capítulo 2

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

a tarde siguiente, los hobbits pudieron ir y venir por la casa con toda libertad, porque Raisa le había dicho a sus padres que eran amigos de la escuela de Raisa. Conocieron a Logan y al niño le pareció extraño que tuvieran el cabello tan largo, pero no hiso preguntas.

Como había dicho Circe, Celine estuvo muy feliz de ver a Zéphiruz. De hecho, no tardó en confesarle que estaba muy enamorada de él.

No fue tan evidente, porque a ella no se le había ocurrido como decírselo, hasta que Zéphiruz le mostró que había estado practicando las frases en lenguaje de ceñas que ella le había enseñado y la joven le dio un profundo beso en los labios por tal azaña.

Eso era mas que suficiente para demostrárselo.

—¿crees que haya que cepararlos? –dijo Circe cuando vio que Zéphiruz abrazó a Celine por los hombros

—no, mi hermano es inofensivo. Le gusta llevar las cosas con calma –explicó Gladius —ha cambiado mucho desde la última vez que estuvimos aquí

—se le nota –dijo la chica sonriendo mientras observaba la habilidad de el hobbit para hacer las ceñas que Celine le indicaba.

La señora Freeman aún seguía pensando como llevarse a las chicas sin que sus padres se dieran cuenta, y tubo la oportunidad perfecta cuando Olivia le dijo que ella y Bruno harían un viaje de negocios y se irían por tres meces a Bangladesh. Al parecer, a Bruno le había surgido un caso muy importante y requería a Olivia para preparar la defensa.

—yo puedo quedarme con Raisa y Circe, y así no te preocupas por ellas –sugirió Amina aprovechando la oportunidad.

—¿me harías ese favor? Realmente no confío en nadie para cuidarlas. Si tu te quedaras con ellas me sentiría mas tranquila –le respondió Olivia con una expresión de alivio

—no te preocupes, están en buenas manos

—¡eres la mejor! –le dijo su amiga dándole un abraso

Era la oportunidad perfecta para irse a Namibia sin que los Grant se enteraran. Solo debían resolver el asunto de la magia lo más rápido posible.

—tienes mucha suerte –le dijo Melanie a su amiga para cambiar el tema

—¿tu crees? –exclamó Olivia

—si. Puedes pasar tiempo con Bruno y trabajar a la vez

—supongo que es lo bueno de trabajar en el mismo bufete –le respondió ella sonriendo

—pero trata de no encerrarte tanto en el trabajo. Diviértete un poco –aconsejó Melanie

—no me encierro en el trabajo –protestó Olivia

—¿estás segura? Porque yo se que resives una llamada de tu jefe cada sinco minutos –replicó la señora Freeman

–tal vez, pero eso no significa que trabaje tanto

Al decir estas palabras, su teléfono sonó estrepitosamente y a Melanie no le sorprendió que fuera su jefe.

Olivia tardó un largo rato en su llamada, y la señora Freeman le hiso ceñas para comunicarle que iría a ver que hacían las chicas.

Luna y Circe estaban muy entretenidas en la sala mirando sus teléfonos, y Raisa estaba con los hobbits, Uriu y Brielis jugando a las escondidas. Era demasiado tierno para ella ver como RAisa había logrado establecer un vínculo muy cercano con ellos tres.

Era como ver a viejos amigos reunirse después de un largo tiempo. El que mas le impresionaba era Zéphiruz, porque no se separaba de sus hermanos ni un segundo.

Y aprovechando que Logan se había ido y Olivia aún seguía en su habitación hablando con su jefe, los reunió a todos en la sala.

Les contó lo que Olivia le había dicho sobre su viaje, y todos estuvieron de acuerdo en que tres meces serían suficientes para llevar a cabo su misión. —y entonces ¿Cuándo nos vamos? – preguntó Raisa

—nos vamos mañana mismo, en cuanto sus padres se vallan a Vangladesh–le respondió la señora Freeman —hay que empacar, pero no deben levantar sospechas

Todos asintieron y salieron disparados hacia la habitación de Raisa. Luna se despidió y tras comprobar que Olivia seguía al teléfono, salieron de su casa para preparar sus cosas.

Al d{ia siguiente, muy temprano por la mañana, sus padres bajaron a la sala con maletas en mano y una gran tristeza por dejar a sus hijas por tanto tiempo.

—cuídalas mucho. Y asegúrate de que Raisa no coma tanta azúcar –le dijo Olivia a la señora Freeman

—yo me haré cargo –le respondi{o ella guiñ{andole un ojo a RAisa

—pórtense bien y no hagan ninguna locura mientras no estamos –advirtió su padre.

—no te preocupes. No somos fan{aticas de hacer lucuras –respondió la mujer sonriendo

Y tras despedirse de ellos con besos y abrazos,los Grant abandonaron la casa, sin saber que unos inutos mas tarde ellas lo harían también.

Tardaron casi cuarenta minutos en llegar al aeropuerto, y a Raisa le pareció que la nostalgia la invadía al recordar la última vez que estuvo ahí.

—ya extrañaba a esas cosas voladoras tan grandes –dijo Caelan muy contento

—¿a los aviones? A mí siempre me dieron miedo –le respondió Zéphiruz

—eres muy cobarde a veces hermanito –le dijo Gladius en broma

—y tu muy intenso –le respondió el mayor de los hobbits.

si había algo que a las hermanas grant les divertía, era ver a los hobbits pelear. Eran tan tiernos que apenas y parecía que se enojaban uno con el otro

continuaron mirando a la gente pasar de uno a uno hacia sus respectivos buelos, y a los vaijeros les sorprendió ver una figura alta y muy familiar.

—¡Venjamín! -gritó Circe yendo hacia el con los brasos extendidos

—veo que te decidiste después de todo -dijo la señora Freeman sonriendo

—si, no iba a dejar que regresaran a Faeri sin mi -respondió el joven muy contento

—no, ya veo que no. no iva a dejar que te quedaras sin tus responsavilidades con Amberwin. Después de todo, sigues siendo parte de su corte real -afirmó Amina solemnemente

y ahí estaba el, mas alto, mas fornido, mas seguro de si mismo. Un chico totalmente diferente, preparado y listo para luchar.

—¿¡ese es el avión! –dijo Luna muy emocionada señalando con el dedo.

Primero tendrían que ir a Yojanesburgo Sudáfrica, para luego tomar otro avión que los llevaría a Opugo que era la ciudad mas cercana a la aldéa de Amina.

Al subir al avión, Circe vio a una mujer de unos 50 años mirándola fijamente.

Al principio, ella pensó que la estaba confundiendo con alguien mas, pero un tremendo escalofrío la invadió cuando la mujer le sonrió de una forma algo macabra.

Raisa se sentó con Caelan como lo había hecho la primera vez, pero ahora, se prometió a si misma que no iba a temerle a su porvenir.

—¿tienes frío? –le preguntó la niña desplegando su cobija

—si, algo –le respondió el hobbit haciéndose un obillo.

Ella lo tapó con mucho cuidado y Caelan le dio las gracias.

Fueron unas 11 horas hasta Sudáfrica, y como había que esperar su avión dos horas mas, aprovecharon a dormir en un pequeño hotel y pacear por la ciudad. La señora Freeman les mostró los lugares que había visitado cuando tubo que mudarse para no ser perseguida por su tribu.

A medida que el tiempo pasaba, Circe y Raiza se daban cuenta de que la gente miraba de forma muy extraña a los tres hobbits que iban delante de ellas. A la señora freeman le dio escalofríos al pensar que ellos podrían sospechar algo. Pero se calmó cuando un joven se le acercó y le preguntó si eran extranjeros.

Al parecer la noticia corrió por la ciudad muy rápido porque al cabo de unos minutos todo se acercaban para tomarse fotos con los pequeños hobbits o con las niñas. Al japonés le divertía mucho ver cómo la gente se acercaba a él y preguntaba por su nacionalidad

La coartada de brielis fue muy simple, dado que todos la confundían con una londinense, y se le hiso muy fácil afirmarlo.

Tardaron 10 horas más en llegar hasta la capital de namibia. Y tuvieron que tomar otro avión para llegar hasta a Opugo, desde donde caminarían.

Gladius Zéphiruz y brielis comenzaban a aburrirse de ver el cielo soleado. Porque el viaje los había cansado más de lo que los cansó la última batalla que tuvieron juntos

Melanie vio las altas montañas a la distancia y supo que todo el viaje había valido la pena porque por fin podría reunirse con su madre sus dos, hermanos y su mejor amigo

Al llegar a las orillas de un río tras haber caminado un cuarto de hora, la señora Freeman se sorprendió mucho al ver a una anciana muy parecida a ella con el rostro cubierto por las lágrimas sentada junto al río con un muchacho casi de su misma edad. Ella corrió y ambas se abrazaron

—¡mamá! –dijo ella llorando de felicidad

Ambas intercambiaron algunas palabras en su idioma y ella les presentó a los demás

—te hemos estado esperando por tanto tiempo, pero yo nunca perdí la esperanza –le dijo el muchacho con una enorme sonrisa

—estoy muy feliz de verte, Kauluma. ¿y mi padre? –preguntó Amina

Nambili, su madre, adoptó una expresión muy melancólica

—tu padre falleció hace dos años, pero siempre venía al río a esperarte con nosotros. Quería que tuvieras esto –le dijo entregándole lo que parecía un brazalete

—gracias, mamá –respondió ella llorando a lágrima viva.

Todos se abrasaron, y los chicos decidieron intentar consolar a Melanie, diciéndole que su padre estaba muy feliz de que por fin volviera al lugar que la vio crecer.

Al ver a Luna, Nambili estuvo muy contenta de saber que era abuela de una chica tan hermosa y lista.

Tras haberse asegurado de que su madre y su mejor amigo si eran reales la señora Freeman les indicó a sus compañeros de viaje que ellos debían ir a buscar el árbol del que ella había surgido hacia el país de faeri. A medida que caminaban la corriente del río parecía susurrarles y a Raiza le dio tanto miedo que terminó por aferrarse a la mano de su hermana

El sol ya comenzaba a ocultarse en el horizonte y una Brisa suave los envolvió a todos. Y justo cuando creían que nada más iba a ocurrir esa tarde, escucharon unos gritos y divisaron a la distancia un enorme grupo de gente que se dirigía hacia ellos

Todos supusieron que era la tribu de amina intentando perseguirlos. De modo que comenzaron a correr hacia un pequeño bosquecillo que se alzaba muy cerca de un enorme montaña.

—¿creen que ya estemos seguros? –preguntó Circe muy agotada

—yo espero que si –respondió Caelan jadeando

Olmos pinos y encinos tan grandes como Circe o uriu nunca hubieran podido ver en su vida se alzaban imponentes casi a la altura de la montaña que alcanzaban a ver. Agotados, se sentaron a descansar sobre numerosos troncos y meditaron la situación por un rato

—¿y ahora? –preguntó Brielis

Raiza tuvo una brillante idea. Se puso en pie de un salto y levantó su báculo en el aire para susurrarle algo, y aunque ella pensó que al principio no surtiría efecto no tardó en descubrir que su báculo era mucho más poderoso de lo que ella hubiera podido imaginar. De la blancura espesa de la tarde surgió una luz. Flare el fénix volaba directamente hacia ellos, cantando con una voz melodiosa y suave.

—¡bamos! -exclamó Circe poniéndose en pie

—Todos siguieron a la joven y tras haber caminado lo que les pareció un siglo, el fénix se posó sobre un árbol gigantesco que hasta el día de hoy ninguno ha podido averiguar qué especie era. Nadie sabía que podía significar este hecho hasta que Raiza indicó con un gesto de la mano un agujero enorme que se hallaba sobre la hierba junto al árbol. No parecía tener fin, de modo que a los viajeros les asustó un poco al principio. Pero Flare le susurró unas palabras a su dueña, y ella se quedó con la boca abierta al oírlo

—dice que hay que bajar –dijo la muchacha

—¡que! ¡lo dices enserio! –exclamó Zéphiruz muy asustado

—no hay que cuestionar a un fénix, así que ¿quién será el primero? –replicó Uriu con una mirada tímida

Gladius fue el primero en armarse de valor y tras suspirar profundamente metió los pies en el agujero. Sintió que iba sumergiéndose cada vez más pero de una manera tan extraña que comenzó a sentirse muy mareado. Y justo cuando las piernas empezaban a entumecérsele tocó tierra

Ante sus ojos había aparecido el mágico bosque de amberwin aunque no podría haberlo descrito igual a como lo recordaba. Todo parecía apagado y aquella sensación de encontrarse ante un lugar mágico y misterioso había desaparecido por completo


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro