CAPÍTULO 19

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Horas antes.

BRADLEY.

Observo de lejos a la rubia que se pasea por el centro comercial, va de aquí allá visitando tiendas de todo tipo y con una montaña de bolsas encima, aun así, no se detiene, sigue comprando y comprando en cada una de las tiendas por las que entra. Algo me dice que tiene un severo problema de compra compulsiva.

Llevo días haciendo lo mismo, vigilándola de lejos y hasta ahora no ha habido nada relevante, siempre está rodeada de las mismas personas.

Todos los días es lo mismo; se va de compras, sale con sus amigos, visita a sus primos, y por las noches se escabulle al club de su prima. Incluso un día quedo tan ebria que tuve que intervenir cuando un sujeto intento "ayudarla", sabía que solo quería aprovecharse de ella así que no me quedo más remedio que llevarla a su casa. Me da la leve impresión de que ella sabe que Alexa es la propietaria del lugar, sin embargo, hasta ahora no he sabido de que ya la haya enfrentado para cuestionarle sobre el asunto.

Desde que ocurrió el incidente con Alexa, Zack decidió que lo mejor es mantenerla bajo el radar al igual que a sus personas más allegadas. Eso incluye a Rose, su prima. Esto es con el fin de evitar que quien sea que quiera dañar a Alexa, no pueda hacerlo por medio de las personas que quiere.

Mi amigo suele ser un idiota desconsiderado, pero ha tomado ciertos cuidados para con Alexa.

Una clara señal de que realmente le importa y no es solo uno de sus revolcones.

Al principio lo negaba, cada que lo cuestionaba sobre ello se volvía histérico y me mandaba a la mierda, pero últimamente ya no tiene nada que alegar.

Salgo de mis pensamientos cuando mis ojos logran captar al tipo sospechoso que vi hace dos horas atrás. Se ha puesto la capucha de la sudadera oscura que lleva encima, tiene las manos enguantadas y los lentes oscuros cubren parte de su rostro.

Camina con disimulo en dirección a donde se encuentra la rubia de espaldas a él metiendo su mano al bolsillo de la sudadera, ella está tan entretenida observando un par de zapatos que ni siquiera se percata de que justo ahora está en peligro.

No lo pienso tanto, solo actuó y mis pies comienzan a moverse a pasos rápidos, pero manteniendo una actitud casual en su dirección tomando por fin el consejo de esa vocecilla en mi cabeza que me exigía acercarme a ella desde que la vi por primera vez, pero a pesar de ello me había estado manteniendo al margen de todo, a excepción de la noche en el club, claro está.

Apresuro más el paso y el sujeto se detiene a pocos metros de la chica, algo me dice que ya se percató de mi presencia y sabe quién soy y por qué estoy aquí. Sin embargo, yo sigo como si nada hasta llegar a lado de la rubia que sigue mirando los mismos zapatos.

—Son bonitos ¿no? —digo para que note mi presencia.

Da un respingo dejando caer un par de bolsas al piso y por fin eleva la mirada hacia mí.

Siento el mismo cosquilleo leve que la otra noche al estar ante los ojos aceitunas que me observan con aturdimiento y asombro, pero solo por una fracción de segundo antes de cambiar su gesto a uno curioso.

Sacudo la cabeza saliendo de mi estupor y me inclino a recoger las bolsas que dejó caer.

—Lo siento, no quería asustarte. —me disculpo.

Sigue mirándome con la boca entreabierta y le tiendo las bolsas sonriéndole de medio lado.

Parpadea antes de reaccionar y tomar las bolsas aun con un gesto de confusión en la cara.

—No, descuida —carraspea—. Es mi culpa por embobarme tanto con las sandalias, siempre me pasa.

Suelta una risita nerviosa.

—Eso he notado. —comento como si nada, y maldigo para mis adentros al percatarme del pequeño error.

Espero que no lo note...

—¿Cómo dices? —pregunta curiosa—. ¿Ya nos conocemos?

Mierda.

—No, quiero decir qué...

Me callo cuando capto el movimiento a mi derecha recordando porque me acerqué a ella, miro de reojo para confirmar lo que ya sabía.

La chica sigue viéndome expectante.

Le arrebato las bolsas tomándolas con una sola mano mientras que con la otra le sujeto su brazo y empiezo a caminar con ella sin darle explicaciones.

—¡Oye! —protesta con un tinte de miedo en su voz—. ¿Qué diablos te sucede? ¡Suéltame!

Forcejea para que la suelte, pero ejerzo más presión en mi agarre sin llegar a ser agresivo.

—Solo calla y sigue caminando. —digo, percatándome de que ha empezado a llamar la atención de algunas personas.

—¡He dicho que me sueltes!

Se zafa con brusquedad y detengo el paso cuando intenta correr; logro tomarla del brazo nuevamente y la arrastro conmigo obligándola a caminar más rápido.

—Oh, claro —digo sarcástico—. Entonces te soltare para que el tipo que te viene siguiendo desde hace horas por fin pueda matarte.

Palidece y detiene el paso.

Vuelvo a arrastrarla y esta vez no se rehúsa.

Sacude la cabeza y voltea para todos lados tratando de ver si lo que le he dicho es verdad, pero dudo que pueda notarlo.

—Si eso es verdad, entonces ¿tú como sabes? —cuestiona a la defensiva—. Debiste seguirme también para haberte dado cuenta de eso ¿o me equivoco?

«Que astuta»

Intento no prestarle mucha atención y enfocarme en salir de este lío.

—Oye, te estoy hablando —insiste.

La ignoro de nuevo, obvio no voy a decirle que vengo siguiéndola desde hace días, al menos no justo ahora.

Apresuro los pasos, debemos salir rápido de este lugar.

—Si no me respondes empezare a gritar que eres un violador. —amenaza.

Sus palabras hacen que la mire de golpe.

—Deja de decir tonterías y camina —la regaño con el ceño fruncido. Respiro hondo, clamando al cielo por paciencia—. Te contaré todo cuando estemos a salvo.

Me mira con desconfianza, pero al final termina aceptando.

—Bien. —dice de mala gana.

Intenta seguirme el paso mientras sigue mirando en todas las direcciones tratando de hallar al sujeto que la persigue.

Y su cara de horror me dice que ya lo ha encontrado.

—¡Ay, mierda! —se asusta—. ¿Es el de la sudadera oscura?

Le doy una ojeada antes de centrarme de nuevo en salir de aquí.

—Que observadora eres.

Vuelve a mirar atrás.

—Santa mierda ¡Nos está alcanzando!

Ruedo los ojos.

—Deja de gritar que así solo llamas la atención.

Me mira como si me hubiese salido un cuerno en la frente.

—Llamar la atención es justo lo que necesitamos para que los de seguridad se acerquen a ayudarnos. —me dice, como si fuera lo más obvio.

—Dios, olvidaba que tú no tienes ni idea del problema en el que estamos. —exaspero—. No es tan simple como crees, así que mantén la boca cerrada y déjame hacer mi trabajo.

Me pone mala cara, pero no dice más nada.

Logramos llegar a la planta baja y aprieto el paso hacia la salida que da al estacionamiento subterráneo.

Necesito sacar mi arma antes de salir del edificio, pero el tener la jodida mano llena de bolsas con las compras de la chica me frustra las intenciones. Tampoco quiero soltarla, pero algo me dice que enfurecerá más si dejo caer sus compras a medio estacionamiento.

Resoplo con frustración.

A esos idiotas les encanta joder.

—Tengo que soltarte —aviso—. Así que es mejor que me sigas el paso lo más cerca que puedas si no quieres que terminemos muertos.

Le suelto el brazo sin esperar su respuesta y llevo la mano al revólver que cargo en la cintura quitándole el seguro.

­—¿De verdad crees que quiera matarnos? —cuestiona con un tinte de pánico en su voz.

La miro de reojo. Su rostro esta algo pálido y su gesto es de terror puro.

—Pues no creo que quiera invitarnos a tomar un café. —respondo sin poder evitar mi típico tono sarcástico.

Doy una ojeada al perímetro, percatándome de que a unos metros de donde estamos hay un motociclista vestido completamente de negro y con el rostro oculto por el casco también oscuro y al fondo del estacionamiento se encuentra una camioneta con vidrios polarizados, para la gente puede ser un vehículo normal y un motociclista normal, gente que quizá vino a hacer sus compras, pero para alguien como yo ese tipo de cosas no pasan desapercibidas. Mucho menos si se tiene en cuenta la situación en la que nos encontramos justo ahora.

—Necesito que te mantengas a mi lado en todo momento a partir de ahora. —ordeno—. Si las cosas se salen de control entonces corre y no te detengas hasta llegar a mi auto, está dos puestos detrás del tuyo. Entra y asegúrate de tenerlo listo para salir de aquí hasta que yo este sentado a tu lado.

Entrecierra sus ojos antes de mirarme, dudosa.

—¿Y por qué mejor no entramos al mío? —inquiere—. A fin de cuentas, esta antes que el tuyo.

—Claro, vamos al tuyo y así le facilitamos el trabajo a esos idiotas para que nos perforen hasta el culo con sus balas. —me exaspero.

Siento un golpe en el costado y me giro incrédulo hacia la rubia que me observa con el entrecejo fruncido y la nariz levemente arrugada de una forma muy curiosa.

Parece tiernamente molesta.

Y me golpeó, ella me golpeó.

Ni siquiera me dolió, aunque debo admitir que fue un buen golpe y es...

—Deja de ser tan malditamente sarcástico o entrare en crisis. —su tono parece más de amenaza que de otra cosa—. Ya entendí que fue una estupidez proponerlo.

Ignoro lo que acaba de decir.

—¿Tú me golpeaste? —debería sonar molesto, pero sueno más incrédulo y divertido a partes iguales—. Nadie se atreve a golpearme y vive para contarlo.

Intento asustarla, pero en su lugar la observo arquear una ceja y mirarme con burla.

—¿Ah sí? —tiene la osadía de reírse en mi cara—. Pues mírame bien porque sigo viva y no pienso morirme pronto.

Aun no salgo de mi asombro.

¿Dónde está la chica que hace unos minutos estaba a punto de lanzárseme encima porque estaba muerta de miedo?

Parece que esta rubia es algo bipolar.

Sacudo la cabeza.

—Bien —digo—. Enfoquémonos en salir de aquí, tú y yo luego ajustamos cuentas.

Basta echar una ojeada a nuestras espaldas para encontrar al sujeto que viene detrás de nosotros a unos metros camuflándose entre las personas que van y vienen por todo el centro comercial.

No tenemos mucho tiempo.

—Bueno, andando. —la voz de Rose capta mi atención en el momento justo en que la veo salir como si nada del edificio, pero con pasos rápidos.

Suelto un par de maldiciones antes de apresurarme para alcanzarla.

—¿Qué joder crees que haces? —inquiero mirando a todos lados con detenimiento—. ¿Te crees que los idiotas que esperan aquí afuera no dudaran en soltarte un tiro?

Mis palabras la hacen mirarme.

—¿Cómo sabes que hay gente esperando aquí afuera? —cuestiona—. El tipo de haya dentro podría ser el único ya que no represento un peligro para ellos y...

En ese momento el rugido de una motocicleta la hace callar de golpe. De reojo observo al sujeto levantar su arma y mi cuerpo automáticamente se pone a la defensiva, coacciono tomando del brazo a mi acompañante y llevándola detrás de la estructura de metal que está justo a un costado de nosotros. Su cuerpo queda resguardado entre el mío y la estructura para evitar a toda costa que ella salga herida.

La bala repiquetea en el metal provocando que Rose suelte un grito mientras mis reflejos me hacen levantar el arma y soltar varios disparos en dirección al motociclista.

Termino fallando porque el imbécil no es tan imbécil después de todo, ya que parece saber que mientras esté en constante movimiento será más difícil acertarle un tiro.

Y eso es lo que hace, zigzaguea entre los autos que están en el estacionamiento.

Y no es que mi puntería sea una mierda, pero la iluminación del estacionamiento tampoco ayuda mucho que digamos.

—Hay que movernos, ya —apremio—. El otro idiota no tardará en salir y este escondite no nos servirá con él.

La chica no emite palabra solo se limita a asentir.

Sujeto su mano para llevarla conmigo y el cosquilleo en el centro del estómago se hace presente nuevamente.

Sacudo la cabeza e intento ignorarlo porque no es un buen momento para pensar en lo que eso significa, justo ahora solo debo concentrarme en la situación actual y analizar todo minuciosamente si quiero que salgamos bien librados de esto.

«Tarde o temprano tendrás que pensar en ello». Alega mi conciencia.

No me perturba porque sé que tiene razón.

No acostumbro a huir de las situaciones, y esta no será la excepción.

Así como tampoco pienso huir de los idiotas que se creen mejor que yo.

No se dan cuenta que ambos bandos esperaban este encuentro, el responsable detrás de todo el show ya lo sabía, pero Zack también ya estaba al tanto de todo.

Cada cual conoce las capacidades de su gente, por eso ellos vinieron en grupo y a mí me enviaron solo.

No pornada el estado nos cataloga como los peores criminales.


*****

N/A: ¡HOLA! ME COMPLACE ANUNCIARLES QUE A PARTIR DE AQUÍ EMPIEZA LO FUERTE JAJA, ASÍ QUE PREPAREMONOS PARA REÍR, LLORAR, GRITAR O SIMPLEMENTE DISFRUTAR PORQUE ESTAREMOS LEYENDO A NUESTRO ZACK EN ACCIÓN.

TAMBIÉN CABE RECALCAR QUE EL CAP 20 YA ESTÁ MÁS QUE LISTO, ASÍ QUE ESPERO VER SU APOYO Y MUCHOS COMENTARIOS EN ESTE CAP PARA ANIMARME A PUBLICAR EL SIGUIENTE.

MIENTRAS TANTO, CUÉNTENME:

¿LES GUSTÓ EL CAP?

¿QUÉ LES PARECIÓ LA INTERACCIÓN ENTRE BRAD Y ROSE?

¿LES GUSTARÍA SABER MÁS SOBRE ELLOS?

DÉJENME SABER TODO EN LOS COMENTARIOS 😉

LOS QUIERO DEMASIADO CON MI AMOR TEMPESTUOSO 🖤
BESITOS 💋💋

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro