Capítulo 4

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Luciana

Todavía no puedo creer que Massi me haya besado y de esa manera

¿Que lo impulsa? No me lo esperaba.
Besa delicioso... Me gustó mucho, es muy adictivo y... y...

—¡Llegamos¡, sana y salva a tu nuevo hogar.

Le sonrió, veo que se baja y corre abrir la puerta, un hombre atento y caballeroso, para que más ¿No?

—Muchas gracias por todo, disfrute mucho nuestra velada.

—¡Espero que se repita! —asiento en afirmación y le sonrió, él se acerca a mi y me besa, un tierno y largo beso. —¡Descansa petite!.

Acarició su mano que estaba en mi mejilla y le sonrió —Tú también... ¡Nos vemos! —comienzo a caminar a la portería para ingresar al conjunto.

Volteó por última vez y seguía allí  parado, levantó su mano y se despide, sonrió con mucha emoción, él es perfecto...

Me gusta, Massimiliano me gusta...

Subo al ascensor y voy directo a mi piso, son las doce  de la media noche, tiró todas mis cosas al suelo y me dirijo a mi cuarto, me tumbo a la cama y cierro los ojos, con solo imaginar aquellos ojos ámbar que me tienen hecha una bola.

Soñare bonito.

......

Suena mi alarma, ya son las seis de la mañana, siento que no dormir mucho. Me levanto y me estiro un poco, tomo una ducha, mi uniforme, hoy es azul celeste.

Me termino de acomodar, recojo mi cabello y me coloco mis aretes, una de mis orejas está bastante perforada, siete aretes divinos de oro, se ven tan lindos.

Me coloco un lindo collar que me dio mi madre hace 4 años atrás, antes de su muerte, bastante delicado.

Tomó un poco de jugo de naranja, tome mis llaves de la casa y por último las de mi auto. Reviso mis mensajes, no tenía nada bueno si tengo variós de papá, Lau y..

—Massi —pensé en él, sonrió, abrí la puerta y había una persona esperando.

—Madame ¿Lucienne Burgos?.

—Si, soy yo.. — él Sonríe.

—Tiene un  encargo, espero que lo disfrute —recibo un gran ramo de rosas muy rojas y una caja de..

—Fresas bañadas en chocolate. ¡Cuánto tiempo estaría aquí parado!.

Dejó las flores encima de mi comedor y la caja de fresas en la nevera, en la noche me las como con un vaso de leche, mientras estudio.

Ahora si, salgo de mi departamento, cierro con llave y bajo en el ascensor.

Al tomar mi auto, veo una pequeña nota en mi parabrisas.

"Espero que hayas descansado bien petite ¿Te gustó el detalle? te mereces eso y mucho más con cariño.

Massimiliano."

Guardo mi pequeña nota en la guantera de mi auto, tiro mi maleta en la parte de atrás, tomó mi celular.

Llamó a Laura mientras condusco y lo escucho por los alta voces de mi vehiculo, ya que tengo demasiadas llamadas perdidas de ella.

—Luciana Burgos dove sei stata?, me tienes preocupada..—cuando se enoja me habla en Italiano, que miedo.

—Enserio que estas peor que mi hermano, ¿eres su reemplazo? —escucho que bufa.

En fin ¿Quería saber si me vas a poder acompañar? —manejo con cuidado y asiento.. Se me olvida que estoy en el teléfono.

—¿A que te debo acompañar, amiga? .

A mi madre le ha llegado una invitación de una fiesta de accionista e inversionista de la corporación Bermudez ¿Me acompañas? — hago una mueca, me desagradan ese tipo de fiestas, no me gusta que sepan más allá de mi vida.

—Pero Laura, sabes que no me gusta esos entornos y menos ese tipo de   fiestas, esa gente es de poco corazón —ella se ríe con malicia, me sale un agota y miro raro la llamada.

Anda amiga, piénsalo si, solo es rato y sin beber, Per favorebufo, claro que jamás volveré a beber.

—Colgare, al rato hablamos, Ciao..

Ingresó a la residencia Bernard , debía ayudar a un joven que se fracturó la pierna y a su abuelo a respirar mejor.

Aquel joven no ha podido caminar bien desde hace varios meses de su recuperación, y acudió a mi por alguien más, pero no se quien y tampoco me quieren decir.

—Buenos días —llegó muy sonriente.

—Estás radiante, ¿que tanto hiciste?... —ahora entiendo quien fue la persona que me recomendado a escondidas.

Alfredo  es muy amigo del paciente, de hecho, vive con su novio Pablo  y su abuelo; ambos me parecen polos opuestos, él uno es amistoso y cariñoso, y él otro es un ogro total.

—¡De todo ha pasado! —nos reímos mutuamente.

Le conté por encima lo que había pasado y creo que estaba más o peor de emocionado que yo.

—Waoo, pero ve despacio, no vaya y te enfrentes con la realidad de golpe, acuérdate que nada en esta vida es de color rosa... Jamás terminas de conocer a las personas, ni tampoco sus intenciones.

—Si, lo se.. Mi ingenuidad está tatuada en mi frente.. — nos reímos.

Comenze con sus terapias, veo sus muecas en la cara de Pablo, se ve que ha tenido su pierna quieta, le explica que debe mover su pierna varias veces, debemos despertarla, pero le ha costado.

—No haces caso, eso es lo que pasa.—me toco hacer el papel de mamá.

—Aburre hacer caso.. —responde pongo mis ojos en blanco.

Terminó con sus terapias y me encaminó a la salida.

—Linda .. Recuerda lo que te acabo de decir!.

Asiento en afirmación y subí a mi auto, tengo varias llamas y en estas está la de Shaoran.

Belle.. ¿Por qué no respondes, estás ocupada?.

—Ahora estoy conduciendo, ¿necesitas algo? ¡Ah! Por cierto, gracias por el hermoso detalle de esta mañana y la hermosa nota, me has alegrado el día —sonrió ampliamente.Y continuo conduciendo.

Te mereces eso y mucho más, ya te dije que me gustas y te lo demostraré de mil maneras... tenía ganas de tomar sus mejillas y apretarlas, que divino.

—¿A qué debo tantas llamadas tuyas? —escuchó un suspiro de su parte.

Quería saber cómo amaneció mi petite y saber si podemos almorzar hoy, ¡claro si tienes tiempo!.

—Si claro que podemos, me dices donde y yo llego.. Me envías un mensaje, debo colgar, ya llegue a mi siguiente paciente.

—Luchiana.. —grita mi encanto de niña, estaba afuera paseando

Si eso note, el grito de emoción me lo dijo todo, nos vemos petite, te envio el dato por mensajes,  ¡besos!.cuelgo.

Me bajo del auto, sonrió como si fuera una adolescente recién enamo... No es muy pronto.

Yo no puedo... No quiero.. No debo...

Me entristece, no quiero sufrir otra vez, eso duele mucho... Siento que todo mi cuerpo se desmorona.

—Luchiana.. —vuelvo a sonreír, debía trabajar y no dejar que eso influya en mi vida.

—Vamos a comenzar princesa —veo que ella asiente, hoy las terapias son en su jardín.

Paro ha Lana  de la silla con ayuda, la pongo a caminar paso por paso suavemente conmigo, ella se ríe nos tropezamos y continuamos.

—¡Hola! Luciana, Lana, ¿cómo están? —llega la señora  Hélène con Roxxy.

—Señora Hélène— siento a Lana en su silla y le hago una reverencia a la señora y a su hija.

—Ay, querida, que te he dicho de las formalidades, eres una mas en nuestra familia, además le has ayudado a mi pequeña hermosa a volver a sonreír.. En verdad no tiene precio todo lo que has hecho por nosotros.

Le sonrió ampliamente —Gracias por su confianza.

—Bueno Lucí, no te quitamos más tiempo, estaremos adentro por cualquier cosa —asiento y ambas ingresan a la casa.

—Listo Lana, una más y descansa de mi —mi hermosa niña me sonríe y asienta.

Dimos unos cuantos pasos más y acabamos, las terapias llegaron a su final, tomó mis cosas y dejó a Lana dentro de la casa, me despido de la señora y su hija, y subo a mi auto, ya era la una de la tarde, reviso mi móvil.

Masdimiliano. 11:30 am.

Te espero en el restaurante Italiano, al que siempre vas con tu amiga! sonrió y le envío un mensaje

Yo. 01:30 pm

Apenas reviso tu mensaje, he salido, ya voy para el restaurante nos vemos...

.....

Maximiliano

Vibra mi Móvil y corro a revisarlo, por fin ella había respondido. Toda la mañana esperando ver su mensaje.

—Apenas salió.. —Tomé mi chaqueta y mis cosas, las llaves de mi auto y salgo.

—Demorare... Pospone la cita de las tres de la tarde para otro dia! — mi secretaria se asombra y asienta. Jamás dejó pasar una cita o algo que sea del trabajo pero, Lucienne hace que todo en mi se aplace, deseo verla, estar un rato a su lado.

Tomo el ascensor hasta el sótano del edificio, subo a mi auto y arrancó a toda velocidad.
No paro de sonreír, con solo verla o de solo pensar en nuestro beso me alegro.

Ella me gusta, me atrapó.. Pero..

Estacionó el auto y me bajo, le pagó al guardia para que cuide de mi auto y el de ella, que ya lo había visto y se lo señalo.

Ingresó al restaurante —Reserva señor —asiento.

— Maximiliano —lo puse a nombre de los dos, para que no hubiera problema alguno al ingresar.

—Pase señor Maximiliano ¡La señorita acaba de llegar!.

Camino con cautela mientras estaba en su móvil, no le hice bulla hasta que acabara de hablar.

—Si Lau ... No te preocupes.. Otro día será... Si.. Amiga debo colgar.. Ajam.. Estaré ocupada, tengo mi agenda llena de pacientes —cada vez que habla sonríe, no conozco una mirada seria en ella, siempre está esa mirada que ilumina los caminos más oscuros.

—Ciao Lau...

Le sonrió y ella también pero con un pequeño sonrojo, me paro y le doy un beso en los labios y creo que no se lo esperaba.

—Massi ¿Qué haces? —se tapa los labios, estaba más roja que el propio tomate.

—Te saludo, además extrañaba tus labios rosados. — le guiño un ojo —¿Ya pediste? —ella niega.

—Te estaba esperando —nos quedamos mirando por un rato a los ojos, hasta que..

—Messieurs bonsoir.. ¿Desean ya pedir? —salimos de la burbuja y creo que ambos estamos sonrojados, estoy nervioso, por Dios, ¡parezco un adolescente!.

—Solo traenos un vino de la mejor reserva —vemos que se inclina y se va.

—Por cierto, te ves linda con tus uniformes.. Petite

Ella se encoge de hombros —Qué dices.. ¡Solo es cuestión de trabajo! — veo que le suena el móvil, la miró de reojo y abro los ojos del asombro.

Ella me mira con duda —Disculpa ¡Es importante, debo contestar! — asiento —Señora Héléne ¿Como esta? —escupí toda el agua que tenía en la boca, ella me mira preocupada, me pasa la servilleta se la recibo y  negué con la mano y le pedí que continuará en lo suyo —Espereme un momento, Héléne —tapa la bocina —¡Estas bien!! —ella continúa preocupada, debe ser los gestos de mi cara, asiento en afirmación, por Dios santo, mi madre la conoce, maldición...

Lucienne es bastante despistada, será que no se acuerda de mi apellido, la reserva estaba a mi nombre y completo...

¿O yo no le he dicho? ¿Tan común es mi apellido?

—Claro Héléne, yo arrimo a esa hora no te preocupe...Me saludas a mi princesa.. Si claro a las 3... Bye.

Me sonríe — Disculpe aquí está su vino, desean algo más —asentimos

—Si, por favor, traenos ... —miro a Lucienne

—Una lasagña —asiento con una sonría.

—Tráeme dos, por favor —nos hace una reverencia y se marcha. —¿Con quién hablabas? —ella me mira con duda y después recuerda.

—Oh .. Una de mis pacientes, bueno no directamente, es su abuela, es un encanto de mujer, es bastante imponente, pero es una belleza de mujer, y lo más importante es que me tratan muy bien — termina de explicar con una sonrisa bastante dulce.. Ya veo por qué mamá la quiere, hasta yo la quiero...

Que haré con ese estúpido compromiso...

Eso perjudica mi empresa y no quiero ser egoísta, pero apenas la conozco y no se nada mas de ella, todavía no anunciare nada, dejaré que el tiempo me dé la razón.

—¡Quiero conocerte mas, Lucienne! — ella asienta y toma aire.

—Claro.. Ya sabes donde vivo, antes vivía con mi padre y mi hermano en una residencia no muy lejos de acá, tenemos modo más no es que sea una millonaria, no me gusta aparentar algo que no soy y si lo fuera tampoco lo demostraría, no me gusta humillar a las personas —eso es lo que más me gusta de ella, su sencillez —Mi mejor amiga ya la viste, es Laura, nacimos en Italia desde lo niñez siempre nos han educado de tal manera que el respeto y la empata siempre sea nuestro sello moral, y por cosas de la vida ahora vivimos en Francia, desde los 12 años me acostumbre a todo en este país, conozco la mayoría, y no, no tengo novio, no esta en mis planes — la miró incrédulo, una hermosa mujer como ella y con ese potencial sola, ¡vales oro! —, y despues llega la parte  complicada... Mi madre murió hace 5 años, y mi vida, bueno, la vida de todos, cambio mucho.

—Lo siento.. No era necesario si tu..

Me pone un dedo en mis labios, que suavidad — No te preocupes, quería que lo supieras además, pediste conocerme más.. Con el tiempo me conocerás más, ¡si así gustas! —termina sonriendo abiertamente, sus bellos ojos verdes resplandecen vida, sin dudar esta mujer vale mucho.

Ay, Lucienne que me has hecho...

..........
Continuará

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