iii. House of Flowers

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THREE HOUSE OF FLOWERS

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HOLLY PENSÓ QUE NO PASARÍA mucho en los cinco minutos que estuvo en los baños de las chicas cepillándose los dientes, el pelo y aplicándose el líquido encantado para hacer que sus mechones se tornaran más brillantes pero, por desgracia, cuando va a abrir la puerta del baño, con muchas ganas y lista para partir, entra Daphne.

—Aún nos estamos preparando —dice Daphne mientras apila pasta de dientes en su cepillo púrpura. Las cuatro comparten una taza para poner cepillos de dientes. El de Holly es el rosa... obviamente—. Creo que Malfoy está a punto de ir al Comedor para desayunar...

Holly asiente. Apenas habla con su primo, siente algo, pero ¿sabes qué? Está hambrienta y necesita tostadas con mermelada de fresa. Hay cosas mucho peores que desayunar torpemente. Como vestir pantalones blancos y sentarte en cualquier lugar. U olvidar cargar un cepillo de dientes eléctrico. O Durmstrang. Pero lo que sea.

Entonces, mientras sus amigas aún se están preparando, Holly camina hacia la sala común, está agradecida de que al menos sepa la dirección de este lugar, donde su primo está de pie al lado de uno de los sofás de cuero. Los dos llamados Crabbe y Goyle están a su lado. ¿Cuándo no lo están?

—Aún se están preparando, así que, hola —dice Holly. Sonríe levemente, porque realmente, no tiene voz en esto. Va a caminar al pasillo con ellos, les guste o no. Ella quiere tostadas y las quiere ahora. Hablando de eso... —. ¿Por qué estás de pie?

—Estamos esperando a Nott y Capote —dice Draco. Zabini se levanta del sofá, el que tiene la espalda hacia ellos. Se acerca, poniendo la mochila sobre su hombro.

Holly frunce el ceño. ¿Capote? Su cerebro inmediatamente piensa en Truman Capote, y ella sabe que no hay manera de que un chico en Hogwarts se relacione con uno de los mejores escritores de todos los tiempos, pero el apellido la toma por sorpresa. Tal vez también sea porque el escritor es muggle y sabe que a los magos les gusta ignorar cualquier tipo de cultura muggle. Lo cual apesta para ellos, ella piensa, porque ¿sabes a quién se están perdiendo? A Cher. Un icono.

—¿Nos dirán las clases en el desayuno? —ella pregunta. Principalmente para poner fin al silencio, pero también, le gustaría saber qué clases tiene hoy.

Draco asiente.

—Compartimos clase con otra casa —le dice. Holly ve que su labio superior se contrae, como si estuviera ofendido personalmente por algo. Hace todo lo posible para no parecer confundida—. Normalmente es Gryffindor.

Holly dice:

—Esa es la que odias, ¿no?

—¡Hay una razón para eso! —dice Draco—. Será idiota...

—Es de mala educación llamar así a Nott —los dos llamados Nott y Capote aparecen. Capote es el que habló. Holly trata desesperadamente de recordar cuál es su nombre. La mayoría de ellos se llaman por sus apellidos, así que adivina que no es un problema importante que todavía esté aprendiendo los nombres de pila, pero aún así. A ella le gustaría aprenderlos eventualmente.

—Vete a la mierda, Capote.

El llamado Capote sonríe. El pequeño grupo comienza a caminar hacia el pasillo, y Holly siente que se le revuelve el estómago. Está muerta de hambre. Pronto comenzará a babear ante la idea del desayuno.

—Eres tú la que fue a Durmstrang, ¿no? —pregunta Capote. Holly asiente. Zabini camina al lado de ellos, y adelante, Nott está hablando con Draco sobre una cosa u otra—. Eso es genial. Mi madre fue allí.

—¿Es tan oscuro como dicen que es? —pregunta Zabini. Él pregunta como si tuviera curiosidad, pero no quiere verse demasiado entusiasta. Lo que Holly piensa es que quiere verse bien o algo así. Holly quiere ser vista como misteriosa. La misma cosa. Ambos están buscando sentirse guays.

Holly le da una sonrisa.

—Depende de lo que creas que es oscuro —le dice. Ella pone sus manos en los bolsillos de su túnica—. Pero tengo una pregunta: si Slytherin y Gryffindor se odian tanto, ¿por qué tenemos clases juntos?

—Porque —dice Capote— el colegio quiere ponernos a prueba, asegurarse de que estamos listos para cualquier cosa... Aún debes aprender sobre ellos. Son malvados.

Holly frunce el ceño. Esto es lo que no entiende. ¿Qué tan mala puede ser una casa entera? Incluso cuando estaba en una escuela primaria muggle, con casas con nombres de gemas, ninguna de las casas era completamente terrible. Claro, algunos de ellos, especialmente la casa llamada Rubíes, eran jodidamente horribles, pero no todos en esa casa eran simplemente una mierda. La mejor amiga de Holly en la escuela primaria estaba en Rubíes. Holly estaba en Diamantes. Sorpresa, sorpresa.

—Es una lástima que no tengamos quidditch este año —continúa Capote. Holly lo mira mientras caminan. Ella reajusta la posición de la correa de su mochila en su hombro. Un par de estudiantes con las mismas túnicas verdes corren hacia su sala común—. Se pillan rabietas cuando no ganan.

—En Durmstrang nos dijeron que un buen competidor es uno que gana a veces —dice Holly. Las paredes de piedra ya no dependen de la iluminación artificial de las velas; la pequeña cantidad de luz del sol entra por el pasillo. Holly ya echa de menos el verano—. No es un partido justo si obviamente eres mejor que ellos, y si no es un juego limpio, entonces no estás realmente ganando.

Capote silba.

—Bueno, joder... ¿es que jugabas al quidditch?

—Durante aproximadamente un mes, luego me sacaron del equipo por no ser alta y aterradora —dice Holly. Ella se encoge de hombros—. Lo cual está bien. Todavía tengo natación y duelo.

—Ojalá todavía tuviéramos un club de duelo —dice Capote.

Zabini resopla.

—¿Por qué, te gustó maldecirte a ti mismo, Harlow?

Harlow. Capote se llama Harlow.

—Siempre te ganaba —murmura Harlow. Holly se ríe. Zabini pone los ojos en blanco, pero de la manera en que incluso Holly, alguien relativamente nueva para ellos y su grupo de amigos, sabe que se está metiendo en líos—. Si ese es el tipo de cosas que Durmstrang hace, no tenemos posibilidades de ganar este Torneo.

Zabini niega con la cabeza.

—Claro que vamos a ganar —le dice a Harlow—. Conoces a Dumbledore, es idiota. Convenientemente, un Gryffindor será elegido y luego ellos ganarán.

—¿O harán una rabieta? —pregunta Holly, levantando una ceja.

—Aprendes rápido —dice Harlow. Él le sonríe. Ella le devuelve la sonrisa, pero es principalmente porque no puede evitar sentir que está empezando a hacer amigos. Lo que la hace feliz. Hacer amigos debería hacer feliz a cualquiera, piensa ella. Su interior parece que está brillando con diamantes.

Caminan hacia el pasillo. Holly está empezando a darse cuenta de que sus amigos tienden a sentarse en la misma área de la mesa de Slytherin. Se sienta al lado de Harlow, donde la mesa está cubierta de pan tostado y otras comidas de desayuno en platos de plata. Inmediatamente Holly toma algunas de las tostadas.

A su alrededor, ella puede escuchar la misma conversación, solo que en diferentes tonos y acentos, palabras y expresiones coloquiales. ¿Quién va a ser el campeón de Hogwarts?

Están las mismas sugerencias. Alguien llamado Cedric Diggory sigue apareciendo, y después de escuchar la conversación de alguien en la mesa junto a la de ella, aparentemente está en el equipo de quidditch de Hufflepuff. Un par de personas dicen en broma a Harry Potter, y su primo también debe escuchar eso, porque en las pocas veces que ha comentado, ha rodado los ojos.

Susannah aparece mientras Holly pone mantequilla y mermelada en su segunda rebanada de pan tostado. Pansy y las otras chicas han llegado ahora. Cuando aparecieron, Daphne refunfuñó como si hubiera visto a su némesis quemar su cereal favorito, y Pansy se inclinó, diciendo: "La pequeña y perfecta Granger nos miró mal cuando estábamos viniendo hacia aquí. ¿Quién se cree que es? ¿La maldita reina de Inglaterra?"

Holly frunce el ceño.

—¿Es que tiene arrugas?

Pansy sonríe.

—Es una verruga, más bien.

Ella sabe que suena mal, pero parte de Holly espera que esta chica sea tan mala como dicen. Holly no quiso agregarse al insulto, estaba tratando de hacer un pequeño comentario a lo que su amiga había dicho. Eso es lo que ella hace. Pero, entonces, sus amigas parecen dulces, ¿por qué serían malas con alguien que no es realmente malo?

Holly suspira y toma otro bocado de pan tostado.

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HOGWARTS ESTÁ DEMOSTRANDO ser bastante educativo.

Ella necesita sacar el pergamino y la pluma, porque mierda, su padre estaría feliz de escuchar que valió la pena, sacarla de las garras frías de Durmstrang y forzar que fuera acojida en otro colegio. (Porque nada es imposible si lo intentas lo suficiente.) Hogwarts es realmente la institución educativa que Holly estaba buscando después de tres largos años en Durmstrang, y siete en una escuela primaria muggle antes de eso.

Holly aprendió muchas cosas, y todavía es su primer día. Esto es como el segundo día del tercer año cuando ella estaba en la escuela primaria (su padre siempre lo llamó una escuela primaria, lo que hizo que la pequeña Holly arrugara la nariz y le dijera que esto no es América, tonto) cuando aprendieron sobre la división y los párrafos y la Segunda Guerra Mundial. Fue un día realmente increíble... Además, también fue el día en que la pequeña Holly accidentalmente hizo que la cobaya de clase bailara la macarena.

Número uno. La rivalidad entre Slytherin y Gryffindor está viva, una cosa con dientes y garras y un aliento frío. Ella tuvo Cuidado de Criaturas Mágicas con ellos antes, e incluso la apariencia era mortal. ¿Cómo pueden dos casas odiarse tanto? Esto está a la par con Capuleto y Montesco, y ella sabe cuán terriblemente resultó.

Pero el aspecto. ¡Las miradas! Era lo mismo en ambos extremos, solo que en el lado de Gryffindor había un chico que parecía un poco más asustado que lleno de odio. Tal vez su miedo enmascara el odio. Probablemente sí. Por la forma en que la miraban, como si se estuvieran preguntando qué estaba mal al ponerla en Slytherin, ella tiene la impresión de que toda la casa los odia tanto como los Slytherin los odian a ellos.

(No sabe si incluirse en esto. Es una Slytherin, pero está confundida en su mayoría. Es peculiar, al ver esta cantidad de odio sin motivo real. No lo entiende. Claro, no le gustan las miradas y las narices vueltas hacia arriba, pero no puede decir que odia a Gryffindor, como hacen sus amigos.)

Número dos. La gente realmente no se cambia de colegio. Claro, sabía que no muchos lo hacían, pero por la cantidad de miradas que ha estado recibiendo desde la noche anterior, cuando se acercó y se seleccionó con estudiantes más pequeños, nadie lo hacía. La última persona que se cambió de colegio debe haber existido cuando esos cuatro fundadores todavía estaban vivos. Habrías pensado que Holly es un diamante atesorado que se sienta en un museo, después de haber estado perdida en las catacumbas de París durante siglos con la cantidad de miradas que está recibiendo.

(Ella espera que su cabello se vea bien hoy. Tal vez atraiga a un chico guapo y pueda tener un novio. Eso podría ser bueno.)

Número tres. ¿Ese tal Harry Potter? ¿El que derrotó a Voldemort, dejando que los padres preocupados suspiraran aliviados? Es jodidamente raro.

Cuanto más avanza el día, más Holly se da cuenta de que sus amigos están diciendo la fría verdad. "Potter cree que tiene que salvar el mundo," había dicho Draco antes. En ese momento, Holly frunció el ceño y asintió y se preguntó cómo podría decir eso. Pero, entonces, Holly se quedó junto a sus nuevos amigos en Cuidado de Criaturas Mágicas, escuchando la charla del profesor, y miró alrededor, solo para encontrar a Harry Potter mirándola, con el ceño fruncido.

¿Cuál es su problema? Holly trata de moldear la idea de que él debe salvar el mundo, pero incluso así, todavía suena completamente ridículo. Entonces él piensa que el mundo es lo suyo para salvar. Entonces aparece una chica nueva y él se pregunta por qué está allí, si es buena o mala. ¿Quién diablos piensa así? ¿Quién diablos ve a alguien nuevo y sospecha? Como, bueno, si Holly fuera la chica Durmstrang reclutada por los mortífagos para infiltrarse en Hogwarts, ¿escogerían seriamente a la que vive con su padre muggle? Idiotas.

Así que, Cuidado de Criaturas Mágicas. Es mucho mejor de lo que la enseñaron en Durmstrang, con las criaturas en cuestión sentadas en jaulas de acero en escritorios en aulas frías, con las garras ensangrentadas por tratar de separar los barrotes y escapar. Aquí, el tema se enfoca en cuidarlas.

El profesor es amigable, lo que a Holly le gusta. Aparentemente, él es mitad gigante, mitad mago, y él fue amable con ella. Mejor que sus otros profesores. Holly lo notó, desde su primera clase esta mañana. Todo lo que ve, todo lo que oye — todo se compara con Durmstrang. Desde las sillas en las aulas, algunas parecen bancos de iglesia sin cojín, hasta la forma en que los profesores aparecen en las aulas, comenzando con cualquier clase que enseñen, cada similitud y diferencia se escribe en su cabeza. El lado de las diferencias es más largo que el lado de las similitudes, que tiene dos cosas: las clases comienzan a las nueve e Historia de la Magia es aburrida.

Holly está caminando junto a Pansy y Harlow, que se están quejando de su última clase, cuando su primo y sus dos aparentes secuaces aparecen de la nada, sosteniendo con orgullo un periódico. Ella quiere fruncir el ceño, porque, en el mundo muggle, ningún adolescente encuentra interesantes los periódicos, ni tampoco les enviarían suscripciones al colegio para ver las noticias. Eran divertidos los periódicos enviados a Durmstrang. Especialmente los británicos. En caso de que alguna idea contradiga las cosas que se enseñan. Tal como, es ilegal en el Reino Unido realizar las maldiciones imperdonables, mientras que allí era una clase.

Todavía siente que está tratando demasiado el ser una adulta, toda madura y esa mierda, cuando está leyendo un periódico. Al final del día, es una adolescente que prefiere aprender sus noticias en la televisión a la hora del desayuno. Pero, por supuesto, esto es algo que es imposible de llevar a cabo en Hogwarts — y Durmstrang también... ¡esa es otra similitud! — desde el castillo sin tecnología.

Holly se pierde la televisión. Ella está asombrada de que todos sus amigos no tengan idea de lo que es, porque realmente, en las vacaciones cuando está en casa, si no hay nada que hacer, allí está en el sofá, con el control remoto en una mano y una taza de chocolate caliente en otro. Las comedias son una de sus cosas favoritas, porque son muy fáciles de ver. Son como cálidos abrazos después de estar lejos de casa durante mucho tiempo. Lo cual pasaba, pero ya sabes a qué se refiere.

Los tres en frente comienzan a reír con aire de suficiencia ante algo. Holly levanta una ceja, y su primo mira por encima de su hombro, sonriendo como si estuviera presionando el botón rojo para disparar armas nucleares a los soviéticos, o algo así.

—Oh, Holly —dice Draco—. Tienes que ver esto.

—¿Ver el qué? —ella dice.

—Todavía no conoces a los idiotas de Gryffindor —dice Draco. Él tiene una sonrisa maliciosa en su rostro, mientras camina hacia el Gran Comedor. Está sosteniendo un periódico enrollado, y parte de Holly quiere llamar a Susannah para que agarre el periódico y lo sostenga hasta que Holly pueda escabullirse y mirarlo ella misma. Está intrigada por todo esto. También confundida. Pero también intrigada. Harry Potter debe ser terrible para que sus amigos lo odien tanto.

Mientras sus amigos se mueven para llegar a la parte de la cola que conduce al lado del pasillo con la mesa de Slytherin, Draco camina hacia otra parte de la fila esperando la cena. Holly lo sigue, porque supone que no tiene voz en esto, y realmente, ¿es un gran problema? Hay peores cosas por las que luchar que el no quiero ir contigo, gracias.

—¡Weasley! ¡Eh, Weasley!

Tres personas se dan vuelta. Un chico pelirrojo con pecas en toda la cara, una chica morena con grandes dientes delanteros, y Harry Potter. En algún momento de hoy ha escuchado el nombre de la chica, pero está bastante segura de que, cuando su nombre fue dicho por un profesor, después de, "Sí, bien hecho," Susannah estaba en algún lugar dando un salto mortal. Susannah tiene una tendencia a flotar en maniobras similares a las de gimnasia. Ella se niega a tocar el suelo, pero le gusta ejecutar esas cosas en el aire.

—¿Qué? —dice el pelirrojo. Supuestamente Weasley.

—¡Tu padre ha salido en el periódico, Weasley! —dice Draco. Se lleva el periódico a la nariz, habla en voz alta, probablemente para que todos puedan oírlo, y continúa, luciendo orgulloso de sí mismo. Holly está confundida—. ¡Escucha esto!

MÁS ERRORES EN EL MINISTERIO DE MAGIA

     Parece que los problemas del Ministerio de Magia no se acaban, escribe Rita Skeeter, nuestra enviada especial. Muy cuestionados últimamente por la falta de seguridad evidenciada en los Mundiales de Quidditch, y aún incapaces de explicar la desaparición de una de sus brujas, los funcionarios del Ministerio se vieron inmersos ayer en otra situación embarazosa a causa de la actuación de Arnold Weasley, del Departamento Contra el Uso Incorrecto de los Objetos Muggles.

Draco sonríe. Holly hace todo lo posible para mantener el ceño fruncido, porque en este momento, su primo no parece estar en el lugar correcto. Por qué ellos, los que están siendo atormentados, voluntariamente van a los demás para burlarse y antagonizarlos.

—Ni siquiera aciertan con su nombre, Weasley —dice Draco. Holly hace todo lo posible para poner cara de póquer, ocultar su confusión. Sus amigos no están mal. Tal vez los Gryffindors fingen ser inocentes y luego, detrás de sus espaldas, es cuando salen los cuchillos. Había una chica en su escuela primaria así. Maldita Suzie y su obsesión con los caballos—. Pero no es de extrañar tratándose de un don nadie, ¿verdad?

Crabbe y Goyle comienzan a reír y asienten, como si el chiste fuera gracioso. Realmente no lo es. Claro, ella podría malinterpretar la situación, pero vamos. Eso ni siquiera fue una broma. Ha visto a su lechuza hacer mejores chistes que esto.

Draco mira por encima del hombro hacia donde la risa de Crabbe y Goyle se está apagando, pero todavía tienen sonrisas en sus caras. Se vuelve hacia los otros tres para leer el resto.

     Arnold Weasley, que hace dos años fue castigado por la posesión de un coche volador, se vio ayer envuelto en una pelea con varios guardadores de la ley muggles (llamados «policías») a propósito de ciertos contenedores de basura muy agresivos.

Holly se burla de la confusión en su voz, mientras trata de decir policías. Harry Potter la mira. De nuevo. Parece que está tratando de leer sus pensamientos. Holly le frunce el ceño.

     Parece que el señor Weasley acudió raudo en ayuda de Ojoloco Moody, el anciano exauror que abandonó el Ministerio cuando dejó de distinguir entre un apretón de manos y un intento de asesinato. No es extraño que, habiéndose personado en la muy protegida casa del señor Moody, el señor Weasley hallara que su dueño, una vez más, había hecho saltar una falsa alarma. El señor Weasley no tuvo otro remedio que modificar varias memorias antes de escapar de la policía, pero rehusó explicar a El Profeta por qué había comprometido al Ministerio en un incidente tan poco digno y con tantas posibilidades de resultar muy embarazoso.

—¡Y viene una foto, Weasley! —dice Draco. Él rápidamente voltea el periódico para mostrarles la foto. Holly pone sus manos en los bolsillos de su túnica. Casi todos a su alrededor los están mirando—. Una foto de tus padres a la puerta de su casa... ¡bueno, si esto se puede llamar casa! Tu madre tendría que perder un poco de peso, ¿no crees?

Los ojos de Holly se ensanchan.

—Uh...

—Métetelo por donde te quepa, Malfoy —dice Harry. Holly levanta una ceja. Él se refiere a Draco, ¿verdad? ¿Verdad? Él no le está diciendo eso, lo que implica que su apellido es Malfoy. Ella es una orgullosa Lippincott. El mismo apellido que la revista que publicó El Retrato de Dorian Gray. El mismo apellido de su encantador padre, que dirige una encantadora clínica de cirugía plástica en Londres—. Vamos, Ron...

—¡Ah, Potter! Tú has pasado el verano con ellos, ¿verdad? —dice Draco. A Holly no le gusta esto en absoluto—. Dime, ¿su madre tiene al natural ese aspecto de cerdito, o es sólo la foto?

—¿Y te has fijado en tu madre, Malfoy? —dice Harry. Holly siente que está viendo uno de esos documentales sobre la naturaleza que a su padre le gusta ver. Esto no sucedía en Durmstrang. O, al menos, en Durmstrang, las peleas eran tan rápidas como los gruñidos para que ella las entendiera—. Esa expresión que tiene, como si estuviera oliendo mierda, ¿la tiene siempre, o sólo cuando estás tú cerca?

Holly se tapa la boca para ocultar su sonrisa. Que diablos. Ella no esperaba esto. No está segura de si esto es mejor que el mal unidimensional, el arrogante Harry Potter del que le habló su primo, pero maldita sea. Mierda. Mierda. Eso es jodidamente oro.

Draco, por otro lado, parece que quiere despellejar vivo a Harry Potter. Holly entiende por qué, porque realmente, si alguien dijera algo acerca de su padre, no se molestaría en pedirle a Susannah que sea discretamente malvada. Y Draco debería haber visto esto venir. Pero, Holly sabe que una vez que lleguen a su mesa para cenar, su primo va a quejarse de esto y arrojará a los Gryffindors el mal, cuando en realidad comenzó todo.

Pero Holly necesita ejercitar sus formas metamórficas. En este momento, no puede poner a prueba a sus amigos diciendo que Draco tenía todo a su favor, porque de momento, ella sigue siendo una extraña para ellos. Diciendo ese tipo de mierda pasarán dos meses, al menos. Ese tipo de comentarios solo pueden decirse cuando eres buen amigo de ellos, para que no se enfaden si dices algo en contra de tu amigo.

—No te atrevas a insultar a mi madre, Potter.

—Pues mantén cerrada tu grasienta bocaza —refunfuña Harry Potter, mientras comienza a alejarse. Ante esto, alguien agarra el brazo de Holly, atrayéndola hacia la multitud, lejos de la explosión que suena. Holly se da vuelta, esperando que sea Susannah, pero en cambio, es Harlow. Ella está gratamente sorprendida. También confundida. Pero un poco satisfecho. ¿Ella hizo un amigo?

—Pensé que estabas más cerca de nuestra mesa —dice Holly, bajando la voz. El resto en la entrada del Comedor se ha callado mortalmente y Holly recuerda brevemente a Durmstrang.

—Moody nos empujó —dice Harlow—. Los profesores no necesitan asociarte con la rivalidad de Malfoy y Potter.

Harlow suelta su muñeca, mientras alcanzan al resto de sus amigos, más cerca de la puerta del pasillo. Holly se siente exaltada, incluso si todos los que rodean su apariencia se aterrorizan. Su nuevo amigo fue amable con ella. Siente ganas de saltar por los pasillos cantando With a Little Help From My Friends.

—¿Transformó a Draco en un hurón? —susurra Pansy.

Holly, quien está moviendo el diamante por la cadena de su collar, se vuelve hacia ellos y frunce el ceño.

—¿Eso no pasa aquí?

—No —dice Blaise, confundido—. ¿Eso pasa en Durmstrang...?

Holly quiere reírse y decir amargamente, este es un castigo más suave. Pero no está segura de cuánto tiempo vivirá si comienza a hablar de lo terrible que Durmstrang fue al final, lo que traerá al nuevo director pronto.

Susannah se sienta sobre los hombros de un estudiante con un uniforme azul. (¿Ravenclaw?) Ella parece intrigada por lo que sea que esté sucediendo en el área donde Holly había estado parada, siendo observada e intentando no ponerse de parte de las personas equivocadas. Holly ve la cabeza de Susannah inclinada hacia arriba para mirar, antes de mirar a Holly y, con una sonrisa malvada, dice:

—El hurón está volando.

Holly está a punto de informar a sus amigos, pero otra voz grita:

—¡Profesor Moody!

—Hola, Profesora McGonagall.

—¿Qué... qué está usted haciendo?

—Enseñar.

Holly mira a sus amigos, quienes parecían increíblemente horrorizados. Su susurro es el de Durmstrang, el que apenas se oye a menos que escuches correctamente, pero parece que ella está diciendo:

—¿Qué es este colegio?

Harlow susurra.

—Un espectáculo de mierda.

Holly intenta no reírse.

(¡Y mirad! ¡Hizo un amigo!)

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