IV. "No seas idiota, Emmett."

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IV. 

"No seas idiota, Emmett."






— Entonces, ¿vienes desde Francia?— Preguntó el moreno viendo como la chica alimentaba a los caballos en el establo.

— Así es.— Contestó Jade, mientras acariciaba la cabeza de Afrodita, para luego dirigir la vista al chico— Luego de que mi abuela falleció, no había nada que nos atara a este lugar, por lo que mis tíos nos llevaron a Francia con mi abuelo Gerard.

— ¿Y qué los hizo volver?

La castaña se mantuvo inmóvil sin saber qué contestar, cómo le diría a Paul que estaba ayudando a los Cullen, con los cuales sabía muy bien que su relación con la manada no era muy buena. Pero a pesar de todo, ambos bandos estaban trabajando juntos para proteger a Bella.

Aunque por alguna razón, tenía miedo de decirle que Jasper los había llamado, en realidad, a ella.

Para su suerte, el sonido de la camioneta de su primo siendo aparcada la liberó de tal embrollo. Paul iba a volver a insistir, pero Felix y Kat aparecieron por la puerta del establo.

Al notar la presencia de testosterona proveniente de Paul, Felix se puso serio provocando que el ambiente se tensara, tanto, que podría cortarse con un sólo roce de una aguja. En cambio, Katherine, intercalaba su mirada entre Jade y Paul, divertida con la situación encontrada. Nunca creyó encontrar a su hermana en tal situación, en especial, cuando ella era la que solía salir con chicos todo el tiempo, mientras Jade prefería mil veces leer sus libros de fantasía como Harry Potter o ver alguna buena película pochoclera en el sofá, a la vez a que comía un kilo de helado sin remordimiento alguno; aunque luego siempre se quejaba por tener que bajar esos kilos de más en el entrenamiento.

— ¿Quién eres tú?— Preguntó Felix, cansado de que su prima se quedara como idiota sin decir palabra.

Paul se aclaró la garganta para luego presentarse como amigo de Embry, lo que no dejó muy tranquilo al mayor de los Argents.

Finalmente, Kat, luego de la mirada de auxilio que le dio Jade, ayudó a la "pareja" a librarse de los celos de Felix, poniendo como excusa que deberían descargar las armas de su camioneta para meterlas nuevamente en el Arsenal bajo la casa.

Cuando por fin volvieron a estar solos, Jade suspiro de alivio, cuando por dentro estaba que explotaba y al parecer la suerte aún no estaba de su lado, ya que Paul volvió a preguntarle, pero esta vez no la misma pregunta:

— ¿Qué hacías tirando dagas en el bosque?

— Digamos que es mi especialidad.

— Tirar dagas como ninja es tu especialidad. — Le dijo, más como una pregunta que una afirmación.

Jade rió sin poder evitarlo.

— Voy a decirte que sí, aunque no lo siento ofensivo. — Sonrió. — Como ya te dije, mi familia se dedica a cazar lo sobrenatural, cazamos a los que lastiman a las personas.

— Entonces, están aquí por los asesinatos y desapariciones de los últimos días. — Afirmó.

— Así es, Jasper nos llamó. — Al escuchar el nombre de "Jasper", Paul se puso serio, casi tan serio como Felix anteriormente. — Mi abuela era gran amiga de los Cullen en su momento, al igual que nosotros, prácticamente crecí junto a ellos. Son mi familia en todos sentidos. — No sabía por qué, pero Jade tenía la extraña necesidad de aclarar eso último.

Paul se relajó considerablemente pero no del todo, el pensamiento de que alguno de los Cullen le hiciera daño lo tenía realmente furioso.

De repente, el celular de Paul sonó interrumpiendo sus pensamientos sobre matar a cierto vampiro rubio. Al sacarlo vio el nombre de "Seth", indicando que le había llegado un mensaje, en el cual el pequeño de la manada le decía que era su turno de cuidar a Bella.

— Debo irme. — Le dijo a Jade, explicándole la razón de su distracción hacia el celular.

— Oh, está bien. — Contestó. — Yo también debo hacerlo, es mi turno de cuidar a Bella.

Paul sorprendido de la gran casualidad le dijo que también era su momento de cuidarla, por lo que ambos decidieron ir juntos hasta el recinto, pero al parecer no de la manera que Jade esperaba.






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— ¡Oh por Dios!— Exclamó Jade al bajarse. — ¡ESO FUE INCREÍBLE!— Exclamó emocionada hacia el lobo gris que la miraba con ternura.

La risa de Emmett se hizo presente haciéndola sonrojar.

— Bien, Jade. Has montado un lobo, ¿en tus tiempos libres haces de caballo?— Le preguntó burlón al lobo, quien gruñó mostrando los dientes.

— Idiota. — Murmuró Jade, sonriendo a la vez que dirigió su puño al pecho del vampiro, pero antes de que pueda tocarlo Emmett sostuvo su brazo por la muñeca- alertando al lobo gris- impidiendo el contacto.

— ¿Ibas a golpearme?— Le preguntó serio, aunque Jade sabía que sólo estaba jugando, siempre lo hacía, pero Paul no lo sabía, provocando que inmediatamente saltara a defenderla gruñendo a pocos centímetros de la cara del pálido.

— Mira lo que tenemos aquí, Jasper. — Se burló Emmett, luego de soltar el brazo de Jade, quien estaba sorprendida por acto del lobo. — Al parecer el perro rabioso siente algo por nuestra pequeña Jadey.

— No seas idiota, Em. — Lo reprendió Jasper, aunque sabía que las palabras de Emmett eran ciertas, podía sentir los sentimientos de Paul a kilómetros y sabía perfectamente que lo que él sentía no era un simple enamoramiento, por lo cual no le convenía a Emmett jugar con ese tema. Además, Paul y Emmett ya tenían su historia respecto a las peleas, la paciencia de ambos era nula, como era bien sabido.

Ninguno de los dos se separaba ni alejaba la mirada de los ojos del otro, uno con burla y el otro con odio extremo. La furia que sentía Paul por dentro era tan grande que estaba a punto de arrancarle la cabeza al vampiro, no podía creer que se había atrevido a tocarla y mucho menos a hablarle de esa manera. Nada iba a poder detenerlo de matar al vampiro lenta y dolorosamente, pero ese pensamiento fue completamente erróneo, ya que una pequeña voz lo hizo calmar pausadamente.

— Paul...— La voz de Jade se escuchó tan pequeña entre los ruidosos pensamientos de Paul, pero a la vez tan poderosa que lo hizo retroceder hasta quedar frente a ella. — Tranquilo, estoy bien. Emmett nunca me haría daño. — Le explicó junto a una pequeña sonrisa, Paul resopló aún molesto, pero a la vez tranquilo de que Jade estuviera bien, aunque miró su muñeca sólo para asegurarse de que el vampiro no la haya lastimado. Le dió una última mirada a Emmett, quien aún sonreía junto a Jasper, para luego irse junto a Jared, el cual había presenciado todo y tenía grandes noticias para la manada. Aunque por su vínculo, seguramente ya lo supieran.

— ¿Por qué hiciste eso?— Le preguntó molesta a Emmett en susurros, tratando de evitar que alguno de los lobos los oyeran.

— Él me provocó. — Le contestó como todo chico inmaduro.

Jade rió junto a Jasper, aunque la de este último no fue tan pronunciada como la de la chica.

— Entonces, ¿te gusta?

— ¡Jasper!

— ¿Qué? Como tu hermano mayor debo saberlo. — Contestó el rubio, sabiendo perfectamente la respuesta.

— No voy a hablar de eso con ustedes.

— ¿Nunca nos lo dirás o es porque tu noviecito está a unos metros?

— Concéntrense en proteger a Bella, ¿sí?— Dijo Jade, molesta por tanta burla. — Para eso estamos aquí.






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— Así que Paul, ¿eh?— La voz de su hermana se hizo presente cuando entró a su cuarto mientras ella estaba con su celular.

Jade gruñó golpeado su cara con la almohada violeta que tenía a su lado.

— Si vienes a molestarme con respecto a Paul, Emmett y Jasper ya te ganaron. — Dijo aún con su cabeza contra la almohada.

— ¿Qué esperabas? No puedo ignorar que mi hermana está enamorada.

— ¡Que no lo estoy!

— Deja de mentirte, Jadey. — Rió para luego tirarse junto a ella en la cama. — ¿Por qué lo niegas?

Jade suspiró, Katherine era a la única persona que no podía mentirle, lo cual ya estaba molestándole un poco.

— Siento que estoy engañando a Dominic, ya, ¿contenta?— Contestó al borde de las lágrimas, hasta pronunciar su nombre le dolía.

— Jade...— Susurró Kat, para luego abrazarla fuertemente. — Ya pasaron dos años, no puedes seguir así.

— Lo sé, pero no puedo dejar de pensar qué hubiera pasado si él no hubiera ido a esa misión.

— Tal vez seguirían juntos, como tal vez no. Nadie lo sabe, Jade, pero lo que si podemos ver es que en verdad sientes algo por este chico. — Murmuró Kat, para luego separarse para verla a los ojos. — ¿No crees que ya es tiempo de seguir adelante?

Las palabras de Katherine hicieron que luego de tanto tiempo, Jade pensara que podía seguir con su vida sin Dominic, sin ese fantasma del pasado que la atormentaba. La hizo pensar que tal vez pensar en Paul todo el tiempo no era un pecado, sino algo hermoso que no sentía hace mucho tiempo.

Jade le daría una oportunidad a Paul y esperaba que él pudiera hacerla seguir adelante.






Bueno, espero que les haya gustado el capítulo. Perdón por haber tardado en actualizar, realmente no tuve mucho tiempo esta semana, con suerte también pude actualizar El Chico de la Flecha Roja hace algunos días

Espero que les haya gustado el capítulo, no olviden de comentar que les parece la historia, así sé si les gusta cómo está yendo.

Besos, alexubell.

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