₀₇

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-Te extrañé, papi.

-Y yo a ti, princesa, mucho mucho...- Taehyung sorbe su nariz acunándole las mejillas, tan pequeñas comparadas con la talla de sus largos falanges.

Mal. Así me sentía mientras veía a Eun-Sang abrazar a su papá con tanta efusividad. Yo hacía lo posible por mantenerme inexpresiva, pero admitía en silencio lo egoísta que me hacía ser el haberles prohibido verse.

Cabía la posibilidad de que Eun-Sang no sintiese el mismo afecto hacia Taehyung, que fuese distante y le tuviese al menos un poco de pena, pero fue todo lo contrario. De solo reconocerlo corrió hacia él.Taehyung rápidamente se agachó para besarla y abrazarla fuerte mientras le decía como la extrañó.

Creo que si hay que recoger la mejor parte, fue esa. Si bien con nuestra hija todo fue agradable, con Dae-hyun hubo cierta diferencia.

Durante estos años siempre fui consciente de lo que hacía alejándolos a ambos de Taehyung, ahora no lloraría de culpabilidad, sería hipócrita. Por eso no me escandalicé cuando Dae-hyun se me arrimó. Seguro preguntándose por qué su hermana abrazaba a ese hombre que debía serle un extraño. Se vinculó mucho con él cuando tenía pocos meses de vida, pero está claro que sus recuerdos se borraron.

Lisa me miraba con los labios en una tensa línea recta, con los ojos algo cristalizados en señal de que estaba conmovida. Está claro que siente por mi, soy su amiga, sabe lo dificil que fue atravesar el hoyo en el que me dejó metida Taehyung cuando todo se acabó.

Y no era que yo fuese de hierro, estaba conmovida, demasiado a decir verdad, sin embargo no era momento de mostrarme sentimental.

Decido que no debo quedarme de brazos cruzados, estoy segura de que con mi intervención Dae-hyun dejará de mirar a Taehyung con extrañeza. No quiero ser exageradamente empática, pero tampoco no puedo ser tan apática frente a la situación, después de todo es mi culpa que el reencuentro no haya sido el más ameno.

-Dae, amor...- mi niño levanta su cabecita y me mira atento. Divago por las palabras más claras y entendibles para hablarle mientras acaricio un poco su pelo- ese de ahí es tu papá, ¿y si le das un abrazo?

-¿Tengo un papá?- preguntó, su mirada adopta curiosidad, entorna los ojos en dirección a Taehyung, quien lo mira con nerviosismo y súplica.

Jin siempre fue lo más parecido a un padre para él. Puede ser que por su edad no haya querido preguntar acerca de ese asunto, no hubo momento en el que no estuviera cómodo con su entorno.

-Hyun, él es nuestro padre, deberías abrazarlo como yo.- Eun aporta a mi intento de convencerlo.

Taehyung se muestra más tímido de lo que esperaba, no dice nada aunque se note que quiere. Tal vez estuviese listo para volver a experimentar lo que ocurrió con Eun años atrás cuando nuestro hijo se acercó los pasos que los dividían y le dió un abrazo, uno más afectivo de lo que esperábamos.

La sorpresa cruzó el rostro de Taehyung. No quería quedarme a ver como se comporta de forma tan benévola, cuando el recuerdo de la conversación que me rompió en mil partes hace tres años, sigue vívido en mi mente, como si hubiese sido ayer.

De todas formas me quedé.

Lisa vino a mi lado en el sofá, dándome una palmadita en el hombro antes de sentarse.

-Hola, campeón.- sacudió suavemente su pelo al terminar el abrazo, haciendo que Dae le muestre una sonrisa amable y tímida.

(....)

Los días pasaban, y las cosas transcurrían eventualmente, bien. El domingo pasó en un abrir y cerrar de ojos, y son darme cuenta ya era lunes. Al fin de semana le encanta ser volátil.

Los encuentros siguieron ocurriendo, Taehyung claramente me exigió seguir viendo a los niños, pidiéndome de hecho que le permitiera llevarlos a la casa en la que se queda en Londres.

Todo el tiempo actuó pacífico y aceptó todas mis condiciones. Por encima de su mar de imbecilidad, podía ver que cooperaba porque le hacía realmente ilusión poder interactuar con ellos. Quizá no fuese el mismo de antes, pero su parte paternal seguía en alguna parte. Continuaba siendo atento y los consentía demasiado, cuyas actitudes me hicieron evocar recuerdos que terminaban dejándome mal.

Mentiría si dijera que al pegar la cabeza en la almohada dormía sin baches mentales. Cada noche me ponía pensar en el día que tuve, en el cual por una cosa u otra Taehyung ha estado presente.

Me atrevía a pensar en él, sin importar que haya pasado el día con Hoseok, que hayásemos estado hablando de nuestra boda o que incluso hayamos pasado uno de nuestros ratos íntimos e increíbles.

No estoy en condiciones de que mi vida se ponga de cabezas. Por eso día a día me encargo de construir un muro inquebrantable que divida mi pasado de la actualidad. Mi presente se llama Jung Hoseok, tiene veintinueve años, pelo negro, y una resplandeciente sonrisa que me regala a diario, la persona que se ha encargado de hacerme feliz y enamorarme precintando de a poco las ranuras de mi corazón con mucho amor.

No me podrían quedar ganas de volver a aceptar a Taehyung en mi vida de la misma manera que antes. Es suficiente con recordar el infierno que viví días antes de que nuestro matrimonio se acabara. Taehyung no me hará dudar de lo que quiero para mí y mi futuro.

Aunque también hay que ver como de distante es conmigo,hablamos lo necesario, y el tema siempre son los niños. Nada de pedirme que hablemos, ni intentar pasarse de listo, hasta me aseguró que en unos días volverá a Corea.

-¿Doctora Park?.

Me termino de colocar el estetoscopio alrededor del cuello y me arrimo al hombre que me acaba de llamar por mi apellido. No lo conozco, pero ya es costumbre conocer a personas a las que no vuelvo a ver en mi vida. Algo de lo más lógico si estoy encargada del área de urgencias del hospital.

-Sí, dígame- dije amable, utilizando mi fluido Inglés

-Quería preguntarle acerca de la señora Stella, me dijeron que usted la está atendiendo, es mi madre.

-Ah, usted es su hijo- lo digo más para mí, pero él me asiente varias veces. Busqué en mi tableta los informes de los ultimos pacientes a los que he atendido.- Stella Harrys... - murmuré y luego levante la vista hacia el hombre-, su madre ingresó con dispepsia y deshidratación. Ahora mismo se encuentra con una una intravenosa que está suministrándole líquidos, si después del suero mejora, pueden volver a casa.

-Oh, entiendo, está bien, iré con ella.

Asiento y suspiro acercándome al mostrador. Saqué mi celular y vi que faltaban tres horas para que mi tiempo en el hospital acabe. Quité la contraseña viendo que había un mensaje de Hoseok.

Sonreí pensando en lo exagerado que era diciendo que me extrañaba, cuando me había visto en la mañana. Mi floja sonrisa se esfuma como vino al aviso de la llegada de un nuevo paciente.

Guardé mi celular de inmediato y seguí a los paramédicos hasta un cubículo.

(...)

-¿Y los niños?- Jin sale confundido del pasillo, me imagino luego de revisar las habitaciones y no encontrarlos.

Recogí mi pelo frente al espejo y luego lo solté haciendo que se esparciera en mi espalda- Están... con Taehyung.- volteo encontrándome con su predecible cara desaprobatoria- Quedamos en que los buscaría hoy por mí

-¿Cuándo era que se iba?- la pregunta viene con un notorio tono de molestia. SeokJin es el primero en discordia con que Taehyung esté cerca de nostros.

-Jin...

-Ya pasó una semana, ¿acaso no tiene cosas que hacer en Corea?

-Es su padre. Tiene derechos aunque nos joda la idea.- no podía creer que estuviese defendiéndolo

-Ja, derechos, que venga y me lo diga en mi cara..- escupe negando con la cabeza inconscientemente

-Como sea, voy a ir a buscar a los niños.- hablé en lo que me ponía un abrigo por encima de la blusa.

-No, yo iré, tu quédate.

-Jin, tranquilízate- si no pongo una mano en su pecho, atraviesa la puerta sin abrirla- no irás a ningún lado, además no sabes en donde es. Déjame ir, llevo mi auto y en veinte minutos estamos de vuelta, ¿vale?.

Cogí mi discreto bolso y besé su mejilla saliendo luego del departamento.

En algunos minutos ya había llegado. Estacioné apagando el sonido de los motores y las luces delanteras del objeto que me trajo hasta aquí. Saqué las llaves y volví a engancharme el bolso para luego bajar.

El pasto mojado y picoso de la entrada me roza los pies por las sandalias mientras me acerco a la para nada pequeña casa. No me sorprende ni un poco, sé de los lujos que Kim Taehyung suele darse.

Toqué el timbre acomodándome el asa del bolso en el hombro.

Miro distraída hacia otra parte hasta que escucho que alguien se acerca a abrirme.

La puerta se abre mostrando en primer plano el reconocible cuerpo de Taehyung, pero no está solo.

-Mira quién está aquí, campeón.

-¡Amma!- un contento Dae-hyun se lanza a mis brazos haciendo que el contacto visual entre Taehyung y yo hayan sido dos escasos segundos.

-Hey!- le digo a Dae mientras recibo su menudo cuerpo.

-Adelante, pasa- me indica Taehyung. Yo lo hago y el cierra la puerta detrás mío. Percibo un olor a Canela en el ambiente, no lo sé, una mezcla de un perfume.

Pasamos a la enorme sala de estar en donde estaba Eun-Sang con un mando de atari jugando algo en el televisor.

-Hola mami.- me sonríe.

-Ellos ya están listos- Taehyung me habla-, si tienes prisa ya puedes irte o si quieres sentarte un momento...

-No... nos iremos rápido, seguro tienen deberes que hacer y ya es tarde, pronto tienen que dormir.- dije viendo a Eun-Sang quitar el juego obedientemente para mirar algo en su mochila, como Taehyung la recogió a la hora de la salida lleva todavía el uniforme escolar.

-Ya hicieron los deberes conmigo.- dice sentándose en el sofá con las manos metidas dentro de los bolsillos delanteros de su chándal.- también comieron algo así que por eso tampoco te preocupes.

El hocico de Yeontan hace que mire a mis pies. Está moviendo la cola mientras me olfatea, luego ladra y me pasa la lengua en el pie, lloriqueando mientras me mira desde abajo. Reí y lo acaricié un poco.

-Te reconoce...- menciona Taehyung.

-Eso parece- dije

-Mami, me falta un zapato- miro hacia los pies de Dae-hyun viendo que era cierto.

-Debe estar en mi habitación- Dice Taehyung- lo estábamos buscando pero llegaste y no lo pudimos encontrar

-Puedo ir yo, seguro lo encuentro.- dije poniendo mi bolso en un mueble.

-Como quieras, segundo piso, la tercera puerta.

-De acuerdo.

Caminé hasta las escaleras y las subí dirigiéndome al segundo piso, conté las puertas y abrí la tercera. Lo que ya me esperaba: una lujosa y bonita habitación. No era tan grande, pero tenía un modelo bastante curioso. Más llamaba la atención un estante de libros que había junto a un escritorio. La cama en el centro estaba forrada de un grueso y tendido edredón junto a varias almohadas con fundas blancas. Había una puerta cerrada que daba a entender que era el baño, y como no hay ningún clóset aquí fuera, adentro debe tener un vestidor.

Dejé de observar cada rincón sin ningún propósito y me puse en función a lo que había venido. Lo primero que hice fue agacharme a mirar bajo la cama, tuve que levantar un poco el edredón, y al lado de una pata de la cama encontré el zapato de Dae-hyun.

Gateé un poco para alcanzarlo y cuando lo hube cogido me acomodé para ponerme de pie otra vez.

-¿Lo encontraste?.

Me extremezco soltando un pequeño gemido, girando para encontrarme con Taehyung justo detrás de mí.

-¿Qué haces?- lo regaño por el susto mientras me sacudo las rodillas- Era muy fácil, no sé como no lo encontraron. Estaba bajo la cama.

Taehyung mira el zapato en mi mano en mi mano y luego vuelve a mi rostro, el ambiente se estaba poniendo un poco incómodo y lo mejor era irme de una vez.

-Bien entonces creo que ya podemos irnos- dije con la sensación de que no iba a poder pasar por su lado.

-Y...- pronuncia él , deteniéndome- ¿Hoseok ya lo sabe?

-¿El qué?- pregunté confundida

-El que Dae-hyun y Eun-Sang son mis hijos- aclaró

-Se lo diré... después.

-¿Por qué no ahora?- da dos pasos hacia mí, mido el espacio entre nostros , pero lo dejo pasar.

-Porque no quiero problemas con él, y tampoco quiero que tengan problemas entre ustedes.

-Pues yo creo que estas evitando que cuando lo sepa te acribille a preguntas.

-Eso también- admito viendo como da otro paso- Debo bajar...

-¿Por qué? ¿No sabrías responderle?.- ignora lo que le digo, y es como si me detuviera por segunda ves. Debí ignorarlo e irme.

-Dijiste que no harías esto, Taehyung- dije seria alejándome, aunque verlo ponernos a la misma distancia de nuevo me hace ver que no conseguiré nada retrocediendo.

-¿Hacer qué? ¿Acercarme a ti?- suelta esa risita suficiente que sueltan todas las personas engreídas y que a él le queda jodidamente bien-. No pensé que te afectara tanto, como ahora no hay nada más allá de Hoseok.- deludió

Tragué y seguí mirándolo a los ojos, con la respiración temblorosa, llena de cargas negativas que no quería sacar a flote. Creí imposible que me pusiera así, en este ridículo estado de nervios. Era increíble como Taehyung conseguía intimidarme incluso luego de años sin siquiera saber de él. - Me iré y vamos a olvidar que este momento ¿ok?

Terminando de hablar intento irme, pero su mano tatuada me agarra el antebrazo. Quise voltear y gritarle que me dejara en paz.

-Hey- murmuró, mi pecho subía y bajaba con mas esfuerzo de lo normal, por su culpa.

Joder, sentía tanta vergüenza de mi misma, me avergonzaba el hecho de que el hombre que me ha hecho sentir como la mierda, todavía tenga tanto control sobre mí.

-Todavía sientes algo ¿no?.

Taehyung me da un pequeño tirón con el que me pone de frente a él una vez más.

Su rostro se acerca lentamente al mío, violando mi espacio personal. Tengo el corazón a mil, pero no lo demuestro. La diferencia de la Tn de ahora, es que ella no caería en los truquitos con los que el poderoso y atractivo Taehyung conseguía hacerme sucumbir antes.

Cuando está a punto de besarme, formulo una sonrisa demasiado leve y egocéntrica, girando el rostro como muy pocas veces se lo había hecho en mi vida.

No sé de dónde saqué el estirpe, pero volví a enderezar el rostro, a pesar de la cercanía, empujándolo del pecho, y cuando estuvo a una distancia más respetable hablé. - Será mejor que sepas de una vez que estás muerto para mí

-No te creo.

-Pues hazlo. Ya no te amo, ya no pienso en ti, y mucho menos soy tuya.

Siguiente cap...

-Te amo demasiado...- me deleito con sus pupilas profundas y sinceras antes de sonreírle levemente.

-Y yo a ti.

Graciasxleer ❤

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