XVII.

"Todo había terminado al fin"

Mientras todos interrogaban a quien supuestamente era Dominic, Paul no apartaba su vista del sujeto ni un mínimo segundo. No confiaba en él, además que anteriormente tuvo algo con su chica, no le daba buena espina. El cazador, había aparecido justo en el momento menos oportuno, no sólo por su sorpresa para Jade, sino que también faltaban pocos días para su encuentro con los Volturis.

— ¿Qué ocurrió contigo? — la voz de Felix lo sacó de su ensoñación dirigiendo mensajes de odio al morocho.

— En nuestra misión de Chernobyl, luego de que todo se hubiera prendido fuego por ese maldito vampiro que cazábamos y el techo se fuera abajo, todo se volvió negro. Creí que había muerto, pero luego desperté debajo de dos pedazos de concreto que me habían salvado de ser aplastado, con ceniza dentro de mis pulmones impidiéndome respirar.

Paul dirigió su vista hacia Jade quien aún se encontraba sentada en el alféizar de la ventana mirando a la nada. Ha estado así desde que entraron a la casa de los Argent, sin decir nada, sin reaccionar.

— ¿Cómo nos encontraste? — preguntó Kat, aún intrigada por su repentina aparición.

— Estuve viajando como podía hasta llegar a Francia dónde busqué a su familia, quienes me dijeron que apenas hacía un día que se habían ido a Forks— contestó el morocho para luego dirigir su vista hacia Jade, quien finalmente lo miró sin ningún sentimiento en sus ojos—. A ayudar a los Cullen contra unos lobos.

— En realidad era en contra de unos neófitos— lo corrigió Paul aún molesto por la presencia de aquel chico desconocido para él.

Dominic hizo una pequeña mueca en forma de burla, dejándole a Paul aún menos paciencia de la que ya tenía.

— ¿Y tú eres?

— Paul Lahote, su novio.

— Y según tu tatuaje también eres metamorfo.

Esa fue la gota que derramó el vaso, Paul estaba por tirársele encima cuando una pequeña voz lo detuvo diciendo su nombre. Se acercó a ella lentamente esperando que continuara.

— Quiero ir a casa—Paul sonrió sujetándola en sus brazos y saliendo de aquella casa para dirigirse a la suya—. ¿Paul?

— ¿Si?

— Dile a la manada que vigilen a Kat y Felix.

— ¿Por qué?

— Ese no es mi Dominic.

Y con aquella frase, Paul supo que Jade tampoco confiaba en aquel morocho que no apartaba la vista de su novia.

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Tan solo tres días habían pasado cuando el momento del encuentro llegó, por cada día que había pasado Jade desconfiaba aún más de Dominic. Más de una vez lo había encontrado demasiado interesado en Renesmee, tanto que decidió no dejar el lado de la pequeña cuando él estuviera en la misma habitación. Los Cullen a pesar de saber de la desconfianza de Jade y Paul, decidieron que Dominic podía ser un nuevo testigo para la situación, por lo que dejaron que se quedara.

Jade se encontraba acariciando el cabello de Renesmee mientras esta se quedaba dormida en sus brazos. Paul las miraba a ambas desde su altura abrazándolas a su lado mientras le proveía calor a la morocha, ya que la fogata no era suficiente para ella. Aún no podía creer que su impronta se encontraba junto a él y que lo amaba con todos sus defectos, especialmente su temperamento voraz.

— Ven, hija— habló Bella acercándose a ellos—. Debes descansar en la tienda.

— Pero quiero quedarme con la tía Jadey— murmuró adormilada la pequeña.

— Ve con tu madre, Nessie— le murmuró Jade dándole un beso en sus hermosos cabellos—. Todo estará bien.

Renesmee obedeció yéndose junto a su madre a la tienda, la vista de Jade fue a detenerse en la figura de Edward quién miraba a todos los que se encontraban allí para ayudar a su familia mientras contaban historias de batalla frente al ardiente fuego.

— Ahora vuelvo— susurró en el oído de Paul dándole un casto beso, frente a la atenta mirada de Dominic, antes de hacer su camino hacia Edward.

El vampiro de cabello cobrizo se encontraba pensativo, pero al ver que Jade se acercaba dejó aquellos pensamientos para enfocarse en ella.

— No puedo evitar pensar que todos ellos arriesgan su vida porque me enamoré de una humana— dijo contestando la pregunta que tenía Jade en su mente.

— Mereces ser feliz, Eddie. Encontraste a quién estabas destinado a estar— intentó calmarlo sin poder evitar ver a Paul, quien se encontraba hablando con Jake—. A nadie le deseo lo contrario, es lo más maravilloso del mundo.

— Pero, ¿a qué precio?

— Todos los que nos encontramos aquí tenemos algo por lo que luchar.

Todos nosotros.

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La nieve complicaba el caminar de Jade hacia el claro, provocando que debiera sujetarse de Emmett para no tropezar. Todos ya se encontraban allí en espera de que Los Volturi aparecieran para terminar con toda esta situación.

Uno a uno Los Volturi fueron apareciendo poniendo a Jade aún más nerviosa de lo que ya se encontraba, eran demasiados ojos rojos viéndolos fijamente. Estos se detuvieron al ver cómo los lobos comenzaban a emerger del bosque ubicándose de su lado, cuando Paul y Jade se vieron no dudaron en acercarse el uno al otro.

— Son demasiados, Paul— murmuró la morocha acariciando su pelaje grisáceo.

El lobo a su lado dio un pequeño gruñido, él no permitiría que le hicieran daño.

Los Volturi retiraron sus capas dejando ver sus rostros, Carlisle se adelantó un poco.

— Aro, hablemos como solíamos hacerlo de un modo civilizado.

— Hermosas palabras, Carlisle— habló Aro—. Pero fuera de lugar si vemos el batallón que has reclutado contra nosotros.

— Te prometo que esa nunca ha sido mi intención, no se ha roto ninguna ley.

— Vemos a la niña, no nos tomes por idiotas— se adelantó Cayo, molesto.

— ¡No es una inmortal! — exclamó para que todos lo oyeran—. Estos testigos pueden declararlo, observa la sangre que corre por sus venas, el rosado de sus mejillas.

— ¡Es un engaño!

— Yo encontraré cada faceta de la verdad— lo detiene Aro—. Pero de alguien más central a la historia. Edward, viendo colgada a la niña de tu nueva compañera asumo que estás involucrado.

Edward mira Bella y Renesmee antes de hacer su camino hacia Los Volturi, al estar frente a Aro le da su mano para que este pueda verlo todo. Pero al parecer quería conocer a Renesmee personalmente, por lo que Bella junto a Jacob y Emmett acercan a Nessie hasta él, dejando que se conozcan sorprendiendo a Aro quien comienza a reír.

— ¡Mitad mortal, mitad inmortal! — exclama hacia toda la Guardia—. Concebida y llevada por esta neófita cuando aún era humana.

— ¡Imposible! — vuelve a hablar Cayo.

— ¿Crees que me engañaron, hermano?

Ambos se miran, mientras Jacob les da un gran gruñido antes de irse junto a los demás nuevamente con su familia.

— ¡Traigan a la informante!

Irina es llevada hacia ellos, alertando a sus hermanas a un lado de Jade.

— ¿Es esa la niña que viste?

— No estoy segura— dice con la cabeza gacha.

— Jane— la llama Cayo con intenciones de lastimar a la Denali.

— ¡A cambiado, esta niña es más grande!

— Tus acusaciones son falsas.

— Los Cullen son inocentes, me equivoqué y asumo mi responsabilidad.

Y de un momento a otro, Irina se encontraba en el suelo sin cabeza ni brazos siendo quemada por el fuego. Los gritos de sus hermanas se escuchaban mientras intentaban atacar, pero para su suerte fueron detenidas por todos advirtiéndoles que aquello era lo que querían los Volturi, que atacaran para tener una excusa para acabar con ellos también.

Edward cayó al suelo por producto de Jane, antes de que Bella pudiera expandir su escudo protegiéndolos a todos de los poderes de aquellos vampiros.

— Aro no se ha quebrantado ninguna ley— dice Carlisle intentando calmarlos a todos.

— De acuerdo, ¿pero eso significa que ya no existe el peligro? — pregunta a todos—. Por primera vez en nuestra historia los humanos son una amenaza para nosotros con su tecnología moderna, han fabricado armas que podrían destruirnos.  Proteger nuestro secreto nunca ha sido más imperativo en tan peligrosos tiempos. Sólo lo conocido es seguro, sólo lo conocido es tolerable y no tenemos ninguna idea de lo que esta niña podría provocar. ¿Viviremos con tal incertidumbre? ¿Evitamos una pelea hoy para dejar de existir mañana?

De repente Alice apareció junto a Jasper, quienes nos dieron una mirada antes de acercarse a Aro.

"Mi querida Alice, que gusto me da verte aquí después de todo."

— Tengo evidencia de que la niña no será un riesgo para nosotros, te mostraré— Aro dejó que Alice le diera su mano pudiendo ver finalmente su futuro, dejándolo sorprendido—. Ahora lo sabes, ese es tu futuro. A menos que decidas alterar su curso.

— No podemos hacer eso la niña sigue siendo una gran amenaza— se adelanta Cayo.

— ¿Y si aseguran que se mantendrá oculta de los humanos? — pregunta Edward—. ¿Podemos irnos en paz?

— Por supuesto, pero ¿cómo piensan hacerlo?

— Ya te lo dirán— afirma leyendo la mente de Alice.

Dos nuevas personas desconocidas aparecieron, un hombre y una mujer, deteniéndose junto a Alice dispuestos a hablar.

— Estuve buscando mis propios testigos, en las tribus Tikunas de Brasil— les informa Alice dándole el habla al muchacho.

— Yo soy mitad humano, mitad vampiro como la niña. Un vampiro sedujo a mi madre, quien murió al darme a luz, mi tía fue la que me crió. Yo la hice inmortal.

— ¿Qué edad tienes? — pregunta Bella desesperada por saber si su niña estaría con ella más tiempo.

— Ciento cincuenta años.

— ¿A qué edad llegaste a tu madurez? — le pregunta Aro.

— Yo me hice adulto siete años después de nacer, desde entonces soy así.

— ¿Y tú dieta?

— Sangre, comida humana. Puedo vivir de ambas.

— Estos niños son parecidos a nosotros— habla Marcus por primera vez.

— Aun así, los Cullen se han vuelto amigos de los lobos— sigue Cayo—. Son nuestros enemigos.

Aro niega.

— Queridos míos, aquí no hay peligro alguno. No habrá pelea hoy.

Pero a pesar de que Edward llegó a leer su mente nadie esperaba que ocurriera lo siguiente.

— ¡NO!

Un fuerte grito varonil se escuchó alarmándolos a todos y de un segundo a otro, tanto Jade como Renesmee se encontraban frente a Aro sujetadas por sus cuellos por Dominic, quien sorprendentemente ya no tenía apariencia de humano. Sus ojos ahora se encontraban rojos y sus colmillos amenazaban con clavarse en el cuello de la morocha.

Paul y Jake intentaban atacar, al igual que Bella y los Argent, pero fueron sujetados por el resto intentando que no intervinieran por el bien de ambas.

— Oh, Dominic— dijo Aro viendo al neófito—. Veo que pudiste controlar tu poder para pasar desapercibido, bien hecho.

— ¡Tú me prometiste que, si te traía a la niña, yo podía quedarme con ella para siempre! — exclamó refiriéndose a la morocha que se encontraba sofocada por su fuerte mano en su cuello.

— Pero ya no hay peligro alguno, querido. El trato ha sido cancelado, no podemos permitir que la transformes.

— Dominic, por favor...— dijo como pudo Jade intentando librarse de su agarre para rescatar a Nessie.

Los gruñidos de Paul y Jacob tratando de librarse del resto de la manda podían escucharse desde donde estaban provocando escalofríos en Jade.

Paul logró liberarse y de un salto se arrojó sobre Dominic provocando que Jade y Renesmee se encontraran libres. Jade agarró a la niña y la abrazó contra su cuerpo antes de que Paul terminará con Dominic, para su sorpresa Aro se acercó a ella ofreciéndole su mano. Paul gruñó, pero ignorándolo Jade la aceptó levantándose junto a Nessie.

— Lamento lo ocurrido, pequeña Argent— le dijo mientras Felix prendía fuego el cadáver de quien alguna vez fue un chico honorable—. Nosotros nos ocupamos de él.

— Vamos, Nessie— murmuró sujetando su pequeña mano, aún alerta por algún movimiento de los vampiros mientras Paul se acercaba a ellas protector.

— Oh, Jade— la detuvo Aro—. Dale un saludo a tu abuelo de mi parte.

Y de un segundo a otro ellos ya no se encontraban allí.

Todo había terminado al fin.