11- Verdadera amistad y falsa indiferencia.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

                Verdadera amistad y falsa indiferencia. Mr. Brightside (The Killers)

11- Verdadera amistad y falsa indiferencia.

GINA

 

La cabeza me dolía demasiado, pero aun así fui a clase el jueves por la mañana y aguanté firmemente las primeras tres horas.

Aun no sabía cómo podría mirar a Erik sin morirme de vergüenza y de ira ahí mismo. Estaba claro que había sido una tonta, y que se habían reído de mí una vez más.

Ahora ya no sabía por qué había confiado en él. Me había parecido tan diferente al resto de mi mundo… no le importaba lo que pensaba la gente, me había defendido con valentía de John y todo el tiempo había estado tan cercanamente distante…

No iba a dejar de sentir eso por Erik Poltsky de un momento a otro, pero tarde o temprano tendría que aceptar que para él había sido un juego, como interpretar a un personaje en una obra de teatro.

Cuando salí al pasillo, tras las primeras horas de clase, fui plenamente consciente de que mi rostro debía de reflejar la tercera guerra mundial.
Había pasado la noche prácticamente sin dormir, llorando cada pocos minutos y helada de pies a cabeza.

Me habría gustado tener a Jason a mi lado en ese momento, pero él estaba en la universidad, y no podría estar con él hasta dentro de unas horas.

Abrí mi taquilla en mitad del pasillo y cogí un par de libros que necesitaría en la siguiente clase. Sujeté el móvil con la boca un segundo y, al tener tantas cosas en las manos, se me resbaló de entre los labios, cayendo a unos metros de mí.

Genial…

Vi cómo unas botas militares estuvieron a punto de pisarlo, pero me lancé hasta mi teléfono para rescatarlo de ese fatal destino.
Antes de conseguir agacharme vi que el dueño de esas botas no era otro que Erik. Tragué saliva, mientras soportaba su penetrante mirada durante demasiados segundos. Él me miró de forma distante y, cuando me agaché para coger mi móvil, me encontré con que alguien ya lo había hecho y me lo tendía alegremente, con una sonrisa en el rostro: Karen.

—Gra-gracias —musité.

Agarré mi teléfono, comprobando que no se hubiera roto la pantalla, con gran alivio.

—¡Estas pantallas son tan sensibles! —dijo Karen, mirándome.

—Ya —musité.

Me di la vuelta y volví a mi taquilla.
Karen había sido muy amable, pero por nada del mundo podría olvidar que a su lado estaba Erik, el tío que se había acostado conmigo el día anterior y después me había echado de su casa, prácticamente exigiéndome que le diera las gracias.

Por fin lo metí todo dentro del casillero y, antes de cerrarlo, me percaté de que, en el interior de la puerta, había pegada una foto con Claire.

En la foto, ella y yo estábamos paseando juntas hacía cuatro años. La arranqué y me quedé mirándola unos segundos: Yo aún no tenía el pelo rojo, sino castaño oscuro, pero ella seguía igual de rubia y preciosa que siempre.

Rompí la fotografía por la mitad, separando su sonriente cara de la mía.

—¿Qué haces?

Me sobresalté y cerré la puerta de golpe, quedándome con la fotografía en la mano. Frente a mí se encontraba Claire. No me dio tiempo a responder.

—Ay, Gina, ¿dónde te has metido estos días? Prácticamente no te he visto, ¡ni siquiera hemos hablado!

Valiente falsa…

—He estado ocupada —dije, alzando el rostro.

—¿Con qué? —preguntó—. ¿O con quién?

Su insinuación me dio verdadero asco, así que no quise soportarla ni un segundo más y me dirigí hacia mi clase de Historia de América.
Por el camino volví a toparme con Erik, que me miraba fijamente. Estuve a punto de gritarle que se metiera en sus asuntos, pero, por suerte, Karen tiró de su brazo justo a tiempo y ambos entraron en otra clase.

¿También se acostaría con Karen?

Sí, posiblemente. Era muy guapa y Erik y ella se habían hecho amigos desde el principio. A lo mejor Erik le había contado lo ocurrido el día anterior y ambos habían estado toda la mañana riéndose de mí.

Me sentía profundamente deprimida, caminaba por los pasillos como alma en pena y no podía dejar de sentir mil miradas centrándose en mí.

Conseguí evitar a Claire con gran dificultad en las siguientes tres horas, pero al salir por la puerta del instituto, ella por fin me alcanzó.
Yo habría dado lo que fuera por poder cruzar la puerta y reunirme con Jason antes de verla, ya que él me estaba esperando allí, pero antes de salir del edificio, Claire se puso por delante de mí.

—¿Puedo saber qué te pasa? ¡Llevas tres días pasando de mí! —dijo, frunciendo el ceño—. Si es por la discusión del otro día… lo siento. Lo que hagas con John no es asunto mío.

No pude evitar reírme cínicamente.

—¿Qué no es asunto tuyo? —exploté—. De verdad, Claire… ¿cómo consigues ser tan ridícula?

Ella palideció de pronto, y sus ojos se abrieron, asustados. Esa fue la primera vez que no vi a Claire tan guapa como siempre la había imaginado: Sus ojos azules me parecían demasiado saltones, su cara demasiado cuadrada y su expresión era de desequilibrada mental.

Mi mejor amiga no era otra ahora que una extraña con pocos escrúpulos.

—¿Qué te pasa? —dijo, con voz más suave, intentando calmarme.

Tendió su brazo hacia mí, pero yo la aparté rápidamente.

—¿Qué me pasa a mí? ¡¿Qué te pasa a ti, Claire?! —exigí—. ¡Eras mi mejor amiga! ¿Cómo has podido hacerme esto?

Su rostro fue aún más pálido.

—No es tan simple como parece —intentó excusarse.

—Sólo tenías que haberlo dicho. Simplemente con que me dijeras que John te gustaba; un mensaje, una carta, ¡algo!

La gente nos miraba, lo cual me avergonzó aún más. A estas alturas, todo el instituto conocía mi vida completa. Debía de ser la chica más popular sin ni siquiera darme cuenta.

—No lo entiendes, Gin… yo sólo… —Claire bajó los ojos—. Todo empezó muy rápido, simplemente no pude pararlo.

Volví a reír, cada palabra que decía me dolía, pero a la vez me abría más los ojos un poco más. Llevaba años estando verdaderamente ciega y no me había percatado de que toda la gente de mi alrededor me tomaba por estúpida.

—¿Y por qué querías que volviera con él? —pregunté, por mera curiosidad—. ¿Para poder seguir riéndoos de mí a placer?

Claire alzó la vista, clavándola en mis ojos. Habló seriamente.

—Lo tienes todo, Gin. Buenas notas, eres guapa, tienes un novio perfecto, la gente te admira… Y de pronto, simplemente, lo has dejado todo por el simple hecho de que te gusta el nuevo, aunque tenga pinta de delincuente. Me preocupo por ti, eres mi mejor amiga…

Sus palabras me parecieron repulsivas. Claire debía de estar loca para poder decirme eso después de todo lo que había ocurrido.

Me acerqué con lentitud a ella y le hable en voz baja.

—Ni siquiera vuelvas a pensar en mí —amenacé—. Porque para mí tú eres menos que nada.

Claire bajó la cabeza y las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. Yo la ignoré y salí del instituto rápidamente, con el corazón acelerado a mil por hora.

Apenas unos segundos después me choqué con un cuerpo que reconocí inmediatamente. Jason me abrazó con fuerza un momento.

—¿Cómo estás?

Yo me encogí de hombros. Le había contado todo lo que había ocurrido el día anterior y Jason se había mostrado tremendamente afectado. Según él, el comportamiento de Erik “no tenía sentido”.

—Oficialmente Claire y yo ya no somos amigas —anuncié.

Los dos bajamos las escaleras del instituto, Jason me acompañaría a casa.

—Definitivamente, esta no es tu semana, Gin… O sí, según se mire —dijo, sin perder la sonrisa—. ¿Alguna novedad con el chico malo?

Abrí la boca para responder negativamente, pero en ese preciso momento, Erik pasó rápidamente por mi lado, casi rozándome.

Jason se quedó mirándolo, con escrutinio.

—Es un imbécil, pero hay que reconocer que tiene un culo precioso.

Bufé.

—Tener un buen culo no le da algo más de cerebro.

Jason se rió y me abrazó suavemente.

—¿Sabes lo que te hace falta, Gin? —no esperó que yo respondiera—. Beber, beber, beber y olvidar. Y después seguir bebiendo.

Los ojos azules de Jason me transmitieron tanto cariño que sólo pude soltar una pequeña carcajada. ¿De qué me iba a servir emborracharme?

—Aunque todo salga mal, hay dos cosas que no te abandonarán nunca: El tequila y yo —me aseguró, con voz más o menos seria.

Una vez más me convencí de que Jason era mi mejor amigo, el de verdad.

--------

Creo que el siguiente capítulo lo subiré el lunes o el martes porque el jueves tengo pensado subir el final de "Peligro".

Besos y Eriks (tratádmelo un poco bien, por favor >.<)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro