3

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Las gotas de lluvias impactaban con frenesí la ventanilla del auto, manejaba a varios kilómetros por hora, no me detuve a pesar de que un semáforo me dio en rojo, era tanta mi prisa por verte que ya no me importaba nada, solo quería que alguien me dijera que estabas bien.

A medida que iba llegando al hospital recordé lo mucho que te encantaba la lluvia y su sonido; el olor a petricor junto a una taza de café caliente eran la excusa perfecta para no tener que ir a trabajar y quedarnos juntos a pasar el día en familia, me aterraba la idea de que todo eso pudiera cambiar para siempre, y eso hacía más pesado el trayecto.

Entonces mi mente traicionera te imaginó acurrucada entre mis brazos una tarde de abril mientras llovía y mirábamos una maratón de películas:



Sabes, mi amor… ―dijiste tratando de llamar mi atención, estaba tan concentrado en la película pero aun así te escuché, te miré en un gesto indicándote que continuaras―. Si yo algún día muriera, me gustaría convertirme en lluvia.

―No hablemos de ese tema Ana Paula, todavía somos jóvenes y tenemos una vida por delante, es demasiado pronto para pensar en cosas como las que dices ―aclaré ingenuamente sin saber lo que el destino nos tenía planeado.

―No podemos asegurarnos eso, Antonio ―expresaste sin saber la razón que tendrías años después―, si yo muero antes que tú no quiero que estés triste, y si me extrañas, recuerda que yo te acariciaré con cada gota de lluvia que caiga del cielo, entonces así sabrás que yo me encuentro bien donde sea que esté.

―Mi amor, tú y yo estaremos juntos hasta que nos salgan canas y arrugas por la edad. ―Acaricié tu rostro, luego contorneé tus labios con la yema de mi dedo y sin esperar permiso alguno me adueñé de tu boca una vez más hasta fundirnos en uno solo.



Tras media hora de camino había llegado finalmente a la sala donde te encontrabas, lo primero que vi fue a tus padres frente a la puerta llorando sin consuelo, entonces lo supe.

Todo se detuvo en ese momento.

Fue un ACV, mejor conocido como "accidente cerebrovascular", lo que terminó con tu vida y con mi felicidad, porque sin ti ya no había nada.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro