Capítulo 17

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

La última hora del día por fin se acercaba.

Ricky 🐱🍓

"HeeJin quiero nuestra cita."

"¿Crees que podamos vernos cuando salgas del instituto? Estoy en la entrada."

Aquel mensaje me dejó atónita.

«¿Por qué mierda estaba Ricky en la entrada?»

—EunChae. —Le susurré a mi mejor amiga, quien se sentaba a mi lado en las clases de la profesora Jeon.

—¿Qué?

—¿Puedes cubrirme en la última hora? —Le pedí mientras hacía un puchero.

EunChae entrecerró los ojos durante unos momentos.

—Tenemos gimnasia. Tienes la regla y te has ido a casa. —Murmuró EunChae mientras tomaba nota del esquema que estaba haciendo la profesora Jeon en la pizarra.

—Te quiero.

—A saber, en qué andarás metida... —Murmuró EunChae para sí misma haciendo una mueca.

—Tiene que ver con el tío bueno de pelo blanco del fin de semana. —Respondí rápidamente intentando no reír.

EunChae me miró con los ojos como platos. Quiso preguntar, pero en cuanto sonó el timbre para el cambio de la última clase del día recogí mis cosas a toda velocidad y salí del instituto. Prefería saltarme la última clase que quedarme pensando en que era lo que quería Ricky y porque había venido hasta aquí.

Le vi en el aparcamiento, apoyado contra su coche con el teléfono en la mano mientras hablaba con una chica, no tarde en reconocer a la chica con la que estaba hablando.

—¿Y tienes novia? —Logré oír mientras me acercaba por detrás de ellos.

—Sí. —Respondió Ricky con rapidez. No negaré que aquello me tomó por sorpresa durante un instante. —Se llama HeeJin.

—Ah... —Se nota algo de decepción y de desagrado en su voz. —Así que sales con Lee HeeJin...

—¿Interrumpo algo? —Pregunté mientras me asomaba por encima del hombro de Ricky.

El chico se giró rápidamente hacia mí, mientras me agradecía con la mirada el haber aparecido.

—Lee.

—Hola YuNa —Salude a la chica. —, no sabía que conocías a Ricky.

—Lo acabo de conocer. —Respondió la chica mirando a Ricky de arriba a abajo. —Bueno, ya nos veremos, Ricky. —Se despidió antes de acariciar el cabello del peliblanco.

—Esa chica me da escalofríos. —dijo Ricky en cuanto YuNa se alejó lo suficiente. —Perdón por decir que eras mi novia, pero es que se me ha acercado de repente y se ha puesto a hacerme millones de preguntas y me ha puesto de los nervios. —Se rasco la nuca incómodo.

—No te preocupes, sé supone que para eso nos estamos viendo... —Respondí con la mirada agachada mientras tocaba tímidamente los dedos de su otra mano.

Ambos nos quedamos callados durante varios segundos antes de que yo volviera a hablar.

—Oye, ¿Qué es eso de nuestra cita?

Ricky no dijo nada, simplemente se acercó a mí y sujetó mis mejillas con ambas manos antes de besarme con suavidad. Lo aparte a los pocos segundos.

—¿Qué pasa? —Murmuró Ricky. —¿He hecho algo mal?

—No... Es que... —Me daba demasiada vergüenza decirle que sus besos me descontrolaban. —¿Crees que podamos irnos rápidamente? Tengo menos de una hora y mis padres aún vienen a buscarme a clase.

—Mierda, ¿Por qué no has empezado por ahí?

Ambos subimos rápidamente a su coche.

—No tenemos mucho tiempo así que... —Murmuró mientras arrancaba el coche. —¿Quieres ir a por un helado y te traigo de regreso?

—¿Puede ser uno grande de chocolate y brownie? —Le supliqué mientras juntaba mis manos.

—El más grande que haya. —Dijo mientras se abrochaba el cinturón, yo imité su acción.

—¡Gracias, amor!

A Ricky se le fue el embrague por un instante y el coche se movió de forma un poco brusca. —N-No vuelvas a hacer eso.

—¿Por qué? —Dije con burla. —Tengo que practicar.

—HeeJin por lo que más quieras. —El chico me miró suplicante mientras sus orejas se tornaban rojas.

—Está bien... Amor.

El chico soltó un sonidito.

[ . . . ]

—Tenemos treinta y cinco minutos exactos para hablar. —Le dije al chico mientras nos sentábamos en la heladería.

—Vale, ya sé que adoras el helado de chocolate y brownie. —Dijo el chico mientras recostaba su cabeza sobre una de sus manos. —Cuéntame algo más.

Miré a un punto fijo intentando pensar algo. —Tengo asma.

—Es bueno saber eso. —El chico se llevó la pequeña cuchara con helado de fresa a sus labios rojos. —Yo juego al baloncesto.

—Oh, me gusta. —Respondí emocionada. —Aunque soy un poco torpe, se me da mejor montar en skate.

—Te puedo dar clases particulares, si quieres. —Me dijo casi en voz baja mientras dejaba la cuchara entre sus dientes intentando lucir sexy. —Siempre y cuando tú me enseñes a montar en skate.

—Me gusta su oferta joven Shen. —Respondí intentando no sonrojarme mientras jugaba con la cuchara de mi helado. —Es muy tentadora.

Ricky me tomó de la muñeca en la cual yo tenía la cuchara con helado, la llevó hasta sus labios y tomó el helado que había en esta.

Sus labios lucían de un color rojo cereza precioso.

—¿A-A qué ha venido eso?

No pude evitar tartamudear... Hacía lo que parecían ser siglos desde la última vez que me sentí así de nerviosa.

—Está rico. —dijo Ricky con una ligera sonrisa. —¿Quieres probar el mío? —Me preguntó bajando el tono de su voz a una un poco más grave mientras su dedo índice tomaba una pequeña parte del helado de fresa.

—Prefiero la cuchara. —Dije mientras soltaba una pequeña risa nerviosa.

El chico acercó su dedo y dejó todo el helado sobre mis labios, pasé mi lengua pobremente sobre mi labio inferior antes de ver como Ricky se levantaba de su silla.
Sentí los labios de Ricky sobre los míos, esparciendo el helado entre nuestras bocas.

Cuando nos separamos no pude evitar apartar la mirada avergonzada mientras relamía mis labios con sabor a fresa. También pude ver como unas chicas de no más de 15 o 16 años que estaban detrás de Ricky, a escasos metros de nosotros, se alejaban completamente avergonzadas.

«Probablemente querían pedirle su número o su Instagram.» Pensé. Aún que no le di mayor importancia.

—Estás igual de roja que una fresita. —Se burló el chico sin poder evitar soltar una pequeña, linda y melodiosa risa.

—Tus orejas también están rojas. —Me burle de él mientras sentía como mi cara ardía.

—¿Eh? —El chico se tapó las orejas avergonzado. —Es tu culpa...

—Tú me has besado. —Dije sonriendo.

—¿Y cómo no hacerlo? —Las mejillas de Ricky se tiñeron de un ligero rosa pastel y apartó su mirada tímidamente.

Ambos nos quedamos unos segundos en silencio hasta que yo hablé: —Ya sabes que tengo dos hermanos mayores y a mis padres, ¿Y tú? —Apoyé mi cabeza contra la palma de mi mano.

—Solo somos mi madre y yo.

—¿Tú padre...?

Ricky frunció un poco el ceño. —Le habré visto cinco veces contadas y nunca ha acabado bien. —Ricky apartó su vista antes de parpadear un par de veces y relajarse su rostro. —Preferiría no hablar de él. Sólo somos mi madre y yo.

Si no quería hablar del tema, no iba a obligarlo, así que solo murmuré un pequeño: —Entiendo.

—¿Ya sabes que vas a estudiar? —me preguntó Ricky intentando cambiar de tema. —Imagino que tú ya sabes que estudio la misma carrera que ChanHee.

Yo asentí con la cabeza. —La verdad es que aún no sé qué estudiar... Ni siquiera estoy segura de lo que me gusta...

—Bueno, no hay prisa.

—Sí que la hay. —Dije mientras soltaba un gran suspiro. —Todo el mundo espera que el año que viene entre a la misma universidad que mis hermanos. —Murmuré mientras fruncia levemente el ceño.

—¿Y qué hay de lo que quieres tú?

Aquella pregunta me dejó helada.

«¿Qué era lo que quería hacer yo? Ni siquiera eso sabía.»

—No te preocupes tanto por eso, HeeJin. La universidad no es la única opción que tienes. Tienes ciclos, grados... Alguna formación profesional... Te puedes tomar un año sabático si no estás segura de que hacer, puedes aprovechar ese año para descubrir lo que te gusta.

Miré a Ricky durante unos segundos. Agradecía tanto sus palabras.

—Gracias... Oye y con respecto a lo de YuNa...

—¿Quién?

—YuNa, la chica de mi instituto con la que estabas hablando.

—Ah... ¿Qué sucede con eso? —Preguntó mientras levantaba una ceja. —¿Temes que pueda quedar con ella hasta que definamos nuestra relación?

Mis mejillas se calentaron... Me había pillado.

—Bingo. —Ricky soltó una pequeña risa. —Lee HeeJin, Jeon HeeJin o como sea que quieres que te llame. —Ricky dejó su helado a un lado y me miró fijamente. —Desde que te choque en el hospital no ha habido un solo día en el que no piense en ti.

Mi corazón comenzó a latir rápidamente.

—Confieso que al principio no me caías muy bien que digamos, pero al conocerte más me he dado cuenta de que eres realmente adorable. —Dijo mientras su mirada se paseaba por la mesa nerviosamente y rascaba su nuca. —Siento la inmensa necesidad de cuidarte.

Mi cara comenzó a arder.

—Me gustas. —Solté sin pensar. Ricky abrió sus ojos como platos. —Me parecías un completo idiota, pero era porque no te conocía... Es tu manera de ser y me gusta bastante.

—Quiero besarte.

—Yo también.

Ambos soltamos una risa nerviosa, estábamos completamente avergonzados.
En ese momento la alarma de mi móvil comenzó a sonar.

—Tenemos que irnos... Queda poco para que terminen mis clases. —Le dije a mi acompañante.

—Ya he pagado, así que vámonos.

Ambos fuimos con algo de prisa hacía su coche.

—Oye, —Me llamó Ricky mientras ambos nos poníamos el cinturón. —De verdad me gustas.

—Y tú a mí.

Ricky desabrochó su cinturón y se inclinó para besarme, yo no dude en aceptarlo. Realmente me gustaba que me besara.
Sin decir nada sus besos bajaron a mi cuello y yo no pude evitar soltar un suspiro.

—R-Ricky...

—Perdona... Me he dejado llevar otra vez.

—Me gusta que lo hagas, pero... Preferiría que lo hagas cuando... —Me aclaré la garganta.

—¿Cuándo...?

—Cuando nosotros... —Me calle antes de seguir hablando.

—¿Cuándo nosotros...? Venga, dilo.

Yo solo pude agachar la mirada avergonzada.

—Cuando nosotros estemos... —Dijo Ricky incitándome a repetir sus palabras.

—Cuando nosotros estemos en una relación seria. —Dije rápidamente. Ricky soltó una corta risa y dejó un beso en mi mejilla.

—Eso era lo que quería oír. —Dijo antes de besarme nuevamente en los labios. —Vamos, te dejaré en el instituto.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro