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El príncipe del Reino de Grancant y el príncipe del Reino de Degrant están destinados a odiarse a muerte.

Solo uno puede quedar con vida, solo uno puede sobrevivir y solo uno puede quedar a cargo de un reino.

El chico de cabellera castaña se encontraba limpiando las paredes de la habitación del Rey, en ellas encontró una gran pintura en la pared. Un Jungkook de unos ocho años junto a sus padres. La miraba de aquel niño era triste, al igual que la de su madre, transmitían miedo, soledad y sobre todo demasiada tristeza.

La gran puerta de la habitación se abrió, el castaño se volteó y era él chico de la foto. Lo estaba mirando atentamente, este lo tomó de los hombros con fuerza y lo tiró en la cama, mirándolo a los ojos con sentimiento. Mirándolo como si fuera la cosa más hermosa de este mundo, pero eso era imposible estaba borracho.

—Minie... Mi pequeño por fin te encontré, te has puesto más hermoso que cuando éramos niños ¿Por qué debo matarte? Yo no quiero hacerlo, estoy enamorado de ti—Acarició su mejilla con suavidad.

—¡Suélteme, no sé de que habla!—Trató de soltar el agarre pero el contrario lo tenía muy bien agarrado.

—Me encantas desde que éramos niños ¿Qué acaso no lo recuerdas?—Se acercó a sus labios con intención de besarlo.

—¡No!—Empezó a gritar—¡Quítate de encima!—No terminó de hablar porque el pálido empezó a besarlo con ferocidad, metiendo su lengua en la cavidad contraria, el castaño no podía corresponder el beso. Se le resultaba imposible, colocó sus manos en el pecho contrario para tratar de empujarlo pero no pudo. El beso ahora se volvió suave y delicado, aún así no pudo corresponder. La puerta de la habitación se abrió, Taehyung corrió hacia ambos y quitó de encima a Jungkook del cuerpo del mayor el cual estaba atontado por aquel beso.

—¿¡Qué mierda hiciste Jungkook?!—Lo regañó el moreno, rodeando el brazo contrario en su cuello para que se apoyara de él y no se cayera.

—Él es Jimin, míralo, es igual a él—Rió, el mayor rodó los ojos y le regaló una mirada al castaño transmitiéndole calma, este se bajó de la cama, tomó las cosas de limpieza y salió de la habitación.

—Jimin está muerto—Musitó el mayor, recostando al pálido en la cama. Sus ojos empezaron a pesar.

—No. No voy a descansar hasta encontrarlo—Sus ojos estaban cerrándose poco a poco.

—Está muerto—Taehyung sabía que no era así, sabía que el príncipe desaparecido era ese chico pero para protegerlo no diría nada, al menos por ahora.

Y al fin se quedó completamente dormido, al menos cuando despertara al día siguiente no recordaría nada de lo que hizo. Como por ejemplo el beso que le dio a Jimin, el que estaba destinado a ser su enemigo. Soltó un suspiro pesado y salió de la habitación, se dirigió a la habitación del castaño y al llegar este estaba acariciando un collar con suma delicadeza. Se quedó estático al ver de que collar se trataba.

❲ ✿ ❳

¡Hyung, mire lo que mi madre me trajo de Rusia!—Saltó emocionado, mostrando aquel dije con una hermosa sonrisa en su rostro.

Esta hermoso Jiminie, se verá lindo en ti—Tomó el objeto, se colocó detrás del menor y lo colgó en su cuello con delicadeza.

¡Gracias TaeTae!—Rió por lo bajo y luego lo abrazó.

¡Debo decirte algo!—Llegó corriendo Jungkook. Saltó emocionado el pálido de ojos negros, estaba sonriendo con mucha ternura.

¿Qué pasó Kookie?—Respondió Taehyung, mirando a su primo con suma atención.

Debo decirte algo, pero no debes decírselo a nadie, ni siquiera a Jiminie—Con sus pálidas manos tapó su boca, ocultando una sonrisa. El mayor se acomodó en su cama y miró a su primo atentamente, dejando sus libros a un lado de él—Me gusta Jiminie, está confirmado. Es qué, él es muy tierno, es el único aparte de ti que me puede hacer sonreír sinceramente. Me siento muy cómodo a su lado—Taehyung se puso serio y miró a los lados con el ceño fruncido, estaba molesto, a él también le gustaba demasiado el niño castaño de ojos azules. Le encantaba, a pesar de que ahora el Reino de su primo estuviera en guerra con él de la familia Park.

¿No crees que es algo extraño querer de esa forma a un niño?

Hablé con mi madre y ella me dijo que aquello no tenía nada de malo, amor es amor y lo demás no importa—Rió—Pronto se lo diré, y sé que él me aceptará.

El moreno formó un puchero en sus labios y salió de la habitación, dejando a su primo confundido.

Al poco tiempo la madre de su primo murió y al ocurrir aquello Taehyung le rogó a su madre regresar a su palacio, el cual quedaba muy lejos del de su primo y de Jimin. Quería estar separado de ambos, porque verlos juntos lo lastimaba demasiado. Pero nunca pensó que la última vez que viera a su pequeño sería en su despedida.

¿Por qué tiene que irse, hyung? Yo lo quiero mucho, por favor, no se vaya—Le suplicó, mirando a los ojos al moreno. Este miro a su primo, el cual tenía el ceño fruncido y sus brazos cruzados, estaba celoso.

Extraño a mi madre, pero te vas a quedar con Jungkook—Lo tomó de la mano y lo acercó al ya antes mencionado—Yo sé que él te va a cuidar.

Príncipe Taehyung, es hora de partir. Su padre lo está esperando—Musitó un guardia con suma seriedad.

Debo irme—Se volteó a punto de irse, de repente, se volteó y depositó un beso en la frente del castaño. Le miró con ojos tristes y salió del castillo.


Después de aquello, pasaron tres meses y el cumpleaños número ocho de su pequeño se aproximaba, estaba muy feliz por él. Pero en la madrugada escuchó los llantos de su madre en la habitación de al lado, se levantó de la cama y corrió hasta aquella habitación. Se paró detrás de la puerta y empezó a escuchar atentamente sus palabras,

El Reino de Grancant fue atacado, todos han muerto. Los sirvientes, toda la familia real está muerta. Pero algunos dicen que el príncipe Jimin logró escapar, pero no sé que pensar. Un niño de ocho años no puede llegar lejos—Dijo su padre con seriedad.

¿¡Qué?!—Taehyung entró a la habitación con el corazón hecho pedazos—¡Jimin no puede haber muerto! ¡No pudieron habérmelo quitado!

Taehyung, tranquilízate... Recuerda que no han encontrado su cuerpo, hay esperanzas de que él esté con vida, por favor debes mantener la calma ¿sí?

Yo lo quiero demasiado, no puedo aceptar que él ya no esté a mi lado, me duele—Sollozó.

Taehyung ahora con quince años estaba viviendo con su primo Jungkook, su padre lo obligó ya que este necesitaba mucho ayuda psicológica. Tenía suficiente con la muerte de su madre y ahora la búsqueda de Jimin.

Estaba mirando al menor dormir hasta que escuchó a su tío hablar sobre aquel fatídico día, le resultó extraño por lo qué corrió a escuchar.

¿Como que aún no encuentran a ese mocoso? ¡Deben encontrarlo ya! ¡No podemos arriesgarnos a que regrese, todos nuestros planes se vendrían abajo! ¡No arriesgué guardias el día de la invasión para que el príncipe regrese como si nada!—Y como si fuera automático el moreno salió del muro y miró a su tío muy molesto.

¿¡Tú fuiste el responsable de todo esto?!—Gritó—¡Eres un maldito! ¿¡Cómo pudiste atentar contra la vida de personas inocentes?!

Tú no te metas en esto Taehyung, solo estás aquí para cuidar de Jungkook.

¡Jimin y sus padres no tenían la culpa de nada! ¡No puedo creer que seas mi sangre! Me das tanto asco.

A mi no me vas a hablar así, mejor lárgate de aquí. Tú no vas a echar a perder todo lo que he hecho, ¡Vete y no te quiero volver a ver aquí!—Gritó, el moreno suspiró y salió del palacio. Caminó sin rumbo alguno y se adentró al bosque, se sentó en una gran piedra, y se quedó mirando a la nada.

¡Auch!

Se escuchó una voz. El mayor alzó su cabeza y al ver quién se encontraba en el piso corrió a ayudarlo.

¡Jimin! ¿¡Eres tú?!—El niño levantó la mirada y las mejillas del contrario se sonrojaron.

Disculpa pero... Pero creo que me estás confundiendo con alguien más. Me llamo Jimin pero no soy a quién a buscas—Sonrió.

Es imposible—Agachó la mirada y sus ojos se llenaron de lágrimas. El niño lo miró confundido y luego se fue, dejándolo solo.

Los días pasaron y Taehyung sabía perfectamente que ese niño que vio en el bosque era su Jimin, los mismos ojos, la misma hermosa sonrisa, sus delicadas manos, pero decidió no hablar. Si decía algo la vida del castaño iba a correr peligro otra vez. Nuevamente, en un día de primavera lo volvió a ver, estaba comprando unas cuántas cosas en el mercado.

¡Hola!—Lo saludó el moreno, el contrario se volteó, dejando ver su collar, y allí todo se confirmó. 

Ese niño era Jimin, pero eso sí, no iba a decir nada, no dejaría que nadie le hiciera daño. El castaño se veía feliz a pesar de haber perdido la memoria, después de aquel día no lo volvió a ver debido a que tuvo que irse a su Reino. Nunca pensó que Jimin iba a estar en el palacio de su primo y como un sirviente, cuando él era mucho más poderoso que Jungkook.

❲ ✿ ❳

—Por ahora no mereces saber la verdad, mi pequeño—Susurró.

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