Capítulo 36

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Capítulo dedicado a:  @Akari-chaM   Gracias sensei por tu apoyo y tomar tiempo para leer y dialogar de mis estupideces y por supuesto por compartir también tus cosas conmigo, sobre todo por haberme dejado entrar a tu vida y descubrir la genial persona que eres. De corazón espero que esta amistad dure muchísimo tiempo más!  love u  my cybernetic friend.

POV ABIGAIL:

Tres meses han pasado ya, entre trabajos de la universidad, controles médicos, salidas con amigos y familia, fines de semana ayudando en el orfanato y de vez en cuando cuidando de mis hermanas.

Ahora tengo siete meses de embarazo y se me hace más complicado realizar las acciones diarias, debido a lo que mi panza ha crecido; una de las razones por las que tampoco puedo volver a la universidad y tendré que darme la licencia antes.

Todas las tardes, después de que Clarisse sale de la universidad hablo con ella para actualizarme y mantenerme informada sobre los temas nuevos que han visto. Hoy ella vendrá a cenar y de paso me comentará las novedades, por lo que ahora mismo me encuentro en el supermercado comprando los ingredientes necesarios para preparar otra de las comidas favoritas de mi amiga... " Salmón con ensalada y puré de papas".

Recorro cada pasillo del supermercado buscando lo que necesito, algunos pasabocas, vinos y refrescos; cuando ya tengo lo que necesito en el carrito y la lista con las cosas que necesito ya está tachada, me dirijo a la caja registradora para pagar y posteriormente salgo de allí y dejo las bolsas de la compra dentro del carro con mucho esfuerzo, pues me cuesta un poco más de lo normal a causa de lo crecida que está mi pancita y lo mucho que se han estado moviendo este par en los últimos días. Cierro la puerta del maletero y conduzco de nuevo a casa, no me toma mucho tiempo el recorrido, ya que fui al supermercado que queda a cinco cuadras de mi casa. Estaciono el auto en el parqueadero de afuera y llevo las bolsas de a dos en dos hasta la cocina, cuando ya todas están allí... me devuelvo al carro para cerrar el maletero y tomar mi bolso, dejo el carro con seguro y entro a la casa para empezar los preparativos.

Reviso el celular para confirmar a qué hora vendrá mi amiga:

Abigail: ¿Si puedes venir hoy a cenar?

Clari: Por supuesto, justamente te iba a escribir para confirmar la hora.

Abigail: ¿Te parece bien a las 6:00 p.m? tenemos mucho que hablar...😏

Clari: A esa hora está perfecto. ¿Quieres que lleve algo para la cena?, ¿un postre o algo?

Abigail: No te molestes, yo quiero atenderte y ya tengo todo listo para la cena.

Clari: Está bien... ya sabes que no soy capaz de ir con las manos vacías.

Abigail: Tu siempre complicándote con todo. 😆

Me desconecto de las redes y dejo mi celular de lado para poder terminar la cena a tiempo, lo que me lleva aproximadamente dos horas; ahora puedo darme un descanso bien merecido mientras espero a que el pastel que he preparado esté listo, cuando la campanilla suena, lo saco y lo pongo en otro recipiente sobre la mesa.

Voy a darme una ducha y a cambiarme la ropa, cuando termino suena el timbre, probablemente sea Clari, ella se caracteriza por ser puntual. Bajo las escaleras con sumo cuidado y ya en la primera planta baja abro la puerta, recibiendo a la chica que traía en sus manos una canasta con frutas, dulces y demás apetitivos.

— ¡Clari! dije que no tenías que molestarte.

— ¡Abi! y yo dije que no es molestia, también compré algunas prendas y juguetes para los próximos integrantes de la familia —Se devuelve hasta el auto y saca varias bolsas de regalo con motivos de bebés.

— Muchísimas gracias amiga, valoro bastante esto. pasa, estás en tu casa.

— Linda casa, amé la decoración.

— Que linda, tu siempre admirando todo—Pasamos a la sala y Clari toma asiento en el sofá junto a mi, dejo caer mi peso suavemente y miro con curiosidad a mi amiga—. ¿Cómo va todo?, ¿ya mejoraron las cosas con Dominic, Emma y Sakura?

— Si—Me río al recordar lo tonto que fue ese conflicto —. Luego de mucho esfuerzo y dedicación. ¿Cómo te ha ido con el embarazo?

— No sé que decirte...—Hago una pequeña pausa—. Me parece increíble que dentro de mí puedan estar creciendo dos vidas, pero al pensar en lo que pasará en el futuro, no puedo negarte que me da miedo. Sé que no estoy sola, de igual manera me asusta que las cosas puedan salir mal.

— Abi... amiga, sabes que estoy aquí para lo que necesites y te agradezco mucho el que confíes en mi de esta forma.

— Lo sé Clarisse, quería aprovechar este momento para darle las gracias por tu amistad incondicional—Siento como mis ojos se llenan de lágrimas y continuo con mi discurso—. Personas como ustedes son difíciles de encontrar—No sé en que momento he empezado a llorar—. Lo siento... son las hormonas.

— Tranquila Abi...—Ella rápidamente me envuelve en un abrazo, hasta donde se lo permite mi voluminoso vientre.

— Gracias por todo—Le sonrío para tranquilizarla.

— No hay de qué—Rompemos el abrazo—. ¿Cómo van esos pequeñines?—Clari pasa una mano por mi vientre, acariciándolo tiernamente y los bebés al sentir el tacto patean inmediatamente.

— Ellos van perfectamente—Pongo mi mano instintivamente junto con la de mi amiga y los bebés continúan moviéndose inquietos—. Al parecer desde ya quieren mucho a la tía Clarisse, se mueven mucho contigo.

— Más les vale que también me quieran porque yo los quiero inmensamente, esos pequeñines se han ganado mi corazón... estoy ansiosa por conocerlos.

— Ya falta poco y les va a tocar un poco duro a todos los tíos porque mas les vale que me ayuden de vez en cuando.

— Por nosotros mejor, sabes que todos estamos encantados de hacerlo y eso no tienes que dudarlo.

Clari se ofrece a ir por la cena y llevarla  al comedor para que yo no tenga que hacer esfuerzo alguno, deja todo en la mesa y nos sentamos a disfrutar de la cena en compañía de la otra.

— Quedó todo tan delicioso Abi, tienes que enseñarme tu receta.

— Claro que si, sería muy divertido cocinar algún día juntas.

— Estoy de acuerdo contigo—Ella sigue disfrutando de su plato y continuamos comiendo en silencio.

— ¿Y cómo va todo en la universidad, alguna novedad?

— Lo cierto es que no hay mucho que contar... hemos estado viendo algunos temas nuevos, los que están en las notas que te traje—Señala el montón de papeles que están al otro lado de la mesa—. La próxima semana tendremos un examen de anatomía que vale el veinte por ciento de la nota final.

— Interesante. Oye, hace algunos días estuve viendo las fotos del día que fuimos a la playa, cuando recién nos conocíamos todos; en aquellas "mini vacaciones" nosotras estábamos haciendo el proyecto de la panza falsa.

— Lo recuerdo muy bien, ¿quién pensaría que se volvería realidad?—Bromea la chica riéndose suavemente.

— Eso es cierto—Acompaño sus risas—. En ese tiempo ni se me pasaba por la cabeza que yo le gustaría a Samuel.

— Créeme que a ninguno se nos pasaba por la cabeza, él parecía muy ensimismado en la apologética; no lo estoy juzgando, de hecho creo que todos cometemos errores por más creyentes o religiosos que seamos, sin embargo... simplemente no me lo imaginaba.

— Y tienes razón en eso. A Sam le ha dado muy duro el hecho de haber cometido ese error, pero ya lo ha ido asumiendo y mejorando de nuevo las cosas con Dios.

— Eso es lo importante—Me sonríe sincera.

Al terminar la cena mi amiga deja todo en la cocina para ayudarme a ordenarlo y yo la convenzo de que al otro día vendrá la señora que me ayuda con el aseo para encargarse de todo, en cambio le enseño la amplia casa a mi amiga y ella queda maravillada con el diseño y demás cosas, luego volvemos al salón para continuar la interesante charla.

— Al estudia medicina he podido entender la causa de algunos síntomas del embarazo—Menciono.

— Cierto... es muy divertido poder explicar la causa científica de muchos fenómenos que pasan en el cuerpo humano, esa es una de las razones por las que amo la medicina.

— Sin embargo el intenso dolor de espalda y cansancio son en parte culpa de la comprensión de las vértebras de la espalda baja que se produce por el exagerado peso producido—Le explico a mi amiga.

— Otro ejemplo es la molestia que se siente en la parte baja del abdomen es debido a que, alrededor del útero se encuentran los ligamentos redondos y a medida que el útero crece, estos se estiran y espesan para proporcionar mas apoyo.

— Si, eso lo puedo comprobar empíricamente muy seguido.

— ¿Empíricamente?, ¿desde cuándo hablas con términos filosóficos?—Se burla Clarisse—. Ya empiezas a sonar como Samuel.

Ambas reímos animadamente. Empiezo a sentir hambre de nuevo y recuerdo que aún no hemos probado el postre.

— Clarisse ¿quieres un poco de postre?

— ¡Claro! ¿necesitas ayuda?

— No, estoy bien, además tu eres la invitada. Espera aquí—La chica se limita a asentir, me levanto del sofá e inmediatamente se me escapa una pequeña mueca de dolor.

— ¿Molestia de ligamentos redondos?

— Si, eso creo—Me hago masajes sobre mi vientre para aliviar un poco el dolor.

— ¿Aún no han aparecido las contracciones Braxon hicks?

— Sólo he tenido una.

— ¿Y cómo vas con las horas de sueño, estás durmiendo bien o se te dificulta posicionarte y te da insomnio?

— A veces si me da insomnio y es incómodo acostarme de lado por el peso, pero ahí me he ido acostumbrando.

— ¿Cansancio y agotamientos más de lo normal?

— Ajá... oye, ¿desde cuando esto se volvió una consulta médica?— Ambas soltamos una carcajada.

— Pero es genial hablar de esto, a parte que ambas entendemos los términos médicos y podemos compartir conocimiento. por ejemplo: ahora tu placenta, útero y líquido amniótico pueden llegar a superar los seis kilogramos, esto hace que cueste más de lo normal realizar las tareas rutinarias por el exceso de peso que debes soportar; lo que te puede provocar sensación de torpeza... ¿me equivoco?.

— ¡Exacto! sobre todo este último trimestre, la placenta aumenta la demanda de flujo sanguíneo para asegurar una correcta alimentación y aporte nutricional al feto, esto aumenta el trabajo cardíaco al cincuenta por ciento de su volumen habitual, eso figurando que son dos criaturas... entonces imagínate.

— A eso sumemos que comienzas a ponerte sensible anímicamente, no obstante, eso depende del carácter de cada persona y como desarrolla el embarazo; por lo que me atrevo a decir que tu lo llevas bien, a pesar de las preocupaciones de cómo criarlos y cuándo se producirá el nacimiento.

— ¿Sabes? deberíamos dejar de hablar de esto, parece que tus sobrinos están escuchando porque no han parado de moverse y justo en este instante parece que están muy incómodos con sus pies estirados sobre mis costillas—Respiro profundo y trato de controlar el dolor—. Clarisse... si te soy honesta, no pensé que estar embarazada de verdad fuera tan tedioso, incómodo y algo doloroso también—Agarro fuerte una silla que se encuentra a un lado mío—. Si pensaba que el proyecto era complicado, no quieres ni imaginar lo que es que sea real.

Lleno lo más que puedo mis pulmones de aire y lo retengo por unos segundos, cuando el dolor pasa expiro fuerte.

— No hay que ser muy inteligente para darse cuenta de lo mal que has pasado...—Mi amiga se pone en pie y se acerca a mi posición para hacerme un masaje.

— Amo a estos bebés como no tienes idea, pero... quiero que nazcan pronto porque no sé hasta cuándo pueda resistir esto—Disfruto del alivio que producen los movimientos de las manos de Clari sobre mi espalda —. Gracias por el masaje... enserio lo necesitaba.

— ¿Para qué somos las amigas?—Ella sonríe mientras continúa su tarea.

Todo parece estar en mi contra hoy porque no han pasado ni cinco minutos desde el último dolor cuando una contracción me golpea con fuerza, Clari me toma de los hombros y la espalda para ayudarme a levantar y llevarme a mi cama para poder descansar.

— ¿Quieres que te traiga algo?, ¿necesitas algo más?

— No, ya todo está bien... gracias Clari.

Mi amiga se retira pasadas las ocho de la noche y yo me quedo en mi cama con mis cobijas cubriéndome completamente por el frío que hace, intento dormir pero me es imposible ya que no logro dejar de lado los pensamientos acerca del nacimiento de los bebés y lo mucho que me aterroriza no ser una buena madre para ellos, a parte está el tema de la boda... la verdad no sé qué hacer. Estoy muy asustada.

Hablar con Clarisse me ayudó bastante, el caso es que mis hormonas están más alborotadas de lo normal, cada noche pienso en esto y el insomnio me invade; Samuel ha estado muy pendiente de lo normal, durante la semana ha sacado en varias ocasiones el tema a relucir para intentar darme la calma que necesito, lo que le agradezco enormemente.

Doy varios sorbos al té que Clari preparó para mi antes de irse, aunque le repitiera varias veces que no se tomara la molestia... ya sabemos que esta chica es algo terca. Sigo bebiendo con la esperanza de que el sueño me invada, lastimosamente no lo logro con la velocidad que quería.

Mis pensamientos en este momento se resumen en: ¿Qué diseño y color de vestido usaría para la boda?, ¿qué nombres escogeré para los peques?, ¿cómo los criaremos?, ¿qué haré con mi carrera?, pero lo que más me preocupa de todo esto es la crianza y los cuidados porque ahora soy responsable de dos vidas más y empezar a adaptarse y hacerse a la idea cuesta mucho.

La verdad es que estoy muy feliz de formar mi familia y desde que me enteré que estaba en embarazo, me enamoré de estas criaturas, pero al mismo tiempo  para una como mujer es algo arduo amoldarse a la responsabilidad y más que es algo con lo que no naces aprendido, si no que tienes que ir aprendiendo y tomando experiencia con el paso del tiempo. Lo que me tranquiliza es que estoy segura de que tanto Samuel como yo haremos un buen trabajo, sobre todo procuraremos que nuestros hijos crezcan en un hogar sano y que intenta agradar y honrar a Dios con nuestras vidas.

Admito que Samuel y yo cometimos errores en el pasado, pero estos dos bebés son una gran bendición... ellos jamás tendrán la culpa de los errores de sus padres lo importante es que ambos pedimos perdón por nuestros errores pasados y procuramos al máximo vivir al margen del carácter de cristo.

Nadie es perfecto, todos cometemos errores y tenemos defectos que mejorar seamos o no creyentes y eso hace parte de nuestra naturaleza pecaminosa. Mi amiga tiene algo de razón con lo de que últimamente estoy hablando como mi novio, eso me causa algo de gracia ya que es increíble como al compartir tanto tiempo con una persona se te van pegando sus cosas.

Mis ojos empiezan a cerrarse poco a poco y yo no hago nada para impedirlo, estoy tan agotada que me convendrían unas horas de sueño. Me encuentro en mi sopor de la madrugada, durmiendo tan plácidamente que me parece mentira después de varias noches de insomnio; una fuerte contracción es la causa de que me despierte de repente y me estremezca de dolor.
Me siento en la cama y acaricio mi barriguita  intentando que el dolor cese, pero no funciona y los bebés comienzan a moverse en mi vientre para acomodarse, lo que no hace más que proporcionarme una que otra patada que aumenta el dolor. Respiro repetidas veces e intento hablarles para que se calmen y queden quietos de nuevo, sorpresivamente funciona y el dolor desaparece, por consiguiente, me quedo un rato cantándoles a mis niños hasta cerciorarme de que están en completa calma.

A la mañana siguiente me despierto casi que a las doce de la tarde a causa del agotamiento de la noche anterior y también a que Samuel no para de llamarme para confirmar si iremos a almorzar juntos como habíamos acordado, tomo mi teléfono y respondo a su tercer llamado.

<< ¿Amor, estás bien?, estaba preocupado por ti.>>

<< Sami estoy bien, ayer pasé mala noche por las contracciones y es por ello que acabo de despertar.>>

<< ¿Pero no fue a mayores, nuestros chicos están bien?>>

<< Así es, estamos todos bien y no fue a mayores... son las típicas contracciones del último trimestre.>>

<< Estoy ansioso por ver a nuestros niños en nuestros brazos, me consuela el hecho de que falta poco para ello.>>

<< A mi igual, sólo que la preocupación sigue ahí de vez en cuando.>>

<< Es completamente normal que la haya, yo igual tengo algunas preocupaciones, empero estoy seguro que con ayuda de Dios averiguaremos cómo ser buenos padres, tenemos de nuestro lado al maestro de maestros, además de la ayuda de nuestra familia y grupo de amigos.>>

<< Tienes razón, cielo... iré a organizarme para nuestra cita. Nos vemos donde acordamos en unos minutos.>>

<< Te estaré esperando, te extraño mi niña. Por favor ten cuidado al manejar.>>

Una gran sonrisa se asoma en mis labios ante sus últimas palabras, cuelgo la llamada y voy directo al baño; cuando termino con mis necesidades voy al armario y me visto casualmente, my outfit consiste en un vestido ancho y unas zapatillas planas, últimamente no me provoca mucho vestirme elegante como acostumbraba y es mas que todo porque con el peso de mi barriga no quiero subirme a mis tacones ni mucho menos usar prendas elaboradas, sólo quiero usar pantalones, camisetas y vestidos anchos con zapatillas planas o tenis.

Bajo a la cocina para tomar una avena y no irme completamente en ayunas, cuando termino dejo el vaso en el lavabo para que Emily, (mi empleada de servicio) pueda encargarse luego.
Ella se encuentra ordenando y limpiando el salón principal, la saludo formalmente con una sonrisa antes de salir de casa.

Conduzco con cuidado hasta el lugar que Samuel tiene preparado para nuestra cita. Últimamente me está dando un poco de dificultad conducir, por lo que he optado por quedarme en casa y no salir muy seguido a menos que sea Samuel quien venga por mi y conduzca; el caso es que esta semana ha estado ocupadísimo y fui yo la que rechazó su petición y decidí conducir hasta acá en repetidas ocasiones para pasar el tiempo juntos mientras ayudo un poco, él no parece estar de acuerdo con mi decisión.

Llego al punto de encuentro acordado y bajo dificultosamente del auto, le entrego al valet parking las llaves y entro al elegante restaurante. Lo cierto es que luzco demasiado extraña ante tanto lujo, mi vestimenta en este instante es algo casual, pero no tiene gran importancia... solo quiero estar cómoda.

— Buenas tardes—Me saluda el camarero que se encuentra en la puerta—. ¿Desea una mesa para uno o tiene reserva?

— Yo diría que sería más bien una mesa para tres—Sonrío mientras acaricio a mis hijos.

— ¿Espera gemelos?—Me limito a asentir mientras sonrío orgullosa—Mis más grandes felicitaciones.

— Muchas gracias, ah y por cierto... tengo una reservación a nombre de Samuel Restrepo.

— Sígame, la llevaré hasta allí.

Camino tras el camarero y atravesamos el lugar hasta las mesas que están en el gran jardín, propiedad del restaurante con vista a un hermoso lago. Al estar a unos metros de distancia de la mesa que siempre solemos reservar, distingo tres cabelleras rubias, tres castañas y una negra; no esperaba compañía hoy pero me alegra en sobremanera que todos nuestros amigos estén aquí con nosotros.

Samuel al verme llegar inmediatamente se pone en pie y se acerca para rodearme protectoramente con sus brazos, deposita un casto beso en mis labios y me corre la silla para que tome asiento a su lado.
Saludo a cada uno de los chicos y observo que Clarisse, Sakura y Dominic conversan animadamente sobre su infancia, pues según el... tenía curiosidad por saber que hacía su chica cuando no estaba en Inglaterra con él; Adam está sentado en medio de Sakura y James observando atentamente la charla de esos tres, se ve algo perdido en sus pensamientos y aburrido.

— ¿Dónde dejaron a Charlexander?—Uso el apodo de pareja que Clari y yo les inventamos.

— Ese par de locos no pudieron venir, tenían tareas que hacer de la universidad—Responde Clari de inmediato.

— Esos dos dejando todo para lo último siempre, lo extraño es que ellos nunca se pierden un evento a menos que sea algo de extrema importancia.

— Exacto, lo que pasa es que tenían una exposición que planear.

— Ya quiero ver a esos dos quemándose el cerebro tratando de explicar el tema.

Cada uno pide lo que le apetece cenar y mientras el pedido llega nos unimos todos en una conversación de interés en común, estábamos tan alegres riéndonos y hablando hasta que somos interrumpidos por el mesero que empieza repartir los platos a cada uno. Empezamos a comer y hablamos una que otra vez del tema anterior y lo deliciosa que está la comida.

— ¿Qué tienen planeado para hoy?—Pregunta Emma aún disfrutando de su almuerzo.

— Pues yo debo terminar algunos trabajos para la universidad.—Contesta Clari.

— Yo igual—Añade Sakura.

— Quedé con Liam de hacer una videollamada —Menciona Dominic.

— Yo pasaré la tarde cuidando de mi prometida y descansando un poco del trabajo—MI novio me rodea con su brazo cariñosamente y yo sonrío tontamente.

— Iré a visitar a mi familia y de paso haré algunas compras—Interviene Adam.

— ¿Y ustedes que harán?—Pregunto en dirección a Emms y James.

— Pues... yo tengo que ir al aeropuerto a hacer algunas prácticas de vuelo y tal vez más tarde salgamos a cenar—Dice mirando a Emma que ahora está disfrutando del postre.

— Si, sería buena idea, pues ya que lo dices... creo que iré a verte volar, hace tiempo que no lo hago—Añade la rubia.

— James, ¿estudias aviación y no me habías dicho?—Pregunta Clarisse sorprendida.

— Así es, cuando lo digo nadie suele creerme. La forma en la que te sientes al pilotar un avión es indescriptible, es una libertad pura e inigualable.

Todos nos sorprendemos bastante al escuchar esto, porque nunca hubiéramos imaginado que a nuestro amigo le gustaran tanto los aviones y mucho menos que estudiara algo relacionado a esto; de hecho ni siquiera había mencionado algo relacionado con la universidad hasta ahora.

Al terminar de comer cada uno se va excusando con que debían irse de inmediato a realizar las actividades pendientes dichas anteriormente. Dominic es el único que se queda y le entrega a Sam el dinero total de la cuenta, puesto que yo no he terminado mi plato y me falta el postre especial.

— Fue un placer compartir con ustedes este rato de almuerzo, Sam te dejo el dinero del total gasto de todos.

— No es necesario Dominico... yo fui quien los invitó, así que el gasto corre por mi cuenta—Le responde mientras le devuelve el dinero, el chico rubio asiente incómodo y se marcha.

Termino mi plato y continúo con el postre de manjar y chocolate que Samuel había reservado para mi, mi chico comienza a hablarle a los bebés cariñosamente... algo que me llena de ternura. Siempre me ha gustado el modo en que Sam se dirige a los chicos, pues se nota que de verdad los quiere y será un buen padre con ellos.

En cuanto termino el postre, pedimos la cuenta y Samuel paga, salimos del restaurante y el se ofrece a manejar por esta vez, justo no ha traído su auto con la excusa de "no dejarme conducir a casa sola".

Se me hace extraño no estar al volante, me he acostumbrado a conducir, tanto que el no hacerlo me hace sentir incómoda; pero lo que sea por cuidarme para que mis niños tengan un buen desarrollo y nazcan sanos.








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