sin opción

aquí dentro de esta caja voladora de metal
me abrazo a mí misma
en un intento de aliviar el dolor

aquí entre la tierra y el cielo
volando sin alas
sin libertad
sin respiración

me despido de lo que se quedó
de mis pedazos caídos por todo el camino donde pisé

mi corazón allá en aquella casa frente al mar
me mira sonriendo
está feliz de vivir allí

no me extrañará jamás
(pero quizás yo no sepa vivir sin él)

o tal vez sí

porque su vida siempre fue independiente de la mía
       distante
                       lejana
                                    sola

el ruido del avión no deja que nadie escuche mi grito de despedida

y quiero llorar a mares
y quiero correr deprisa

hay volcanes sureños que me esperan
hay araucarias con los brazos abiertos esperando mi abrazo

lo único que me alivia el alma
es la esperanza de que el avión se caiga
con todo el peso que llevo

y que por fin
mi sufrir se transforme en calma
mi herida en aire
mi nostalgia en viento