Capítulo tres: Entregado.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

"Pero ¿qué demonios? Solo te faltó ponerte el moñito de tan regalado." Me reprocho entre pensamientos a medida que sacudo mis prendas intentando minimizar el impacto de mi hormonal sistema.

Luego, acomodo mi desordenada cabellera pensando en cómo se sentirían esas venosas manos enredadas entre mis hebras y enfurezco, alejando de inmediato mis pecaminosos pensamientos para retornar al trabajo y soportar la consecuencia de mis actos.


Las horas transcurren entre diversas reposiciones y un montón de suposiciones: ¿Qué hubiera pasado si no nos hubieran frenado? ¿Será que esas manos son tan hábiles como lo fueron en mi codicioso sueño?

Dios mío.... Necesito sentirlo... Sentir su abrazador calor metiéndose por cada rincón de mi estremecido cuerpo mientras me quemo y literal, desfalleciendo por cada contacto de su caliente piel ante mi tacto.

Y ni hablar de esos labios, malditos condenados labios que te invitan a pecar. Labios que te llevan a un viaje sin retorno al más allá... ¡Maldición! Debo dejar de divagar o no terminaré más con la reposición, muriéndome por exceso de dureza o de leche que se me sube a la cabeza.

—Falta reposición en el pasillo dos Park, ven que te doy una mano.

Muerdo mis labios cuando escucho sus vocablos. Palabras mal intencionadas que no pasan para nada desapercibidas cuando escucho de fondo la risilla de mi jefa que dicta: "Anda, apura que te darán mano... digo, una ayuda". Y se me suben los mil colores de la vergüenza.

—¿Qué esperas? ¡Dale! Así terminamos antes —suelta a medida que se pierde en el pasillo.

¡Y bendita la visión frente a mis ojos! Ya que naufrago mapeando ese caliente torso hasta que escucho: "Apura, así se retiran temprano", de parte de mi jefa.

Así que bajo la atenta observación de ella, me alejo a su encuentro pensando en como antes me auto proclamé "regalado". Y que ahora, con mis pensamientos alterados, lo quiero llevar a cabo. 

Adonis es poco para definir lo que veo cuando llego a su encuentro. Un culo de infarto, una espalda bien ancha y unas extremidades a las cuales se le marcan las venas de la mano.

—¿Te gusta lo que observas, Park? —me suelta de espaldas. 

—Más que observar, me gustaría tocar.

Me acerco a su cuerpo aspirando su varonil y embriagador aroma natural, notando su respiración descompasasarse.  

—Veo que no pierdes tiempo, pero te conviene no provocarme —me suelta entre susurros.

Y observando de soslayo a nuestra jefa, completamente concentrada en su tarea, aplico al momento apretando su culo sin ninguna delicadeza mientras arrimo mis labios a su cuello. Dejando succiones que terminarán en violetas lamparones mientras lo manoseo.

—Te dije que no me provoques —jadea ante mi toque, elevando su brazo para tomar mis cabellos y fundirnos en un arrollador beso.

Beso que se intensifica a medida que me froto excesivamente duro sobre su culo.

En un momento dado, y a lo lejos, escucho un anuncio de retirada. O eso creo ya que estoy perdido en la caliente comunión de nuestras bocas. Exigentes labios que dictaminan que lo que viene será magnánimo.

Con un rápido movimiento, se gira dejándome aprisionado contra su cuerpo —No te das idea de lo que me provocas... Necesito cogerte bien duro, nene —me suelta. 

Y ese "nene" hace estragos en mi mente...

—¡Tócame! —anuncio desesperado en el momento, tomando su abultado miembro por encima de la tela.

Necesito sentirlo, quemarme ante su rudo toque y acabar bajo el glorioso roce de su mano o de su boca mientras me dicta que soy un buen niño por tragármela toda.

—¡Mierda! Me re calientas Park...

—¡No me llames así! —objeto ofuscado mientras aprisiona mi culo, metiendo una mano y masajeando mi sensible agujero. 

—¿Y cómo quieres que te llame precioso? —cuestiona acercando un sucio dedo hacia mis labios... Dedo que no tardo en mojarlo con abundante saliva, dejándolo atónito ante mi acto. 

—Llámame nene, me calienta —suelto sin pudor alguno mientras continúo lamiendo su dedo y tomando su caliente dureza para masturbarlo luego.

Y a medida que ejerzo presión sobre su duro miembro mientras lo beso, siento la profunda intromisión de sus dedos... Dedos que me sacan un fuerte jadeo.

—Sí... Eso es nene, folla mis putos dedos... No te das una idea las veces que te imaginé así.

Los vaivenes de mi culo contra sus largos dedos más los asfixiantes roces de labios que compartimos, me llevan al límite de mi control. Y jadeando a medida que noto el incremento del cosquilleo sobre mi vientre, le suelto: —M-me v-vengo —estallando sobre su mano.

—¡Maldición nene! No puedes calentarme así —jadea a medida que acaba espeso y caliente sobre mi abdomen...






















Bueno, bueno, esta vaina se prendió.😈😏😏 A poco no se le cumplió el sueño a nuestro pollito. Puff...

Gracias por leer, comentar y votar ♥️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro