#7: Sí, llevaré a mi novia. [✓]

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Cris termina de colocarse el polo y Jill camina hacia la entrada para atender a quien presiona el timbre insistentemente como si su vida depende diera de ello. La mirada inquisitiva de James la recuperación be en cuanto la abre, parece que quisiera mirarle el alma.

Nota mental de Jill Steven: no volver a dejar a James esperando en la puerta, se pone tenebroso.

---Pensé que nadie iba a abrirme ---se queja el chiquillo y Jill contiene la risa.

---Lo siento pequeño estábamos ocupados, vine en cuanto pude.

---¿Qué hacías, por qué tardaste tanto, por qué estás despeinada?

---Ey ey, esas son muchas preguntas, y no estoy despeinada ---se defiende la chica haciendo un puchero ---no puedes decirle a una chica que está despeinada.

---Bueno, lo estás, cuando salí a jugar hace rato no lo estabas.

¿Y a quién se le ocurrió dar semejante derroche de sinceridad a un niño? Se queja mentalmente.

---Pareces demasiado inteligente para tu edad, pero nada limpio para equilibrar la balanza, vamos a ducharte saldremos un rato ---responde cambiando de tema.

---Está bien. ¿Pero qué es una banza? ---pregunta él pequeño intentando repetir la palabra que acaba de escuchar.

Jill se dirige al cuarto de baño tratando de explicar al chico el significado de la "banza" mientras Cristopher se echa en el sillón frente a la tele.

***

El día es un: "éxito total", en palabras de James que parece haberse divertido mucho en la feria.


El pequeño torbellino como lo ha catalogado Cristopher duerme en el cuarto de invitados mientras Jill se encuentra recostada sobre el pecho de Cris, el reloj marca las diez en punto de la noche, se encuentran listos para entregar sus cansados cuerpos a Morfeo y no despertar hasta el día siguiente, pero como suele decir Jill, cuando Pandora abrió la caja lo hizo en dirección a ella, suele ser muy dramática y lo sabe, es su don innato. El teléfono de Cristopher comienza a reproducir la melodía de Stop standing there de Avril Lavigne que indica una llamada entrante, el chico alarga el brazo para tomar el teléfono de la parte superior de la mesita de noche sobre la que reposa también la pequeña lámpara con forma abstracta y llamativa pero elegante. Descuelga la llamada y responde a quien habla del otro lado de la línea.

---Buenas noches mamá. ¿Pasa algo? ---pregunta mirando la hora en el reloj de pared frente a él.

---No, es solo que mañana es Navidad, esperaba que llamaras como siempre pero me adelanté, te extrañamos mucho, tu hermana ha solicitado el alta para estar con nosotros, esperamos que esta vez puedas venir también.

---Por supuesto, siempre regreso a casa para navidad.

---Es que hacía tiempo no llamabas, pensé que algo estaba mal.

---Todo está bien mamá, no hay de que preocuparse.

---¿Piensas traer a alguien especial?

---¿Alguien especial? ---pregunta mirando a Jill.

La chica que acaba de levantarse e incorporarse para quedar sentada frente al él gesticula sin sonido pero muy claramente un desesperado "no digas nada". Incluso le hace señas con las manos que él la ignora deliberadamente. Sonríe de forma pícara y se dirige nuevamente a su madre.

---Sí, llevaré a mi novia.

---¿Tu novia? Que bueno, ya estoy ansiosa por conocerla ---responde la madre de Cris notablemente emocionada y termina la llamada.

La chica lo observa petrificada, no sabe que decir, no, realmente lo que no sabe es como decir algo mientras se repite sus notas mentales sobre cómo no convertirse en asesina.

<Hinala-exala, hinala-exala, no lo mates Jill, lo amas y la cárcel es más que una fría habitación sin ventanas, hinala-exala>

Sus notas mentales no están funcionando.

---Por favor Jill, solo irás a mi casa a conocer a mi famili.

Ella no responde, continúa repitiendo sus notas mentales.

---Son agradables y conversadores, solo son personas al igual que tú, ninguno de ellos te va a comer.

---¡fou, fou, très fou!--- grita Jill y se cubre el rostro con la almohada.

---¿Qué? ---pregunta Cristopher intentando adivinar el significado de lo que acaba de escuchar.

Es la segunda vez que le habla en francés, y comienza a creer que lo hace como una forma de liberar su enojo o su miedo, o tal vez solo para sonar más dramática.

---¿Solo? ---pregunta ella presa de un ataque de pánico.

---Sí, solo, ven tenemos que dormir, mañana será un largo día ---dice incorporándose también para abrazarla y volviendo a recostarse luego arrastrándola con él.

---¿A qué hora piensas salir para tu casa?

---Vamos a salir después de medio día y llegaremos al rededor de las dos de la tarde, no es lejos ---responde enfatizando en la primera palabra.

---Está bien, vamos, très fou ---concluye.

---Jill cierra los ojos y duérmete, deja de hablar en francés que no te entiendo.

---Acostúmbrate, mi familia es francesa.

---Un día tendrás que contarme cómo viniste a parar aquí.

***

Entreabre los ojos y poco a poco logra abrirlos totalmente, echa una ojeada al reloj que marca las siete de la mañana. ¿En qué momento ha pasado tanto tiempo? A ella le han parecido unos pocos minutos. Cristopher no está y según una nota que ha encontrado sobre la mesa de noche el equipo entrenará hasta medio día. Envia un mensaje a Lía con la dirección para que vaya hasta allí, se levanta, realiza las tareas matutinas, se viste con algo más decente y va hasta la cocina para preparar el desayuno, se sorprende al notar que ya está preparado. Arepitas, un postre que Cris ha intentado enseñarle pero ha fallado de forma estelar todas las veces. Su poca vocación por el arte culinario no ayuda en nada. Le sonríe al posuelo sabiendo que Cristopher intenta alegrarle la mañana puesto a que será una larga noche. Aparta algunas en un posuelo de porselana fina que le gusta mucho desde que lo vio hace unos días mientras rastreaba las reservas de chocolate de Cris. Va en dirección a las habitaciones para llevarle el desyuno a James que aún duerme, así que le toca despertarlo y actuar como la alarma molesta que te despierta en la mañana. Minutos después regresa a la cocina por su propio desayuno. Siendo completamente sincera el día va de maravilla si omite el hecho de que esa tarde conocerá a los padres de Cris. El timbre comienza a sonar insistentemente y sabiendo que James aún se encuentra en la habitación seguro es Lía, nadie más toca el timbre como si cayeran rayos en la entrada. Abre la puerta y efectivamente, es Lía.

***

---¡Por el Santo Olimpo, Joder Lía, por Morfeo y todos sus dioses que si no me dejas en paz ni Policarpo en las más altas horas de la noche conspirando con el Hades conseguirá despertarte! ---grita.

Un último y despertado intento por conseguir que la chica sentada a su lado cierre la boca y deje de hacer chistes a su costa, lo cual se ha convertido en su más reciente pasatiempos desde que le contó hace ya un rato que esa noche conocerá a sus. ¿Cómo decirlo? De la única forma posible supongo, suegros.

---Quisiste decir que me vas a matar ¿no? ---dice Lía reprimiendo una burla.

Nunca antes había visto a su amiga tan nerviosa y enfadada sin motivo alguno.

---¿Te estás riendo? Te juro que si te ríes todos tus ancestros estarán felices de por fin conocerte.

---Por favor Jill, solo es una tarde en su casa, no eres un cordero y no vas al matadero.

---Beaucoup de brut ---dice en un suspiro.

---Ne m'offense pas ma fille, je viens d'où tu viens ---esponde Lía alzando una ceja.

---Ya sé, ya sé, a veces olvidó que también eres francesa, los franceses solemos ser más inteligentes ---se justifica.

---Está por verse quién conocerá primero a los ancestros ---amenaza entrecerrando los ojos.

---¿Tengo que recordarte cómo te sentías tú cuando ibas a conocer a los padres de Amir? Casi parecía que la parca venía por ti.

---Los padres de Amir son los hijos de la muerte más allegados al quinto infierno, no hay comparación.

---No conoces a los padres de Cristopher.

---No pero él te ha hablado sobre ellos y tú me has contado a mí, según tus escasos relatos son agradables.

---Son los padres de Cristopher. ¿ Y si no les caigo bien, y si no me aceptan, y si...?

---Nada, no más y si Jill ---suelta Lía alzando las manos en un claro gesto de cierra el pico de una buena vez e interrumpiéndola ---ni la vida, ni el destino, ni Dios, ni los angelitos, ni nadie te odia tanto como para que eso pase, así que no pasará.

---¿Sabes lo que quiero ahora Lía? ---pregunta hundiendo el rostro entre sus manos y rogando porque esa mañana no acabe.

---¿Desaparecer y reencarnarte en otra vida como una gota de lluvia sin suegros, un libro que terminar ni una editorial molesta y chillona persiguiéndote?

---Sí, y de ser posible parte de la lluvia que cae en Madagascar.

---¿Tan lejos? ---pregunta dándole mucha importancia al asunto.

---Sí ---dice Jill haciendo pucheros como una niña de cinco años que no quiere asistir al primer día en el colegio.

Las horas comienzan a pasar y parecen ir demasiado rápido. James ha estado jugando videojuegos toda la mañana, no quiere salir de casa, ansía la hora de volver a ver a sus abuelos. Los extraña mucho, pero sobre todo los dulces navideños de su abuela.

***

---Claro que no, deja eso justo donde está ---sentencia Lía.

Se refiere al vestido negro sobre el que Jill acaba de posar sus ojos luego de cuarenta minutos explorando las maletas y no encontrar nada que a su amiga le parezca bien.

---Vas a una fiesta navideña, no a un velorio, no te permito que uses esta vez un vestido negro. ¡Existen más colores mujer!

---¿Entonces que quieres que use Lía? ---pregunta la chica que aún no se acostumbra a la idea.

---¿Dónde está...?

---Ni lo sueñes, no usaré ese vestido ---suelta Jill interrumpiéndola al notar el brillo pícaro que se ha encendido en los ojos de su amiga.

El mismo de aquella tarde en la tienda cuando vio un vestido que le hizo comprar a pesar de que había jurado que no lo usaría.

---Es muy, muy...

---Muy lindo y elegante, no demasiado llamativo pero no pasaría desapercibido, es el vestido perfecto.

Jill la observa tratando de encontrar qué responder en su defensa. Lía tiene razón, pero ese vestido también es algo provocativo, no es el tipo de ropa que le gusta usar.

---¿Dónde está? ---pregunta la chica interrumpiendo sus reflexiones.

---No lo traje, no planeaba usarlo, nunca por cierto, creo que lo dije aquella misma tarde al salir de la tienda.

---Pero lo usarás, y luego me agradecerás por haberte hecho comprarlo.

---Da igual, ni siquiera está aquí.

---Yo iré por él ---indica Lía mientras toma las llaves del apartamento de Jill que reposan sobre la mesa de estudio junto al portátil, para luego desaparecer del lugar como una exalación.

Steven ignora el hecho, trata de pensar lo menos posible en la noche. Esa será la navidad más difícil que habrá tenido hasta ahora, necesita despejar y dejar de darle vueltas al asunto o sin duda va a enloquecer. Se sienta frente a su ordenador portátil, abre el documento y comienza a leer los últimos avances de su novela. Pronto tendrá una reunión con los dueños de la editorial y hace unos minutos había recibido un mensaje de su representante en el que le informa que Julián Smith, el dueño de Editorial Smith para la que ella y Mariana trabajan quiere ver nuevos avances en esa reunión. Si bien Lord Voldemort debía ser el karma de Harry Potter, Julián tiene que ser el suyo, es arrogante, exigente y tiene el símbolo del dinero grabado en los ojos.

«Detuve el auto en la cochera y caminé hacia la entrada donde pude ver la figura de Rebeca, continué el camino y me detuve frente a ella.

---¿Cómo supiste mi dirección? ---pregunté algo confundida

---¿De dónde vienes Sandra, estuviste con Dereck verdad? Dime. ¿De qué estuvieron hablando, qué tanto hicieron luego de que él me dejó ahí? ¡Era mi fiesta de compromiso! ¿Tienes idea de cuánto tiempo esperé este día? El día en que me comprometería con él, y se arruinó, pero claro, no has podido olvidarlo, lo que quieres es casarte con él!.

Su voz sonaba molesta, preocupada, triste. Las lágrimas corrían por sus mejillas, pero no estaba más molesta, preocupada o triste que yo.

---Así es, tienes razón, tienes toda la razón. ¡Quisiera casarme con él, amo a Dereck, lo quiero más que a mi vida! Pero eso no tiene importancia. ¡Tú te has comprometido con él, no yo, el trato está hecho!

Retenía las lágrimas para no dejarlas salir, sentía ganas de llorar. Pero no le daría ese gusto.

---¡¿Y de que sirve, tendré un hombre al que le hace falta el corazón, porque el corazón se lo robaste tú!?

---Es, eso es algo que tendrás que quitarme. ¿Comprendes?

Continué el camino hacia la entrada, pero Rebeca me tomó del brazo para detenerme.

---Sandra, amo a Dereck, lo amo con toda el alma, nunca había amado de esta forma, por favor te lo pido, no me quites a Dereck, no me lo quites.

---No te lo quitaré, no puedo quitarte algo que nunca has tenido.

Entré a la casa y cerré la puerta detrás de mí. Eché a correr hacia la escalera, cerré la puerta y me desplomé sobre la cama, ya no podía seguir reteniendo las lágrimas ni un segundo más, sentía que el mundo se hacía pedazos a mi alrededor»

La trama es simple, Sandra y Dereck se conocen desde muy pequeños. La típica historia de los dos eternos enamorados, pero Sandra tuvo que irse a estudiar fuera. En ese tiempo Dereck conoce a Rebeca y le hacen creer que Sandra tiene a alguien más así que se compromete con ella, pero todos saben que ama a Sandra como ella lo ama a él. Claro que ella nunca tuvo a nadie y regresa a la ciudad justo el día del compromiso. Un amor complicado y el gran reto de Jill Steven.

La chica guarda el documento, ha leído miles de veces la última parte pero está más estancada que nunca, a mitad del capítulo nueve y sin idea alguna de como seguir. Actualiza su blog, cierra el portátil y está a punto de recostarse para sumirse en sus inconexas reflexiones sobre la vida y su tendencia a complicarlo todo cuando Lía irrumpe en la habitación con una bolsa plástica en la que pueden leerse el las iniciales VIP.

---Ya volví ---dice caminando hacia la cama.

---Sí, te estoy mirando, estás justo ahí ---responde Jill señalando a su amiga con un gesto de su mano.

---¿Y que esperas? Levántate, en dos horas tienes que estar lista, vístete, yo ayudaré a James, aquí tienes.

Coloca sobre la cama el vestido que acaba de sacar del plástico donde ha estado desde que se lo habían entregado aquella tarde en la tienda y va en busca del niño. Jill pone los ojos en blanco, unos segundos después y a regañadientes comienza a vestirse.

***

Una hora y media ha pasado ya y Jill aún intenta mirarse al espejo, no se acostumbraba a verse vestida así. Lía ha resultado ser una total torturadora de su paciencia desde siempre, pero esta vez le resulta asfixiante. Intenta localizar su reflejo en el espejo de pared que adorna la estancia pero no se le hace nada sencillo con la figura de su amiga frente a ella moviéndose de un lado a otro. Ya le ha aplicado corrector de ojeras, iluminador de mirada, alargador de pestañas, base, dosientos labiales diferentes y ninguno le parece el ideal, sombras. Pero a ella en ese momento solo le interesa el vestido. Es color azul cobalto, con cuello halter, escote con forma de V, con un corte en el talle que ajusta a la cintura y con tirantes finos que se cruzan en la espalda, con varias capas de chiffon formando la falda que llega hasta las rodillas con distintos largos. En la muñeca izquierda luce el reloj de oro que le había regalado su mandre cuando se graduó como periodista, los pequeños aros dorados que había comprado hacía unas semanas en uno de esos días de compras que prepara Mariana, el anillo que lleva siempre no recuerda desde cuándo y zapatos dorados de tacón fino, pero sin ningún tipo de brillo, con una correa que rodea los tobillos y otras dos más abajo que fijan los pies a los zapatos.

---Te ves preciosa ---dice Lía por fin apartándose de en medio para que Jill pueda verse ---. Pero... ---intenta decir y deja la frase a medias ante la mirada asesina que le dedica la chica a su lado.

---No más peros, no más cosméticos, no más peinados, no me voy a casar Lía, solo es una fiesta de navidad.

---Con tus suegros.

---Gracias por añadir la parte que intenté evitar ---responde entonando los ojos y tratando de no estar tan nerviosa.

---Jill, eres un amor. ¿Quién podría no amarte? Les agradarás a todos.

---Eso espero.

---Extraña, ¿falta mucho? El tío... ---comienza a decir James asomando la cabeza por el umbral de la puerta.

Deja la frase a medias y observa a la chica detenidamente.

---Eres muy linda ---añade.

---Muchas gracias pequeño, decías algo sobre tu tío ---dice sonriendo y haciéndole señas para que siga hablando.

---El tío terminó de vestirse hace media hora y dice que si no sales ya vendrá por ti.

---Eso pensé ---responde ella sonriendo aún más ampliamente.

Cristopher espera desde hace al menos una hora, eso sin contar que Lía le ha prohibido entrar a la habitación de James a la que se cambiaron cuando Cis regresó del entrenamiento. Literalmente no se han visto ni hablado desde la noche anterior. Toma la cartera del color del vestido donde había guardado antes el teléfono, le sonríe a Lía a modo de despedida y ella le devuelve la sonrisa. Luego sale de la habitación seguida por James y su amiga.

Cristopher la observa minuciosamente durante unos segundos. Se debate entre retrasar la salida y llevarla de regreso al cuarto o esperar a la noche.

---Te ves hermosa, digo, eres hermosa, pero te ves más hermosa aún.

Jill siente el calor acumularse en sus mejillas y baja la vista instintivamente. Dos meses y aún no se acostumbra, tal vez no se acostumbre nunca. Para luego mirarlo a los ojos y encontrarse con esa pasión que hay siempre ahí, ese deseo inagotable que a su vez enciende el suyo en una mezcla homogénea de amor y deseo.

---Gracias ¿Nos vamos ya? ---pregunta apartando la vista hacia la salida.

---Sí vamos ---responde James tomando la mano de la chica y caminando hacia la puerta.

Cristopher sonríe y los sigue. Detrás va Lía, en total silencio, conforme con la que ya ha catalogado como su obra maestra e internamente deseándole suerte a su amiga. Ya no es algo que se note, pero ella la conoce y sabe perfectamente que está tan nerviosa como asustada.

Durante el viaje Jill y Cristopher no cruzan palabras. Él le está dando su tiempo para relajarse, tal vez no sea demasiado fácil de notar, pero realmente Jill es muy tímida y esa es probablemente la visita más complicada de su vida. Así que mientras ella mira la carretera a través de la ventanilla, él se concentra en conducir. No aparta los ojos del cristal y deja su mente vagar entre las distintas formas en que puede terminar la noche. Solo el constante parloteo de James que entabla un curioso monólogo le hace frente al silencio impidiéndole tomar por completo posesión del reducido espacio.

Glosario:

(fou, fou, très fou) loco, loco, mucho loco.

(beaucoup de brut) Mucha bruta.

(Ne m'offense pas ma fille, je viens d'où tu viens) A mí no me ofendas muchachita, vengo de dónde vienes tú.

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