La verdad de la Existencia

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El hombre salió de su casa tan temprano que no se veían siquiera las primeras luces matutinas, se despidió de su esposa que yacía todavía en la cama con un tierno beso en la frente. Tenía la costumbre de trabajar los sábados medio turno, después de todo como taxista independiente tenía la afortunada (o desafortunada) elección de decidir su propio sueldo según las horas que trabajase.

Pasando por avenidas, calles y callejones observaba a tan poca gente que casi se arrepentía de salir esa mañana, hasta que en la esquina de una intersección enfrente a una cafetería un hombre viejo y corpulento le hacia la señal de parada. Con una barba gris prominente, y unos anteojos que asemejaban un par de lupas sobre sus ojos lo saludo emotivamente:

--Buenos días, ¿me podría llevar a la costa por favor?

--Me gustaría llevarlo pero la costa se aleja mucho de mi zona de movilidad.

--No se preocupe le pagare lo que sea necesario-el viejo le sonreía asintiendo con la cabeza.

-- Bueno súbase, de todas formas no hay mucho pasaje el día de hoy-se decía resignado como para sí mismo.

--Me encanta la costa uno se puede olvidar de todo viendo las olas romperse en las rocas.

El taxista sin ganas de iniciar una conversación le respondió cortante. -A mí no me gusta el mar.

--¿¡Pero qué dice!? El mar es el fenómeno terrenal más hermoso en el mundo-el viejo se sintió ofendido ante tal muestra de frialdad.

El taxista sorprendido por la reacción de su pasajero sintió la necesidad de explicar sus motivos-Si yo sé que para muchos el mar es hermoso, pero a mí me hace sentir muy impotente toda esa gran cantidad de agua moviéndose.

--Eso es porque usted se siente pequeño, pero el mar sigue siendo hermoso.

-- Pero usted se sentiría igual si se compara con el mar, con el cielo, las estrellas, o cualquier otra cosa mucho más grande que usted.

--Se equivoca porque yo soy el mar, el cielo y las estrellas, por tanto estas no pueden ser más grandes que yo, porque yo soy parte de ellas, y ellas parte de mí.

El taxista empezaba a dudar del buen juicio de su pasajero, pero más aún empezaba a preocuparle que el viejo lo envolviera en un embrollo existencialista, aun así la charla se empezaba a poner interesante y el taxista en vez de frenarlo decidió preguntarle sobre aquello para ver a donde lo llevaba.

--¿Cómo puede ser posible eso?

--Pues vera; ¿usted cree en dios verdad?-ambos miraron el crucifijo colgado en el espejo del parabrisas.

--Yo soy un fiel creyente señor

--¿Y qué me diría si le dijera que usted es dios?

--Le diría que usted está loco

--Naturalmente, pero qué pensaría si le dijera que yo también soy dios, que la señora de aquella tienda también lo es incluso aquel perro cruzando la calle también es dios, todo ser viviente es su propio dios.

Para ese punto el taxista daba por hecho que estaba conversando con un completo loco, pero como anciano en su lecho de muerte que acepta resignado a la muerte, el taxista aceptaba irremediablemente la charla de aquel viejo, y estaba decidido a conversar con él hasta su destino final.

--¿Qué es lo que le hace pensar que todos los seres vivos son su propio dios? ¿Acaso trata de desacreditar todas las religiones?

--No, solo trato de mostrarle la verdad, vera usted; ¿De qué están hechos todos los seres vivos?

--Pues de células supongo

--Supone bien. ¿Y de que están hechas las células?

--De moléculas, y las moléculas de átomos.

--Bien, bien ¿y de que están hechos los átomos?

--De neutrones, protones y electrones ¿A dónde quiere llegar con esto?

--Al origen y al final a la vez. Para este punto necesito que se olvide de todo lo que le enseñaron en la escuela, todos los conocimientos que usted y todos aceptaron como ciertos bórrelos de su cabeza, olvídese por un momento de religiones y de gobiernos, requiero que ponga su mente en estado de aceptación, pero razonando lo que le voy a decir. Solo concéntrese en mi voz y en conducir hacia la costa.

Aquello le pareció de lo más extraño: sintió de pronto un miedo y una incertidumbre inexplicable, como cuando se está a punto de entrar en un cuarto obscuro que se conoce bien y se tiene la certeza que no hay nada adentro que le pueda dañar, pero aun así ese temor a lo desconocido se apodera de uno.

--Se dice que los átomos son la primera cadena de la materia, pero no es así. Se dice que el universo es la concentración de materia más grande conocida, pero no es así. Y del tiempo se dice que es relativo, pero esto tampoco es del todo cierto. Los planetas forman sistemas solares estos a su vez forman galaxias y las galaxias forman el universo, pero un conjunto de universos, estamos hablando de miles de millones, forman los átomos, y los átomos en un organismo vivo forman células, las células de las que está hecho usted.

--Lo que usted está diciendo es que dentro de mí en alguna célula de mi organismo hay un universo igual a este con un planeta idéntico a este con una persona que es una réplica mía.

--Precisamente y no solo eso, dado que dentro de usted hay una cantidad incuantificable de mundos es más que posible que haya otras civilizaciones inteligentes. El tiempo que usted vive no es el mismo en el interior de un planeta, un solo segundo que usted pasa puede significar el nacimiento y la destrucción de millones de universos que equivaldrían a millones de trillones de años dentro de un universo. Así pues el big-bang no sería otra cosa más que el nacimiento de una de sus células, la formación de materia en algún punto de su vida mientras crecía.

Entonces si usted le quiere llamar dios al ser que creó todo hágalo pero tenga en cuenta que ese dios es usted mismo.

--Pero... todos nosotros podríamos pertenecer a otro organismo ¡a uno tal vez que ni conocemos!

--Usted no ha entendido ¿verdad? Usted mismo es un ciclo completo usted es el final y el inicio. Usted está conformado por células y universos y usted a su vez es parte de células y universos, en el momento en que nace ya está hecho su ciclo.

--¿Pero entonces cuando empezó mi ciclo?

--No existe un tiempo específico, no existe un tiempo, solo es una percepción, lo único existente es su vida y la vida de los demás, todos van en su propio tiempo. De alguna manera nos conocimos porque nuestros ciclos o nuestros círculos se entrelazaron.

--¿Y qué pasa si muero en este mundo?

--Dado que las posibilidades son infinitas, usted tal cual es, volverá a nacer en alguna parte de este universo o en otro, y tendrá la oportunidad de hacer otra vez las cosas, de hacerlas bien o hacerlas mal dependerá de usted.

--¿Resurrección?

--Si lo quiere llamar así, lo puede hacer. Pero ya se da cuenta como todo encaja; religión y ciencia entrando en conflicto durante tanto tiempo y nadie se da cuenta que todo está relacionado. Pero tarde o temprano se darán cuenta, les costara trabajo y mucho esfuerzo en conjunto. Tendrán que compartir conocimientos con otras civilizaciones pero tarde o temprano descubrirán la verdad.

--Ya llegamos-los dos hombres bajaron del coche caminaron hasta la orilla de la costa justo en el momento de un hermoso amanecer, las olas rompían en la costa y las gaviotas empezaban a volar en el intenso color naranja del alba.

--¿Y usted quién es? ¿Cómo sabe todo esto?

El viejo se echó a reír con una genuina carcajada que espanto a las gaviotas-Digamos que yo encontré el secreto para mover mi circulo a voluntad entre universos.

--Entonces se podría considerar usted un ser superior a todo.

--No, no, yo me consideraría un viajero avanzado solamente. -El sol naranja que se asomaba en el horizonte se reflejaba en sus gruesas gafas. --Este amanecer siempre es precioso, he visto una infinidad de amaneceres pero el de este día siempre es hermoso.

--¿Cómo? ¿Ya había estado aquí antes?

--Pero por supuesto, un amanecer así se tiene que ver nuevamente.

--¿Pero... entonces, ya había platicado conmigo?

El viejo se echó a reír nuevamente espantado a las gaviotas-Siempre es un placer platicar con usted mi joven taxista.

Autor

NormanCrisanto



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