Doce.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

El ambiente solo estaba siendo incómodo para mí. Nunca había sido una persona discreta y ahora no sería la excepción. Sin embargo, el resto parecía hacer caso omiso a mi presencia, pues se encontraban charlando tranquilamente.

Eso me tranquilizaba mínimamente.

Cada vez que podía, maldecía internamente a Ilén por contarme eso de Elián. De alguna forma, no podía mirarlo igual que hacía unas horas.

¿En qué momento le había destrozado yo el corazón con quince casi dieciséis años? En ese entonces, apenas nos conocíamos y Hassel y Zack recién habían comenzado a salir, por lo que nuestro grupo de amigos empezó a juntarse poco a poco.

Elián y yo compartimos palabra muy pocas veces hasta que Thiago y Ben comenzaron lo que se suponía que tuvieran. Nos acercamos porque éramos los únicos del grupo que no tenían pareja.

—Qué calladito estás, Tyler —comentó Hass.

Lo miré mal.

—Debe estar cansado —dijo burlonamente Elián—. Mucho sexo.

—Ugh, no comencéis a hablar de vuestras vidas sexuales por favor, que hay gente comiendo. —Ben hizo una mueca.

—Eso es porque tú no tienes —bromeó Hass.

—Tú tampoco —señaló de vuelta el castaño.

—Pero estamos hablando de ti, no de mí. —Le sacó la lengua el pelinegro.

—Pues hablemos de ti —rebatió Ben.

—No quiero. —Hass se cruzó de brazos.

—Madre mía, sois unos niños pequeños —rió Elián.

—Cállate, que soy tu cuñado, trátame bien. —Ben frunció el ceño.

—¡No vale comprarlo para que esté de tu lado! —exclamó Hass.

—¡No es comprarlo si ya estaba de mi parte! —chilló el otro de vuelta.

Entonces, los ladridos de un perro nos interrumpieron. Era Lassie, el perro de Elián. Estaba acompañado de Emma, quien parecía cansada.

—No puedo creer la energía que tiene el condenado —bufó, sentándose sobre las piernas de su novio.

Tragué saliva, desviando la mirada a la pequeña mascota y estiré mis brazos, esperando a que viniera a mí. Pude ver de reojo a Daniel analizándome de forma inquisitiva.

No te des cuenta, no te des cuenta, no te des cuenta.

—Si no puedes soportarlo es por tu mentalidad de débil. —Me encogí de hombros, cargándolo y acariciándolo por detrás de la oreja.

—¿Por qué contigo se porta tan bien? —cuestionó al ver cómo el pequeño se acurrucaba en mi regazo.

—Porque yo sí le gusto —sonreí con inocencia, sonando algo más agresivo de lo que quería.

—De tal palo, tal astilla dicen por allí —tosió falsamente Hass.

—Porque lo conoce de hace más tiempo —corrigió el teñido.

—Oh, sí, digamos que es eso para que Emms no se sienta mal —bromeé.

—Pues que lo pasee Tyler, yo no puedo más —lloriqueó.

—Acepto. —Me encogí de hombros.

—Ni de coña. Que tú ahora vives con Daniel y no te voy a dejar que te lo lleves a saber dónde. —Me miró mal.

—¡Es nuestro hijo! Tengo derecho a estar con él —le reclamé.

—¡Lo has abandonado por tu novio!

—Mentira, a veces me paso por casa —siseé.

—Lassie se siente igual de abandonado.

—No lo haría si me lo dejaras.

—Pues vuelve a casa si quieres estar con él. —Se encogió de hombros.

—Parecéis un matrimonio peleando por la custodia de un hijo —carcajeó su novia.

—Quizá lo somos —bufé.

—¿Y eso desde cuándo? —preguntó con diversión Daniel.

—Shhh, esta es una discusión nuestra, Daniel, no te metas. —Lo callé.

—Uy, perdón. —Rodó los ojos, intentando contener su risa.

—Que elija Lassie —propuso Elián.

—¿Vas a hacer que nuestro hijo elija a su padre favorito? —cuestioné, totalmente ofendido—. Eso es crueldad.

—Yo te estoy dando soluciones pero no estás de acuerdo con ninguna. —Pasó sus brazos por la cintura de Emma.

—Y yo te estoy diciendo que no.

—Pues no ayudas.

—Pues te callas.

—No quiero.

—Me da igual.

De alguna forma, la tensión entre nosotros dejó de ser una broma y se podía palpar a la perfección si se intentaba.

—Esta noche hay fiesta, ¿te vienes, Ty? —Ben cambió de tema, soltando una risa nerviosa sin querer—. Vamos todos.

—Vale. —Me encogí de hombros.

—¿No vas a preguntar dónde o cuándo es? —Hass arrugó la nariz.

—Ya os lo preguntaré por mensaje de texto o algo así.

Hass me miró y después a Elián, quien parecía molesto de verdad. Agaché la cabeza, sintiéndome realmente mal.

Algo que quise negar era que últimamente, la relación entre Elián y yo se había deteriorado. Y no, no era algo natural que estuviera pasando porque cada uno estaba siguiendo su camino, no. Era mi culpa. Yo había estado evitando todo lo posible quedarme a solas con él desde lo del cementerio, o quizá fue incluso antes, cuando me enteré de su relación con Emma.

Era cierto que solo éramos amigos, mejores amigos y, por más que la gente de alrededor dijera que parecía lo contrario, eso éramos.

Nuestra relación siempre se había basado en discusiones, bromas subidas de tono y acercamientos indiscretos de parte de ambos. No quería que Emma sintiera que había algo más porque no era verdad.

Jamás le desearía sentirse inseguro en una relación a nadie, ni a mi peor enemigo.

Era la peor sensación del mundo y no podía describir lo desdichado que te podía hacer llegar sentir.

Así me hizo sentir Sara, una de mis exnovias del instituto.

Siempre había sido seguro de mí mismo y quitando los bajones momentáneos, nunca me había visto mal a mí mismo.

El hecho de que ella fue uno de mis primeros amores y la primera persona que me rompió el corazón de forma tan cruel dejó una marca tan profunda en mí que aún no puedo borrar.

No estaba enamorado, definitivamente no. Sin embargo, eso no quitaba el hecho de que valoraba su opinión y que me afectaban todas esas veces que me menospreciaba.

Aún puedo sentir el ardor de sus palabras dirigidas hacia mi persona.

Aún puedo acordarme de lo desgraciado e infeliz que me hicieron sentir.

Aún puedo memorizar cada frase que soltó.

Aún puedo experimentar el dolor del rechazo y la burla.

Por eso, no le deseaba lo mismo a nadie. Y mucho menos a la hermana y novia de mis mejores amigos, aunque eso significara renunciar a uno de ellos.

—¿Cómo irás? —preguntó Elián, más tranquilo.

Sonreí con falsedad, intentando ocultar mi repentino malestar.

—Tengo un nuevo chófer personal que estará encantado de llevarme. —Me abracé a Daniel.

---

Bueno, ¿os ha dolido este capítulo? ¿No? Tranquilxs, el siguiente desgarra :).

No voy a decir nada más porque estoy a nada de hacer una broma para no matarme en este mismo instante por lo que ocurre.

Doble actualización para que mañana os pueda romper el corazón o ilusionaros para después rompéroslo.

Besitos de media mañana <3.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro