♥️CATORCE♥️

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⚠️ADVERTENCIA⚠️

EN ESTE CAPÍTULO SE MENCIONAN Y TRATAN TEMAS MUY SERIOS.

SÍ ERES UNA PERSONA SENSIBLE TE RECOMIENDO QUE NO LO LEAS.

TE PIDO QUE TOMES A CONSIDERACIÓN ESTA ADVERTENCIA.

GRACIAS.





❝Lester Baker❞













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JJ sacó su monedero de cuero negro para pagar los dulces que había pedido mientras movía el pie impacientemente.

-Yo pago- Interrumpió alguien.

Sirius le dio varios galeones a la señora del carrito y le sonrió a la Hufflepuff que simplemente rodó los ojos.

-Hola Janet- Saludó con afán de molestarla.

-Hola Orión- Contestó ella con la misma intención- Puedo pagar mis dulces- Terminó colocando los galeones en la mano que Sirius había extendido para saludarla.

-Toma, yo quería invitarte- Insistió el Black siguiéndola por el pasillo- ¡JJ! Te estoy hablando-

-Sirius, no me caes bien, te agradezco mucho lo de los dulces, pero sino dejas de molestar a mi novio te haré pagar-

La castaña Hufflepuff entró a su compartimiento dejando al Black con una mueca de decepción.

-Sirius...- Llamó Remus alcanzándolo- Lo siento amigo-

-¡¿Cómo demonios alguien como ella está con Quejicus?!- Se quejó Sirius antes de irse enojado.

JJ se sentó junto a Severus y le ofreció un caldero de chocolate haciendo sonreír al Slytherin puesto que son sus favoritos.

-Gracias mi vida- Severus besó la mejilla de la chica haciéndola sonreír.

-¿Tú quieres Pet?- Preguntó JJ a su amigo que rápidamente asintió- Ya no sé ni para qué pregunto- Se burló la castaña.

Peter sonrió inocente y tomó una rana de chocolate de la bolsa que traía Janet.

-Y a ti ni te pregunto- Habló la chica Jones viendo a Freya.

-En realidad...- Freya suspiró y tomó unas gomitas de la bolsa- Tomaré esto, gracias-

Todos la vieron algo sorprendidos, Freya Baker desafiando a su padre al comer dulces, cosa que sólo James Potter había visto.

-Adelante- Animó JJ feliz, no podía creer que su aliga al fin hiciera lo que quería sin importar las opiniones de su padre, estaba orgullosa de solo verla comer esas gomitas con tantas ganas.

-¡Mi ninfa!-

James Potter abrió la puerta del compartimiento y vio a su novia sonriendo.

-James- Saludó la chica sonriendo-¿Qué pasa?-

-¡Vamos!-

-¿A dónde?- James no le dio respuesta, entró al compartimiento y la cargó como si fuera un costal sobre su hombro- ¡Bájame James Potter!- Él chico sonrió a Peter y JJ antes de irse con la chica en su hombro- ¡ME HICISTE TIRAR LAS GOMITAS!-

James soltó una risa, cargó a la chica, que seguía quejándose, hasta entrar a un compartimiento vacío.

Cerró la puerta, puso a Freya en un asiento y se sentó a su lado sonriendo.

-¡¿Era necesario traerme así?!- Preguntó la pelirroja.

-No, pero me encanta- Contestó James sin dejar de sonreír.

-¡Me hiciste tirar mis dulces!- Recordó la Ravenclaw.

-Y te traje más- James mostró una bolsa de gomitas llena hasta el borde- Y además te traje a un guapo chico que te va a abrazar mientras comes-

-¡Enserio! ¿Quién?-

James vio a Freya ofendido y se volteó hacia la ventana con una mueca mientras ella reía de su escena de niño mimado.

Sin embargo la chica tomó las gomitas y rápidamente tomó asiento en el regazo de James.

-¿Quieres una gomita?- Preguntó divertida.

-No, dásela al otro que te va a abrazar mientras comes-

-Bien, iré a buscar a...- Freya quiso levantarse, pero James la tomó de la cintura haciendo que se volviera a sentar.

-Que ni se te ocurra terminar esa frase Freya Harriet Baker-

-Bien, iré a buscar a James Fleamont Potter ¿Te parece?-

El chico sonrió de nuevo y por un segundo tuvo el deseo de besarla de nuevo, no lo había hecho desde aquella vez en el partido, pero no negaba querer hacerlo.

Pero no lo hizo, tal vez por cobardía, temor, miedo al rechazo o porque Freya desconectó sus miradas para comer sus ansiadas gomitas.

-Dame una- Pidió el Potter sin dejar de abrazarla por la cintura.

-Nop- Freya siguió comiendo mientras se burlaba de James- Es broma, no hagas esa cara de ciervo arrollado-

James puso de nuevo mueca de indignación, pero aún así tomó la gomita y la comió.

-Tenemos rondas en una hora- Comenzó Freya luego de un rato, las gomitas se acabaron, pero no se había movido de su cómodo asiento llamado James- Y luego podríamos ir a comer al vagón de premios anuales, decirle a los prefectos que hagan rondas y...-

-O qué los demás hagan las rondas y tú y yo nos quedamos aquí-

-Muy gracioso joven Potter- Ella se levantó haciendo que James soltara un quejido- Vamos, tenemos que hacer las rondas- Recordó.

-Bien, pero tengo que decirte algo...-

Freya asintió mientras acomodaba su falda viéndose en el reflejo del cristal de la ventana, pronto James apareció tras ella en el reflejo y sonrió cuando vio sus intenciones de quitarle su lazo.

No fue tan rápida como para impedir que lo hiciera o simplemente no quiso, probablemente la segunda, porque vio con una sonrisa como James se colocaba el lazo en su muñeca de nuevo.

-Roba lazos- Acusó arreglando su cabello ahora suelto.

-Así me quieres-

Freya asintió divertida mientras James la volvía a abrazar, se sintió completamente feliz al ver ese reflejo en el espejo.

Él besando su cabello mientras la abrazaba y ella solo sonreía, por un par de segundos tuvo el deseo de voltearse y besarlo, pero luego recordó de pronto lo que era aquello.

No podía olvidar que realmente todo es falso, su amistad tal vez no, pero su relación, aquellas cosas que ella tanto disfruta cómo sus abrazos, caricias e incluso aquel beso, todo era falso.

Se repitió varias veces en esos instantes que no debía olvidar lo que era realmente aquello, por más que ella ahora sintiera ese mar de mariposas y sus sentimientos por James Potter crecían cada día, no podía olvidar eso.

-Olvidé decirte algo- Recordó de pronto James.

-¿Qué?- Preguntó Freya queriendo olvidar sus pensamientos.

-Mis padres quieren conocerte y te invitaron a pasar año nuevo con nosotros...-

La chica de quedó estática por unos segundos, podía fingir ante todos, pero ¿Cómo fingir ante los padres de James?

Peter le había dicho tantas cosas maravillosas sobre Fleamont y Euphemia Potter que ahora sabía que no podría mentirles.

Por más que, en cierto momento, les tuvo algo de rencor por la presión que James tiene al ser hijo único y ser todo lo que ellos quieren de él, ahora sabía bien que tal vez no era la intención de ninguno de ellos y ni siquiera se daban cuenta de todo lo que James hacía para ser lo que ellos querían.

-¿Tus padres?- Preguntó con algo de duda.

-Sí, sé que tal vez no quieras ir, pero para mí sería algo muy importante que tú los conozcas- Admitió el Potter- Eres una gran parte de mi vida y quisiera que los conozcas, si tú lo deseas-

-Esta bien- Aceptó algo nerviosa- Pero cuando lleguemos a la estación tendré que irme rápido y no podré saludar, el señor Robbins me espera y no me gusta que esté bajo la nieve-

James sonrió y asintió, besó la frente de la pelirroja y acarició su mejilla.

-Eres muy buena- Alagó- Vamos a las rondas.












•─: ∙:°:◦:∙•∙:◦:°:∙ :─•




















Al subir al auto Freya sonrió al señor Robbins en el asiento del conductor, escuchó la cajuela cerrarse y Peter entró por la puerta contraria a la de la pelirroja.

-Hola señor Robbins- Saludó el Pettigrew amable.

-Hola Peter ¿Cómo estás hijo?- Peter le mostró un pulgar arriba en respuesta haciendo sonreír al hombre- Siempre tan callado, igual a tú madre-

Los dos adolescentes sonrieron, Freya sabía que Peter no hablaba mucho, al menos no con personas que no fueran ella o JJ.

Al llegar a la entrada del barrio donde Peter vivía él besó la mejilla de su amiga, agradeció el viaje y bajó prometiendo a Freya que la visitaría más tarde.

-Señorita- Llamó Albert Robbins- ¿Puedo preguntar algo?-

-Lo que quieras Albert, y ya te dije que me llames Freya-

-Bien, Freya ¿Acaso el chico alto que la ayudó con su baúl hasta la entrada es el joven del que me habló en su última carta?-

Freya se sonrojó y asintió, jamás le admitiría a alguien del mundo mágico que le escribe cartas a Albert Robbins contando lo maravilloso que es James Potter, pero nadie la escuchaba ahora.

-Es bien parecido- Alagó el hombre una vez se estacionó frente a la mansión Baker.

-Sí, es muy guapo- Concordó la chica, luego recordó algo- Señor Robbins- Llamó y él la vio sonriendo- Gracias-

Al entrar en la mansión Freya vio que estaba tal como cuándo se fue hace 3 meses, fría, oscura, sin amor y solitaria.

Dejó el baúl en las manos del ama de llaves que ya la esperaba sonriendo.

-Gracias Karla- La joven mujer sonrió amable- ¿Mi padre ya se fue?-

-En una hora se va señorita, al menos eso me dijo, esta en su estudio-

-Bien, por favor que no interrumpan-

Freya subió al tercer piso y buscó la puerta de roble con el rótulo dorado que llevaba el nombre de su padre "Lester Baker".

Tocó la puerta con cuidado, se imaginó que su padre no sabía que había llegado puesto que aún se escuchaba alegre.

-¡Pase!- Contestó con un tono alegre.

Cuando la vio entrar su sonrisa se fue y de inmediato su cuerpo se tensó, ella cerró la puerta con seguro y caminó hasta quedar frente al escritorio de su padre.

-Tengo una regla Freya, la conoces muy bien, no me molestes el día que viajo- Habló de manera grosera el mayor.

-Ya me cansé de tus estúpidas reglas- Soltó la pelirroja- Ya me cansé de que seas el peor de los padres, me cansé de que me trates así y que seas bueno con todos los demás ¡¿Qué demonios te hice para que trates así?! ¡SOY TÚ ÚNICA MALDITA HIJA! ¡MERLÍN!-

Lester levantó una ceja con calma y sonrió divertido, se puso en pie y vio a su hija hacia abajo, puesto que es más alto que ella.

-Exacto- Comenzó con voz ronca- Eres mi única maldita hija, no lo pudiste decir mejor, eres mi maldita maldición y una maldita asesina-

-¿Qué?- Freya retrocedió ante el término que utilizó su padre.

-¡¿Quieres saber el motivo de mi odio hacia ti?!- Gritó- ¡ELLA ES MI MOTIVO!-

Freya siguió el brazo de su padre para ver que señalaba el cuadro de su madre, ella sonreía ampliamente.

La joven Baker siempre había admirado ese cuadro de su madre, en él parecía que ella tenía un aura casi mágica, como si su belleza fuera sobrenatural.

-¿Qué tiene que ver mi madre con que me odies?- Preguntó con voz rota, sabía que lloraba, no podía evitarlo.

-¡TODO! ¡TÚ MATASTE A TÚ MADRE! ¡¿CÓMO CREES QUE ME SIENTO AL VER A LA ASESINA DEL AMOR DE MI VIDA CADA DÍA?!-

-Mamá murió de una enfermedad, tú lo dijiste- Recordó la pelirroja.

-¡DEPRESIÓN POSPARTO!- Soltó cansado Lester- ¡Esa es la enfermedad! No soportaba verte, no soportaba escucharte ¡No dejabas de llorar!- Acusó- Ella perdió su brillo, perdió su amor por todos ¡LO PERDIÓ TODO POR TÚ CULPA!-

Freya parpadeó varias veces ¿Acaso la estaba culpando a ella de la depresión de su madre?

-Una vez, cuando tenías casi 3 meses, la encontré en el baño, te estaba ahogando en la tina- Contó.

Fue cuando la pelirroja se dio cuenta que aquel sueño que tenía el mismo día cada mes no era un sueño, era un recuerdo que salía, su madre la había intentado asesinar.

-Cuando te saqué de la tina llorabas en mis brazos, tú madre insistía en que estaba cansada, me pidió que te dejara en algún orfanato, pero en mi terquedad dije que no- Siguió Lester- Al igual que le insistí en tener hijos cuando ella no quería-

-¡¿Y me culpas a mi?! ¡Yo no hice eso!-

-¡Claro que sí! ¡Una semana después la tenías tan harta que se lanzó del balcón del segundo piso!-

Freya retrocedió de nuevo mientras negaba, no era su culpa, sabía que no era su culpa, la depresión posparto no causó eso ¿O si?, pero no era su culpa, ella sabía que no...

-Esto no es mi culpa- Repitió con voz rota mientras lloraba- ¡ES TUYA!- Acusó- ¡Lo dijiste tú mismo! ¡Querías hijos! ¡Tú! ¡Yo era una bebé! ¡Tenías que cuidar de mi y de ella! ¡No es mi culpa!-

Lester la vio con enojo y Freya sacó la varita en cuando él se quiso acercar.

-No me hagas utilizarla- Amenazó- ¡Eres un maldito loco! ¡Loco de mierda! ¡Me culpas a mi! ¡SI ALGUIEN AQUÍ DEBERÍA CULPARSE ERES TÚ!-

-Ya basta Freya-

-¡No! ¡LARGO! ¡VETE DE UNA MALDITA VEZ! ¡TOMA TRATAMIENTO!-

Cuando Freya se dirigía a la puerta se dio cuenta de algo y decidió que ya no se iba a quedar en silencio.

-¿Sabes qué es lo peor de todo?- Preguntó viendo a su padre a los ojos- He pasado toda mi vida buscando tú aprobación y amor ¡¿Y para qué?! ¡Los sociopatas no son capaces de amar a nadie!-

-Yo no soy un sociopata- Se defendió el pelirrojo.

-Claro que sí, no amabas a mi madre, estás obsesionado con ella, me culpas porque no puedes aceptar que murió... Madura Lester-

La chica salió de ahí con lágrimas en sus ojos, guardó la varita, al bajar al segundo piso encontró a Peter estaba esperándola frente a la puerta de su habitación.

No le hizo falta preguntar para saber que él lo había escuchado todo, tal vez toda persona en la casa incluso.

Ella caminó rápidamente hacia él y lo abrazó llorando, mientras el Pettigrew la abrazaba tenía una mueca de odio que dirigió a Lester Baker cuando pasó por las escaleras.

-Entra- Pidió susurrando a la pelirroja.

Freya lo vio algo extrañada puesto que no había visto a su padre.

-¿Te pasa algo? Tu voz suena rara- Comenzó Freya.

-No es nada cariño, solo voy a buscar algo de comer y hablamos pronto- Mintió.

-Bien, te quiero Pet-

-Yo igual Frey-

La pelirroja entró a su cuarto tratando de no llorar de nuevo, una vez la puerta se cerró Peter bajó corriendo las escaleras.

Lester Baker estaba a punto de irse, una de sus empleadas le ayudaba con la maleta cuando Peter lo tomó del cuello de su abrigo y lo pegó contra la pared.

-¡¿Qué demonios haces Peter?!- Se quejó el pelirrojo.

-¡Soporté que la tratara mal por años! ¡Pero ya no más! ¡Si usted no va a terapia y le pide perdón...!- Comenzó el chico con enojo.

-¡¿Qué me harás?! ¡No eres más que un niño cobarde!-

Peter sonrió de una manera que jamás lo había hecho, parecía retorcido.

-Lo mataré yo mismo con un Avada Kedavra- Susurró al oído del mayor- Haré lo que sea por proteger a Freya-

-Estas tan loco como yo-

-La diferencia es que yo no dejaré que le hagan daño-

















•─: ∙:°:◦:∙•∙:◦:°:∙ :─•






















Freya sonrió al ver a Peter entrar con una bandeja con comida y una sonrisa.

-¿Estas bien Frey?- Preguntó sentándose a su lado.

-No es mi culpa...- Repitió la pelirroja- Toda la vida creí que había sido mi culpa y ahora sé que no fue así-

-Claro que no-

-Pero también sé que no importa cuánto me esfuerce Pet, mi padre jamás va a ver más allá...- Ella lo abrazó- Siempre seré, en su mente, la asesina de mi madre-

-Pero no lo eres Freya, eres un ángel en la Tierra, aquí el único loco y que necesita ayuda es tú padre-

La chica asintió y suspiró dejando que su mejor amigo la abrazara cómo si fuera una bebé.

-Quiero...- Comenzó la pelirroja.

-Manzana, lo sé, ya la tengo- Interrumpió Peter- Siempre que estas triste comes manzana- Recordó.

-Me conoces muy bien-

Peter sonrió y asintió. Vio feliz como Freya comía, sabía bien que estaba afectada, pero aún no iba a hablar, lo haría cuando esté lista.

Para muchos lo que hizo abajo fue algo que haría un loco, en la mente de Peter Pettigrew solo pasaban las miles de veces que Freya Baker lo había defendido de todo y de todos, era momento de que él lo hiciera con ella.












































Nota:

Maratón Parte 3. ❤️

¿Qué les pareció el capítulo?

¿Tienen teorías?

Aclaración: Realmente la madre de Freya tenía depresión antes de tenerla y creo que ya todos lo notamos. 🥺💔

Mi pobre bebé, ella no merecía escuchar eso de su propio padre. 🥺💔

¿Qué creen que pasó realmente antes?

¿Por qué a la madre de Freya la describen todos de manera tan diferente?

¿Cuál creen que es la historia de la madre de Freya? ¿Y su nombre?

¿Les parece que lo que Peter hizo al amenazar a Lester estuvo mal? 🤔

Freya. 🥺💙🛐

Peter como amigo protector. 🥺🛐

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