Capítulo 05

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—¿Hong?

Nadie dijo nada.

—¿Hong EunChae?

Toda el aula estaba en silencio.

Miré discretamente mi móvil en busca de alguna señal de vida de EunChae, pero no había ningún mensaje.

—Es la segunda semana del curso y ya está faltando... —Murmuró el profesor Seo con un notorio tono de molestia.

Durante el cambio de clases fui rápidamente hasta mi taquilla para guardar algunos libros cuando mi móvil vibró. Se trataba de un mensaje de EunChae.

Smile Potato 🪐

"En el restaurante de siempre después de clase."

"Es urgente."

Lo único en lo que podía pensar era: «¿Qué podía haber sucedido ahora?»

Las horas restantes de clase se me hicieron eternas, no pude dejar de mirar el móvil cada diez minutos para ver la hora o algún mensaje más de EunChae. Mi mejor amiga no se presentó a ninguna de las clases y eso me tenía el doble de preocupada.

En cuanto sonó el último timbre, el cual anunciaba la salida, recogí a gran velocidad todas mis cosas y salí corriendo del instituto.

[ . . . ]

Al empujar la puerta del restaurante la campanita sonó anunciando así la llegada de un nuevo cliente. Vi el rostro sonriente de Matthew asomarse por encima de la barra.

—Oh, hola HeeJin. —Matthew se incorporó. —Tus amigos están en la mesa de siempre. En un rato iré a atenderos.

—Gracias Matthew, eres un encanto.

Me dirigí hacia el lugar en el que siempre nos solíamos sentar, únicamente tres de ellos estaban ahí; EunChae, HanBin y Zhang Hao.

—¡HeeJin! —Me saludaron todos.

Me senté al lado de Zhang Hao, quien revolvió mi pelo, y delante de mí estaba EunChae.

—¿Y JiWoong?

—Debería de llegar en un rato. —Mi mejor amiga lucía inquieta, no dejaba de mirar su móvil cada dos por tres y movía su pierna frenéticamente.

Oímos unas voces estruendosas que provenían de la entrada, debía de tratarse de JiWoong y Matthew, esos dos eran igual o peor que una bomba.

Vimos a JiWoong acercarse a la mesa, lo que nadie se esperaba es que el chico viniera en traje.

HanBin no tardó en reírse. —¡Pareces un pingüino! —Su cara comenzó a tornarse roja de tanto reír.

—¡Con todos ustedes, su majestad el rey Kim JiWoong! —Se burló Zhang Hao mientras comenzaba a reírse con su estruendosa risa.

La risa de Hao junto con la de HanBin me contagiaron y comencé a reír con ellos hasta llorar de la risa.

—Ja ja ja, que graciosos que sois. —Se burló JiWoong.

HanBin, Zhang Hao y yo cada vez reíamos más fuerte. JiWoong aprovechó que Matthew venía con unos vasos de agua y cogió uno de los vasos para lanzarnos el contenido de este. Los tres chillamos de la impresión.

—¡Kim JiWoong! —Nos quejamos.

Matthew no pudo evitar reír mientras dejaba el resto de las bebidas en la mesa. —Os traeré algo para que os sequéis.

—Eres tan lindo Matthew. —Le agradecí al chico cuando sentí una patada en mi pierna. —¡AY! ¡Hong EunChae!

Vi como Matthew le guiñó el ojo a EunChae antes de irse, mi amiga se sonrojo levemente y apartó la mirada mientras sonreía, pero rápidamente su rostro volvió a tornarse serio.

—Bueno, ya estamos todos y HanBin, HeeJin y Zhang Hao ya se han calmado. —Comentó JiWoong mientras se sentaba. —¿Qué sucede EunChae?

—Es sobre... La carrera de hace dos semanas... —EunChae parecía que no sabía por dónde comenzar. —Uno de los equipos... Contra los que competía HanBin... El equipo de Karina concretamente...

—¿Qué pasa con esa rubia de bote? —preguntó Zhang Hao frunciendo el ceño.

—Fueron ellas quienes llamaron a la policía y... Y quienes estropearon el coche de HanBin para que corriera menos.

—¡¿Perdón?! —HanBin se levantó de su sitio indignado. —Con razón tardó tanto en arrancar el jodido coche... —Murmuró mientras de dejaba caer sobre su asiento.

—Esas perras... —Murmuró JiWoong entre dientes.

—¿Y tú cómo sabes eso? —le preguntó Zhang Hao a EunChae con desconfianza.

Mi mejor amiga miró su móvil y se puso de pie, de repente apareció alguien detrás de ella, llevaba una sudadera enorme y la capucha puesta junto con una mascarilla negra que impedía reconocer su rostro.

Esa persona se quitó la capucha y se bajó la mascarilla. Todos nos levantamos rápidamente cuando la reconocimos.

Era Kim MinJeong, mejor conocida en su grupo como Winter.

—¿Qué hace ella aquí? —Miré a mi mejor amiga en busca de una explicación.

Winter no decía nada, permanecía seria y miraba al suelo.

—Winter vino a...

EunChae fue interrumpida por HanBin.

—Que hable ella.

Winter levantó la vista, se la veía enfadada y algo asustada a la vez. Se aclaró la garganta antes de hablar. —Yo... Oí a Giselle y Karina hablar sobre qué habían saboteado el coche que iba a conducir Sung para... Para que se estrellara en la última curva...

El rostro de HanBin palideció repentinamente.

—Así que decidí llamar a la policía para detener la carrera y que nadie saliera herido. —La expresión de su rostro se suavizo.

—¿Por qué haces esto? — Le pregunté confusa. —Quiero decir, ¿por qué decidiste ir en contra de tu grupo?

—Yo... —Winter suspiro mientras se pasaba las manos por la cara, claramente agobiada. —No quiero ganar una carrera así, y mucho menos atentar contra la vida de alguien. No soy una asesina y no quiero cargar con muertes en mi conciencia y menos por una jodida carrera de mierda.

—Winter se puso en contacto conmigo ayer porque ya no podía seguir callada. —Dijo EunChae sentándose nuevamente.

HanBin se acercó hasta la chica y le dio la mano durante unos cortos segundos. —Gracias Winter, de verdad.

La chica se secó las lágrimas que habían comenzado a salir de sus ojos y su rostro volvió a su semblante serio. —Quiero que quede claro que no soy vuestra amiga ni nada por el estilo.

—No te preocupes. —dijo JiWoong mientras se ponía de pie y se acercaba hacia Winter. —Nadie sabrá que has estado aquí, ni que has hablado con nosotros fuera del lugar de las carreras. Y mucho menos que nos has contado el intento de sabotaje de Karina y Giselle.

La chica estiró la mano y JiWoong se la estrechó.

—Gracias por evitar que Sung la palmara. —Dije con los brazos cruzados. Winter me miró algo sorprendida porque le dirigiera la palabra y asintió tímidamente con la cabeza.

—Más os vale que nadie sepa que he estado aquí. —dijo Winter mientras se volvía a colocar la capucha y la mascarilla. —Si no, haré de vuestra vida un infierno.

—No te preocupes de verdad. —dijo JiWoong.

—Adiós panda de idiotas. —dijo Winter mientras se iba agitando la mano.

—Rubia de bote. —Dijo Zhang Hao.

Winter siguió su camino sin mirarlo, pero aun así le sacó el dedo.

—Hay gente que no cambia nunca. —Dije soltando una pequeña risa en cuanto Winter salió del local.

—Deberemos tener más cuidado durante las carreras. —Dijo HanBin mientras todos nos sentábamos de nuevo.

—Hablaré con Lisa, para que vigile a esas arpías. —Murmuró JiWoong.

Matthew apareció tímidamente. —¿Ya ha terminado esa reunión secreta del pentágono?

Todos soltamos una risa.

—¿Por qué no te sientas con nosotros, Matthew? —Le preguntó Zhang Hao.

Los ojos del canadiense se iluminaron. —¿Puedo?

—¿Qué clase de preguntas es esa? —preguntó JiWoong.

—Siéntate, danos una toalla y dile a EunChae que quieres salir con ella y comerle la boca. —Dije riendo.

—¡HEEJIN! —Gritaron ambos sonrojados.

[ . . . ]

—Oye, ¿Puedo preguntar porque vas vestido así? —Pregunté dudosa mirando el atuendo de JiWoong.

—¡HeeJin! —Dijo el chico abriendo los ojos, claramente sorprendido.

—¿Qué?

—Hoy es la cena de nuestros padres. —dijo el chico intentando no reír al ver mi cara.

Mierda. Se me había olvidado por completo.

—¡No me puto jodas! —Dije en voz alta mientras me levantaba de mi asiento.

El chico comenzó a reír, y por ende los demás también al ver mi cara.

—De hecho, es en una hora. —dijo JiWoong mirando su móvil. —Yo si fuera tu saldría corriendo hacia mi casa.

«¿UNA HORA? Mis padres me iban a matar. No... Aún peor... ChanHee y MinHee.»

Salí corriendo del local a toda velocidad hacia mi casa, logré entrar por la puerta trasera, la cual casi siempre solía estar abierta y la cual daba a la cocina. Ya no tenía aire en mis pulmones, pero logré llegar en menos de media minutos. Subí corriendo las escaleras y caminé por el pasillo que daba a las habitaciones. ChanHee salió de su habitación repentinamente.

—¿Dónde estabas? —Me preguntó.

—Me quedé estudiando en el instituto. —Mentí descaradamente.

—Ya, claro. —Soltó una risa nasal. —Ve a cambiarte, todavía no han llegado los invitados.

Entre con prisas a mi habitación y saqué lo primero que vi, una falda y un suéter. No es que me hiciera mucha ilusión llevar una falda y personalmente no me gustaba mucho, pero no tenía tiempo de buscar otra cosa y plancharla.

Definitivamente debía de ordenar mi armario en lugar de lanzar la ropa dentro.

Me cambié a la velocidad de la luz, arreglé un poco mi maquillaje para que fuera lo más natural posible ya que la madre de JiWoong era demasiado criticona con este tipo de cosas. No quería ser su diana esta noche.

Estaba terminando de arreglarme cuando se oyó el claxon de un coche.

—Mierda. 

Bajé al salón corriendo.

ChanHee y MinHee estaban junto a mis padres. Papá estaba atando bien la corbata de MinHee mientras que mamá arreglaba rápidamente el pelo de ChanHee antes de acercarse a mi padre.

Hasta mis padres sabían lo paranoica que se ponía la madre de JiWoong con esos detalles.

—Cariño, los Kim acaban de llegar. —dijo mi madre a la vez que el timbre sonaba.

La madre de JiWoong es compañera de trabajo de mis padres, se conocen desde la universidad. Así que prácticamente crecí viendo de vez en cuando al tonto de Kim JiWoong.

—Vaya ChanMi, tan radiante como siempre. —Dijo la señora Kim, nada más entrar.

ChanHee, MinHee y yo hicimos una reverencia a los señores Kim, después me acerqué hasta JiWoong.

—Cuanto tiempo sin verle joven Kim. —Bromee.

—Es un placer verla de nuevo señorita Lee. —JiWoong se acercó a mí y murmuró: —Perdón por mi atrevimiento, pero ¿debería llamarla señorita Lee HeeJin o señorita Jeon HeeJin? O bueno... puede que esto suene atrevido por mi parte, pero... quizás debería de arrodillarme y besarle la mano.

—Tonto. —Murmuré intentando no reír. Cuando se escuchó y se vio como otro coche aparcaba en la entrada. —¿Esperamos a alguien más?

—¿No lo sabías? —JiWoong me miró intentando no reír. —Tus padres también han invitado a los Shen.

—¿A quién?

—¿No sabes quiénes la jefa de tus padres? Tontita.

Aquello me pilló por sorpresa. —¿Te refieres a la dueña del hospital?

JiWoong asintió con la cabeza.

—Estaba con su hijo en el extranjero o algo así, pero han decidido volver.

ChanHee se acercó a nosotros con cautela.

—¿Qué estáis tramando ahora?

Yo rodé los ojos. JiWoong era un chico encantador, no íbamos a hacer ninguna jugarreta y mucho menos delante de sus padres. No quería morir antes de tiempo.

—¿Qué tal estás ChanHee? —preguntó JiWoong sonriendo.

—Imbécil. —ChanHee chasqueó la lengua y miró mal a JiWoong de arriba a abajo antes de alejarse para volver junto con MinHee.

—Sigo sin creer que quisieras ser su amigo. —Murmuré mirando a ChanHee por el rabillo del ojo. —¿De verdad te gustaba?

Él levantó sus hombros restándole importancia.

—Son cosas que tiene la vida. Todos cometemos errores. —El timbre sonó de nuevo. —Oh, ahí están, prepárate para el espectáculo.

Vi entrar a la señora Shen y saludar a mis padres y a los padres de JiWoong con mucha alegría, era sorprendente joven. Pero la vida claramente me estaba jugando una broma pesada. Detrás de la señora Shen apareció el chico que lleva atormentado mis días desde que prácticamente inicié el curso, el idiota de pelo blanco que se hace llamar Ricky.

Shen Ricky.

—¿Por qué tienes esa cara? Parece que quieres escupirle. —Murmuró JiWoong riendo mientras veía de reojo como el chico saludaba a ChanHee y MinHee con entusiasmo.

—¿Qué hace ese idiota aquí? —Murmuré molesta.

El chico se acercó a nosotros con una sonrisa.

—Eres Kim JiWoong, ¿cierto? Es un placer.

JiWoong hizo una pequeña reverencia.

El chico de pelo blanco me miró y sus ojos se abrieron como platos. —¿Tú otra vez, chica del servicio?

«¿Por qué se hace el sorprendido? Ha estado aquí como tres veces.»

—Serás imbécil... —Masculle entre dientes mientras fruncia el ceño.

JiWoong fingió una tos y me dio un pequeño codazo antes de cambiar de tema antes de que esto fuera a peor.

—Emm, ¿Vosotros dos os conocéis de antes?

Ambos asentimos con la cabeza.

—Se interpuso en mi camino en dos ocasiones. —Dijo el chico rubio sin pena alguna.

Yo solté una pequeña risa intentando no perder la poca paciencia que me quedaba.

—Tú me chocaste en esas dos ocasiones. —Masculle entre dientes.

El chico rodo los ojos. —Sí bueno, lo que tú digas... Ah, también me empujaste y eso no fue culpa mía.

La señora Shen, junto con los señores Kim y mis padres, se retiraron al jardín, por lo que por fin podía respirar tranquilamente, sin tener que estar atenta de cada una de mis expresiones y posturas para evitar que la madre de JiWoong me tuviera como su objetivo de la noche.

ChanHee y MinHee se acercaron.

—Oh, ChanHee. Menos mal que estás aquí. —El chico rubio se acercó a ambos. —¿Qué hace esta chica aquí?

ChanHee me miró confuso. —¿HeeJinnie? Es nuestra hermana pequeña.

El chico rubio me miró de arriba a abajo.

—¿Eso es tu hermana?

Abrí mis ojos como platos.

«¿Cómo que ESO?»

—¡Te voy a... !

Le hubiera golpeado en su estúpido rostro de muñeco de porcelana si no hubiera sido por JiWoong, quien me detuvo mientras soltaba una risita. Todos lo miramos.

—¿Qué te sucede contigo ahora? —Le pregunté confusa.

JiWoong volvió a soltar una pequeña risa.

«¿Acaso tenía algo en la cara?»

Yo rodé los ojos y dije entre dientes: —¿Eres subnormal o qué te pasa?

—¡Lee HeeJin! —Me regaño ChanHee.

Miré a los tres chicos que estaban a mi lado, ChanHee y MinHee estaban regañándome con la mirada por mi vocabulario y el chico rubio me miró algo sorprendido unos segundos.

—Jinnie. —Me llamo JiWoong entre risas. —Tus orejas. —El chico señaló su propia oreja.

Ahora lo entendía.

—Eres un idiota. —Murmuré intentando no reír yo también.

Tenía un pequeño tic en las orejas, estas se ponían rojas cada vez que me llamaban 'HeeJinnie', y mis amigos se reían siempre que me sucedía.

—¿Jinnie? —preguntó MinHee sin entender nada. —¿Desde cuándo eres tan cercano a HeeJin?

ChanHee le dio un codazo a MinHee, y JiWoong y yo nos quedamos helados durante un momento.

—Oh, venga. —Dije mirando a MinHee rápidamente. —Sabes que odio que me llamen 'HeeJinnie', siempre decís que son cosas de la pubertad.

Rodé los ojos y JiWoong asintió con la cabeza dándome la razón.

—Jinnie es bonito. —Murmuró el chico de pelo blanco para sí mismo.

El chico me miró y puso sus manos detrás de su espalda mientras ladeaba levemente la cabeza.

—¿Yo también puedo llamarte Jinnie?

JiWoong borró su sonrisa y yo abrí levemente los ojos.

«¿Este chico era idiota? ¿Tenía problemas de personalidad?»

—Pero... Por supuesto que no. —Fruncí el ceño mientras me cruzaba de brazos.

—HeeJin. —MinHee se acercó a mí, me miró algo asustado y desvío su mirada hacia el chico rubio.

—Está bien, no pasa nada HeeJin. —El chico rubio se burló. —Soy Shen Ricky.

—Bien, me alegro por ti. —Le miré de arriba a abajo mientras seguía con el ceño fruncido. —No me importa.

—HeeJin por lo que más quieras... Es el hijo de la jefa de nuestros padres. —Me suplicó MinHee al oído.

—No te portes mal, Jinnie. —Se burló JiWoong mientras pasaba su brazo sobre mis hombros y me alejaba de MinHee. —Si no Hao se sentirá decepcionado por tu mal comportamiento.

Miré mal a JiWoong mientras le daba un codazo.

—No tienes por qué decirle nada a nadie.

Ricky soltó una pequeña risa. —Ese tal Hao, ¿es tu novio?

Iba a responder cuando mi madre apareció, llamándonos para ir a cenar.

La cena se llevó a cabo con normalidad, excepto porque JiWoong manchó su traje, el cual era blanco. Por lo que se tuvo que quitar la chaqueta alegando que hacía calor, y creo que su madre se dio cuenta, seguramente sería regañado por eso. Ricky estuvo mirándome durante casi toda la cena. Aquello me puso realmente incómoda.

Todos, excepto nuestros padres, fuimos a la sala de estar después de la cena. ChanHee, MinHee y Ricky estaban hablando animadamente mientras que JiWoong y yo nos hacíamos fotos y se las mandábamos a nuestros amigos.

—¿Puedo tomarme yo también una foto con vosotros? —preguntó Ricky mirándonos.

JiWoong pareció pensárselo unos segundos. —Oh, claro. ¿Te importa si lo publico en mi Instagram?

Kim JiWoong y su amor hacia su popularidad.

—Oye, Jinnie. —Me llamo el idiota de pelo blanco. —¿Me darías tu número?

Yo mire de arriba abajo con desagrado. —No y no me llames Jinnie. 

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