࣪ ໒꒱ cinco 𓈒

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ELARIAN PERMANECIÓ EN SU HABITACIÓN con la mirada perdida en algún punto de la pared mientras esperaba a que el tiempo pasara. Tiempo que lamentablemente pasó demasiado rápido para su gusto.

Trató de relajarse y respirar profundamente pero tan sólo de pensar en lo que le esperaba, el estómago se le revolvía y quería vomitar. Sin embargo, pensar en Aviel siempre la hacía sentir mejor y en ese momento no fue la excepción.

Fue cuando llamaron a la puerta que reaccionó y se levantó para abrir. Era Effie, quien la miró con cierta tristeza.

—Hay unos agentes de la paz esperando por ti —habló con voz suave. Casi parecía maternal.

—Gracias, Effie. Saldré en un segundo —la mujer asintió y estaba por irse, pero Elarian habló de nuevo— por favor... no le digas nada de esto a Katniss y Peeta. Y cuida que Haymitch no abra su bocota.

Effie sonrió un poco.

—Tranquila, cariño. Lo tengo todo controlado.

Elarian intentó sonreírle de regreso pero no lo consiguió del todo. Effie se marchó y Elarian regresó al interior de su habitación. Esperó sólo un par de minutos a sentirse mejor y finalmente salió con la frente en alto.

Afuera se encontró con un par de agentes.

—Interesante. Esta vez vinieron personalmente a recogerme a mi piso —les sonrió con hostilidad.

Ninguno dijo nada pero comenzaron a caminar hacia el ascensor. Bajaron varios pisos y en el cuarto entró Finnick. En cuanto entró, le dirigió una sonrisa como si estuvieran en un chiste privado.

—Al parecer nos quieren tener muy vigilados este año —habló Finnick sin el mayor temor a que lo escuchasen.

Elarian se encogió de hombros.

—Eso parece.

Nadie dijo nada más, ni siquiera cuando entraron a un auto de seguridad y los llevaron hasta su destino. Era una hermosa y enorme casa, probablemente de alguien muy importante. Aunque a ninguno de los dos les importaba realmente. Ambos deseaban que la noche terminara cuanto antes.

Fue un Avox el que los recibió y los llevó a una habitación, evitando a los demás invitados. En la habitación habían un estilista junto a su equipo que Elarian no conocía y por lo que notó, Finnick tampoco.

Sin embargo, ellos sí parecían conocerlos pues en cuanto los vieron, una enorme sonrisa adornó sus rostros.

—Wow, es una verdadera placer conocerlos en persona —dijo el hombre que tenía un montón de perforaciones por todo el rostro y tatuajes en los brazos. Las perforaciones no eran muy comunes. Era evidente que era él el estilista— desde que ganaron sus juegos, soñé con vestirlos con uno de mis diseños pero me imagino que ya habrán escuchado esas palabras un millón de veces. Todo el mundo sueña con que usen sus diseños.

Elarian y Finnick se miraron con el ceño fruncido. Aquel chico no tendría más de veinte años, probablemente era un niño cuando los vio ganar.

—Disculpa, ¿cuál es tu nombre? —pregunto Finnick.

—Oh, sí. Que mala educación de mi parte —se aclaró la garganta— mi nombre es Cole. Un placer.

Aquel chico tenía mucha energía y aunque aparentaba ser alguien más sombrío y serio con esas perforaciones, tatuajes y ropas oscuras, en realidad era todo lo contrario. De hecho, hasta parecía agradable.

—Es un placer, Cole —saludó amablemente Elarian después de decidir que le agradaba ese chico— puedes llamarme Ari.

De pronto las mejillas de Cole se volvieron de un intenso color rojo. Tanto a Finnick como a Elarian le pareció bastante adorable.

—Ari —susurró y parecía casi como si estuviera soñando. Rápidamente regresó a la realidad y volvió a aclararse la garganta— este es mi equipo, Leora, Ozzy y Davian.

A comparación de Cole, los otros tres parecían más tímidos y se limitaron a murmurar un saludo que Elarian y Finnick regresaron con una sonrisa.

—El señor Martell nos contrató para ayudarles esta noche —volvió a hablar Cole— si me permiten mostrarles, les confeccione unos atuendos perfectos para la ocasión. El señor Martell me indicó que no debían destacar sobre los demás invitados pero debían llamar la atención —hizo un movimiento con la mano y sus asistentes mostraron un par de atuendos— al parecer ustedes son los únicos... ex tributos que fueron invitados a la fiesta de inauguración, así que tuve más tiempo de dedicarme a sus atuendos. Para... uhm... Ari, es un vestido negro de seda con tirantes de zirconias. Tiene un escote en V pronunciado y una apertura en la pierna derecha. Combinado con unos tacones plateados y unos aretes del mismo color.

Elarian miró el vestido. Era muy parecido al que usó durante el desfile de apertura, sólo con algunas pequeñas diferencias.

—Usé uno muy parecido en el desfile —comentó.

Cole casi parecía feliz.

—Lo sé. Yo mismo lo diseñé. ¿Te gustó? Le dije al señor Geere que sería un vestido perfecto pero jamás imaginé que sería para ti. Honestamente grité cuando te vi y si hubiera sabido que era para ti, le habría recomendado al señor Geere un vestido color rojo y dorado.

Finnick frunció el ceño.

—¿Geere? —preguntó de pronto mientras se cruzaba de brazos— ¿hablas de Kane Geere?

Cole miró al rubio y asintió.

—Sí. Dijo que era para... —se aclaró la garganta— que era para un evento especial.

Finnick puso los ojos en blanco y Elarian dejó salir una pequeña risa.

—Era un vestido precioso, Cole. Me gustó mucho.

El chico de cabellos negros y verdes sonrió entusiasmado por el halago y volvió a hacer un movimiento con la mano. Esta vez para presentar el atuendo de Finnick.

—Para... el señor Odair tenemos... —

—Finnick —interrumpió. Parecía un poco ofendido por el hecho de que lo llamaran señor— Finnick está bien.

Cole asintió avergonzado.

—Disculpe, para... uhm... Finnick tenemos un bonito traje a juego con el vestido de Ari. Tal vez un poco menos llamativo. Es una camisa negra que no lleva botones. Es de un material bastante parecido a la seda pero no lo es realmente. Tiene el diseño de una camisa común pero se acomoda como si fuera una bata, dejando al descubierto la parte de arriba. Las mangas son un poco más holgadas. Esto lo acompañamos de un pantalón negro que va hasta la parte baja del abdomen un collar dorado de cadena gruesa.

La explicación terminó y Elarian y Finnick miraron a Cole sin decir nada. Por un segundo se sintió incómoda la habitación pero fue Finnick quien rompió el silencio.

—Genial —sonrió— comencemos.

Más que una habitación, era una de las salas de la enorme casa. Afuera de la habitación había agentes vigilando que nadie entrara ni saliera sin permiso. Así que no había más habitaciones y ambos tuvieron que desvestirse y vestirse ahí mismo bajo la extraña y atenta mirada de los estilistas.

Cole se encargó de verificar que las prendas quedarán tal y como él deseaba, mientras que Leora se encargaba del maquillaje, Ozzy del peinado y Davian parecía ser un apoyo extra para los tres primeros.

Elarian miró su reflejo. Su rostro estaba lleno de brillos más que de pintura pero no le pareció tan desagradable. Finnick también tenía brillos por toda la cara y su cabello estaba peinado pero a la vez parecía que se extendía por todas partes. Eso junto a su bonito traje, hacía que se viera mil veces más atractivo.

—Quedaron perfectos —dijo Cole cuando vio el resultado final de su obra— mucho mejor de lo que imaginé. Ahora váyanse antes de que el señor Martell se moleste.

—Gracias, Cole —murmuró Elarian al salir.

Finnick le dirigió un asentimiento y salió detrás de Elarian. Permaneciendo lo más cerca posible de ella.

Ambos caminaron por un extenso pasillo siguiendo a un agente que los llevó hasta una enorme y hermosa sala. Había varias personas y varias mesas llenas de comida y bebidas. Había otra puerta al otro lado de la habitación que era incluso mas grande que la primera y esa llevaba a lo que parecía el jardín trasero, donde la fiesta continuaba y ahí era donde estaban unos músicos tocando. Era una casa grande pero no tanto como la mansión de Snow.

Ambos dejaron ver una enorme sonrisa mientras se adentraban al lugar. A Elarian le parecieron familiares algunos rostros pero algunos otros eran completamente nuevos para ella.

Se acercaron a una mesa de bebidas y la chica se apresuró a tomar una copa que bebió casi por completo. Finnick imitó su acción y cuando sintieron que podían seguir avanzando, continuaron caminando en busca de su anfitrión.

—Escuché que este año estuvieron hablando mucho de ti —susurró Finnick cerca del oído de la chica— a varios de ellos les gustaría... tu compañía. No sé qué nos dirá Snow esta noche, pero por si a caso, ten cuidado con el que tiene cara de ratón. No es muy amigable que digamos.

Elarian asintió sin dejar de mostrar esa sonrisa que tanto había practicado antes. Siente que tantas personas la aturden pero se limita a seguir avanzando hasta que se encuentran con Marshal Martell. A su lado está el presidente Snow y al otro lado está Kane Geere.

Finnick no pierde la oportunidad de colocar una mano en la espalda baja de Elarian mientras se acercan a los tres hombres. Marshal es el primero en verlos y les dirige una enorme sonrisa que va de oreja a oreja. Como si hubiera estado esperando ese momento toda la noche.

—Por fin nos honran con su presencia —saluda Marshal y se acerca directamente a Elarian para tomarla de las mejillas y darle un rápido beso en ambas comisuras labiales, es incómodo pero la chica no deja de mostrar su sonrisa y parecer halagada por tan desagradable gesto— mírate, luces preciosa esta noche. Cole hizo un trabajo exquisito.

Se separa de ella y se dirige a Finnick para replicar sus acciones.

—Muchas gracias por su invitación —es Finnick quien habla por los dos— es todo un honor. Y muchas gracias por la ropa.

A los ricos del Capitolio les encanta recibir halagos y que les levanten el ego. Ambos lo saben y tratan de hacerlo siempre que tienen la oportunidad. Es más fácil que hacerlos enojar.

—Ni lo mencionen —mueve su mano con modestia. El hombre usa un grueso saco de peluche color negro que parece muy pesado pero se las arregla para tomar una copa y beberla casi por completo— por favor, disfruten de la fiesta y... hagan que mis invitados pasen un buen rato. Aunque primero deberían ir a hablar con el presidente Snow.

Elarian le dirige una última sonrisa y camina hacia el presidente. Kane está hablando con él pero se detiene al ver a la chica. Se disculpa y se aleja un poco para que hablen a solas con el presidente. La chica evita la mirada de Kane pero sabe que él la está mirando.

—Presidente Snow —saluda Elarian con la mejor sonrisa que logra poner— es un gusto verlo de nuevo.

Finnick está a su lado y sus manos casi se tocan. Aunque ese pequeño contacto es suficiente para Elarian y sentirse más segura.

—Presidente Snow —saluda Finnick.

El hombre mayor asiente con calma. No parece molesto y eso es buena señal.

—Señorita Kiri. Justamente estaba pensando en usted y en el joven Odair —sonríe y eso no es buena señal— hay alguien que los quiere conocer y le prometí que yo mismo los presentaría.

—Será todo un placer —dice Finnick.

—Por aqui —Snow indica el camino con calma mientras se abren paso entre las personas hasta llegar a un hombre.

No da la impresión de ser alguien importante pero sólo lo han visto de espaldas. Es alto, más que Finnick. Su cabello es negro pero tiene mechones rojas y azules. Es delgado y no parece tener marcado el cuerpo con tatuajes o cirugías.

—Mi querido Eiran —le llama Snow y el hombre voltea. Su cara tiene bastante maquillaje y tiene un par de tatuajes que sólo se ven en su cuello, su rostro está completamente libre— aquí están los chicos que te prometí.

Parece que de pronto brillan los ojos de aquel hombre. Escanea detenidamente a Elarian, acción que la hace sentir incómoda pero no lo demuestra. Cuando termina de mirarla y lamerse los labios, su vista se dirige a Finnick para imitar la acción. Parece igual de incómodo pero él lo disimula mucho más.

—Excelente —la voz de Eiran es muy suave y alarga las palabras— son justamente lo que buscaba —sonríe dejando al descubierto sus dientes.

—Sin embargo, —dice Snow, Eiran deja de sonreir y mira a Snow con cierto toque de enfado —este año han solicitado mucho a la señorita Kiri y cada cliente solo podrá estar con ella una noche.

Elarian siente como si le hubieran dado un fuerte golpe en el estómago y su sonrisa casi se desvanece pero se esfuerza por seguir levantando sus comisuras. Aunque las ganas de vomitar permanecen.

—No habrá problema —Eiran vuelve a sonreír— los quiero a los dos mañana por la noche.

—Estoy seguro de que ellos estarán encantados —dice Snow con su asquerosa sonrisa. Los mira a ambos y ellos sólo pueden asentir con una sonrisa.

—Entonces los veré mañana. Mandaré a un avox a buscarlos a las diez de la noche. Sean muy puntuales y de preferencia vayan sin maquillaje y con ropa ligera— Eiran da la vuelta sin esperar respuesta y comienza a conversar con unas personas.

Elarian quiere suspirar pero se resiste y continúa caminando detrás de Snow. Se siente reconfortada cuando siente la mano de Finnick en su espalda.

—Es el ministro de economía —le susurra Finnick— normalmente tiene un perfil bastante bajo.

Elarian lo mira por lo bajo y antes de que pueda hacer una pregunta, se detienen frente a otro hombre.

—Él es el señor Aner —dice Snow. Elarian recuerda haberlo visto al entrar. Es cara de ratón— es el presidente de la fábrica de armas.

Los ojos de Aner se dirigen de inmediato a Elarian ignorando por completo a Finnick. Su mirada es aterradora y envía un desagradable escalofrío a la chica.

—Había visto a la señorita Kiri por transmisiones pero nada se compara a tenerla de frente. Es justamente mi tipo perfecto —su voz es realmente desagradable igual que tener que ver su rostro— la quiero. ¿Cuando está disponible?

—Pasado mañana —contesta Snow.

A Elarian le parece desagradable que hablen de ella como si fuera sólo un pedazo de carne que están a punto de vender. Probablemente eso hacen pero sigue siendo incómodo.

—Yo podría tomar su lugar —dice Finnick de pronto. Elarian lo mira sorprendida pero Snow frunce el ceño en su dirección.

La chica quiere decirle que no es necesario que abra la boca pero cara de ratón se adelanta a contestar.

—Me gusta tu compañía, Odair —habla Aner con poca calma— pero me gustaría probar algo nuevo y la señorita Kiri es justo lo que quiero.

Finnick aprieta la mandíbula y Elarian baja la mirada. Rodeada de toda esa gente y frente al presidente Snow, es el único lugar que la hace sentir débil e insegura. Aterrada.

—Me temo que debo insistir —dice Finnick sin dejar de mostrar su brillante sonrisa pero perforando con la mirada a Aner.

—Basta, Finnick —susurra Elarian pero el hombre decide ignorarla.

Aner y Finnick se retan con la mirada. Aner parece completamente disgustado por la forma en que le hablaron y sin duda es algo que no va a tolerar. Levanta la mano y Finnick se prepara para recibir un golpe pero es un golpe que nunca llega y en su lugar Aner toma a Elarian del cabello con mucha fuerza hasta hacerla caer de rodillas.

Algunas de las personas de alrededor voltean a ver la escena en silencio. Kane se acerca rápidamente pero una seña de Snow lo hace detenerse en su lugar.

—Discúlpate Odair —dice Aner con molestia— O ella pagará por tus estupideces. Y ya que veo que tanto la quieres proteger, dudo que quieras que le pase algo por tu culpa.

Elarian siente mucho dolor e instintivamente lleva su mano a la muñeca de Aner pero él aprieta más el agarre. Los ojos le pican por las lágrimas pero se niega rotundamente a dejar salir una sola. El dolor es rápidamente reemplazado por la ira que siente.

Finnick se pone serio y baja la cabeza. Él también parece molesto pero se resigna. Ahora se siente culpable por haber provocado todo aquello.

—Mis más cordiales disculpas señor Aner...—

—De rodillas —lo interrumpe Aner— te vas a disculpar de rodillas.

Finnick irradia rabia, cualquiera lo puede notar. Mira a Elarian y le dirige una disculpa con la mirada mientras lentamente se pone de rodillas.

—Mis más cordiales disculpas señor Aner, no debí... ofenderlo de esa manera —habla con calma.

Cara de ratón sonríe con satisfacción y es molesto verlo de esa manera.

—Buen chico —dice Aner con burla. Enseguida suelta a la chica del cabello pero la arroja al suelo— mandaré a alguien por ti pasado mañana. A las once.

—Sí señor, Aner —dice Elarian con voz queda y desde el suelo. Aner sonríe triunfante y se marcha. Snow se va a su lado.

Kane se acerca rápidamente a Elarian y le ayuda a ponerse de pie. La toma con suavidad de las mejillas y revisa que esté bien.

—Ese imbécil —murmura Kane— a nadie por aquí le agrada pero su dinero le compra entradas a este lugar. ¿Estás bien?

Elarian asiente sin poder mirarlo a los ojos. En su lugar, mira a Finnick que se está sacudiendo el polvo de la ropa. Mira a la chica con algo parecido a preocupación y murmura una disculpa.

Por otro lado, Kane asesina con la mirada a Finnick.

—Excelente, Odair —le dice con sarcasmo y Finnick le regresa la mirada pero opta por no decir nada.

Kane vuelve a mirar a Elarian y hace que lo mire.

—Estoy bien —murmura la chica y deja ver una pequeña sonrisa. Una que no parece falsa.

—Ven, vamos a arreglarte el cabello.

Elarian quiere decirle que no. Que no es necesario. Quiere volver a tomar la mano de Finnick y sentirse segura pero lo mira una última vez y se va abrazada del brazo de Kane.

La noche continúa más o menos tranquila. Nadie se atreve a acercarse a Elarian cuando Kane la tiene abrazada de la cintura. Es una historia diferente con Finnick, que va de persona en persona. Bebiendo algunos tragos y conversando con algunas personas.

Ya está bastante entrada la noche. Elarian estaba sentada junto a Kane conversando para ponerse al día desde la última vez que se vieron. A Elarian le agrada Kane pero no de la forma en la que él desea y es bastante complicado.

No puede negarse a nada que él le pida ya que siente que le debe la vida pero pone algunos límites con los que Kane no está del todo de acuerdo pero que acepta.

—Es hora de irnos —Finnick se detiene frente a ellos. Parece realmente cansado y está todo desarreglado.

Elarian lo mira con una sonrisa y está por ponerse de pie pero Kane la sostiene con fuerza de la cintura y la hace quedarse a su lado.

—Me llevaré a Ari esta noche, Odair. Puedes irte sin ella.

Finnick no lo mira y permanece con los ojos en la chica. Le pregunta en silencio si desea quedarse con ese tipo o irse.

—Está bien, Finnick. Me quedaré con él —le dice Elarian con una pequeña sonrisa.

Finnick asiente una sola vez.

—Entonces nos vemos mañana —es lo último que dice antes de darse media vuelta para marcharse.

Elarian lo mira alejarse pero Kane comienza a hablarle y deja de mirarlo.






Hice un tablero en Pinterest de este fic. Principalmente de los atuendos que estaré describiendo aquí por si quieren ir a mirarlo <3 el link está en mi perfil o me encuentran como NovaWayne


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comentarios son muy
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a seguir actualizando!

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