capítulo 3

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Uno a uno sus amigos fueron cayendo desde algún lugar misterioso. Porque al mirar a sus espaldas, El hobbit se dio cuenta de que no había absolutamente ningún agujero

Todo se decepcionaron mucho al notal lo que El hobbit había visto en un principio, y se sobresaltaron cuando Carlos El gigante caminaba a paso lento hacia ellos

—¡chicos! ¡estoy tan feliz de verlos! –dijo sujetándolos entres sus enormes manos

Los posó en el suelo con mucho cuidado, y ellos aunque se sintieron incómodos, rieron ante tal gesto

—nosotros también estamos felices de verte –le respondió Brielis recuperando el aliento

El aire se había tornado frío y muy pesado.

Las copas de los árboles se mecían lentamente a medida que se acercaban al palacio con Carlos dando enormes zancadas por el sendero.

Las princesas los recibieron con apretones de manos y abrazos, y cada uno se sentó a su alrededor. Araline corrió a los brazos de Gladius, y Arlo les dio la bienvenida con un enorme abraso de su parte.

—la situación es muy clara. Algo o alguien está haciendo que la magia se debilite y se vuelva cada vez mas inestable. Hay que actuar lo más rápido posible, y por lo tanto, debemos dividirnos –comenzó la princesa Eliana

—Carlos, Lucía, Jasper y Venjamín se quedarán con nosotros a ayudar a las criaturas mágicas a contener los daños del bosque. Luna, Raisa, Circe Uriu, Araline, Morlok, Doolik y ustedes tres –dijo la princesa Elina señalando con la mano a los Ganford —irán al valle del tiempo a consultar a Alberon

—¿a quién? -preguntó Gladius

—Alberon. Es quien controla el tiempo en Faeri -explicó Araline

—¿hay alguien que controla el tiempo en este mundo? -dijo Caelan escandalizado

—si. A diferencia de su mundo, el tiempo aquí transcurre mas rápido. Alberon es quien controla las horas, los minutos y demás -respondió Carlos

Los viajeros, asombrados, se miraron entre si con una expresión de curiosidad y perplejidad.

—vamos a explicárselos después. Ahora, hay alguien que tiene que verles -apuntó la princesa Elina tocando una campana con un cordón suspendido sobre su cabeza.

Un hombre alto, moreno y de mirada apagada entró en la habitación. Morlok, vestido ahora con los colores de Amberwind, les sonrió apenas a la luz de las velas.

–su majestad. <¿está sugiriendo que el debe ir con nosotros? Dijo Circe tratando de no perder la cordura.

—hay muchas razones por las que Morlok debe ir, y creo que este es el momento para contarles una ¿no es verdad? –dijo la princesa Elina sonriéndole a Morlok

El hombre suspiró y cruzó los brazos en señal de severidad

—se que no he sido la mejor persona con ustedes, pero quiero pedirles que me perdonen. En especial a ti, Raisa. Tu fuiste muy buena conmigo y lo único que hice fue decirte cosas terribles. Eres una hechicera muy poderosa y capás, a pesar de ser tan pequeña.

Pero hay otra cosa que debo decirles. Cuando yo era pequeño, mis padres me perdieron en un bosque de Califormnia, el mismo donde fueron a acampar hace unos meces y encontraron a los hobbits. La mujer que me encontró era Faeriana, y esposa del gobernador de Eldorat, así que adopté el apellido Borma al cumplir los 8 años. Mas tarde, mi padre me dijo que había encontrado a una de mis hermanas en el mundo humano, y que su nombre era Olivia Grant. No me di cuenta de lo que significaba hasta que la princesa Elina me contó que ella era su madre –relató el hechicero dirigiéndose a Circe y Raisa.

Se produjo un silencio tan grande, que los hobbits comenzaron a sentirse incómodos al contemplar aquella escena.

—no...no puede ser... -tartamudeó Circe

—se que es muy difícil de creer... —¿difícil de creer? ¡claro que es difícil de creer! ¡intentaste matarnos! –lo interrumpió Circe.

—no seas tan duro con el. Por lo menos está arrepentido –lo aconsejó Gladius

—¡pues no le creo nada! –alegó Circe levantándose. Y si me disculpan, voy a tomar aire fresco

Y dándose la vuelta, salió del palacio lo más rápido que pudo.

—y ase le pasará, Morlok. NO te preocupes. –le dijo la princesa Elina para consolarlo un poco.

—fui un tonto al pensar que me perdonarían –le respondió con pesar

—yo si te perdono –le dijo Raisa acercándose a el para darle un abraso

Ambos comenzaron a llorar, y todos se asombraron mucho de ver aquella escena tan trágica y a la vez tan feliz. Zéphiruz no confiaban del todo en el, y a Caelan pareció darle aún mas desconfianza que a su hermano mayor. Por otro lado, Gladius Brielis y Uriu estaban contentos por ver un cambio en el hechicero. Les parecía que el realmente sentía arrepentimiento por todo lo que había hecho.

—entonces ¿tu eres mi tío? -preguntó la niña con la expresión mas tierna que hubieras podido ver en tu vida

—si, así es –le respondió el hechicero mas reanimado.

Era increíble. Parecía otra persona, mas alegre, mas renovado e incluso se veía mas joven. Raisa veía en sus ojos una chispa que no había visto nunca en un hombre de su mundo. Algo que hacía que su sonrisa pareciera mas luminosa, y su porte pareciera mas majestuoso y elegante.

Era algo que la niña describió como felicidad y amor sincero, pero al mismo tiempo nostalgia y melancolía.

La niña se sentía muy extraña ahora que sabía esto. <no solo porque <morlok le había confesado algo muy complicado de procesar, si no que además, era imposible para ella creer que el mayor enemigo que había tenido en toda su vida, que había tratado de destruirla, de acabar con sus amigos y con un reino entero era su tío.

—yo no te creo absolutamentenada -protestó Circe furiosa entrando de nuevo a la estancia

—se que hice cosas orribles, con ustedes, y lo lamento mucho... —¡fuiste mas que eso! -le interrumpió Circe

—circe, el solo intenta disculparse. <no debe ser nada fácil para el tampoco -le aconsejó Araline

—no voy a dejar que nos engañe. ¿y si es una trampa? -cuestionó Zéphiruz

—les aseguro que no -respondió el hechicero intentando mantener el buen juicio

—yo creo que dice la verdad. Y podemos comprobarlo ahora mismo -dijo la princesa Elina señalándo el medallón de Caelan

—¿cierto! ¿olvidé que lo traía puesto! -dijo el hobbit poniéndose nervioso al notar la mirada inquisitiva de la princesa.

Lo tomó entre sus dedos y lo abrió con cuidado. Pero al mirar en su interior, se dio cuenta de que este no brillaba como cuando alguien miente. Solo permanecía sin reacción alguna.

—lo ven, el no está mintiendo -afirmó Caelan mirando el medallón con suspicacia

—puede estar fallando por la ausencia de magia -propuso Zéphiruz

—no, eso no es posible. Aquél objeto que estéfuera de los límites de Faeri en el momento en el que la magia perdióestabilidad no se verá afectado por el hechizo en cuestión -explicó la princesa Eliana

—aun así, no confío en ti -dijo Circe fulminando al hechicero con la mirada.

—se que puede ser muy complicado, y les tomará tiempo asimilarlo. <pero mientras tanto, traten de descansar un poco. El viaje ha sido muy largo ¿no es así? -dijo Lucía para tratar de calmar sus ánimos.

—si, está bien -finalizó Zéphiruz cruzando los brazos.

Todos se levantaron para retirarse, y Raisa sentía mucha curiosidad por saber que hacía Morlok ahora que ya no era un hechicero malvado, de modo que se acercó al hechicero. Pero no hiso falta preguntar, porque justo cuando intentaba encontrar las palabras para cuestionarlo, el mismo le dijo

.—¿quieres acompañarme?

Ella asintió.

—ten cuidado, Raisa. Podría tramar algo -le dijo Circe al oído

—si, me cuidaré -respondióla niña habriéndo la puerta de el salón para retirarse.

Estaba empezando a abrumarla tanta atención por parte de su hermana, porque no le gustaba que la sobreprotegiera. Sabía que Circe tenía sus motivos para desconfiar de Morlok, pero ella sentía en su corazón que debía darle una oportunidad.

Todos se dividieron en pequeños grupos. Zéphiruz fue con Lucía y Jasper a dar un paséo por el bosque y ver si alguien necesitaba ayuda con algo, mientras que Circe, Uriu y Venjamín fueron a la biblioteca a buscar algunos libros para tratar de averiguar que estaba causando que la magia no funcionara. Por otro lado, Arlo llevó a Caelan a los jardines del palacio, diciéndole que tenía que ver algo muy importante.

Gladius y Araline querían recuperar el tiempo perdido, así que decidieron ir a nadar al río que corría alrededor del palacio.

Morlok llevó a Raisa hasta una enorme avitación, con un reluciente tapiz blanco en las paredes, y una cúpula de cristal en el centro. Ella se quedó contemplándola desde el humbral de la puerta unos segundos, porque no podía creer lo que veían sus ojos.

Imponente, d mas de dos metros de altura, la bóveda semiesférica parecía cobrar vida ante la pálida luz de la tarde. Los símbolos grabados en ella daban la impresión de moverse a medida que la niña se acercaba, pero eso no fue lo que mas la impresionó

Dentro de aquella prición de cristal, se encontraba Nix,congelada enhielo puro y sólido.

—¿por qué no la liberaron a ella también? -preguntó Raisa aún incrédula

—porque todos sabíamos que ella nunca se arrepentiría de el mal que hiso. Además...temo que si la liberan y descubre que me uní a las líneas enemigas, ella me odiará por el resto de su vida -respondió Morlok con la mirada de quien lleva una carga enorme en los hombros.

—eso es muy triste -le dijo la niña contemplando aún la alta figura inerte de Nix.

—no te imaginas cuanto

—¿la extrañas?

—muchísimo

Raisa lo comprendía. Cuando los hobbits volvieron a la tierra media, ella estaba muy triste porque perdió a tres de sus mejores amigos en todo el mundo. Pero conoció a Logan, y comprendió poco a poco que muchas veces, un amigo se encuentra en los lugares mas inesperados.

Ahora que los volbió a ve , está contenta de que estén con ella, y que puedan pasar mas tiempo juntos. Era terrible pensar en que Morlok solo puede ver a su mejor amiga encerrada en una prisión de cristal.

—¿crees que si les preguntamos ellas podrían...

—no, no lo creo. Por ahora, es mejor dejarla así como está -le dijo el hechicero frunciendo el ceño —sería muy peligroso romper el hechiso

—bueno, tal vez algún día puedas verla de nuevo -le respondió Raisa para darle esperanza

Morlok suspiró profundamente y abrió la puerta para retirarse de la habitación. Raisa creyó que saldría corriendo para evitar derrumbarse frente a ella como lo había hecho la última vez, pero el hombre se giró de nuevo hacia la cúpula y comenzó a llorar a lágrima viva.

Ella se sintió muy apenada por no saber que hacer, y de inmediato se le ocurrió que él necesitaba algo de consuelo. Lo abrasó fuertemente para ayudarlo a sentirse mejor. Después de todo, ya era parte de su familia y lo menos que podía hacer era darle apoyo moral.

—si quieres puedo dejarte solo para que puedas estar con ella -le sugirió al ver que se calmaba un poco.

—no, esta bien. Ya me siento mejor -le respondió separándose de ella —gracias, pequeña

Ella le sonrió y tras contemplar el rostro de su amiga una vez mas, ambos salieron de la habitación.


¡holaaa! estoy muy contenta de poder escribir este capítulo, porque fue muy emotivo para mi. ¡casi lloro!

espero que les  haya gustado mucho. ¿qué opinan de el cambio de Morlok? ¿están de acuerdo con su actitud y la de Circe?

les leo en comentarios ¡los amo!

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