Cap. 35

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Abrió los ojos, producto de la luz.

Sintió la calidez alrededor de su cuerpo, y sonrió.

Los brazos del mayor lo rodeaban, teniéndolo contra su pecho desnudo.

Se sentía cómodo, muy cómodo.

El mayor seguía durmiendo profundamente, y eso le enterneció.

Se quedó en silencio observándolo dormir, con una sonrisa en el rostro.

Tenía todo el cabello desordenado, y algunos mechones descansaban en su frente.

Estiró su mano con cuidado, y retiró los mechones de su frente.

YoonGi parecía un bebé cuando dormía.

Y eso enternecía más a JiMin.

El menor amaba a YoonGi profundamente.

Su corazón se sentía en completa felicidad al tener al mayor a su lado.

YoonGi también lo amaba profundamente, y se lo llevaba años demostrando.

Desde que se quedó con él, el mayor no ha parado de demostrarle su amor, y darle la confianza necesaria.

YoonGi cuidaba a JiMin con profundo amor, y este se dejaba querer por el pelinegro.

Ambos se complementaban a la perfección, se unían de manera perfecta como dos piezas de algún rompecabezas.

YoonGi siempre estaría junto al menor, en todo momento de la vida.

Se quedó mirándolo otro rato más, hasta que sintió hambre.

Intentó separarse sin despertar al mayor, pero eso era una misión imposible.

YoonGi se movió, sosteniéndolo con más fuerza.

-No te vayas- Sintió la voz de YoonGi, algo adormilada -Quédate aquí.

-Tengo hambre, quiero desayunar.

-El desayuno puede esperar.

-Para ti, no para mi- JiMin rió -Déjame ir a preparar el desayuno y lo traigo a la cama.

-Pero no me quiero separar de ti- YoonGi se quejó -Ya nos separamos mucho tiempo.

-Entonces si no te quieres separar, ambos nos levantamos.

-¿No hay otra opción?

-Mmm- El menor lo pensó -No, ninguna más.

Ambos rieron suavemente.

YoonGi soltó a JiMin, dejando que este se levantara de la cama.

-¿Había dicho ya lo sexy que te ves con una camiseta mía puesta?

-¿Había dicho lo sexy que te ves en ropa interior?- Respondió el menor, saliendo de la habitación.

-Me veo mejor sin ella.

-No me queda duda- Respondió desde el pasillo, riendo fuertemente.

Llegó a la cocina, y comenzó de inmediato a buscar los ingredientes que necesitaría.

Se sentía cómodo en el departamento nuevamente.

Era su casa, su hogar, el lugar más seguro del mundo según él.

Comenzó a cocinar, sintiendo después de un tiempo las pisadas de YoonGi sonando por el pasillo.

-¿En que te puedo ayudar, bebito?

Sonrió ante el apodo tan cariñoso.

-Necesito que sigas haciendo tú el desayuno, necesito llamar a Jin.

YoonGi sonrió.

-JiMin, bebito, amor de mi vida, mi corazón- El mayor se acercó -Jin no va a olvidar que iremos a su casa, además ayer hablé con Nam y se lo recordé.

-Pero es Jin.- Respondió al mayor -Se demoró como dos semanas en memorizar donde estaba el baño en su nueva casa, porque siempre lo olvidaba.

-Ya, pero eso es otro tema. Él obviamente no va a olvidar que su pequeño hermano irá a visitarlo.

-Yo no me confiaría.

YoonGi rodó los ojos.

-Ya, ve a hablar con él, yo termino el desayuno.

JiMin se acercó a YoonGi, y lo besó, para después sonreír.

-Te amo.

-Te amo mucho más, bebito.

El menor salió de la cocina, y sus ojos se posaron en la ventana.

Se acercó, y miró el cielo gris.

Sonrió de lado, y apoyó su mano en la ventana, sintiendo lo helada que estaba.

Le encantaba hacer eso, aunque le trajera malos recuerdos.

Pero aquellos recuerdos ahora eran cosa del pasado.

Y no dejaría que estos lo dañaran otra vez.

Ya había superado la situación, gracias al amor de Hoseok.

YoonGi había sido su medicina.

YoonGi era su sol.

Era lo más hermoso que tenía.

JiMin amaba a YoonGi profundamente.





-¡YoonGi!

Se sentó de golpe, respirando con dificultad.

-Hey, ¿Estás bien?- TaeHyung lo miró con preocupación, poniendo una mano en el hombro de JiMin.

-Si, si- Respondió, pasando su mano por su rostro, intentando despertar completamente.

Algunas persona lo miraban curiosos, pero él ignoró completamente las miradas.

No le interesaba lo que opinaba la gente.

Menos en esa situación.

-Me asustaste mucho, estabas tan tranquilo durmiendo y de pronto despiertas gritando.

-Perdón, no era mi intención.

TaeHyung suspiró, haciendo una mueca.

-¿Estabas teniendo una pesadilla con YoonGi?

JiMin negó con su cabeza.

-No, era un sueño tranquilo- Suspiró, y miró por la ventana -Ya estamos llegando.

-Si, lo mejor será tomar nuestros bolsos y prepararnos para bajar.

Y así lo hicieron, bajando en aquella estación junto a otras personas.

Caminaron por toda la estación, hasta llegar a la calle, y poder pedir un taxi para ir a casa.

TaeHyung estaba emocionado, JiMin seguía dándole vueltas a su sueño.

No podía ser posible que ya extrañara a YoonGi, ¿O sí?

Aquello le daba miedo.

No podía depender tanto del mayor.

No podía.

Ya en el taxi, JiMin se concentró en el paisaje.

Incapaz de pensar en algo más que no fuera YoonGi.

Su sueño había sido tan real, había sentido de manera tan real los brazos del mayor, sus labios, su voz, su perfume. Todo había sido tan real.

Tan real dentro del sueño.

Porque en la realidad, se encontraba de camino a casa de HoSeok, bastante lejos de donde estaba YoonGi.

Sentía como una parte de su corazón se había quedado junto al mayor, a kilómetros de distancia.

Pero uniéndolos de igual manera.

Como si su corazón le dijera que no debía estar ahí, sino que debía estar junto a YoonGi.

Tocó la ventana, de la misma manera que siempre lo hacía.

Sus sentimientos habían cambiado, en tan poco tiempo, dejándole claro que lo único que necesitaba para sanar era la compañía y el amor que YoonGi le brindaba, nada más.

Y se sintió tonto.

Había pasado tanto tiempo intentando sanarse por sí solo, cuando lo único que necesitaba era la sinceridad y el amor de YoonGi.

Entonces abrió su mochila, y sacó del interior una de las cajas de chocolate que el pelinegro le había regalado.

La abrió, y sacó un pedazo, mirándolo con una media sonrisa.

El chocolate también lo unía a YoonGi.

Dejó que el sabor del chocolate inundara su boca, mientras recordaba las muchas veces que había comido junto al mayor ese mismo dulce.

Como solían comer chocolates hasta no poder más, para después reírse y besarse, sintiendo el sabor a chocolate en los labios del contrario.

Sonrió cuando recordó el post-it que acompañaba los chocolates, aquél donde YoonGi decía que los comería hasta que él volviera.

Imaginó al azabache comiendo chocolates en ese mismo momento, y su corazón se llenó de ternura.

Cuando llegaron, TaeHyung pagó el taxi y ambos bajaron, junto a sus maletas.

Atravesaron el jardín, y posteriormente JiMin abrió la puerta de la casa.

HoSeok se levantó del sofá de inmediato, y abrazó a ambos chicos con fuerza.

-Pensé que no volverían nunca más- Intensificó un poco el abrazo -Que bueno es tenerlos de vuelta.

-Nos estás ahogando, HoSeok. Déjalos respirar.

TaeHyung y JiMin miraron por sobre los hombros de HoSeok al sofá.

En el había un chico sentado, que los observaba con una sonrisa.

Un chico que nunca habían visto en su vida.

-Ah, si- HoSeok los soltó -Él es YoungSoo, el nuevo vecino.

JiMin lo miró detenidamente.

Y algo del chico llamó su atención.

TaeHyung se presentó con una sonrisa, sintiéndose feliz al conocer al nuevo vecino.

JiMin también se presentó, solo que con menos entusiasmo.

- Se mudó justo después de que ustedes se fueron, así que hemos hablado estos días y nos hemos hecho amigos.

JiMin observó a YoungSoo, hasta que descubrió qué cosa del chico le llamaba la atención.

YoungSoo sonreía como YoonGi.

Ambos tenían la misma sonrisa, o eso pensaba JiMin.

Pero en el fondo, prefería la sonrisa de YoonGi.

YoungSoo lo miró, y le guiñó un ojo mientras sonreía.

JiMin desvió la vista, algo avergonzado.

YoungSoo era un chico guapo, según JiMin, se vestía de una manera impresionante, dejando en claro su buen gusto por la moda.

Eso le agradó a JiMin.

YoungSoo le agradó a JiMin.

Pero nada más.

O eso quería pensar.



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