Capítulo 7

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Por la noche, Jimin se sintió aún más culpable al recibir aquella llamada que empeoró aún más su situación.

—Taehyung terminó conmigo. —Habló Yoongi, su voz sonaba rota. Y aquella información en lugar de animarle como siempre imaginó que sería, le destruyó. Porque a pesar de todo su esfuerzo, y de que no quisiera que las cosas cambiaran con su confesión, todo se volvió un caos.

Ocurrió lo que más temía: sus amigos se separaron, y estaba seguro de que eventualmente se alejarían de él... Cómo siempre temió.

Tenía miedo al futuro. Porque en definitiva no podía imaginar una vida sin ellos caminando a su lado. Había arruinado todo.

—Todo ha sido mi culpa. —Habló finalmente, su voz temblando.— ¿Qué clase de amigo se supone que soy? No quería que esto pasara... No quería besarte, es decir... Sí quería; pero no debí hacerlo, no lo habría hecho de haber sabido lo que ocasionaría dejar salir mis sentimientos, porque en lugar de sentirme aliviado me siento jodidamente mal. Arruiné todo, Yoongi. Como siempre hago.

Las lágrimas que brotaban de sus ojos le empañaban la visión. Yoongi se mantuvo en silencio, Jimin únicamente podía escuchar su suave respiración a través de la línea.

—Lo siento, por todo. —Hipó, sintiendo que el corazón se le oprimía dolorosamente.— Lo mejor será que dejemos de hablar ¿Está bien? Sólo prométeme que intentarás arreglar las cosas con Taehyung...

Y ahí estaba, renunciando a su amor, porque le importaba aun más la felicidad de quienes habían sido sus mejores amigos. Estaba renunciando a las únicas dos personas que habían estado siempre para él. Y ante ello no podía hacer más que romper a llorar y sentirse miserable.

Al otro lado de la línea Yoongi suspiró.

—Jimin, no tienes porque sentirte así... —Susurró, mordisqueando su labio sin saber exactamente qué decir.- No es tu culpa...

—Lo es, y lo siento... nada de lo que digas me hará cambiar de opinión. Así que no trates de hacerme sentir mejor, porque no lo merezco. —Suspiró con suavidad.— Y, si no te importa, no estoy de ánimos para recibir protestas, de verdad, sólo... lo siento. Estarán mejor sin mí, lo sé, sólo por favor intenten solucionarlo y sigan sus vidas sin mí, sé que no necesitarán más en sus vidas a un mal amigo como lo fui yo. -Y colgó, mientras sentía como su corazón volvía a hacerse añicos.

Los días transcurrieron, días en que Yoongi intentaba acercarse a Jimin, pero cada vez que creía tener la oportunidad de hablar, Jimin terminaba liberándose de él.

Llegados a un punto, Yoongi terminó hartándose de aquella situación, pero aún así no se rindió hasta que finalmente logró su cometido:

Una noche lo siguió hasta un bar. Podía sonar realmente acosador, pero no había tenido otra opción.

Así que ahí estaba, sentado en la barra, a sólo unos taburetes de distancia del chico, discretamente se levantó, bebiendo de un trago el contenido de su shot, como si aquello fuese de alguna manera a darle el coraje de hablarle.

Se alentó mentalmente y se sentó a su lado.

Jimin ni siquiera se percató de su presencia, por lo que aclaró su garganta en un intento de llamar su atención y finalmente habló:

—¿Ahogando las penas? —Cuestionó con curiosidad, alzando una de sus cejas, y sentándose a su lado.

Jimin pegó un sobresalto.

—¿Qué haces aquí? —Cuestionó, con una mezcla de sorpresa y molestia.— Taehyung estaría decepcionado de saber que sigues persiguiéndome aún cuando te pedí que solucionaras las cosas con él...

—No tengo nada que hablar con Taehyung, Jimin.

—Oh, ¿Solucionaron ya las cosas? —Interrogó interesado, relamiendo sus labios bajo la atenta mirada de los penetrantes ojos negros de Yoongi. La respiración se le cortó.

Se sentía tonto por continuar sintiéndose de aquella manera cuando Yoongi rondaba a su alrededor: tan estúpidamente enamorado, nervioso y débil.

Debía grabarse en la cabeza de una vez por todas que aquel romance que se había inventado junto a Yoongi en su cabeza no iba a ser posible, jamás.

—Sabes que terminamos, ¿por qué sigues actuando como si no lo supieras?

Jimin le miró, forzándose a no hacerle mala cara.

—Porque creí haberte dicho que solucionaras las cosas con él, me entrometí y sé que no merezco perdón, pero al menos me gustaría que entre ustedes todo fuera como antes. —Suspiró, dirigiendo su mirada hacia el vaso que tenía frente a sí.— Y creí haberte dicho que no debías hablar conmigo nunca más, y sin embargo aquí estás y, maldita sea te deseo tanto... Aun cuando sé que no debería lo hago. —Cubrió su rostro, sintiéndose molesto y avergonzado consigo mismo.

¿Por qué tenía que hablar de más?

—Jimin, no quiero que me odies... Pero aún cuando Taehyung y yo ya no estamos juntos todavía estoy roto, todavía estoy loco; a causa de él. Debo admitir que lo extraño, que extrañaré los momentos que ahora no serán más que recuerdos.

Jimin se obligó a dirigirle una sonrisa, una sin una pizca de alegría.

—Una vez más, sigo sin entender porque estás hablando conmigo. —Se encogió de hombros, deseando que Yoongi se marchara y le dejara tener un poco de paz mental, porque incluso hablar con él se sentía malditamente incorrecto. Había arruinado la relación de sus mejores amigos a causa de sus estúpidos sentimientos, ¿Con que cara iba siquiera a poder mirarles en el futuro? Se sentía tan miserable que interiormente deseaba tener la capacidad de viajar en el tiempo para nunca haberse fijado en Yoongi, o incluso si eso no era remediable, volver a la noche en que se confesó, para tener la posibilidad de cambiar las cosas, de haberlas hecho de otra manera.

Yoongi se mordió el labio inferior, visiblemente nervioso.

—Yo... Yo sólo quería tener respuestas: ¿Por qué te gusto? Porque en definitiva no sé lo que encuentras en mí...

—En ti encontré refugio Yoongi, y comprensión. Cuando estaba mal, siempre estabas para consolarme, cuando me caía me ayudabas a levantarme, me cuidabas y siempre veías que nada me faltara, por ello el afecto que sentía por ti eventualmente se fue convirtiendo en amor. Me gustas por quien eres, porque a pesar de no ser muy demostrativo con tus sentimientos, siempre lograbas hacerme sentir querido, porque estar contigo se sentía cálido y porque siento que nadie más me ha querido tanto como tú lo has hecho, eso siempre lo he tenido claro. —Soltó un pequeño suspiro, confesar aquello realmente le había costado, pero en definitiva sentía un peso menos.— Aunque creo que nunca encontrarás el amor en mí... Digo, lo tienes a él, ¿por qué razón tendrías que besarme? No soy ni siquiera la mitad de lindo de lo que lo es él.

Por unos segundos Yoongi se quedó mudo, sin encontrar exactamente que decir o hacer. Su corazón latía con fuerza, casi queriéndose salir de su pecho.

Tomó a Jimin por las mejillas y plantó un beso en sus labios, porque sentía que aquél beso podría llegar a transmitir lo que estaba sintiendo: Se sentía un poco torpe, pero feliz, y sentía tanto amor que el pecho se le llenaba de alegría; su corazón sonreía y brincaba ante las múltiples sensaciones maravillosas.

Porque Park Jimin había sido el primer amor de Min Yoongi, y sin embargo nunca fue capaz de confesarlo, pero ahora que ese amor resurgía desde el fondo de su corazón se sentía nuevamente completo, pleno y sumamente feliz, tan feliz que quería llorar de la alegría que se arremolinaba en su interior. Siempre había sido correspondido.

Jimin quedó perplejo por unos instantes mas pronto se encontró a sí mismo correspondiendo aquél beso con dulzura, y alegría y calidez.

Yoongi rompió el contacto momentos después, inhalando con suavidad y llenando así sus pulmones del preciado oxígeno que por momentos le había faltado, dándose coraje al mismo tiempo.

—Jimin, me gustas. —Soltó, y aun cuando aquello pareció soltado con simpleza, realmente le había costado, su yo del pasado había estado queriendo soltar aquello hace años, y hoy; hoy finalmente podía hacerlo. Relamió sus labios, dibujando una pequeña sonrisa ante el rostro de Jimin; quien le miraba boquiabierto, seguramente con la mente llena de preguntas y preguntas que quería soltar al aire.— Fuiste mi primer amor. —Continuó, sintiendo que el rubor se colaba por sus mejillas descaradamente.— Nunca tuve la valentía de decirlo, en un principio porque pensé que te atraían las chicas y temía al rechazo, digo, eras mi primer amor, estoy seguro de que todos temerían al rechazo del primer amor, y sé que no sería el primero y tampoco el último que se acobardó por temor a la idea, pero siempre quise gritarlo a los cuatro vientos, que te amo; que siempre te amé. —Se rascó el cabello, soltando una risita nerviosa.— Me enamoré de ti irremediablemente, de tu preciosa sonrisa, del rubor que aparecía en tus mejillas cuando te ponías nervioso, de tus ojitos brillantes, tus pucheros, de tu personalidad tímida, pero juguetona al estar en confianza. Me enamoré de tu etérea belleza, de tu pureza inigualable. Me enamoré de ti, y de todos tus defectos y virtudes, Minnie, sin embargo, con el pasar del tiempo quise olvidarte porque no creí que fuese posible un nosotros, eventualmente llegó Taehyung y me enamoró, pasé muy buenos momentos a su lado, pero quiero que comprendas algo; que extrañes los recuerdos no significa que quieras volver con quien extrañas. Y Jimin, él sabe que siempre fuiste mi primer amor, que siempre lo serías. Que habías dejado una huella en mi corazón, que me habías marcado, y que el Yoongi que había estado enamorado de ti jamás podría dejar de conformarme, por eso te besé. —Jimin le miraba, sin poder creer en que realmente aquello no era un sueño: Después de tantos años de un enamoramiento que creyó que jamás sería correspondido ahí estaba Yoongi, confesando un secreto que siempre había tenido guardado; su amor hacia él.

El suyo había sido un secreto muy bien guardado, que ahora salía a flote, un sueño que superó sus expectativas y se convirtió en una hermosa realidad, una fantasía que ahora se alzaba ante sus ojos siendo verídica.

Y no se necesitaron más palabras cuando Jimin volvió a besarle, era un beso que transmitía lo que ambos corazones habían estado guardando tan cuidadosamente.

Un beso que lo valió todo: la espera, las lágrimas, los suspiros, y el sentimiento de insuficiencia que alguna vez habían sentido ambos amantes. Porque justo ahora nada podía ser más perfecto, se amaban con locura, y estaban dispuestos a demostrarlo cada día.

Se besaron con tal cariño, vehemencia y alegría, que incluso la luna sobre el cielo nocturno se sintió más brillante, pero aun así anheló reencontrarse con el sol.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro