Jardín de penas

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Perspectiva de Makoto Naegi

Después de las palabras de nuestro profesor la mayoría se levantó y se dispuso a irse, posiblemente para recorrer la academia o visitar los laboratorios definitivos.

Decidí que lo mejor era hacer lo mismo. Mientras más conocimiento tenga mas cerca estaré de mi objetivo. Con eso en mente me levante de mi pupitre y salí de la clase, aunque observe por unos momentos a la afortunada definitiva. Siento que será un pequeño problema, nada que Junko-chan no pueda arreglar.

Mientras recorría los pasillos de la academia pude apreciar que, a pesar de ser muy grande parece ser que solo unas cuantas clases son ocupadas. Talvez se deba a que encontrar personas con talento es un poco difícil.

Mientras pensaba en eso no pude evitar notar como alguien caminaba distraídamente. Pensándolo bien no pude tener algo interesante hasta ahora, así que decidí chocar con ese alguien. Después de todo, no se veía peligroso en lo más mínimo.

Al hacerlo, lo que sea que traía esa persona en sus manos cayó al suelo.

—Perdón, no vi por donde iba.

Mientras decía eso me agache para recoger el objeto que se le cayó, el cual resulto ser una consola de videojuegos personalizada con unbpatrón de 8 bits de gatos, algo sumamente tonto y ridículo para mi gusto.

Y al parecer el dueño de esta cosa tampoco es de mente rápida, pues se quedó inmóvil mientras me agachaba para recoger su consola y acto seguido ofrecerla para que la tomara.

—Perdón por chocar contigo, parece que estaba en mi mundo.

Le dije eso mientras le ofrecía su consola. 

—O, no hay problema.

Dicho eso tomó la consola que le tendí y lo miro por un pequeño lapso de tiempo hasta que al parecer, sus neuronas al fin conectaron un poco, o lo suficiente para iniciar una conversación.

—¿Por cierto eres nuevo no?.

Vaya, al parecer puede formular palabras. Me estaba empezando a preocupar a decir verdad. Su cara de idiota me hizo cuestionar si Kibougamine había iniciado un programa para admitir retrasados mentales.

—Así es, clase 78, Makoto Naegi el florista definitivo. Un gusto conocerte, y ¿tu eres?.

Cuestioné esperando una respuesta algo útil.

al parecer esas palabras despertaron un poco más a la chica quien parecía poder dormirse en ese mismo lugar.

—A si, mmm.. soy Chiaki Nanami la gamer definitiva de la clase 77.

Lo dijo con un tono calmado, casi perezoso y muy cansado. Realmente me dio un poco de pena, pobre de su padre.

—¿Clase 77??, o, ¡¡así que tu serás mi senpai!!.

Lo dije con un tono que aparentaba una pequeña pizca de emoción y felicidad.

—Jejeje, eso parece. Entonces supongo que tu serás mi kohai. Espero poder verte pronto Naegi-kun, pero de momento debo irme, nuestra sensei tiene un anuncio importante y no quiero llegar tarde.

—O claro, pero quisiera compensarte por el accidente.

Dicho eso busqué  algo en mi bolso, usualmente nadie nota que llevo uno, eso da la impresión de que siempre saco mis plantas y flores de la nada. Siempre es divertido ver sus reacciones de espanto momentáneo.

—No tienes por que, solo fue un..

Las palabras de Chiaki murieron en su boca al ver lo que le estaba ofreciendo como disculpa. Era una Rosa de color rosado pastel, una de mis propias cosechas de temporada.

—Por favor acéptalo como una disculpa. Me sentiría un poco tonto si no lo hicieras.—extendí la mano para entregar la flor y Nanami la tomo con delicadeza.—Usualmente se dan Rosas rosas como señal de perdón, así que espero que nos encontremos de mejor manera la próxima vez.

—Yo también lo espero Naegi-kun.

Lo dijo con una delicada sonrisa mientras tocaba delicadamente la flor.

Dicho eso ambos seguimos nuestros caminos. Sin embargo no pude evitar que una sonrisa se plasmara en mi rostro. Sin duda me divertiré mucho.

Seguí caminando por los pasillos de la academia hasta que llegué a lo que parecía un invernadero en el quinto piso de la academia, cuando me adentre pude observar una gran variedad de arboles y arbustos, además de una planta que no reconocía en pleno crecimiento. Junto a aquella planta se encontraba otro estudiante, era un poco gordo, llevaba una bata de laboratorio y parecía estar jugando con sus manos. El estudiante pareció darse cuenta de mi presencia cuando dio un respingo y me llamo.

—¡¿quien eres?!.

Esa fue la pregunta que dió el estudiante al girarse en mi dirección.

—Perdón. Solo pasaba por aquí y este lugar me llamo la atención. —mientras decía eso me acerque hasta estar a unos metros del chico.—Soy Makoto Naegi florista definitivo.

—¡¡¿Makoto Naegi?!!.

El chico exclamo con una obvia emoción en su voz.

—Soy santa Shikiba, el botánico definitivo. Admiro tu trabajo en la preservación de especies en peligro, ni siquiera podría describir lo innovador que fue descubrir que existían mas tipos de flores con tales capacidades medicas gracias a tu investigación.

Cuando el gordo se presentó pude reconocerlo, según recuerdo escribió un libro sobre el cuidado de plantas muy inutil y presentó una tesis sobre el como células madre y vegetales podrían funcionar como el puente para la clonación. Una idea estupida la verdad.

—¿Eres ese Shikiba?, soy un admirador de tu libro sobre el cuidado de plantas.

Le dije eso con una emoción igual de falsa que mi interés por este tipo.

Desde ese momento pasaron alrededor de 35 minutos donde pude charlar sobre algunas de sus investigaciones y logros en sus campos, además de que me enteré de que este invernadero perteneció a la biogenética definitiva, luego fue adaptado para uso de estudiantes con talentos relacionados a la vida vegetal. Pues antes de que yo entrara otra florista había ingresado a Kiboigamime.

—Por cierto Santa-senpai. ¿Qué es esta extraña planta?.

pregunté al ver mas de cerca aquella planta tan extraña, no se parecía a nada que hubiera visto, además de compartir características de especies de plantas que no se relacionaban entre si, eso me fascino en una pequeña medida.

—Pues es un proyecto algo ambicioso a decir verdad.

Respondió mientras se ponía algo nervioso.

Lo vi algo confundido y por su expresión supongo pensó que seria mejor explicarlo de manera mas detallada.

—Es una especie de planta que yo mismo creé, su principal función será la de poder consumir residuos como basura, ya sea orgánica o inorgánica, para después usarla como una especie de fertilizante natural para la tierra donde se encuentre.

—¿Una especie creada con esas funciones?, Santa-senpai si esto tiene éxito podría revolucionar el mundo de la botánica.

era simplemente sorprendente. Una especie con esas características podría ser la solución a las tierras infértiles y las malas cosechas, además de ser una opción ecológica. Y pensar que este gordo fue su creador.

—El único problema es que su crecimiento es demasiado lento, para este punto tendría que medir mas que nosotros, sin embargo su tamaño es el de un arbusto común.

Pude notar que estaba desanimado, sin embargo eso no es lo importante.

El solo echo de que esta cosa haya germinado muestra que mis propias hipótesis sobre la biogenética en plantas para mis fines eran de echo posibles. Debo ponerme de mi lado bueno de este gordo.

—Creo que puedo ayudar en eso Senpai.—dicho eso busque en mi bolso por unos momentos hasta que al fin lo encontré.—Aquí esta, esto podría servir.

—¿Qué es eso Naegi-kun?.

Santa lo pregunto, pues lo que yo sostenía era un vial con un liquido rojo intenso con motas negras que se perdían dentro del liquido cada tanto.

Así que para proceder rápido decidí explicarle.

—Esto es uno de mis proyectos. Antes de recibir la carta de Kibougamine trabajé para crear un método de cultivo de flores mas rápido para la sucursal botánica del grupo Towa. Este fue el resultado de dicha investigación.

Dije mientras mostraba el vial de unos 7cm.

—Puedes verlo como una especie de hormona de crecimiento para simplificarlo mucho, Su función es adelantar la germinación y crecimiento de plantas. Aunque es uno de mis mejores proyectos realmente no se usa mucho pues hacerlo requiere un suelo extremadamente rico en nutrientes. Despues de todo acelerar el crecimiento de una planta exige muchas cosas, aunque no se como actuara con esta especie en particular. Santa-senpai, ¿tienes las anotaciones de el proyecto?.

Al terminar de decirlo todo Santa parecía estar mas que animado. Con prisa fue hasta una mesa donde reposaban mas plantas y unos cuantos frascos y tomo lo que parecían ser anotaciones.

Sin duda parecía estar muy desesperado por una posible solución a su problema, no puedo creer que enserio me esté dando sus anotaciones nada mas de unos minutos de conocernos. Aunque yo también le mostré un proyecto, esto realmente es solo una versión beta. Nunca le daría uno de mis proyectos a alguien, no soy estupido.   

—Aquí tienes, son todas las anotaciones y especies usadas para crear esta planta.

Termino de decir mientras me entregaba un total de 20 hojas, sin duda le puso empeño a esto, aunque no es como si me importara. Solo terminé de revisar las hojas tras confirmar que todo estaba en orden y memorizar una parte muy interesante de sus apuntes le di mi veredicto.

—Parece que esta formada por variaciones de Nepthedes, otras funciones como la de fertilizar el suelo parecen ser propias de esta especie. Al parece que no hay problema santa-senpai, el uso de mi proyecto no traerá efectos negativos en el tuyo.

Tras decir eso nos pusimos manos a la obra y después de 10 minutos el contenido del vial fue convertido en una especie de gas, el cual me encargue de rociar sobre la planta. Después de unos minutos de charla acordamos vernos en unos días para ver el resultado y salí del invernadero.

En estos momentos pensé que seria buena idea ir a visitar mi laboratorio definitivo. Saqué mi eloctroid y vi la ubicación de mi laboratorio, parecía que estos solo mostraban el laboratorio del estudiante, otros laboratorios y puntos clave, pues no se mostraba nada mas que los planos de la academia a modo de mapa y algunos de mis datos junto a los de mis compañeros de aula, fuera de eso no poseía nada interesante, aunque me inquietaba el saber como tenían mis medidas de pecho y tipo de sangre.

Caminé por unos 10 minutos y llegué  a lo que parecía ser el patio trasero de la academia, aunque parecía amplio y bien cuidado no había mas que algunos arbustos de flores alrededor y unos cuantos arboles. Además claro de mi laboratorio definitivo, el cual era una cúpula de cristal gigante de aparentemente 3 pisos y 4 secciones mas pequeñas que daban la impresión de estar atrapando la cúpula principal.

Dudo un poco los demás laboratorios sean tan grandes, cosas buenas de "trabajar" para los 8 cerdos de arriba.

Al entrar por una de las cuatro secciones fui recibido por una visión de distintos tipos de flores en maceta, alguna plantas de distintos tamaños y una mesa blanca con dos sillas que tenían un conjunto de té encima, al parecer la academia estudiaba bien a sus estudiantes, aunque también pudieron enterarse de mi gusto por el té de otra manera. Parecía un lugar donde relajarse.

Aunque pude notar algo extraño, talvez no tendría tiempo de ver el resto hoy, esto debido a cierta persona escondida

—Parece que te gusta jugar a las escondidas, ¿verdad Junko-chan?, ¿no estas un poco grande para eso?.

Al terminar de decir eso pude notar como cierta modelo salía detrás de unos arbustos.

—¿No te dije que espiar a la gente era malo?.

—Vamos, no seas aguafiestas Makoto, solo quería darte una pequeña sorpresa ¿sabes?.

Mientras ella hablaba se acercó hasta quedar frente a mi.

—Sabes lo que pienso sobre tus sorpresas. ¿Cuanto llevas esperando ahí?.

—No mas de 4 minutos.—Lo dijo como si eso fuera bueno. —tómalo como una visita de improvisto. Sin esa loca cerca podríamos tener una conversación normal.

—Claro, lo que digas, por cierto, ¿donde está Ikusaba?.

Pregunte eso ya que era muy raro ver a Junko sola, mas desde la ultima vez donde casi se convierte en picadillo gracias a mi "querida admiradora".

—Quien sabe, no es como que ella fuera muy importante.

Le restó importancia con un movimiento de mano mientras miraba de un lado para otro con una cara inocente.

—¿Enserio?.

pregunté eso mientras caminaba en dirección a una pequeña mesa de herramientas, sin previo aviso tome unas tijeras de jardín y las lancé con precisión en dirección a la cara de Junko.

Las tijeras hubieran dado en el blanco si una figura no se hubiera puesto en medio y bloqueado las tijeras.

—¿No te dije que mentir también es malo Junko-chan?.

Ella solo soltó una risa traviesa, como si lo que hubiera pasado hace unos segundos no fuera nada.

—Por cierto, hola Mukuro.

La nombrada solo pudo asentir con un ligero rubor en sus mejillas, mientras se ponía al lado de su hermana.

—¿A que debo su visita?.

Pregunté mientras me sentaba en una de las sillas después de volver al lado de Junko.

—Solo quería contarte sobre una pequeña actividad que al parecer se realizara entre nuestra clase y nuestros senpais, parece ser importante para estar en la oficina del director bajo llave.

Dijo Junko mientras se miraba las uñas de manera aburrida, como si meterse a la oficina del director fuera cosa de nada.

—¿Como te metiste a la oficina del director?.—luego mire a Mukuro quien miraba a otro lado.—¿Sabes que? olvídalo. Creo que me hago una idea.

—No fue tan difícil, como sea, mi patética hermana y yo nos tenemos que ir. Solo quedan unas horas de clase y quiero saber si puedo entrar a los otros laboratorios definitivos.

Dicho eso las dos hermanas se fueron dejándome pensativo sobre el tema.

—Parece que mis planes tendrán que esperar un poco, talvez encuentre algo interesante que me sea de ayuda.

Pensé en voz alta mientras me levantaba y me disponía a empezar a cultivar mis propias flores, y una que otra flor especial.

Después de un tiempo de estar en mi laboratorio salí hacia afuera. Me di cuenta de que por fuera de mi laboratorio no había una sola flor o planta que no fueran las ya presentes las que eran jodidamente feas para mi gusto.

Cuando estaba a punto de entrar de nuevo para pasar unas plantas afuera, pude ver a una mujer corriendo con mucha prisa hacia la parte mas alejada del patio, con lo que parecía ser un celular en la mano, la curiosidad me gano y decidí seguirla.

Parecía muy concentrada pues no noto mi presencia, talvez debido a los consejos de Mukuro o pudo ser solo suerte, cuando estuvo lo suficientemente cerca la pudo oír.

—Munakata tengo un nuevo informe.

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