era la primera vez que interrumpía a la clase con alguna grosería, y ese día la profesora Laura Jones se hartó. Con un español gringo, intentando rodar las "r" pero fallando, igual le dijo sus tres verdades a su estudiante.

— Pablo, escúchame, yo sé que estás cansado de la clase, pero yo como profesora también me cansé. Es imposible que no puedas responder una sola pregunta sobre el libro que llevamos dos meses leyendo. Hoy no me siento como soportando tu falta de respeto, entonces te pido el favor que te vayas de la clase y dejes a tus compañeros, que sí están interesados, estudiar.— Alzó la voz firmemente a lo último, y Pablo entendió que estaba seria hoy.

Sabía que quedarse iba a hacer que ella alzara más la voz, y para evitarse un dolor de cabeza antes de práctica, solo salió hacia la oficina del director. La conocida oficina, donde había terminado parando más veces de las que le gustaría admitir.

Después de la típica charla de que él es buen deportista, pero debe atender a sus deberes en el colegio y que sin eso no va a llegar a ningún lado, pudo salir de ahí y cambiarse para ir a su práctica de baloncesto. Obviamente ignoró lo que dijo el director, ya que le gustaba de algún modo desafiar a las figuras de autoridad.

Y además, porfavor, si leer un libro no iba a hacer que saltara más, o que fuera más rápido.

Al llegar a la cancha del coliseo, en la que había practicado desde los diez años, saludó a su entrenador Camilo Bon y empezó a calentar con los de su equipo. Pablo siempre había sido un alero confiable, ayudando en los rebotes en todos los partidos, metía punto más que todo desde afuera, y tenía una buena agilidad. 

Ellos eran un equipo unido, con Alan de base, Pablo de alero, Rodrigo de escolta, Oscar de ala-pívot, y Alexis de pívot. Llevaban jugando desde los doce años juntos. El liceo mayor se conocía desde hace dos años como una potencia en baloncesto.

Y eso era el basquetbol en su vida. La única cosa a la que Pablo le ponía disciplina.

Después de un entreno arduo, y más con el flamante calor de las tres de la tarde, se sentaron todos en medio de la cancha. Últimamente su entrenador había subido la dificultad de sus entrenamientos, y por ello Pablo terminaba acalorado y cansado, pero eso se arreglaba al coger el termo de Alan y tomarse toda su agua con hielo.

—Hey, ¿quien va a ir a la fiesta de esta noche?—Preguntó Oscar. Él era unos centímetros más bajo que Pablo, medía 1.80cm. Su piel morena relucía como brillantina mientras le caía el sol. Se miraron entre ellos para ver quién hablaba. El hecho de que el coliseo era cerrado hacía que sudaran más.

—Yo voy, ojalá se prenda esa vaina— dijo Pablo con una sonrisa ladina.

—Joda Pablo, tu quieres ir es pa' levantarte a Valentina— lo acusó Rodrigo, comentario que hizo reír a Oscar y a Alexis.
—Esa me la levanté hace rato, fue algo de solo una fiesta.
—Awww, entonces, ¿por qué no le dijiste que fue solo un polvito y ya?
Pablo rió por lo bajo. —Que vas a saber tú.

Alan, que no había comentado nada, rodó los ojos ante semejante discusión primate y decidió cambiar el tema.

—Pablo literalmente te tomaste toda mi agua, oye.
Hizo un chasquido con la lengua, esperando una respuesta del susodicho.
—Aaalaaan, graciaaaas por tu agua con hieloooo—cantó Pablo, para levantarse y desordenarle el cabello con cariño.

Hubo risas porque después de unos segundos le estaba moviendo bastante la cabeza.

—Ey Pablo, ya, que vas a desarmar a mini Alan— rió Alexis, burlándose de que Alan era el más bajito del equipo.

Alan lo miró con los ojos entrecerrados.

—Hombre, puedo no ser una torre como tú, pero recuerda quién arma todas las jugadas para que tú metas cesta.—Alan recriminó medio receloso. Para él era válido que se lo reconocieran.

Podía no tener triceps tan marcados, ni ser un rascacielos, pero era el base del equipo y se había construido como jugador igual que ellos. Le quitaba el balón a quien fuera, no importa si era una torre de dos metros como Alexis.

—Lo sabemos Alan.—Oscar se levantó con los demás mientras recogían sus cosas porque ya se iban.

—Claro que sí—Pablo siguió molestando su cabello —¿Alan, me puedes llevar a la fiesta? No me dejaron coger el carro hoy.

Alan lo pensó un momento, ¿habrá sido problemas en su casa? Decidió no preguntar las razones y solo asintió.

—Dale, yo te llevo.

Dichoso, Pablo se fue con Alan por la puerta del coliseo. Iba a ir a esa fiesta bien perfumado y listo para tomar bastante guaro.

~~~

Nota del autor :

Pablo borrachón 🤨🤨👎👎

El lenguaje es bastante coloquial a veces así que si necesitas alguna definición, no dudes en pedirla.

Disfruté escribir este capítulo la verdad.

Definiciones:
1.guayabo: resaca
2.ensope: calor que produce sudor y es molesto.
3.levantarse a alguien: conquistar a alguien usualmente con fines sexuales
4. Coqui: golpe jugando que se dan las personas con sus nudillos, usualmente en la cabeza
5.vaina: cosa.
6. Erda y joda: muletillas para acompañar frases de exclamación
7. Guaro o aguardiente: un tipo de alcohol muy amargo

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