Se mantenían en silencio, mirándose entre si.

YoonGi esperaba impaciente, y JiMin medía las palabras que estaba a punto de decir.

No quería ocultarlo más, sentía que debía decírselo a YoonGi, que él supiera la verdad de quién le había donado el corazón.

-Y bien, ¿Que querías decirme, bebito?- Preguntó, con su gran sonrisa, poniendo más nervioso a JiMin.

Este suspiró, y cerró los ojos un momento. Pensó exactamente lo que diría, porque no era una simple mentira que había ocultado y ya, era una gran mentira con un gran significado de fondo.

-Te he mentido, YoonGi - Dijo -Lo siento de verdad, pero consideramos que era lo mejor, y ahora estoy dispuesto a contarte.

YoonGi lo miraba con curiosidad, comenzando a preocuparse por la postura que había adquirido el menor mientras hablaba.

JiMin solo se mostraba así de nervioso cuando de temas serios se trataba, no por cualquier cosa JiMin pedía hablar en tranquilidad, y comenzaba a jugar con sus manos o sus pies.

-No quiero que te enojes conmigo, lo hice pensando en lo mejor para ti, para no hacerte sentir mal- Explicó -De verdad lo siento, YoonGi.

-JiMin, no estoy entendiendo nada de lo que dices, ¿Podrías explicarte? Me estoy comenzando a imaginar cosas raras.

YoonGi se estaba comenzando a imaginar cosas raras, y se comenzaba a sentir mal mientras veía a JiMin tener una pequeña discusión consigo mismo, como si de pronto toda su seguridad flaqueara, y comenzara a caer despacio.

JiMin tuvo un corto debate en su mente, pero terminó por asentir, y comenzar a explicar mejor la situación a YoonGi, y sobre todo, explicarle quién fue el donante que le salvó la vida.

-¿Recuerdas que te dije que el donante era anónimo?- Preguntó, y YoonGi asintió -Te mentí, por que conozco a la perfección a quién te donó el corazón.

El mayor lo miraba atento, sin querer perderse algún detalle.

-Tu donante...fue JungKook- YoonGi abrió los ojos por la sorpresa - JungKook se enteró de tu situación y vino a donar su corazón para que pudieras vivir. Él sacrificó su vida por ti, YoonGi.

YoonGi estaba muy sorprendido.

-¿JungKook?- Preguntó, y se levantó del sofá, para volver a sentarse de inmediato, bastante impactado por la noticia que le había dado.

No se lo creía, era la persona menos esperada que su mente pensaba.

-No...no- Negó mientras comenzaba a temblar y sentir lágrimas llegar a sus ojos -No es posible.

-Él lo hizo, Yoon. Al principio me costó creerlo, pero fue así.

El mayor se quedó en silencio, pensando en todo lo que JiMin acababa de decirle.

Nunca había esperado algo así.

Nunca había esperado que JungKook hiciera algo así por él, después de todas las peleas que habían tenido, después de todo el odio que le había demostrado.

-Quiero ir a verlo. Llévame al cementerio.

-¿Estás seguro?- Preguntó, con algo de duda -¿De verdad quieres ir?

-Yo...lo necesito, necesito ir- Respondió, mirando directamente a JiMin -Por favor.

JiMin suspiró, y terminó asintiendo.

Llevaría a YoonGi, aunque le partiera el alma verlo llorar.

Sentía esa emoción, tan viva en su pecho.

El lugar, lo odiaba infinitamente, pero necesitaba estar ahí él mismo, sentir esa triste sensación rodear su cuerpo al completo. Necesitaba ver los colores de la vida.

Entraron de la mano, como si se sostuvieran el uno al otro para no caer al abismo bajo sus pies.

De pronto tuvo ganas de soltar al menor y salir corriendo, hasta perderse por los edificios de la ciudad, tuvo esa pequeña sensación de necesitar huir, porque sentía que se ahogaba, pero lo ignoró y siguió caminando, sosteniendo con cuidado el ramos de flores que llevaba en su mano.

YoonGi se dejaba guiar, sin conocer el camino hacia la tumba del que fue en algún momento su mejor amigo, y su amante. Miraba con tristeza todo el lugar, y el aura que este tenía, como llenando de tristeza a cada individuo que pisara el terreno.

Después de caminar por un rato, ambos se detuvieron frente a una lápida, y YoonGi desvió su vista hasta el nombre que estaba escrito, y sintió unas inmensas ganas de llorar.

-Aquí es...- JiMin hablaba en voz baja -Vengo a visitarlo seguido, y le traigo flores, pra que el lugar se vea bonito.

-¿Por qué?- Preguntó YoonGi, como si JungKook pudiera responderle -¿Por qué te sacrificaste?,¿Qué querías demostrar?

JiMin solo lo observaba, intentando no llorar al ver la escena.

-Tenías toda una vida por delante, tenías sueños, maldita sea- Le dolía, cada palabra pronunciada le ardía como el mismísimo infierno -¿Por qué, JungKook?

JiMin lo sostuvo en el momento en el que sus piernas perdieron fuerza, cayendo de rodillas al piso.

-¿Recuerdas nuestras conversaciones? Prometiste que lucharías por volverte un cantante reconocido. ¡Querías ser cantante!- Elevaba la voz, a la vez que las lágrimas comenzaban a salir -Lo prometiste, lo ibas a lograr.

A JiMin le partía el alma ver a YoonGi en ese estado, pero no podía hacer más que contenerlo, y dejar que el mayor liberara todos sus sentimientos guardados por un largo tiempo.

-Te odié, te maldije y te traté como la peor escoria humana, ¿Por qué mierda me salvaste?- Gritaba, buscando alguna respuesta que pudiera salvar su corazón -Te traté tan mal, pero en cambio tú salvaste mi vida como si siguiéramos siendo amigos. No te entiendo.

-Esa fue su manera de demostrar que de verdad estaba arrepentido y estaba dispuesto a dar su vida por sus amigos, es la muestra más clara que te pudo dar, YoonGi. Es la muestra más clara dada a todos nosotros, en realidad.

YoonGi lloraba mientras observaba la tumba, con su mano temblando dejó las flores que traía, en alguna posición donde todo se viera bonito y en armonía.

-Lo siento- Comenzó a llorar nuevamente, rompiendo más el alma de JiMin -Lo siento tanto JungKook, por todo el odio que te tuve. Pensé que eras una mierda, pero demostraste ser un persona valiosa, y me di cuenta muy tarde- Explicaba, y su llanto aumentaba con el paso de los segundos -Lo siento tanto, sacrificaste tu vida y tu futuro por alguien que te odiaba, no te importó morir para mantenerme a mi con vida, dejaste todo mi odio de lado y te sacrificaste. Lo siento tanto.

JiMin contuvo a YoonGi, abrazándolo y llorando en silencio.

Le dolía ver a YoonGi tan débil, tan triste y tan roto. Odiaba ver al mayor sufriendo de esa manera, y esa imagen era lo que lo tenía sufriendo justo en ese momento.

-JungKookte entendió, entendió tu odio hacía el y te perdonó, créeme. Él mismo me lo confirmó.

-¿Cómo?- Preguntó entre llantos.

-A través de una carta que él mandó, ahí lo dice explícitamente. Te la mostraré luego si eso te hace sentir mejor. Pero créeme que JungKook solo quería lo mejor para nosotros, por eso hizo lo que hizo.

YoonGi sentía como los recuerdos lo envolvían, su mente estaba mezclada y sentía muchas sensaciones a la vez.

Miró la tumba, y sonrió levemente, mientras susurraba un casi inaudible "Gracias"

La tarea que estaba haciendo no era en absoluto complicada, pero se estaba esforzando lo más que podía, quería que todo estuviera perfecto. La decoración debía estar perfectamente colocada en cada esquina del marco que sostenía entre sus manos.

Cuando terminó, se acercó a la pared, y colgó el marco en el lugar que tenía preparado.

-Ya está, Yoon- Gritó, mientras observaba las imágenes.

YoonGi apareció desde la cocina, posicionándose a un lado de JiMin y acercando al menor desde la cintura.

-Se ve bien, me gusta. Le da un toque bonito a la pared en sí, junto a las otras fotografías que tenemos.

Asintieron, y se miraron cara a cara, con una sonrisa en el rostro.

-Entonces, ¿Prometes no ocultar nada más, por más mínimo que sea, desde ahora en adelante?- Preguntó, con una pequeña sonrisa.

-Lo prometo, Yoon. ¿Lo prometes tú?

-Lo prometo, bebito.

Y entonces, cerraron su promesa con una beso.

Empezaban algo nuevo, una segunda oportunidad de la vida, una relación sin mentiras ni engaño.