Capitulo 18

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Un silencio sepulcral inundaba el lugar. Bellatrix Lestrange miraba la escena con envidia mientras que los demás mortífagos estaban impactados. Por otra parte, los miembros de la Orden no sabían ni que sentir, incluso Dumbledore estaba impresionado. Jade, la chica que detestaba todo lo que estuviera relacionado con el rey, era hija precisamente de el.

—Es ella.—dijo Lucius a Tom y Theodore, quienes lo miraron con seriedad.— Jade es la chica que les comente, la que nos venció.—explicó. Theodore miró a Tom con incredulidad.

—¿Me estas diciendo que la chica que estuvo jodiendo nuestros planes y que mato a todo un batallón nuestro, es tu hija?....—se quedó unos segundos en silencio y asintió.— bueno, admito que tiene mucho sentido.

—¿Cómo...cómo puedes estar seguro...?—balbuceó Tom.

—Ese collar esta encantado, Silver nunca se lo podría quitar.—explicó Theodore.

A lo lejos, Theodore Jr suspiro de alivio y tomó la mano que le ofrecía Severus para levantarse. Se sacudió la ropa y volvió a suspirar.

—Que bueno que si es la hija de mi madrina o ella me habría matado por ilusionarla.—comentó Theodore.

—¿Fuiste por nuestra reina a decirle que Jade era su hija aún sin estar seguro de si lo era?—reclamo Severus con el ceño fruncido.

—Tenía que correr el riesgo.—replicó Theodore.

—¿Desde cuando lo sabes?—cuestiono Bellatrix.

—¿Seguro, seguro?— todos asintieron— desde hoy.—respondió y añadió:— Antes solo tenía mis dudas.

Jade era una joven que siempre supo controlar y canalizar sus emociones, pero justo en ese instante, ella no estaba segura de que sentía. Un enorme y agradable calor se instalaba en su pecho, sintiendo un cariño que jamás había sentido pero que siempre hubo necesitado. 

No sabía que pensar o que sentir, la mujer que la estaba abrazando era la reina Eva, esposa del hombre al que ella más odiaba, en realidad, ambos odiaban a la gente como ella...bueno, lo que se suponía que era ella.

Los brazos de Eva envolvían con un cariño abrasador el cuerpo de su hija, sintiendo en su cuerpo una enorme tranquilidad y alegría que sintió perdida. Sonrió entre lagrimas mientras acariciaba el largo cabello de su hija, quien con delicadeza se separo de su abrazo con la mirada perdida.

—Silver...

—Mi nombre es Jade.—interrumpió con brusquedad y la sonrisa de Eva flaqueo, mirándola preocupada.

Dio dos pasos atrás, alejándose de la reina y respiro profundamente, intentando controlar los latidos acelerados de su corazón. Eva contempló el rostro pálido de su hija y pareció comprender la batalla interna que se libraba en sus pensamientos. 

La analizo de pies a cabeza, tenía el cabello igual de negro y ondulado que ella, solo que con algunas mechas verdes. Tenía los ojos grandes y grises y una bonita figura. El hecho de que vistiera toda de negro le hizo pensar a Eva que su hija parecía compartir gustos con su padre aunque no lo supiera.

—¡Hoy no habrá más batalla!—declaró Eva en voz alta.

—¡¿Qué?!—exclamaron Tom y Theodore indignados.

Eva se giro a verlos con enfado y estos rapidamente cerraron la boca y dieron un paso atrás. Los mortífagos bajaron las varitas y los miembros de la Orden se agruparon. Eva enarco una ceja al ver como un muchacho de cabello castaño se acercaba a Jade y la tomaba de la mano, jalándola hacía los demás, lo que provoco una oleada de pánico en Eva.

—¡No!—exclamó caminando hacia ellos— ¡Ella no se va! 

—¡Majestad!—Theodore Jr la sujeto de la cintura, impidiendo que siguiera avanzando.— Déjela ir, Jade necesita pensar, le aseguro que se volverán a ver.—pidió con suavidad.

El rostro de Eva se llenó de lagrimas y su rostro se estrujo, mordió sus labios y asintió cabizbaja, refugiándose en los brazos de su ahijado. Theodore miró a Jade y esta tomó la mano de Remus, desapareciéndose de ahí junto a los demás miembros de la Orden.

Se aparecieron en la casa principal de los Potter, pero Jade no reaccionaba, sino que se dejo caer en el suelo, de rodillas, completamente en shock. Todos la miraron apenados sin saber realmente que decir. 

Remus y Lily se arrodillaron a su lado. La pelirroja le tomó el rostro, obligándola a verse a los ojos y le acarició la cabeza con suavidad. Jade se perdió en los preciosos ojos verdes de Lily y no pudo evitar pensar que el causante de toda la miseria de su amiga era su propio padre.

—¿Pero que ha pasado?—pregunto Fleamont preocupado llegando junto a su esposa.

—Jade es hija de...—James trago hondo.

—De los reyes.—completo Sirius, pálido.  El matrimonio Potter jadeo de asombro y rapidamente dirigieron su vista a Jade.

—Soy hija de un genocida.—murmuró Jade con voz rota y con lagrimas cayendo de sus ojos.— el mismo Hitler es mi padre. Pase de ser Ana Frank a ser...ni siquiera se quien soy.

—Tú...—hablo Marlene con una sonrisa triste, agachándose frente a ella.— No eres una chica convencional, Jade. Eso es lo que te hace especial...y ni siquiera tu sangre puede cambiar eso. Eres alguien maravillosa no importa tu ascendencia. 

La tensión del lugar era abrumadora, todos miraban a Jade con lastima, porque no podían sentir otra cosa por ella más que eso. Incluso Moody, quien era el más prejuicioso y consideraba que con un mago oscuro en la familia, todos los demás también lo eran, consideraba a Jade incapaz de ser malvada y le daba tristeza que la joven al fin encontrara a su familia...y resultaran ser los magos oscuros más poderosos y temidos del mundo.

—Yo ni siquiera sabía que los reyes habían tenido hijos.—murmuró Remus.

—Es porque es un tema tabú.—explicó Moody.

—La hija fue raptada a las pocas semanas de nacida y nunca se encontró su paradero. Cinco años despues, el rey la dio por muerta, pararon las investigaciones y nadie nombro más el tema ya que se decía que la reina sufría cada que se volvía a nombrar a su hija.— añadió Fleamont.

—Admito que cuando te conocí, note el parecido con mi prima.—dijo Euphemia llamando la atención de todos y mirando a Jade.— pero creí que solo estaba algo melancólica. 

—¿Cómo que prima?—pregunto James, confundido.

—La reina Eva y yo somos primas, ambas éramos Rosier.—respondió Euphemia.

—¡¿QUÉ?!—gritaron Sirius y James impresionados.

—Genial.—masculló Jade.— Ahora no solo soy hija de un genocida, sino también prima del Bambi.

—¡Hey!—se quejó James, indignado.— Que sepas que ganaste la lotería teniéndome a mi de primo.

Jade no le presto atención, en su lugar, miro fijamente a Dumbledore, quien estaba sentado con la mirada perdida y un sentimiento de incertidumbre la embargo. Se levantó con dificultad del suelo y Dumbledore la miro.

—¿Usted lo sabía?—preguntó.

—¿A qué te refieres, Jade?—preguntó Dumbledore.

—Usted sabe bien de lo que hablo.—replicó Jade.— ¿Usted sabía que yo...era hija de ellos?

—Sinceramente, no.—respondió Dumbledore con franqueza — Sí lo hubiera sabido, quizá no te habría aceptado en la orden en un principio y me hubiera costado más confiar en ti. Puedo ser muy prejuicioso a veces.—admitió.— Si bien es verdad que sentí curiosidad cuando quedaste en Slytherin siendo una nacida de muggles, no me preocupe mucho, bien podrías ser cualquier mestiza y tu comportamiento no requería que me preocuparas, eras demasiado madura, si, pero tenías y aún tienes un alma muy pura. Nunca vi oscuridad en tus ojos como la que vi en los ojos de tu padre. Jamás considere la posibilidad de que fueras hija de Tom Ryddle.

—Yo no soy su hija.—masculló Jade con frialdad.— Que comparta su sangre no lo hace nada mío. El no es mi padre. 





Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro