𝖋𝖎𝖓𝖉 𝖒𝖊

ivan ;;

juro que sentí como mi sangre se iba de mi cuerpo, la respiración se me paró y el cuerpo me dejó de funcionar, en mi cabeza solo era ella, por fin la había encontrado.

su lindo cabello castaño estaba liso como siempre aunque ahora tenía un tono opaco, al igual que su tono de piel, el cual estaba manchado con moretones de todos los colores.

vestía una pollera negra y un crop top blanco, sus labios estaban pintados de un color rojo muy intenso y sus pies traían unos tacones negros que se le notaban incómodos.

ella al sentirse observada, subió lentamente su mirada, su cuerpo tembló, parecía que tenía miedo de haber cometido algún error. se negaba a abrir sus ojos, hasta que los abrió lentamente y pude ver aquellos ojos castaños que me encantaba mirar por horas y había extrañado mucho las últimas semanas.

ví como su piel se puso aún más pálida — si era posible — y sus labios se abrieron en una perfecta 'o'; sus ojos se llenaron de lágrimas y se quedó helada en su lugar.

cuando pude reaccionar, ella había sido empujada dentro de una habitación y había sido encerrada con un candado puesto por el viejo que la acompañaba.

— a ella. — dije con voz temblorosa. — la quiero a ella. — mi voz sonó más fuerte. 

— uy no, como que ahora no se va a poder, un cliente recurrente ya la pidió. — el viejo me dio dos palmadas en la espalda tratando de 'consolarme'.

— no me importa, la quiero a ella ahora, te doy toda la guita que quieras. — estaba tratando de no descontrolarme, pero las emociones juntas me estaban jugando una mala pasada.

— no no y no, me parece que no entendés lo que te digo, ella ya está apartada. — el tono divertido había desaparecido de su voz.

por un impulso, corrí a aquella puerta y empecé a patear el candado que me impedía entrar a aquella habitación donde mi novia estaba encerrada.

— ¡seguridad! — mierda.

golpeé y pateé con más fuerza, pues gritos y llantos desgarradores se escuchaban dentro de la habitación. olvidé el dolor y el sentido común, mis nudillos y mis manos empezaron a sangrar por los golpes brutales que le daba a la puerta y mis zapatillas se empezaron a romper. 

— ¡soltáme! — su voz describía dolor. — ¡ivan! — llamó mi nombre, lo que hizo que la desesperación golpeara a mi pecho y una punzada hacía arder mi corazón.

el primer hombre que llegó me intentó agarrar por detrás y como respuesta recibió un golpe en la mandíbula que lo mandó a dormir, luego llegaron dos más que de un golpe me tiraron al suelo, pero la adrenalina dentro mío me hizo olvidar todo, me paré y seguí intentando romper aquel objeto metálico mientras uno que otro golpe volaba a los rostros de los que intentaban impedir mi cometido.

mi sentido común me gritaba que parará, que quizá luego de esto las cosas empeorarían y que iba a ser imposible romper aquel candado a golpes solamente, pero no tenía el suficiente tiempo para escucharlo.

sentí dos brazos agarrarme a la fuerza y tumbarme al suelo nuevamente, pronto un golpe dio directamente a mi nariz, sentí el hueso de la misma romperse y un dolor agudo se apoderó de mi cuerpo, luego otro, y más golpes siguieron al anterior. 

el sabor metálico de la sangre llenó mi boca y un pitido molesto resonó fuertemente en mis oídos, la poca fuerza que aún conservaba se había esfumado y sentía todo dar vueltas.

— maldito hijo de mil puta. — aquel viejo se puso delante mio y me golpeó directamente a la cara. — cuando digo que no, es no. quítenle todo y sáquenlo de acá, no lo quiero volver a ver. — y todo se volvió negro. 

:c