Cap. 39

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng



-¿Ya estás listo?

TaeHyung entró a la habitación, con una sonrisa en los labios.

-Me faltan los zapatos, dame un momento.

Mientras JiMin terminaba con sus zapatos, TaeHyung revisaba su teléfono de manera frenética, como si estuviera nervioso por algo.

-¿Podrías por lo menos decirme porqué insististe tanto en que me arreglara hoy?

-Ya te lo dije, saldremos los tres de paseo, así que necesitas verte lindo, aunque normalmente lo eres, pero hoy necesitas verte mucho mejor.

-Me das miedo, que lo sepas.

-Ya lo sabía, lo dejaste claro el otro día.

Ambos rieron, y JiMin golpeó levemente el hombro de TaeHyung.

-Bien, terminé de vestirme, ¿Contento?

-Sí, iré a avisarle a HoSeok que ya nos podemos ir.

TaeHyung desapareció por la puerta, y JiMin suspiró.

Revisó tu teléfono, pero no había nada.

Ninguna señal de YoonGi.

JiMin pensaba en viajar a Seúl solo para asegurarse de que YoonGi se encontrara bien.

Necesitaba comprobarlo con sus propios ojos.

-Oye- TaeHyung se asomó por la puerta -Llegó un paquete para ti, ve a buscarlo.

JiMin asintió, y se levantó de la cama, saliendo de la habitación.

Atravesó el pasillo con calma, después de todo le asustaba un poco saber que cosa le había mandado Seokjin.

Cuando llegó a la sala, HoSeok lo miraba con una gran sonrisa.

-¿De que te ríes?- Preguntó con algo de curiosidad.

-Nada, no me hagas caso.

Rodó los ojos, y abrió la puerta principal.

Definitivamente vivía junto a unos locos.

Cuando cerró la puerta, vio a alguien al otro lado del jardín, pero tenía algo extraño.

No parecía llevar uniforme o algo relacionado a una empresa de correos.

Su corazón se volvió a acelerar, y JiMin no entendió el porqué.

Atravesó el jardín con algo de miedo, sin terminar de entender la situación.

Pero antes de que hablara, o tocara a la persona, esta se dio vuelta.

JiMin quedó de pie, completamente sorprendido.

Sus ojos no daban crédito a lo que veían.

Su garganta se secó, a la vez que sentía como sus ojos se llenaban de lágrimas.

No podía ser posible, ¿O sí?

Parpadeó, queriendo asegurarse de que no era una mala broma que su cerebro le estaba haciendo.

-¿YoonGi?- Preguntó, con la voz temblando.

Cuando YoonGi le sonrió, JiMin no dudó en lanzarse a los brazos del mayor.

Y este lo abrazó de vuelta.

-Estás aquí, de verdad- JiMin lo abrazaba con fuerza, como queriendo asegurarse de que verdaderamente estaba entre los brazos de YoonGi.

-Sorpresa, bebito- YoonGi rió, y besó la cabeza del menor.

JiMin secó una lágrima que caía por su mejilla.

No lo podía creer.

-Pensé...pensé que no me querías ver más, como no contestabas mis llamadas o mensajes. Pensé que estabas enojado conmigo o algo así. Estaba tan asustado y preocupado.

-Lo siento, no quise que pensaras eso-El mayor lo abrazó con más fuerza -De verdad lo siento.

-Ya no importa, ahora estás aquí- JiMin rió -No pensé que vendrías a verme.

-Es que tenía muchas ganas de verte, demasiadas- YoonGi se separó -Así que les avisé a los chicos que vendría, pero que no te lo dijeran para que fuera sorpresa.

YoonGi secó otra lágrima del rostro de JiMin.

-Y sobre el porqué no contesté tus llamadas- YoonGi rascó su nuca -Es algo vergonzoso y tonto que pasó- JiMin le sonrió, traspasándole confianza -Se me cayó el teléfono al inodoro, y dejó de funcionar.

JiMin mordió su labio, intentando no reír.

-Eres un bobo, Yoon- JiMin rió un poco -Es que me imagino la escena y me da mucha risa.

-Ya, pero si te ríes me da más vergüenza- YoonGi sonrió -Pero eso fue lo que pasó, no he podido hablar con absolutamente nadie.

JiMin lo miró de arriba a abajo, y lo volvió a abrazar.

Su corazón estaba feliz.

Se sentía completo otra vez.

Sentía como su otra mitad había vuelto a él.

Y todos los malos comentarios de YoungSoo quedaron olvidados, toda desconfianza hacia YoonGi se esfumó por el aire, hasta desaparecer.

Ya no existían dudas del paradero de YoonGi.

Estaba de pie, junto a él.

Mirándolo como si fuera lo más preciado que existiera en el mundo.

Como si fuera su estrella.

-Me quedaré el fin de semana aquí, luego tendré que volver.

JiMin asintió, con una mueca.

-Pero te prometo que serán los dos mejores días de tu vida.

YoonGi le acarició la mejilla con delicadeza.

-Extrañé tanto hacer este gesto en tu mejilla, de verdad.

-Extrañé tanto sentir tus manos en mi rostro, y te extrañé en general.

YoonGi sonrió de manera tierna.

-Te tengo unos regalos- YoonGi miró sus maletas -Y también tengo un regalo que te mandó Seokjin, creo que te lo había dicho.

-Oh, sí. Algo me dijo, pero no sabía que el paquete lo traerías tú- JiMin sonrió, cerrando sus ojos.

Por más que JiMin miraba a YoonGi, seguía sin creer que el mayor estaba frente a él, mirándolo, con sus ojitos brillando y una sonrisa en el rostro.

-Oye, ¿Supongo que haz comido algo, no?- JiMin preguntó, y YoonGi desvió la mirada -¿No haz comido nada, verdad?

El mayor asintió sin mucha ganas, no le gustaba preocupar al menor.

-¡Pero Yoon!- JiMin se quejó -El desayuno es la comida más importante del día, y lo sabes, no deberías saltártela por nada del mundo.

-Perdón bebito, pero estaba emocionado por venir y no sentí hambre. No volverá a pasar.

-Deja que te prepare algo para que te alimentes- JiMin pidió -Debes comer algo.

-Si me lo pides con esa carita claro que acepto- YoonGi le revolvió el cabello -Los desayunos que preparas son exquisitos, y hace mucho que no los pruebo.

El mayor tomó sus maletas, y ambos atravesaron el jardín entre risas.

YoonGi saludó a ambos chicos, quienes lo abrazaron en forma de saludo.

-Disfruten, hablen, corran, salten, lo que sea- TaeHyung habló -Nosotros ya nos vamos.

-¿Y a donde?- Preguntó JiMin.

-Iremos a dar un paseo. Queremos que estén solos un rato y puedan hablar y estar en tranquilidad con el otro, sin nuestra presencia.

JiMin asintió, y se despidió de sus amigos, viendo como estos salían de casa.

-Oye, ¿Que tal si me ayudas a cocinar? Como en los viejos tiempos.

YoonGi sonrió alegre ante la propuesta.

-Como en los viejos tiempos- Repitió mientras asentía, y ambos se dirigieron a la cocina.

Decidieron que era lo que prepararían, y ambos se pusieron manos a la obra.

Decir que JiMin no había extrañado estar con YoonGi sería una mentira total.

El mayor lo hacía reír con sus chistes, o los sonidos que hacía con la boca cuando cortaba algún ingrediente.

JiMin se sentía feliz.

Y no había incomodidad en el ambiente, ninguno había intentado algo que pudiera incomodar al otro. Y eso era excelente.

Estaban cómodos con la compañía del otro.

Y siempre lo estarían, porque se amaban.

-Bien, esto está listo- JiMin terminó con los últimos detalles del desayuno -Gracias por ayudar.

-De nada, bebito.

YoonGi sonrió, y JiMin lo imitó.

Sonriendo con verdadero amor.

Sintiendo como el amor flotaba entre ellos, y los cubría con una calidez exquisita, que cualquiera envidiaría sentir.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro