-Estoy en casa.

JiMin cerró la puerta tras de él, sorprendiéndose por el silencio del lugar.

-¿Yoon?

Preguntó, caminando hasta la sala, y luego a la cocina.

No habían señales del mayor.

-¿YoonGi?

Preguntó, caminando por el pasillo, sintiendo la preocupación en cada parte de su cuerpo.

Miró en el baño, pero tampoco estaba el mayor, entró en su habitación y tampoco lo encontró.

Se dio otra vuelta por el departamento, mirando cada rincón de este, hasta que volvió a su habitación.

Suspiró, y su vista se fijó en el borde de la cama, por el suelo.

Eran las zapatillas que llevaba YoonGi.

-¿Yoon?- Preguntó, a la vez que se acercaba, rodeando la cama.

Se detuvo en seco, abrió su boca por la sorpresa y quiso gritar, pero el grito quedó atrapado en su garganta.

YoonGi se encontraba frente a él, tirado en el suelo, inconsciente.

JiMin se arrodilló a su lado rápidamente, y tomó el rostro del mayor en sus manos.

-¡Yoon, anda mírame. YoonGi abre los ojos, amor por favor. Vamos, abre tus ojitos!

JiMin hablaba a la vez que acariciaba la mejilla del mayor, y apoyaba su mano en el pecho del contrario.

El pecho de YoonGi estaba en calma.

JiMin comenzó a llorar.

-¡Yoon, no me dejes, yo se que puedes, debes abrir tus ojos. Te compraré chocolates, o te daré muchos besitos, pero por favor responde!- Tomó la mano del mayor, y tocó su muñeca, tomándole el pulso.

Sentía pequeñas pulsaciones, casi nulas.

Sacó su celular y llamó a una ambulancia lo más rápido que pudo, marcando con sus temblorosas manos. Llamó también a su hermano, se sentía tan mal que sabía que no podría lidiar solo con la situación.

-Jin...- Susurró, hipando por las lágrimas -Jin, pasó algo.

-JiMin, habla rápido, me estás precupando.

-YoonGi se está muriendo, no sé que tiene pero se está muriendo en mis brazos- Lloró, como si estuviera pasando por el peor dolor que pudiera experimentar -No sé que hacer, Jin, siento que me vuelvo loco por no poder hacer algo. Llamé a la ambulancia pero se están demorando demasiado.

-Tranquilo, Namjoon y yo estamos yendo para allá. Mantente atento, y si YoonGi deja de respirar hazle respiración boca a boca.

-Estoy asustado, con quiero que se muera.

-YoonGi es fuerte, no morirá. Sé que es difícil pero debes mantener la calma, vamos en camino.

JiMin miró a YoonGi, y lloró con más fuerza.

El mayor se estaba muriendo, su vida se deslizaba por entre sus dedos, y no podía hacer nada para detenerlo.

Se acercó a su rostro, y besó suavemente los labios del contrario, como si eso funcionara en la realidad y lo pudiera revivir.

En ningún momento le soltó la mano, como si con soltarlo el mayor moriría. JiMin le hablaba a YoonGi, con la esperanza de que este abriera sus ojos, pero eso nunca pasó.

Nunca pasó.

El tic-tac del reloj era molesto.

Los pasos en todas direcciones era algo que lo ponía más nervioso de lo que estaba.

Solo miraba su zapato, y jugaba con sus manos tratando de tranquilizarse.

Su hermano lo abrazaba por la cintura, y lo dejaba apoyar la cabeza en su hombro.

Namjoon estaba frente a ellos, con un café en la mano y su teléfono en la otra, hablaba con TaeHyung y lo ponía al tanto de la situación de YoonGi.

Cuando el médico cruzó la puerta, y los miró, JiMin saltó del asiento, seguido de los dos chicos más, y se acercaron al hombre de bata blanca.

-La insuficiencia cardíaca del señor Min ha empeorado bastante con los meses- Explicó el doctor -Esto le provocó un infarto, y su corazón en este momento está muy débil, necesita un trasplante lo antes posible.

-¿Insuficiencia cardíaca?- Preguntó JiMin, en un hilo de voz -Pero si YoonGi estaba sano.

El médico lo observó con sorpresa.

-¿El señor Min no le contó?- Preguntó -Él lleva meses viniendo a controles por esa enfermedad, incluso le receté unos medicamentos que debía tomar.

El mundo de JiMin se derrumbó, sorprendiéndolo de golpe.

YoonGi le había mentido, y con algo mucho mas grave.

-Él no me dijo nada, nunca dijo nada- Habló después de minutos de silencio - YoonGi nunca me contó de su enfermedad, lo tenía oculto.

-Quizás pensaba contarte ahora, pero el infarto lo sorprendió. No creo que él haya querido mentirte, solo no quería preocuparte.

JiMin se abrazó a Seokjin, y comenzó a llorar contra su pecho.

-Entonces, ¿Que debemos hacer ahora?- Namjoon estaba sorprendido, pero se mantenía fuerte por su familia.

-En este momento lo estamos estabilizando y está conectado a un respirador artificial- Explicó -Debemos buscar un donante con urgencia, su corazón no resistirá mucho tiempo más en la condición en la que está.

-Entiendo- Asintió -Cuando esté estabilizado, ¿Usted cree que podamos verlo?

-Pacientes como él, en sus condiciones, no pueden recibir visitas- Hizo una mueca -Pero por lo que veo, el chico está bastante preocupado y nervioso- Miró a JiMin un momento -Quizás podríamos hacer una excepción y dejarlo entrar unos minutos, pero no estoy seguro.

-Gracias doctor- Agradeció, y se acercó a su familia a la vez que el especialista volvía a entrar por esas grandes puertas.

Ahora solo quedaba esperar, y tener fe en que todo resultaría bien.

-Quiero verlo- Separó su cabeza del pecho de Seokjin -Quiero verlo, necesito saber que está bien.

-Quizás puedas verlo, pero no es seguro- Namjoon le acarició la espalda -Las personas en su estado no reciben visitas, JiMin.

JiMin se mantuvo en silencio, pensando.

-Si lleva meses viniendo a controles, ¿Significa que cuando fue mi cumpleaños él ya sabía que estaba enfermo?- Preguntó, más para él mismo que para el resto -Ha pasado un mes desde eso. ¿Cuanto tiempo tendrá viniendo?

-No lo sé, pero le podemos preguntar al médico si lo deseas- Seokjin contestó -Nos debería dar la información, somos su familia.

JiMin asintió, y sacó su teléfono.

-Llama a GeumJae - Le pasó el teléfono a Seokjin -No quiero llorar mientras hablo.

El mayor asintió, y se alejó unos metros para realizar la llamada.

JiMin sentía una tristeza inmensa, como si de a poco lo estuviera absorbiendo, quitándole minutos de vida.

YoonGi se podía morir, y si eso pasaba, JiMin quedaría destrozado para siempre.

Porque su vida era estar con YoonGi, y no se veía capaz de estar sin él un día más.