15: Energía en la naturaleza

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Akil

Se me escapó mi angelito. Camino de un lado a otro en la cocina, pensando a dónde podría haber ido, ya revisé en todos los lugares que se me ocurrieron. Además, es un ser sobrenatural, así que Norville no lo dejará ir. Octavio se queda sentado, viendo cómo voy de una dirección a otra en la habitación.

―No entiendo por qué quieres encontrarlo, es lo que odias ―acota.

Me detengo, entonces sonrío al mirarlo.

―Quiero abrazarlo con mi aura divina, para que deje de sentirse perturbado.

―¡Bien! ―Alza las manos en señal de rendición―. No es necesario que me tires indirectas para que me sienta mal.

―Tú empezaste.

―Te terminé por eso, pero cambié, ya razoné.

―Ya me dejaste, se acabó.

―Él también.

―Él no dijo que terminamos, solo está asustado.

Bufa.

―¿Te callarás si te ayudo a buscarlo?

―A ver, ¿y dónde sugieres encontrarlo? ―Enarco una ceja.

Sonríe.

―Fácil, en el bosque. Hay muchas energías en la naturaleza y como antes fue un ser celestial, es probable que se sienta seguro allí.

―Hay numerosas hectáreas de bosque, Octavio. ―Refunfuño.

―Pero pocos olores humanos en este. Vamos, no debió haber ido lejos, recapacita.

―Bien, cuida a los niños ―pido.

Se sobresalta.

―¡¿Otra vez?!

Sonrío.

―Admítelo, tienes cara de niñero ―me burlo.

Rueda los ojos.

―Muy gracioso.

Asiento, entonces me voy en busca de Lemus. Como predijo Octavio, termino encontrándolo por su deleitante olor. Se halla sentado, apoyando su espalda en un árbol. Se sobresalta cuando agarro su mano para levantarlo y que se quede a mi altura, para así poderlo abrazar.

―¡Ay, déjame! ―se queja.

―Ya te lo dije, si me abandonas, no hay vuelta atrás, así que debes quedarte conmigo.

―¡¿Qué no entiendes que intenté matarte?! ―chilla y forcejea―. ¡¡Además, soy un ángel, soy lo que odias!!

―Ya te aclaré que eso no es problema para mí. Somos pareja y mientras lo seamos, debemos solucionar las cosas juntos.

―¡¡Déjame, no entiendes que siento la necesidad de matarte!!

―Te compartiré de mis alas. ―Las hago aparecer y se queda quieto, las plumas negras brillan y algunas caen al pasto―. Ahora intenta calmarte. ―Lo arrimo a mi cuerpo, entonces activo mi aura divina.

―Es tan cálido ―murmura, ruborizado―. ¿Qué es? Me siento en paz.

―No lo recuerdas, pero es lo que generan las alas, tranquilidad.

―Sí. ―Cierra los ojos y está en tanta calma que se duerme en mi pecho.

Lo levanto entre mis brazos, entonces regresamos para la casa.

―Nosborn, qué galán ―dice Octavio, teniendo a los niños enganchados a sus piernas―. ¿Y ya te aceptó el tontito?

―Te lo dije, está asustado ―aclaro.

―¡Sí, pero no me dejes con los engendros! ―grita cuando me voy en dirección al cuarto y cae al suelo―. ¡Auxilio, no me sale ser amable!

Me río mientras apoyo a Lemus en la cama. Muevo un mechón de cabello de su frente, luego le doy un leve beso allí. Formo una gran sonrisa de alivio al tenerlo en casa de nuevo.

―Qué descanses, mi angelito. 

Me encanta Octavio, aunque ama tanto a Akil, que no podría darle otra pareja, no me lo puedo imaginar persiguiendo a otro 😂

Saludos, Vivi.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro