Capítulo 15

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Lucíana

Había pasado un año; me encuentro en mi nueva mansión, Laura la había decorado y comprado los muebles como nos gusta a las dos, las recámaras de mis hijos son hermosas, la de Viki es de un rosa pastel y la de Samu es  un verde claro con gris, simplemente perfecto.

Mi habitación tiene un tono de color crema con gris y flores, muy amornioso, creo que para hacerlo parecido a donde yo antes vivía.

Debía ir al departamento a traer lo que necesito y sacar las otras cosas para donarlas, ya no las necesitaría también debo arrendar aquel departamento.

Los días pasan y ya me siento mucho mejor, me coloco una jean de rotos claro una blusa corta de color lila y un chal largo blanco y unas tenis blancas, tomo las llaves de mi auto, mientras le doy indicaciones a la nana de mis niños la hora de su comida; La señorita Naomi será quien me ayude con mis hermosos gemelos, le dejo sus horarios de comidas y demás cositas que tienen que ver con mis adorable hijos, mientras vuelvo a casa, ella lleva poco pero me gusta su vibra y es muy linda con mis hijos.

<Y eso es lo más importante para estar a nuestro lado, el trato a mis hijos>

Pronto volveré a las empresas Amamiya, ya convoque la primera reunión con todos nuestros socios, debo informar mi ingreso a este nuevo mundo que viviré, como jefe absoluta ya que, Laura así lo decidió, eso sí discutimos por horas por haber tomado aquella  determinación sin consultarme, la herencia es de las dos, no sólo mía pero, ella me convenció, tiene ese poder conmigo, ella dijo que yo era mejor en esto de la economía y el trato a las personas, aunque ella seguiría al lado mío en todo lo que necesitará, por lo menos no se me va de mi lado.

Subo a mi auto y me encaminó al departamento, uno de los chóferes me lleva para traer mi Mercedes a la mansión, ahora vamos en un Maseratti verde.

—Listo señorita Burgos ¿Desea algo más? — niego y le sonrió.

—Por ahora eso es todo, lo llevas a que lo revisen, le hagan todo su respectivo mantenimiento y me lo dejas en la mansión, por favor — me hace una reverencia, para luego salir en mi apreciado auto.

Al ingresar al ascensor me detiene una voz, aquella voz me congeló la sangre.

—¿Lucíana.?. —giro en mis talones para ver la persona de aquella voz proveniente, volteo, ambas nos miramos a los ojos, ese color ámbar.

—¡Roxxy! —ella venía con otra mujer de cabellos largo negro y ojos miel claro.

—Lucíana.. —repite y se abalanza en mí, me abraza yo todavía sigo en shock —¡Que bueno que volviste!, escuche que convocaste una junta de accionista e inversionistas, no pensé que fuera verdad, ya estas en Francia, estoy muy feliz de volver a verte —se notaba bastante su emoción.

—Si. —fue lo único que dije y mire aquella mujer que me visualizaba desde hace rato, como si me estuviera escaneando.

—Asi que, eres la gran Lucienne que tanto me comentan —me sonríe de medio lado —Me llamo Mercedes Bermudez, prima de.. Prima de ellos. — Señala a Roxxy.

—Lucíana.. —creo que me rayara el nombre, vuelvo a mirar a Roxxy  —¿Podemos hablar? No te quitaré mucho tiempo, pero es algo que debes saber —su mirada ámbar destellaba preocupación y tristeza.

¡Ahora con que me irá a salir!

Asiento en afirmación y las hago pasar al ascensor al subir a mi piso en completo e incómodo silencio, ingresamos a mi departamento, pero como llevo un año sin venir estaba lleno de polvo y todo estaba cubierto con mantas.

—Disculpen el desorden y el polvo, llevo un año sin venir es normal que esté todo así —terminó de explicar.

Ambas abren sus ojos con asombro.

—Waoo, pero aún así esto es hermoso Lucíana, no pensé.. —la interrumpo no veníamos a hacer visita.

—¡Dime que necesitas hablar! — Roxxy suspira.

—¿Podemos sentarnos? —acómodo el comedor y las invito a pasar, preparo un poco de té y comienza la plática que tanto ellas ansían

—Lucíana, primero que nada, Lana  te extraña mucho y ya ha mejorado demasiado su proceso, ya camina sola, y todo eso es gracias a ti —le sonrió era lo que más deseaba escuchar, su vida volvió a la normalidad. —También... Quiero hablar de ¡Maximiliano!.

—¿Eeh?.. No Roxxy, si es para eso mejor.. —me iba a parar, hasta que su prima me tomo de las manos y me miró sería.

—Te suplico que nos escuches — miró a Roxxy quien la mira asombrada, no se quien sea esta chica pero.. — Maximiliano es mi primo preferido y no sabes como lo amo y me duele.. —sus lágrimas me hace encoger el corazón —Yo jamás quise Luisa, para serte sincera y aun la odio, y cuando supe esto, fue lo peor de lo peor, mas odio le cogi... — ella suspira con pesadez —Lucienne.. Disculpa que te llame así, te me haces una amiga mas de tanto que hablan de ti y no hay duda que si eres diferente y no solo eso, eres auténtica así que, por favor, escuchanos hasta el final. —asenti

—Lucíana, Maximiliano sufrió un accidente en el que, la consecuencia fue.. —Roxxy me explica pero su prima la interrumpe.

—Maximiliano ya no puede caminar, quedó inválido por el fuerte impacto que sufrió, por lo menos no perdió la vida, lleva así un año y no quiere escuchar a nadie.. —tapó mi boca.

—¿Un año? —susurro — Eso quiere decir...

—Aquella noche que llamaron a mis tíos informando sobre el accidente.

—Fue ... Fue.. —comienzo a llorar, tengo parte de culpa yo...yo... —Yo...

—No llores Lucíana, tu no tienes la culpa, yo se que si tu.. —la interrumpo.

—Claro que si tengo la culpa —me levanto de la mesa con rabia —, si tan solo él .. Esa noche discutimos él se fue y yo no quería saber más de él, tomé un vuelo esa misma madrugada y no supe más, no sabía, yo... —la culpa hace mella en mi corazón.

¡Qué fue lo que te pasó, Massi!

—No se que decir con lo que acabas de decir pero.. Queremos que hables con él, yo se que Maximiliano te escuchará más a ti, que a todos nosotros.

—¡Quiero estar sola, por favor!.

Ambas asientan y se van, pero antes —Piénsalo, por favor —asiento y cierro la puerta tras de mi y resbaló en esta misma, mis lágrimas no paraban de salir.

Massi esta... Inválido..

.........

Maximiliano

La oscuridad de mi habitación se había vuelto mi mejor color; Así es como me siento yo en estos momentos, sin ganas de nada, sin ánimos de seguir adelante ya para que depender de nadie.. ¡Si no sirvo para nada para qué vivir!.

—Hijo... —La voz de mi padre me saca de mis pensamientos.

—¡Si!

—¡Debemos hablar! —pongo mis ojos en blanco, veo que se sienta al lado mío en la cama

—¡No por favor, no vamos con lo mismo! —hablo con cansancio.

Él bufa —Habló de que debemos hablar de ti, de cómo te sientes, de que eres mi hijo y ¡me duele verte así! —suspiramos al mismo tiempo.

—Es algo que no entenderías porque no estás postrado en una cama sin poder caminar, sin poder hacer nada y saber que hasta el amor de tu vida te ha abandonado por tus malas decisiones, ¿como crees que me sienta ahora en estos instantes?.

—Hijo.. Errores cometemos todos, no eres el único, tal vez , no eran el uno para el otro.

—Es algo que me metí todo los días a la cabeza, pero era lógico que la vida se desquite conmigo, mírame aquí estoy...

—Hijo, por favor no pienses así, si tan solo tú, dieras un poco de ti para poder...

—No papá, si eso era todo, puedes retirarte, por favor.. — suelta un sonoro suspiro.

—Esta bien pero, no me rendiré hijo, hasta que aceptes volver a ser él de antes, mi hijo lleno de vida.

—Esa persona de la que hablas ya murió, murió hace rato —una lágrima resbala en mi mejilla —Yo ya no tengo vida...

........

Lucíana

Mientras empacaba mis cosas no paraba de llorar, pensé en todo lo que me habían dicho ambas Bermudez, solo es algo que no podía creer, no puedo aceptar que Massimiliano, no...

—¿Por qué? ... ¿Por qué Massi? ¡Por qué actuaste de esa manera! —tomó con fuerza una de mis pequeñas porcelanas de vidrio y la aprieto fuertemente hasta que esta se rompe en mi mano y me corta. —Maldición...

Corro al lavabo y trato de parar la hemorragia, debía ir a que me revisen, pero ahora debía acabar de empacar.

Me envuelvo la mano en un pedazo de trapo que vi, para poder parar un poco la hemorragia.

Terminó de guardar las cosas en las cajas ya listas para ser enviadas a casa, llamó a mi chofer para que envíe el camión y que él se quede a supervisar todo el trasteo, el otro camión debía llevar estas cosas a donación, para las personas de bajos recursos, que no tienen como tener siquiera un comedor para comer con sus hijos o donde se sentarse para estudiar.

Al llegar mi chofer mira la mano y se preocupa, su rostro me lo dice yo le sonrió.

—Señorita, ¿está usted bien? —asiento en afirmación.

—No te preocupes, se me habían caído unas porcelanas pero ya, ahora voy a que me revisen no es grave. —le explico.

Comienza a dar órdenes para que saquen las cosas que les decía que eran para la mansión y las otras de donación.

—Por favor Robert, que estas cosas sean entregadas a las personas que te mencione.

—¡Cómo ordene señorita! —me hace una reverencia y se retira cierro el apartamento que ahora está completamente vacío y bajó a recepción; mientras el camión iba siguiendo a la mansión, habló un momento con el guarda del conjunto.

—Te aviso que el apartamento estará solo por un tiempo, este es el aviso de arriendo para que lo pongas en el tablero por favor, ya los otros están en las ventanas, ah! También para recomendarte que una de mis empleadas va estar viniendo asearlo.

—¡Sí señora! —me hace una reverencia.

Subo a mi auto y me dirijo a la mansión, está algo tarde y ya extraño a mis hijos.

Sigo pensando en la petición de ambas Bermudez, ya no se que decidir, siento que en parte es mi culpa verle así y por otro lado, deseo ayudar, se que se portó mal conmigo pero, él no merece quedarse postrado en una cama y menos en una silla.

Al llegar a la mansión me reciben los empleados, ha Laura no la vi por ningún lado.

—¿Laura? — les pregunto.

—La señorita se quedó dormida con la pequeña Victoria, la esperan en su recamara, el niño Samuel  ya se durmió —asiento en afirmación —Desea ... — escondo mi mano ya que es lo que estaba viendo. — Señora ¿está usted bien? ¡venga yo la limpio! — Naomi es demasiado maternal, no esperaba menos de ella.

Nos sentamos en una mesa cerca del comedor y ella comenzó a limpiar la herida, hago varias muecas ya que en verdad me dolió bastante, de nuevo comienza a salir sangre.

—¿Crees que debo ir al médico? — Naomi me mira con ojos llenos de amor, estaba preocupada, le sonrió.

—Claro señora, debe ir ya, no la puedo dejar sola o vaya con alguien ya que no puedo dejar solos a los niños, ¡pero déjese atender! — asiento.

—¿Que paso?, Lucíana  por que llegaste tan.. Amiga ¿que te paso? —sonrió con una gota en la cabeza.

—¿Me acompañas al médico? —le preguntó con una sonrisa llena de nervios.

—Tenias que ser torpe  ¡Vamos! —toma sus cosas las llaves de su auto y salimos disparadas para urgencias.

.......

Después de que me colocarán  los puntos en la mano, algo que no fue tan grave, pero para Lau, es como. Si el corazón se me haya salido por aquella abertura... Siempre exagerando las cosas, solo me recomendaron no mojar tanto la herida y en 10 días me retiran los puntos.

—Lucíana.. ¡¿Por qué llegaste tarde?! —vuelve a retomar a su pregunta, suspiro cansada.

—Fue un día largo y después el accidente me retrase un poco, pero ya estoy en casa y ya acomode todo, que es lo importante, a lo que iba.

—Tu mirada me dice que hay  algo más, estás triste, aburrida, decaída...

—¡Me conoces bien! —cierro mis ojos —Massi sufrió un accidente y está ¡Inválido! — habíamos llegado a la mansión, ella apagó el motor del auto y nos quedamos en silencio —Me pidieron que le ayudará a volver a caminar ya que no quiere escuchar a nadie, pero.. — juego con mis dedos, la verdad no sé qué hacer.

—Y ¡Ahora qué piensas hacer! —Laura tenía su mirada perdida en aquella lámpara encendida fuera de la mansión.

—Roxxy y su prima me pidieron ayuda, que él solo me escucharía a mi y yo.. —Laura  se voltea y me tomó de la cara.

—No vayas, no es tu culpa, suena egoísta pero no es tu cruz, que él se haga cargo de sus pecados y de lo que te hizo a ti..

—Pero no debemos ser iguales a los demas — Susurro.

—Pero nada, iremos a la junta que convocaste y ¡listo! ¡No lo busques! ¡Ese no es tu problema! .

Sale del auto y azota la puerta de este, estaba bastante furiosa.

Suspiró con cansancio y miró por la ventana del copiloto ¡Ya no se que pensar! ... ¡Ya no se que hacer!

.......
Continuará

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