Extra IV: Cuarto Fragmento del diario de Lidia

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Dissection — God of Forbidden Light

Illuminations, father

Guard of the shadowless light

Black son of dark mysteries

Restore the dragon's sight 

Mighty god of darkness

Our salutations to thee

You give the knowledge and rebellion

Will set our spirits free

Siempre pensé que era un exageramiento lo que se decía en la calle de Marlon, me imaginaba que era sólo para mantener la apariencia y que no hicieran nada en contra de él o de su familia o novia.

Vaya que estaba equivocada.

Jamás en toda mi vida había visto a alguien así de agresivo, era de verdad un demonio lo que estaba observando y sentí cierto miedo, esos ojos oscuros, llenos de odio, aquel cuerpo moviéndose cómo una bestia, como si estuviera poseído por algún espíritu del bajo astral.

Ni Dani ni Alberto habían mentido cuando dijeron que el era una persona que era mejor tenerla cómo amigo o al menos estar en buenos términos con él, jamás pasó por mi mente que fuera real lo que decían.

Es cuando entedí que todo lo que se decía de él era cierto, sus peleas, su furia, su nulo temor hacia la muerte, un demonio hecho y derecho.

Vi cómo sus puños se conectaban una y otra vez con él rostro de Gonzalo, quien parecía un muñeco de esos de cabezas que se mueven de un lado al otro, y chocaba con los golpes de Marlon, y no se intentaba ni defender.

Se escucharon gritos y exclamaciones de todos lados, la madre de Miriam buscaba frenar a Marlon pero Andras, esta Alex, no la dejaba, ella también parecía que disfrutaba lo que estaba pasando, una sonrisa llena de excitación se plasmaba en su rostro al ver cómo su novio traía como muñeco de trapo a ese sujeto.

El diputado intento ayudar a su hijo, pero de un golpe había caído de nalgas y desconcertado.

Miriam sólo la ví suspirando, de cierta manera se sentía tranquila, más al ver cómo su hermano estaba destrozando a aquel sujeto que la había acosado tanto tiempo, y no era para más, ella no quería casare ni seguir viviendo con esa incertidumbre de que pasará si sus padres la obligan a estar con él.

Todavía recuerdo los gritos de miedo por parte de los presentes, quienes estaban evacuando el lugar, digo son acarreados, ellos no iban a arriesgarse a nada de esto.

—Es suficiente Marlon —decía Miriam acercándose a su hermano, dejándome un poco atrás, —Alex, por favor, ya creo que entendió este Gonzalo.

Parecía que la voz de mi charrita sacaba de su trance a los chicos, regresando a su hermano a su frío ser y a su cuñada a un semblante más tranquilo.

Mi mamá y mis hermanos se quedaban viendo la escena mientras que intentaba resguardar a Alan de todo lo que pasaba, a la par de que Yesenia estaba siendo abrazada por Xavier.

—Lo siento pequeña, no pensé que mi hermano se fuera a poner así —se disculpaba mi cuñado con mi hermana, —de verdad lo siento.

Su mirada se posaba sobre la de mi madre quien sólo asentía.

Sólo se habían quedado la familia de Miriam, el diputado y su hijo, con sus dos guardaespaldas que no habían sabido cómo reaccionar y mi familia.

—¿Cómo te atreves a hacer eso Marlon? —exclamaba la madre de los tres.

La mirada de mi cuñado más grande jamás abandonará mi mente y me atormentará el resto de mi vida, jamás pensé que un ser humano pudiera tener tanto odio, resentimiento y despreció en sí, cómo si el mismísimo diablo te estuviera viendo.

—¿Cómo te atreves tu a usar la más grande pasión de tu hija para ser alguien en la vida? —la señalaba el chico.

Aún caía sangre de sus nudillos mientras que en el suelo yacía el sollozante cuerpo de Gonzalo quien estaba cubriéndose en una posición fetal mientras que toda su ropa, la camisa y parte del pantalón estaba manchado de sangre.

El diputado Ortiz se recuperaba del golpe y se acercaba a su hijo que seguía en un estado de dolor y shock.

—Eres un puto animal Marlon, un maldito enfermo —exclamaba Mariela mientras se acercaba a su compañero de campaña —te debí de abortar cuando tuve la oportunidad.

Eso no había inmutado a Marlon en lo más mínimo, de hecho, una sonrisa se dibujaba en su rostro...y vaya que me dio miedo, como si estuviera disfrutando esto.

—Mi padre te tuvo que haber aventado a la calle hace años, eres la más grande zorra de todas —decía furioso, dejándonos a todos sorprendidos.

Alexandra se acercaba a él y lo abrazaba de la cintura por atrás, su sonrisa era igual a la de su novio, cómo si disfrutaran esto.

—¿Por qué dice seso Marlon? —preguntaba el padre de mi charrita.

—Tú lo sabes muy bien padre, te enseñe las cosas hace años, pero decidiste no hacer un gran lio de ello.

Miriam volteo a verme, cómo si me pidiera disculpas por todo esto, no me importaba yo seguiría siempre apoyándola.

—Vas acabar en la cárcel después de esto Marlon, eso te lo garantizo —lo amenazo el diputado.

—No lo creo, a menos que usted quiera que se sepa todo lo que ha hecho y que su esposa se entere de sus amantes que tiene aparte de Mariela —decía en son de reto, —¿Cuantos hijos tiene regados señor? ¿2? ¿3? ¿o más?

Alex sacaba su celular y mostraba unos archivos y unas grabaciones guardadas.

—Yo se lo envié señor, Ortiz, y tengo mil y un copias de ello, así que ni se moleste en pedirle a sus gorilas que nos lo quiten —Alex le guiñaba el ojo mofándose.

Tengo que decir que jamás había esperado que algo así sucediera ese día, por lo que me conto Miriam, después de eso su mamá se salió de la casa porque su papá la corrió, y el se esta haciendo cargo de los dos, con ayuda de Marlon y Alex.

Ella me pidió perdón de todo, pero no era necesario, tengo que decir que quede impresionada, no sabía que la alta sociedad pudiera ser tan antisistema.

Y algo era más que obvio, estoy igual o más enamorada de ella 

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