Pov: Mía

Tiemblo, todo mi cuerpo tiembla. Es como si estuviera expuesta a mitad de las calles frías de Alaska y sin ninguna prenda que me cubra el cuerpo.

Todo a mi alrededor esta oscuro, no se donde estoy, no se como he llegado aquí, tampoco he visto a nadie; lo único que realmente sé, es que me he despertado en una habitación que no es la mía y sin Jacob a mi lado.

¿Como sucedió esto? No lo se, ¿Quien me ha sacado de mi casa? Tampoco lo sé y es lo que me tiene mas asustada.

¿Quien me ha sacado de casa y porque?

Esto es tan confuso.

Me levanto de donde sea que haya estado acostada y me dispongo a revisar la habitación con el fin de encontrar un interruptor. Busco y busco hasta que por fin lo encuentro. Suelto un suspiro que hasta ahora supe que estaba conteniendo, siento como mis pulmones absorben oxigeno y vuelven a la vida. Como mi corazón se normaliza un poco, como sus latidos poco a poco se apaciguan.

Observo la habitación. Es normal, una pequeña cama, una mesita de noche, una puerta que imagino es el baño y nada más. Normal.

Cansada de dar vueltas me siento en la cama a la espera de que mi captor o captora aparezca. No voy a negar que tengo miedo pero he decidido no hacerlo notar.

Pasan horas y vienen horas y nadie aparece. Decido recostarme y es cuando se escucha el chasquido de la puerta.

Me levanto rápidamente y llevo la vista a la puerta. Toda mi cara se desfigura al ver quien entra por esta.

-Hola Mía.- ¿Que carajos?

-Tú.- digo sin poderme contener.

-Sí. Yo ¿Sorprendida?- dice burlona.

- ¿Por que coño estoy aquí? ¿Que es lo que quieres de mi Rocío?

Ella no deja de sonreír. Todo en ella denota maldad. Mi cuerpo tiembla a pesar de que dije que no le are ver a mi captor mis miedos. Es imposible no temblar al verle la cara. Toda ella grita odio y aun no logro entender porque me odia tanto.

-Querida, de ti no quiero nada. Sólo eres la carnada para que Jacob venga a mi, aunque no se que quiera hacer contigo Eddry.

Eddry. Se me olvidaba que él esta confabulado con ella.

-Tu y Eddry no van a salirse con la suya. Eso te lo aseguro.

Ríe como loca. Su risa es tan fea que causa escalofríos. Miro de forma disimulada a la puerta y veo a Eddry en esta. Al verlo ahí mi corazón se estruja, muy a pesar de lo que me dijo Jacob no creí que él llegara a tanto. No le reconozco.

- ¿Por qué?- le digo.

-Te quiero para mí.- dice con simpleza.

-Pero te dije que amo a Jacob.-le recrimino con rabia contenida.

-Y yo te dije que tu eres mía .- me dice.

Mis ojos arden a causa se las lágrimas que quieren salir, pero las retengo, no permitiré que me vea llorar.

-Quiero que me dejes ir. Aparte ¿Como lograste sacarme de casa?- le pregunto.

- ¿Casa? Esa no es tu casa!. No seas ingenua, tu única casa es a mi lado, conmigo y sobre tu pregunta, aquí nuestra amiga se ha encargado de eso.- dice señalando a Rocío.

Mi vista se va hacia ella y me la encuentro con su maldita sonrisa. Le cuestionó con la vista como le hizo y hace ademán de pensarlo para luego decir:

-Bruja.- es lo único que dice. Mi ceño se frunce en señal de no entender nada, ella resopla y me mira.- Tengo una amiga bruja ¿Como crees que mi padre y yo dimos contigo? O mejor aún ¿Como crees que supimos que este y los demás son vampiros.

Mi sorpresa es tanta que mi rostro se descompone ¿Bruja? ¿Como no? Si existen los vampiros, como no van a existir las brujas. Que tonta soy.

Pues claro que van a existir las malditas brujas. Mi cabeza es un completo lío en este momento. Trato de procesar tantas cosas que al final me quedó en nada, en blanco.

-Y dime Eddry ¿Que aras con la chiquilla?- le pregunta Rocío. Él la mira y luego me mira a mi, sonríe y luego da la vuelta y sale de la habitación.

Me quedo observando el lugar por donde salio el chico que creí ser mi hermano, una de las personas en las cuales confiaba a ojos cerrados, una de las personas que quería con el alma.

No posan dos minutos cuando lo tengo frente a mi y con un cuchillo en las manos.

Mi primera reacción es retroceder por el miedo que me recorre en las venas, los latidos de mi corazón se aceleran a un ritmo incontrolable. La sangre fluye tan deprisa en mi sistema que la siento bullir por el miedo. Miedo, eso es lo que siento.

-Te matare.- dice y sin mas entierra el cuchillo en mi cuello.

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Hola amores miosssss...

Siento la tardanza pero es que todos los palitos me han caído encima (a buen dominicano) por tanto perdón...

Las am@...

Chaito.