XXV.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


──────────────

「❛ 𝑐𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑣𝑒𝑖𝑛𝑡𝑖𝑐𝑖𝑛𝑐𝑜 ❜」'
──────────────

—¿Y bien? —Sonrió Jason dejando el plato frente a ella.

—Pues... Se ve —Ladeó su cabeza analizando el plato—. ¿Bien?

—Ahora pruébalo —Meave titubeó al ver su mirada—. Anda, hazlo.

—Bueno...

—Pruébalo, Meave —Insistió.

Observó el plato y luego a Jason. Al plato, y luego a Jason.

—Jason Todd, te juro que si esto tiene veneno o alguna otra cosa te asesinare antes de morir.

—Oh, vamos. ¿Realmente crees que quiero envenenarte?

—¿Quieres que te recuerde cuántas veces me has dado manzana?

—Ya te dije que eso fue un error. Ahora prueba la comida de una vez.

—Pero...

—Rapunzel —Acercó su rostro al suyo observándola directamente a los ojos—. Que pruebes esto de una vez. Confía en mí.

—P-pero yo...

—Abre la boca, Meave —Tomó una gran cucharada y sin esperar demasiado ingresó la comida a su boca sin darle tiempo de protestar.

Meave saboreo con miedo y Jason solo sonrío expectante.

—Esta rico... —Abrió sus ojos con sorpresa—. ¡Sí está rico!

—¡Esta rico! —Alzó sus brazos con emoción haciéndola reír.

—Ya di la verdad, compraste esto.

—Me ofendes, Rapunzel. ¿Qué no ves todas las ollas sucias aquí?

—Sabes que te obligare a lavar todo eso, ¿No?

—¿Te he dicho alguna vez cuanto te odio? —Metió su dedo a la salsa antes de mancharle la nariz.

—Infantil.

—Aburrida.

—De todas formas me quieres, Todd.

—Solo en tus sueños, Strucker —Esta vez fue su turno de manchar su nariz.

—No creo que a Dick le guste esta romántica escena —Murmuró Gar entrando a la cocina.

—Ya cállate, Gar —El joven tomó asiento junto a la rubia.

—¿Quién cocino?

—Jason lo hizo.

—Entonces creo que paso.

—Mejor por mí, porque esto está realmente bueno.

Gar observo al chico con sorpresa.

—Si sigues mirándome así, voy a lanzarte agua. Oí que los gatos odian en agua.

—Ni siquiera se porque te agrada —El peliverde se dirigió a la rubia y Meave río.

—Ni siquiera yo lo entiendo

Jason no dudo en manchar sus mejillas con salsa.

—¡Hey!

—Tú te lo buscaste.

—Te lo dije. Infantil.

—Entonces acércate, Rapunzel. Conozco una forma bastante divertida de limpiarte

Jason se alejó con sorpresa cuando una uva chocó contra su cara.

—Aleja tu asquerosa lengua de ella si no quieres que te rompa la cara —Amenazó Dick con voz seria y el muchacho sonrió divertido.

—Ven aquí —Jason tomó el rostro de la rubia besando su mejilla manchada para luego relamer sus labios—. Listo, limpia.

—¡Jason! —Meave se limpió el resto de salsa de su cara con una mueca de asco.

—No finjas asco, rubia. Yo se que lo repetirías.

—¿Qué tal mi puño en tu ojo? ¿Eso te gustaría, Todd?

—La verdad un poco, sí.

—Infantil.

—Aburrida.

—Ya basta ustedes dos —Grayson se interpuso entre ambos.

—No me mires así —Gar alzó sus manos al ver la mirada que le entregaba el mayor—. A la mala aprendí que no es bueno interponerme entre ellos. Además Jason cocino, nada nos asegura que no enveneno la comida antes.

—Meave está comiendo. ¿Realmente creen qué quiero envenenar a la rubia?

—Sí —Respondieron a la vez.

—Me ofenden, chicos.

—Manzanas —Recordó Gar.

—Puré de manzanas —Siguió Dick.

—Manzanas enteras.

—Pastel de manzana.

—Incluso dulce de manzana...

—¡Saben bien que eso jamás pasó!

—Pero podría pasar, contigo nunca se sabe.

—¡Meave!

—Aburrida, ¿Recuerdas? Soluciona tus propias peleas tú solo, Todd —Sonrió llevando una cuchara de comida a su boca.

—Mentí, si esta envenenada

—Entonces creo que tendrás mi muerte en tu conciencia.

×××××

Luego de descubrir la verdad sobre su hermano, Meave Strucker se había centrado completamente en reunir información sobre Hellfire Club.

Era como si aquella organización se hubiera extinto. Como si todo aquel que supiera la más mínima información hubiera sido desaparecido.

Tyrone y Tandy se habían ofrecido para ayudarla a buscar, después de todo, cualquier cosa que tuviera que ver con los mutantes los afectaba directamente.

Los últimos ataques a las comisarías habían despertado a algunas comunidades mutantes a alzar su voz y unirse a la lucha, y lo que se supone era una buena noticia, terminaba en masacres de familias enteras incluyendo a niños y ancianos.

Meave sabía que el círculo interno aún no daba su primer gran golpe. Sabía bien que su hermano aún no se había incluido en la pelea del todo. Apelaba a que Andy fuera medianamente inteligente, apelaba a que usara la mitad de la cordura que le había enseñado y no se dejara llevar por sus estúpidas emociones.

Pero era Andy de quien hablaba, y sabía bien que su hermano explotaba con facilidad.

—Has estado todo el día frente a la computadora. Ya es hora de descansar —Dick besó su cabello llamando su atención.

—Tal vez te estoy imitando. Cuando te conocí solo estabas encerrado en ese cuarto rodeado de computadoras fingiendo que no me veías a través de las cámaras.

—Golpe bajo. Pero se te olvido la parte donde salía a patrullar por las noches.

—¿Te refieres a cuanto te ocultas entre las sombras a acostar a las personas?

—Estas haciendo que suene horrible —Bufó haciéndola reír.

—¿El esperar a que alguien haga algo malo para golpearlo y asesinarlo? ¿Cómo crees, Dick? Eso jamás sonaría como algo malo...

—Ahora si me siento ofendido.

—Lo siento —Hizo una pequeña mueca avergonzada mientras reía—. No me tomes en cuenta, estoy muy irritada por estar todo el día aquí sentada.

—¿Sigues sin encontrar nada del círculo secreto?

—¿Más allá que son una élite secreta de mutantes? No, y esa información no me sirve porque ya la sabia —Se lanzó con frustración a la cama seguida de él—. Es como si la organización no existiera. Se encargan de borrar tan perfectamente sus huellas que no dejan ningún margen de error. Es irritante.

—Bueno, conozco a una persona que escapa de ciudad en ciudad y es experta borrando sus huellas. Estoy seguro que ella podrá encontrarlos.

—¿Y sí esa persona tiene miedo de no estar buscándolos por los motivos correctos?

—¿Qué quieres decir? —Acarició su cabello con cuidado.

—Creo que una parte de mí solo quiere encontrarlo, traerlo de vuelta conmigo y huir como si esto jamás hubiera pasado sin siquiera mirar atrás.

—Meave...

—Se que es tonto, se que es egoísta.... Pero una parte de mí realmente quiere creer que si me voy de esta ciudad, incluso de este estúpido país, podré pretender que esto jamás pasó. Que sólo fue un tonto sueño y él jamás se fue de mi lado... Empezar una nueva vida en un nuevo lugar.

—Hey —Tomó su rostro mirándola directamente a los ojos—. Se muy bien lo que tu hermano significa para ti, cariño. Pero...

—Es estúpido, lo sé. Me lo repito cada vez que esa idea pasa por mi cabeza. No necesitas recordármelo.

—No es estúpido. Solo tienes el corazón más grande que haya conocido alguna vez, eso no es algo de lo que debas avergonzarte.

—¿Y si ya me canse de eso?

—Ser buena no significa ser ingenua. Nadie duda de tu fuerza, mucho menos yo.

Meave soltó una pequeña risa recordando los mil y un "accidentes" y Dick se dio una palmadita mental felicitándose a si mismo por hacerla sonreír.

—¿Aún tienes la costilla morada?

—¿Por qué no alzas la polera y revisas tú misma? No me molestaría jugar a la enfermera...

—Hmmm... Déjame revisar —Se acercó lentamente sin despegar la mirada de sus labios y cuando Dick pensó que había ganado, Meave golpeó su costilla.

—¡Ouch! ¡Oye!

—Sep, sigue allí —Se puso de pie con una enorme sonrisa de satisfacción.

—Sunshine...

—Sabes, de hecho tienes razón y necesito un descanso. Tal vez daba ir con Gar a jugar un poco...

—Pero...

—O tal vez podría ir con Rachel, aun no hemos terminado nuestra serie...

—Es tan tierno que creas que te dejare salir de esta habitación.

La atrapó entre sus brazos lanzándola nuevamente a la cama tomando su rostro comenzando a repartir besos por cada centímetro de su piel escuchando lo hermosa que era su risa y sonrió antes de subirse a su cuerpo con agilidad.

—¿Alguna vez te han dicho lo hermosa que es tu sonrisa?

—¿Es en serio? —Sonrió sintiéndose repentinamente acorralada—. ¿Esa técnica de seducción te ha funcionado antes?

—Pues ahora estas entre mis brazos —Besó la punta de su nariz—. Yo digo que ha funcionado bastante bien.

—Presumido.

—He esperado mucho por eso, no me culpes por presumir.

—Me estas haciendo sonrojar a propósito.

—Hablo en serio, Meave —Apoyó su peso en sus antebrazos quedando totalmente sobre ella—. Tarde mucho en darme cuenta que me gustabas. No me pidas que me aleje ahora.

—En ningún momento dije que te quería lejos —Paso la mirada por su rostro llevando las manos a sus mejillas acariciando lentamente su piel—. ¿Acaso hiciste un pacto con el diablo?

—¿Por que lo dices?

—¿Cómo es posible que de cerca seas aun más guapo? Tu belleza no es normal.

El hombre soltó una gran carcajada haciendo vibrar su pecho.

—Sí mal no recuerdo, una vez me dijiste que era horrible.

—No te la quieras dar de modesto conmigo, Richard. Dije que tu nombre era feo, y lo es.

—Es primera vez que dices mi nombre completo —Besó cortamente sus labios sin dejar de sonreír—. Me gusta, dilo otra vez.

—Hmmm... No lo creo.

—Por favoooor —Formó un puchero ocultando su rostro en su cuello—. Por favor, por favor, por favoooor.

—Me haces cosquillas —Rio cuando comenzó a restregar su cabello contra su cuello como si fuera un pequeño cachorro—. Ya basta, me haces cosquillas.

—No hasta que lo digas.

—Ya basta.

Sin dejar de reír, Meave decidió girar su cuerpo tomando el control de la situación atrapando e cuerpo del hombre en sus piernas para finalmente quedar sentada en su regazo.

Dick juro tener el mundo entre sus brazos.

—Te quiero, Richard —Soltó con una pequeña sonrisa y todo se detuvo.

La saliva de atoro en su garganta y olvido como respirar, para el siguiente segundo, Dick Grayson ni siquiera noto que debido a la sorpresa de sus palabras habia lanzado el cuerpo de la rubia a un lado hasta que se quejó por el golpe.

—¡Auch! ¡OYE!

—¡¿Meave?! —Asomó su cuerpo por el costado viéndola tumbada en el suelo y se sonrojo completamente al recordar sus palabras—. Dilo otra vez.

—¡AUCH!

—No, eso no. Lo que dijiste hace unos segundos.

—¡Auch, Grayson!

—Sabes a lo que me refiero —Formó un pequeño puchero—. Dilo otra vez.

—Te detesto, Richard —Dejó caer su cabeza al suelo sintiendo como su cuerpo dolía y lanzo la almohada que estaba junto a ella directamente a su rostro cuando oyó su risa

—Yo también te quiero, Sunshine —Murmuró.

Meave observó como le sonreía desde lo alto y no pudo evitar sonreír de igual forma sintiéndose la chica más afortunada de la vida.

Tal vez que su hermano se haya escapado si traía sus ventajas.

—Rapunzel, necesito que... —Jason se detuvo en el umbral de la puerta al ver a Dick sobre la cama de la rubia y paso su mirada por la habitación—. ¿Has visto a Meave?

—Aquí estoy —Alzó su brazo dejando ver su pequeña mano a un costado de la cama y el joven frunció su ceño.

—¿Qué haces en...? La verdad no me interesa. Arriba, vendrás conmigo.

—¿A donde vamos?

—¿A donde van? —Dick se puso de pie.

—No preguntes y solo camina.

—Esta bien, pero... ¿Crees que podrías ayudarme a levantarme?

Estiró sus dos brazos esperando que alguno de los dos hombres se dignaran a levantarla y un pequeño grito ahogado broto de su garganta cuando dos diferentes manos se aferraron a las suyas levantándola de un solo jalón.

Vaya que si era una pulga entre ambos cuerpos.

—¿Y... A donde vamos? —Sonrió de manera nerviosa cuando notó que ninguno hizo un ademan para alejarse y retrocedió.

—Menos preguntas, más acción. Andando —Intento pasar la mano tras su espalda para guiarla hasta la salida pero antes de que pudiera hacerlo, el mayor se interpuso en su camino—. ¿Ahora me dirás que Rapunzel necesita tu permiso para salir?

—No, pero aun no me dices a donde iras.

—Oh, vamos. ¿Acaso interesa? Sabes que la protegería con mi vida de ser necesario. Aunque la que tiene poderes aquí es ella, así que no necesita protección precisamente.

—Estará todo bien, Dick —Meave tomó su mano relajando su cuerpo—. Prometo no dejar que haga algo estúpido.

—Me ofendes, Rapunzel.

—Sí algo le sucede...

—Me torturaras por días haciéndome desear querer estar muerto, sí sí. Conozco el discurso —Tomó la mano de la rubia—. Adiós, Grayson.

Dick observó como ambos se alejaban reteniendo sus ganas de dejarla a su lado y no pudo evitar sonreír como un adolescente al recordar aquellas bellas palabras que se repetirían en su mente una y otra vez.

Se querían, ellos realmente se querían.

×××××

Después de aquel pequeño accidente en su salida con Scott, Meave ya no se sentía segura caminando por las calles.

Estaba acostumbrada a mirar sobre su hombro, a analizar cada uno de sus movimientos y el comportamiento de los demás. Era buena en eso, leyendo a las personas y sus intenciones. Era por eso que había confiado en los Titans con tal facilidad. Pero había un pequeño detalle.

Estaban consciente de que la buscaban. Que dos organizaciones iban tras su rastro y jamás se había quedado tanto tiempo en un mismo lugar. Y no hubiera sido un problema para ella, pero esta vez habían más personas en juego, y Meave no dejaría que nada ni nadie dañara a las personas que quería por su culpa.

—Luces perdida —Habló Jason a su lado y parpadeo.

—Aun no me dices que hacemos aquí.

—Estamos caminando, Rapunzel. Creí que eso era obvio.

—Ja ja ja, muy gracioso. Pero ya en serio, ¿Qué hacemos aquí?

—Solo cállate y camina.

Tomó su mano jalando de ella y la obligo a avanzar hasta llegar a una pequeña plaza llena de pequeños puestos de todo lo que pudiera imaginar y Meave no pudo evitar sonreír emocionada al ver las pequeñas artesanías.

—Vi este lugar hace unos días y pensé en traerte aquí, creí que te gustaría... Ya sabes —Carraspeó de forma incomoda—. Con todo esto de tu hermano y que llevas días tras esa computadora pensé que sería buena idea distraerte un poco.

—No puede ser —Meave llevó las manos a su rostro sin dejar de sonreír—. Sí me quieres.

—No tengo idea de que mierda estas hablando, fenómeno.

—Se que vas a negarlo hasta que mueras. Pero fue un gesto muy dulce —Besó su mejilla de forma fugaz y él fingió una mueca de asco.

—Solo avanza antes de que me arrepienta de esto.

Jason observó como la rubia se alejaba de el con una enorme sonrisa de emoción en sus labios y reprimió su propia sonrisa antes de seguirla. Quizás no era del todo bueno con las palabras, o con los gestos de cariño en general, pero Meave sabía que esa era la forma que Jason tenía de decirle que le importaba, y lo agradecía con el alma.

Para ese punto, ya era difícil imaginarse la vida sin ellos, sin sus constantes discusiones en las mañanas o sus risas a todas horas. Meave no podía imaginar su vida sin Rachel, Dick, Gar o Jason. Ellos habían vuelto parte de ella y ya los consideraba una familia. Es por eso que se propuso a si misma protegerlos a cualquier costo. No importaban las consecuencias.

—Mira esto esta... ¡Oye! —Se quejo cuando sintió algo húmedo sobre su mejilla.

—Te compre un helado —Se lo tendió desviando su mirada a uno de los puestos—. Tómalo antes de que decida comerlo.

—Oh, gracias...

—¿Has visto algo que te guste? —Observó los puestos buscando algo que le llamara la atención.

—¿Piensas comprarme algo?

—¿Cuál es el punto de venir aquí si no vamos a gastar el dinero de Bruce Wayne? Sabes que, olvídalo. Mejor vayamos a comprarte un auto.

—Eres un idiota —Rio.

—Pero te hago reír. Eso me da puntos extras.

—¿Así que ahora acumulas puntos?

—No necesito hacerlo, ganare de todas formas.

—¿Y cual se supone que es el premio?

—A veces eres tan adorable —Tomó su mano para dirigir el helado en a su boca y dar una mordida.

—Mira eso —Corrió hacia un puesto con un enorme brillo en sus ojos y Jason sonrió ligeramente antes de seguirla.

Nunca la había visto desenvolverse en un ambiente como ese, y vaya que era todo un nuevo descubrimiento. Incluso llego a sentirse un completo estúpido por considerarla un peligro y un maldito error. Era poderosa, se lo había demostrado mandándolo a volar una infinidad de veces, pero a simple vista se veía tan frágil... Como un pequeño gatito que jamás aprendió a aterrizar.

Jason se pregunto cuantos mutantes convivían entre ellos.

—Mira —Tomó la pequeña pulsera en sus manos—. ¿Te gusta?

—Esta horrenda.

—¡Jason!

—Lo esta —Volvió a dejarla sobre la mesa tomando un pequeño collar dorado con un dije que parecía ser un sol—. Me gusta este, me recuerda a ti.

—Jamás he usado collares...

—Pues ahora lo harás —Le entrego el collar al vendedor—. Llevaremos este, gracias.

—No tenias porque...

—No te creas especial, me pagaron para estar contigo. Ni siquiera me agradas tanto.

—Repítelo hasta que te lo creas, Todd.

—¿Qué eres irritante? No necesito repetirlo. Convivo contigo todos los días, fenómeno.

—¿Quieres que te recuerde lo que paso la ultima vez que me llamaste a mí o Rachel fenómeno? —Alzó una ceja cruzando los brazos sobre su pecho y el chico bufó.

Absurdamente poderosas. Siempre lo diría.

—Camina, Rapunzel. Aun hay muchos puestos que ver.

Disfruto la salida más de lo que llego a esperar. Jason tenía razón, necesitaba despejarse un poco y pasar tiempo con él no era aburrido en ningún sentido.

Claro que ambos eran ajenos al pequeño colapso nervioso que sufría el mayor de la torre caminando de un lugar a otro, y no es que desconfiara de Jason —Tal vez un poco— Pero la simple idea de que algo o alguien lograra hacerle daño...

La había encontrado sin buscarla, y no la pensaba perder.

—¿Cuándo te vas a deshacer de esa cosa horrenda? —Apuntó la pulsera en su muñeca.

—¿Qué tiene de malo?

—¿Aparte de que tu hermano tiene un pésimo gusto y es algo que viene de él? No lo sé, Meave. Todo...

—Pues si no te gusta no me la voy a quitar.

—Eres tan madura.

—Mira quien habla, idiota —Golpeó su brazo haciéndolo reír.

—Volvamos a la torre antes de que Grayson pierda todo el cabello de su cabeza.

—Acabo de tener esa imagen mental...

—¿Y que tal?

—Sigue siendo lindo, es Dick.

—Ustedes dos son tan lindos que me hacen querer vomitar.

Pasando su brazo por sus hombros de manera inconsciente, ambos jóvenes comenzaron a caminar con tranquilidad de vuelta al lugar que ambos consideraban un hogar hasta que el destino los alcanzo.

Le hubiera gustado decir que estaba preparada. A él le hubiera gustado decir que hizo más para poder ayudarla. Pero mentirían, porque en cuanto aquella explosión se escucho a lo lejos, la cuenta regresiva comenzó.

—¿Eso fue...?

—Sí. —Confirmó él.

—¿Crees qué...?

Una segunda explosión se oyó.

—¡Corre rapido, Strucker!

Tal vez correr haya sido un error, tal vez no. Quizás era un poco de ambos. Pero su instinto había sido más fuerte, y el reloj seguía avanzando.

—Es una clínica... —Meave se detuvo frente a ella—. ¿Por que alguien atacaría una clínica?

—¡CUIDADO!

Jason intento apartarla del camino pero fue más rápida. Ni siquiera le importo mostrar sus poderes, sus reflejos habían actuado por ella y aquel escudo se había creado sobre ese auto deslizando sus pies por el pavimento debido al impacto, pero eso no la detuvo.

Había logrado frenar su paso.

—Chica, eso fue asombroso —Jason tomó su hombro al ver como el auto había quedado detenido a mitad del camino.

—Algo esta mal...

—¿De que hablas? —Preguntó al ver como el color abandonaba su rostro— ¿Meave? —Siguió su mirada hasta encontrase con el auto de vidrios polarizados.

—Esta aquí...

—Meave, no se de lo que estas hablando. Pero si llegas a tener uno solo de tus cabellos desacomodados para cuando volvamos Dick será capaz de...

Fue en cámara lenta, al menos lo sintio así. Pero en cuanto la puerta de aquel vehículo se abrió, y sus botas pisaron el suelo, Meave sintió su alma caer.

—Andy... —Jadeó.

Se detuvo. El mundo para ella se detuvo. Ni siquiera supo explicar lo que sintió al verlo, fue una mezcla entre felicidad y decepción. Una confirmación de una realidad que se esforzaba por olvidar. Porque su hermano estaba frente a ella, vivo, y muy distinto de como recordaba.

—Tú, hijo de perra... —Jason dio un paso al frente buscando ser quien acabara con su vida, pero una mano aferrándose a la suya lo detuvo.

—Andy —Volvió a repetir.

—Apártate del camino, Meave —Exigió el niño de cabellos blancos.

—¿Es enserio, imbécil? ¿Ves a tu hermana después de tanto tiempo y eso es lo único que vas a decir? No tienes la menor idea de como voy a disfrutar meterte un tiro entre las cejas.

—Jason, espera —Meave murmuró a su lado dando un paso adelante—. Andy... Realmente eres tú.

—Te dije que salieras del camino.

—Cambiaste tu cabello —Ignoró totalmente embobada con una pequeña sonrisa—. Me gusta, estas como en mis sueños —Los hombros del adolescente se tensaron mostrando debilidad—. Los has tenido tambien, ¿no es cierto? Siempre me dije a mi misma que eso debía significar algo.

—Eso no me importa.

—¡Claro que importa, Andy! Tú mismo me lo dijiste, debemos estar juntos.

La mirada del rubio viajo hasta el auto, y luego a su hermana.

—Sal del camino —Exigió.

—No.

—Meave, sal del camino ahora.

—Ya te dije que no.

—Rapunzel, si aun no le he disparado créeme que es porque no quiero darte ese trauma, así que porque no me haces un favor y cierras tus ojitos para que pueda dejar a este imbécil igual que un colador.

—Meave, sal del camino ahora. Es la ultima vez que te lo digo.

—Suficiente —Jason tomó el arma que siempre cargaba consigo apuntando al muchacho.

—Andy —Meave suspiró—. Escucha, podemos hablar de esto. Se que estas asustado, pero yo podría olvidar que...

—¡YO NO SOY TÚ, HERMANA! Yo no tengo miedo, ya no más. Así que ahora hazlo sencillo y sal del camino.

—No.

—¡TE HE DICHO QUE SALGAS DEL MALDITO CAMINO!

—¿Quieres hacer esto? Pues bien, Andy. Porque no me iré a ninguna parte.

Andy observó el auto y Celeste habló en su cabeza. Él lo sabía, no tenia tiempo. Jamás imaginó que volverían a encontrarse de esa forma, pero ya no había nada que pudieran hacer, y las ordenes habían sido claras.

Si Andy no lograba detenerla, Meave iba a morir.

—Entonces lo siento mucho.

—Andy —Llamó Jason anticipando sus movimientos—. No lo hagas. No, no, no... ¡NO!

Ambos hermanos alzaron sus manos al mismo tiempo chocando sus poderes a la vez, pero ella lo había dicho, su hermano destruía todo lo que tocaba. Pues mientras ella había atacado con el único propósito de detenerlo, Andy había atacado para matar.

Y basto solo un titubeo, un solo titubeo de su parte para que él tomara una ventaja logrando que su escudo explotara lanzando su cuerpo directamente contra el asfalto debido al impacto, al igual que el cuerpo de Jason.

Andy miro el desastre que había causado. El cuerpo de la mujer que por tanto tiempo lo había criado y le había enseñado lo que era amor. Aquella que sin importar nada día y noche trabajaba sin parar por darle algo mejor. Andy Strucker la vio, vio a su hermana tendida en el suelo y una parte de su alma de rompió. Aun así no dudo en huir.

—M-meave... —Cerró sus ojos por el dolor—. Necesito escuchar tu voz, Rapunzel —Jason giró su mirada y entonces la vio—. Oh no...

━────── ❖ ──────━

¡FELIZ CUMPLEAÑOS DE LOUIS TOMLINSON! ✨

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro