xv. Rather Wonderful

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FIFTEEN "RATHER WONDERFUL"

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HOLLY LLEGA TARDE a desayunar unas semanas después de la segunda prueba, gracias a que olvidó dónde colocó su collar, obviamente no en su lugar habitual junto a un libro en su mesita de noche, tiene miedo de ser estrangulada si lo lleva encima al dormir, y pasó veinte minutos enteros de búsqueda por todos lados hasta mirar hacia el escritorio y verlo, sentado justo en el centro.

Termina por ver a Harlow a punto de salir del pasillo y pedirle que se quede un momento, solo para que pueda untar un par de rebanadas de pan tostado y comérselas camino a Pociones. Salieron del Comedor juntos, media rebanada de pan tostado ya bajaba por la garganta de Holly.

—Podría ser el estrés del torneo —dice Harlow, cuando pasan junto a un pequeño grupo de estudiantes portando insignias que la apoyan a ella o a Cedric. Ella ve a otro grupo acurrucado alrededor de una revista, riéndose—. Tal vez simplemente se te olvidó.

—Puede ser —dice Holly, pero todavía frunce el ceño, devorando la última rebanada de pan tostado. Siempre pensó que su memoria era bastante buena... Pero, entonces, supone que no es nada importante, ¿verdad? Supone que es mejor para ella estar adormilada anoche, olvidar dónde colocó su collar en lugar de algo importante—. ¿Por qué todos están leyendo la misma revista?

Ella asiente con la cabeza hacia otro par de estudiantes, riendo mientras sostienen una revista, la misma que el grupo anterior.

Harlow se encoge de hombros y dice:

—Ni idea.

Llegan al pasillo a la vuelta de la esquina del aula de Pociones y oye a Pansy entre un ataque de risitas, dejando escapar:

—¡Ahí están, ahí están! —Harlow y Holly se detienen por un segundo e intercambian una mirada confundida—.¡A lo mejor encuentras aquí algo de tu interés, Granger!

Para cuando llegan a sus amigos, Snape ya les está diciendo que vayan al aula. Holly intenta caminar hacia adelante, para llegar a Pansy y preguntarle qué está tramando, pero no puede presionar al resto de sus amigos, y los Gryffindor intentan entrar al aula.

Holly se sienta en la mesa junto a Pansy, empujando a Draco a la fuerza para que pueda hablar con ella. Snape comienza a hablar antes de que Holly pueda preguntarle a Pansy qué está pasando, así que imagina que le preguntará en el instante en que haya una oportunidad de hacerlo, antes de que uno de sus amigos pueda presionar nuevamente.

¿Qué se ha perdido? Todos sus amigos siguen sonriéndose y burlándose, todos sabiendo algo que parece haberse perdido en ¿qué, los veinte minutos que estuvo sola en el dormitorio? Ella no lo entiende.

Teme pensar lo que sus amigos han conjurado esta vez, para burlarse de uno de los tres. Por cierto, sus amigos siguen mirándose unos a otros, luciendo triunfantes, ella quiere saber desesperadamente qué demonios han hecho, para al menos estar al tanto de lo que está pasando en lugar de saltar al peor de los casos.

—Por fascinante que sea su vida social, señorita Granger —empieza Snape, poco después de la clase. Se mudó de la parte delantera del aula a la parte posterior, donde Harry, Ron y Hermione están sentados—, le rogaría que no tratara sobre ella en mi clase. Diez puntos menos para Gryffindor.

Holly se da la vuelta, al igual que el resto de la clase. Ella ve a sus amigos sonreír de oreja a oreja, como el gato Cheshire.

—¡Ah...! ¿También leyendo revistas bajo la mesa? —dice Snape, agarrando la copia que estaban leyendo—. Otros diez puntos menos para Gryffindor... Ah, claro... Potter tiene que estar al día de sus apariciones en la prensa...

Sus amigos estallaron en carcajadas. También ve a Harlow reír, y se da cuenta de que debe haber mentido antes, cuando dijo que no tenía idea de qué eran las revistas. Su estómago se hunde. No es frecuente que le mientan. A ella no le gusta.

Tampoco le gusta nada de esto. Cómo Snape, también satisfecho con lo que está en ese maldito artículo, mantiene la revista más cerca para leerla.

La pena secreta de Harry Potter... Vaya, vaya, Potter, ¿de qué sufre usted ahora? Tal vez sea diferente. Pero, aun así... es un muchacho que padece todos los sufrimientos típicos de la adolescencia, nos revela Rita Skeeter.

          "Privado de amor desde la trágica pérdida de sus padres, a sus catorce años Harry Potter creía haber encontrado consuelo en Hogwarts en su novia, Hermione Granger, una muchacha hija de muggles. Poco sospechaba que no tardaría en sufrir otro golpe emocional en una vida cuajada de pérdidas."

Holly ve que Harry y Hermione ya están rojos. Ella no sabe qué hacer. Sabe que no puede, sabe cómo reaccionarán sus amigos si se da la vuelta y trata de defender a su otro amigo y les dice lo horrible que están actuando. Ojalá pudiera, desea desesperadamente poder romper esa estúpida revista en pedazos y evitar que sus amigos parezcan avergonzados, detener la ira y la embarazosa vergüenza de segunda mano.

Míralos. Míralos. Parece que quieren esconderse, ¿y por qué? Por sus amigos. Sus amigos causaron esto, deben haberlo hecho, mira lo orgullosos que están.

          "La señorita Granger, una muchacha nada agraciada pero sí muy ambiciosa, parece sentir debilidad por los magos famosos, debilidad que ni siquiera Harry ha podido satisfacer por sí solo. Desde la llegada a Hogwarts de Viktor Krum, el buscador búlgaro y héroe de los últimos Mundiales de Quidditch, la señorita Granger ha jugado con los afectos de ambos muchachos. Krum, que está abiertamente enamorado de la taimada señorita Granger, la ha invitado ya a visitarlo en Bulgaria durante las vacaciones de verano, no sin antes declarar que jamás había sentido lo mismo por ninguna otra chica.

          Sin embargo, podrían no ser los dudosos encantos naturales de la señorita Granger los que han conquistado el interés de estos pobres chicos.

          «Es fea con ganas —nos declara Pansy Parkinson, una bonita y vivaracha alumna de cuarto curso—, así que creo que está celosa de como Holly Lippincott acapara toda la atención por lo bonita y brillante que es. Creo que Granger es perfectamente capaz de preparar un filtro amoroso, porque es una sabelotodo. Supongo que así lo consigue.»"

Holly mira a Pansy. Pansy guiña.

¿Pansy hizo esto para ayudarla?

Como es natural, los filtros amorosos están prohibidos en Hogwarts, y no cabe duda de que Albus Dumbledore estará interesado en investigar estas sospechas. Mientras tanto, las admiradoras de Harry Potter tendremos que conformarnos con esperar que la próxima vez le entregue su corazón a una candidata más digna de él. Qué conmovedor —dice Snape. Por un segundo, Holly y Harry intercambiaron una mirada, pero Holly se dio cuenta de por qué existe este artículo y se siente enferma. Ella mira hacia otro lado—. Bueno, creo que lo mejor será que los separe a los tres para que puedan pensar en sus pociones y olvidar por un momento sus enmarañadas vidas amorosas. Weasley, quédese donde está; señorita Granger, allá, junto a la señorita Parkinson y la señorita Lippincott; Potter, a la mesa que está enfrente de la mía. Muévase, ya.

Holly mira a Pansy, quien sonríe y le susurra:

—No podrá ganar si no tiene confianza, ¿o sí?

Ella no responde a esto. Siente como si su estómago estuviera atado en nudos, y mantiene la cabeza baja, eligiendo ignorar a Hermione mientras se sienta a su lado. Esto es culpa de Holly. Han sido humillados frente a toda la clase, frente a cualquiera y todos los que puedan tener acceso a esa revista, solo porque Pansy cree que encontrarán la manera de hacer que Gryffindor derrote a Slytherin en el torneo.

Y empeora.

Veinte minutos pasan y la clase comienza. De vez en cuando escucha a uno de sus amigos reír, sonreír, o susurrar algo, y se obliga a mantener la cabeza baja. Pero Pansy está a medio camino susurrándole algo a Daphne sobre Hermione, lo suficientemente fuerte como para que Hermione pueda escuchar cada palabra, cuando llaman a la puerta.

—Pase —dice Snape.

Holly mira por encima del hombro y ve a Karkarov. Estupendo. ¿Qué más van a hacer en esta clase considerando que solo la están haciendo sentir cada vez peor cada segundo que pasa? Se siente culpable, se siente enfadada, ahora se siente asustada, ¿qué más quieren? ¿Tristeza? Dónde está la carta Holliday, querida, eso debería hacerla llorar...

Karkarov camina hacia el frente, de la misma manera rápida y silenciosa que siempre usa. En Durmstrang era común para él atrapar a la gente, acercarse sigilosamente a ellos cuando se quejaban de un profesor o un tema. Holly baja la cabeza, pero ve a Susannah flotar más cerca de los dos.

—Karkarov quiere hablar, Snape dice que no —dice Susannah, sonando un poco aburrida. Lo cual tiene mucho sentido. Esto suena bastante aburrido—. Ah, aparentemente Snape ha estado evitando a Karkarov, lo cual tiene mucho sentido, ¿has visto al bastardo? Snape dice que después de clase... ahora me interesa. Esto tiene buena pinta. Voy a cotillear.

Tan pronto como suena la campana, Holly reúne sus cosas evitando mirar a Hermione. Holly se apresura a salir con sus amigos, y tan pronto como salen del aula, agarra el brazo de Pansy, deteniéndola.

Pansy sonríe y dice:

—¿Qué piensas del artículo?

—Creo que es horrible —dice Holly. La sonrisa en la cara de Pansy desaparece por completo, junto con las sonrisas satisfechas en el resto de las caras de sus amigos—. No, no es horrible. ¿Qué tal vil, o desagradable, o incluso brutal?

—¿Por qué estás tan molesta? —pregunta Pansy, frunciendo el ceño. Echa un vistazo a los demás, como si uno de ellos tuviera la respuesta—. ¡Ese artículo tiene la intención de ayudarte! Con ese tipo de cosas sólo puedes imaginar cómo destruyó la confianza de Potter, y por lo tanto su moral, ¡no uno habrá manera de que los jueces encuentren algo para puntuarlo en la siguiente prueba! ¡Vamos, Holly! ¡Esto te ayudará a ganar!

Holly niega con la cabeza.

—¡No es así como quiero ganar! —deja escapar—. ¡No quiero ganar porque hayas intimidado a otro campeón tanto que ya ni siquiera ninguno de ellos son una amenaza! Si gano, quiero que sea porque tengo la habilidad para hacerlo, no es que mis amigos lo hayan hecho más fácil para mí... ¡y esencialmente hacer trampa en mi nombre!

—Pero dijiste que eras amiga de Potter para descubrir lo que sabía sobre las pruebas —dice Pansy, frunciendo el ceño. Parece una mezcla entre confundida y molesta. Dolida por que Holly no esté contenta con lo que hizo, y que le molesta que lo esté, pero tampoco entiende por qué—. ¿Qué tiene de diferencia?

Tal vez descubrir, a través de él, cuál es la próxima prueba o algo que ver con eso, no es lo mismo que acosarlo —dice Holly. Pansy hace una mueca en acosarlo. ¿Qué piensa ella que es?—. Sé que no te gusta, y es justo, a mí tampoco, y tan pronto como termine el torneo, créeme, nunca más volveré a mirarlo. Pero eso es diferente a obtener algo publicado en una revista, algo que miles de personas pueden leer. Estoy siendo amable en caso de que encuentre algo. Estás siendo una abusona.

Pansy mira a Holly. Holly mantiene una cara seria, lo que parece irritar aún más a Pansy.

—¿Qué estoy siendo una abusona? ¿Y qué, tú no? —ella chasquea—. ¿No es igual de malo pretender ser amigo de alguien?

—¿Mmm no? —dice Holly, levantando una ceja—. Has humillado a uno de los otros campeones con la esperanza de que me ayude. Todos los que participamos somos amables entre nosotros, porque todos tenemos que pasar por las mismas pruebas. ¿De verdad crees que voy a hablar con Cedric después de este año? ¿O con Viktor o Fleur? Ninguno de nosotros permanecerá cerca o seremos buenos amigos... Creo que Potter es un idiota y un creído, pero yo no quiero ponerme en desventaja, solo quiero ganar este torneo...

Y entonces. Y entonces, empeora.

Harry pasa junto a ellos y Holly se queda en silencio por un minuto. Siente que su corazón se hunde. Se necesita toda su fuerza para no dejar atrás a sus amigos y ponerse al día con él, y explicarle que no lo quiso decir, que realmente le gusta, que cree que es realmente valiente e inteligente y definitivamente no es un creído.

—Bueno, eso se va por el desagüe —dice Pansy.

Holly dice:

—¡Oh, vete a la mierda!

—Mi madre me advirtió sobre ti, ¿lo sabías? —dice Pansy, su voz es casi un silbido. Ella se acerca a Holly, hirviendo, saboreando el pánico de Holly por Harry al escucharlo—. Dijo que conocía a tu madre y me advirtió sobre ti. Dijo que serías tan malvada como ella, ¡tanto como una mocosa egoísta y consentida!

Holly se calla. Rápidamente desaparece la ira en la cara de Pansy, cuando se da cuenta de lo que ha hecho, de lo que ha dicho. Holly recuerda la carta que recibió de su "tío" y recuerda lo que Draco dijo sobre Margo después de la segunda prueba. Mucho de lo que dijeron suena como tu. Todos los que conocían a su madre parecen estar comparando a Holly con ella, y cada vez que sucede, no puede evitar pensar, ¿y si resulta ser como ella?

¿Qué pasa si Holly se convierte en una de las personas malvadas, y cuando se da cuenta de sus errores, sea demasiado tarde? ¿Qué pasa si Holly arruina toda su adolescencia? ¿Qué pasa si Holly comienza a disfrutar del dolor en las caras de las personas cuando se usa Cruciatus? Los dientes apretados, los ojos cerrados, las cejas fruncidas. Los gritos de agonía, los cuerpos retorciéndose, las uñas arañando el suelo tratando de agarrarse a algo.

En Durmstrang recuerda durante los castigos que ella miraba hacia un lado o encontraba una manera de enfocarse en algo que no fuera el niño adolorido con gritos resonando por el aula. Pero ¿y si, en unos pocos años, algo le sucede y comienza a disfrutarlo, comienza a anhelar la próxima vez que vea a alguien retorcerse de dolor, chillar, suplicar? ¿Qué pasa si ella quiere lastimar a la gente como lo hizo su madre?

—Vamos, Holly —dice otra persona. Por un momento, ella espera que sea Harlow, pero para su sorpresa y la de Pansy, Draco pasa junto a Crabbe y Goyle para recuperar a su prima. Holly lo mira boquiabierta, al igual que Pansy.

Holly sale de golpe, y aparentemente Pansy también, porque mientras Holly asiente y comienza a caminar por el pasillo con su primo, escucha a Pansy gritar:

—¡Espera, Holly, no era mi intención!

Metiendo las manos en los bolsillos de su túnica, Holly apresura su paso, y mira a Draco, que todavía se ve irritado.

—No quiero que nadie insulte a nuestra familia —dice Draco, y Holly se pregunta si eso cambiaría si supiera la verdad sobre su padre—. Pansy no lo decía en serio, simplemente se enfadó mucho, pero no era real. No podemos dejar que ellos falten el respeto a nuestra familia.

—Sí —dice Holly, asintiendo levemente—. Por cierto, gracias.

—Eres familia —dice Draco, encogiéndose de hombros.

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AL INSTANTE QUE HOLLY puede encontrar una manera de excusarse, lo hace.

Se queda en los baños durante un par de minutos y deja caer su mochila en el suelo. Holly saca un poco de pergamino y el bolígrafo sigue sentado en el fondo de su mochila, desde el verano, cuando se la llevó de vacaciones y nunca se molestó en sacarlo. Es más rápido que una pluma, y en este momento, ella necesita ser lo más rápido posible.

          Sé que lo escuchaste y necesito explicártelo.

          En las cocinas, medianoche.

          H x

Susannah aparece y desaparece con la nota, su plan es que Susannah la deje caer en su bolsillo para que no sea obvio, para que pueda notarla y leerla antes del toque de queda.

Y ahora, ella espera en las cocinas, apoyada en una de las mesas. Dobby sigue preguntando si quiere algo de comer y ella sigue diciendo que está bien, que debe irse a dormir, que se está haciendo tarde. Holly sigue revisando el reloj en su muñeca y comienza a pensar que Harry probablemente no se presentará. Tiene sentido. La escuchó decir que no le gustaba, que ella pensaba que él era horrible, que no iría a ver a alguien si escuchaba decir eso.

La puerta de las cocinas se abre. Holly mira hacia arriba, esperanzada, pero nadie parece estar allí. Ella mira su reloj y comienza a suspirar, pero oye a Dobby decir:

—¡Harry Potter, señor! ¿Le gustaría algo? ¡Holly dice que está aquí para verle!

Holly mira hacia arriba y se aleja de la mesa donde estaba medio apoyada, medio sentada. Ella se acerca a Harry, mientras le dice algo a Dobby que lo hace salir corriendo.

—No quise decir lo que escuchaste antes —comienza, hablando increíblemente rápido para tratar de sacar la historia completa antes de ser interrumpida—, y no sabía sobre el artículo... Pansy pensó que me ayudaría, que ayudaría a Slytherin a ganar el torneo si tuviera ese artículo publicado y si era horrible para ti, porque esperaba que eso matara tu confianza para que fueras horrible en la siguiente prueba, y así perder y yo ganar, pero no quiero eso. Si gano, quiero que sea justo, y no creo que seas un idiota, o que seas un creído, pero ellos piensan que eres terrible y no se dan cuenta de algunas de las cosas que hacen... son abusones la mayoría del tiempo. Y lo siento por el artículo... parecías avergonzado antes en Pociones. Me sentí mal, y si lo hubiera sabido, habría encontrado una forma de evitar que saliera a la luz. Pero lo que dije no era cierto.

—No pensé que lo dijeras en serio —dice Harry.

—¿No? —dice Holly.

—Tampoco pensé que tuvieras algo que ver con el artículo —dice Harry. Holly siente un peso levantarse de sus hombros—. Somos amigos, ¿verdad? Así que no tenía sentido que ayudaras.

Holly sonríe suavemente, intensamente aliviada.

—El artículo no te ha causado ningún problema, ¿o sí? —ella pregunta.

—Ha estado bien —él dice—. Me enteré antes de Pociones.

—Está el fin de semana, espero que para el lunes haya otra cosa para que la gente se burle... —Holly se detiene y hace una mueca—. Sabes a lo que me refiero.

Harry asiente, sonriendo levemente. Ella le devuelve la sonrisa, pero luego mira hacia la puerta de las cocinas. No recuerda haberlo visto entrar, cuando la puerta se abrió, solo Dobby hablaba y Harry de repente estaba en el lugar...

Ella mira la tela en sus manos, frunciendo el ceño.

—¿Qué es eso?

—Oh, um —Harry levanta su mano, la que tiene la tela. Holly levanta una ceja e inclina su cabeza un poco, curiosa—. No se lo puedes decir a nadie.

—No se lo diré a nadie —dice Holly, haciendo una mueca.

Harry le sonríe y explica:

—Es una capa invisible.

—¿Has tenido una capa invisible todo este tiempo y no me la has enseñado? —ella dice, su voz se convierte en un susurro. Mira la capa con incredulidad, y tiene la sensación de que a Harry le parece gracioso, lo emocionada que se ve al ver una capa invisible—. ¿Puedo usarla?

—Uh, sí —dice Harry, y él se la da. La tela se siente suave, algo parecido a la seda, y ella la sostiene con ambas manos, mirándola de cerca. El pequeño patrón se refleja en la luz—. Póntela y funcionará.

Holly asiente, mirando la capa extrañamente.

—Está bien —y se cubre con la capa. Todo a su alrededor se convierte en un extraño tinte de color púrpura, ahora que está mirando a través de la capa para ver. Ella frunce el ceño—. Entonces, ¿no puedes verme?

—No, ese es el punto.

—Chúpate esa, Potter —comenta ella. Ella se ríe para sí misma, moviéndose un poco—. ¿Así que no puedes verme? ¿En absoluto?

—No —dice Harry.

—¡Esto es genial! —deja escapar. Comienza a reír de nuevo, porque mierda. ¡Esto es increíble! Esto es tan genial, mira, no puedes verla, debido a esta pequeña y maravillosa capa que la cubre y la esconde de todo el mundo—. ¿De dónde la sacaste?

—Era de mi padre —responde él.

—Él suena muy genial —ella dice.

—Eso es lo que sus amigos me dijeron —dice Harry, y Holly se da cuenta de que probablemente debería dejar de bailar en la capa, al estilo de Stevie Nicks. Se la quita y comienza a doblarla prolijamente, de pie junto a él—. El año pasado el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras fue uno de sus mejores amigos, y él y mi padrino me hablaron de mi padre.

Holly entrecierra los ojos.

—Espera, ¿no era tú padrino un asesino?

—No lo fue en realidad —dice Harry. Holly frunce el ceño, aún sosteniendo la capa invisible—. Todos pensaron que fue él, pero en realidad fue Peter Pettigrew, su otro amigo, quien se convirtió en un mortífago y le dijo a Voldemort dónde estábamos mis padres y yo.

—Vaya —dice Holly, sin estar muy segura de qué más decir.

—Pero ahora está escondido —explica Harry, hablando mucho más en voz baja que antes. Holly asiente, mirándolo de cerca mientras habla. Ella casi puede ver su reflejo en sus gafas—. Le hablo a veces... No se lo puedes contar a nadie.

—Lo sé —dice Holly, y ella le sonríe. Extiende sus manos para devolverle la capa—. Sin embargo, ¡esta capa es tan genial! No puedo creer que tengas algo tan avazando...porque, wow, la magia está muy avanzada, mi padre no se lo creería si se lo contara...

—¿No es tu padre un mago?

Holly se congela por un segundo. Harry frunce el ceño hacia ella, ella lo mira y comienza a reír—¿Sabes lo que dijiste sobre tu secreto? —empieza y él asiente, todavía con expresión confundida—. Sí, um, él no es un mago. Es un muggle. Como el más muggle que puedas conocer... no tiene idea de nada, tengo que explicárselo todo. Pero mi madre mintió a todos y dijo que era un mago para mantenerme a salvo. ¿Puedes imaginar cómo reaccionarían los mortífagos si descubrieran que uno de los suyos había quedado embarazada de un chico muggle?

—¿Se lo has dicho a tus amigos? —él pregunta.

Holly frunce el ceño.

—¿Debería?

—Erm, no sé —dice Harry—. ¿Entonces eres mestiza?

Holly asiente.

—Pero mi madre se aseguró de que todo diga que soy sangre pura —explica—. Realmente no sé todo el asunto. Nunca la conocí, sólo recibí una carta de ella cuando tenía once años explicando algo de eso. La mayoría era que ella decía que sabía que se había echado a perder... Aunque no puedes decirle a nadie eso.

—Lo prometo —dice Harry. Holly le sonríe suavemente—. Um, no sé si puedes... pero ¿crees que tus amigos sabrán algo sobre el señor Crouch? Algunos de ellos tienen a sus padres en el Ministerio, ¿no es así? Y muchos son, um...

—¿Mortifagos? —ella pregunta. Él asiente—.Veré si saben algo. ¿Por qué...?

—Después de ir a los baños de los prefectos para descifrar el huevo, hablé con Moody —dice Harry. Holly frunce el ceño un poco y se cruza de brazos, escuchando atentamente—. Lo vi en el Mapa del Merodeador.

—¿El qué de quién?

—Mi padre y sus amigos hicieron un mapa del colegio cuando estuvieron aquí —dice Harry. Holly no acaba de ver cómo esto explicaría ver a Crouch—. Y está encantado, por lo que puedes ver gente caminando por el lugar... pero Moody lo tiene...

Holly pone una mano en su corazón.

—¿Se lo diste antes de enseñármelo? —Harry se queda quieto por un segundo, como si no estuviera muy seguro de qué hacer, y pone los ojos en blanco—. Está bien, voy a llorar cuando regrese a mi dormitorio, pero, ¿qué pasa con Crouch?

—Crouch robó del despacho de Snape —dice Harry. Holly le lanza una mirada de confusión, que parece regresar—. No sé por qué, pero Moody dijo que Crouch aparentemente está obsesionado con atrapar mortífagos... Pero me preguntaba si podrías averiguar algo...

—Preguntaré —dice ella. Echa un vistazo a su reloj, y tiene una sensación de hundimiento, porque realmente no quiere irse—. Creo que deberíamos regresar ahora. Pero veré qué puedo averiguar.

—Gracias, Holly —dice Harry, y él sonríe un poco.

Holly le devuelve la sonrisa y comienza a caminar hacia la puerta de las cocinas. Imagina que puede hablar de ello, especialmente si sucede lo mismo mañana, y casi siempre se sienta con Draco, porque realmente, si alguien va a saber algo, seguramente será él. O tal vez si sus amigos no saben nada (los amigos aún le hablan, es decir) puede escribirle a su "tío" porque seguramente sabrá algo.

—¡Espera, Holly...!

Se vuelve, frunciendo.

—Voy a ver a Sirius mañana, le dije lo que está pasando con Crouch —dice Harry. Holly no sabe muy bien qué hacer—. Ron y Hermione irán, y puedes encontrarnos allí, si quieres, solo pensé que te gustaría venir, um...

—Te veré allí —dice ella—. ¿Cuándo y dónde, sin embargo?

—Oh, um —hace una pausa, y saca un pergamino de su bolsillo. Ella camina hacia él, y se siente un poco feliz de tener una excusa para quedarse un minuto más o menos. Él le da la carta.

          Id al paso de la cerca que hay al final de la carretera que sale de Hogsmeade (más allá de Dervish y Banges) el sábado a las dos en punto de la tarde. Llevad toda la comida que podáis.

—Bien, puedo hacer eso —dice Holly. Le pasa la carta a Harry, y frunce el ceño mientras la dobla hacia atrás. Sus tres años en Durmstrang vuelven a ella, pateando y gritando, y ella lo mira—. Por favor, hazme un favor y destrúyela antes de que alguien la vea. Si es de tu padrino, si alguien la descubre, es más seguro si la destruyes.

—Um, lo haré —dice Harry. Él frunce el ceño—. ¿Cómo...?

—Durmstrang —dice Holly. Ella le sonríe y comienza a retroceder—. Pero esa es otra historia para otro día. Y es larga, créeme —​​Holly llega a la puerta de nuevo, mirando por encima del hombro—. Te veré mañana.

Holly deja las cocinas en silencio. Todo el castillo se siente como si fuera silencioso, con la excepción de un ronquido de algún cuadro o un tic-tac del reloj de pie. Ella va a la ligera a medida que regresa a su dormitorio, y sabe que en este colegio probablemente se salga con la suya corriendo, con los pies chocando contra el suelo, y ella podría salirse con la suya, pero aún así. Todavía está acostumbrada a Durmstrang, y ¿dónde está la diversión de escabullirse si no te callas?

Regresa a su dormitorio cinco minutos después. La habitación está completamente oscura, pero ahora conoce la habitación lo bastante bien como para dar unos pasos hacia la derecha y sentarse en su cama. Se arrastra hacia atrás, trepando debajo del edredón, pero antes de poder acostarse, escucha a Pansy.

—¿Holly?

—¿Sí?

—Lo siento...

—Tú... ¿qué?

—Qué lo siento —repite Pansy. Hay un movimiento repentino y Pansy se sienta en el borde de la cama de Holly—. Solo quería ayudar, debería haber preguntado si estabas bien con eso... Porque sí, quiero que Slytherin gane, pero lo más importante es que eres mi mejor amiga, quiero ayudarte a ganar —Pansy se mueve, para sentarse un poco más cerca de Holly. Ella pone su mano sobre la de Holly, quien a pesar de la falta de luz, frunce el ceño en dirección a la voz de Pansy—. Y lo que dije sobre tu madre, no lo dije en serio, realmente no, lo siento mucho, me enfadé muchísimo, pero no debería haberlo hecho y...

—Está bien —dice Holly, y se sienta un poco más cerca, poniendo su mano sobre la de Pansy, la que ya está encima de la otra—. Pansy, está bien, no es el fin del mundo.

—Me preocupaba —dice Pansy. Ella suelta una risa aliviada—. Pensé que no volverías a hablarme.

Holly niega con la cabeza.

—Está bien, vamos, sería miserable si dejáramos de hablar. No te preocupes, sinceramente, se acabó, habrá algo nuevo el lunes.

—Sí —dice Pansy—. ¿Dónde estabas?

—¿Prometes que no me odiarás para siempre? —pregunta Holly.

—¿Qué has...? —dice Pansy, y ella corta—. ¿Estabas con Potter?

Holly se congela por un segundo, pero la reacción de su mejor amiga la confunde levemente. Pansy bajó la voz considerablemente cuando hizo la pregunta. Ella se pregunta si eso significa que ella está bien con eso. Bueno, no está bien, esa no es la elección correcta de palabras, pero, tal vez como si ella lo aceptara, como si guardara el secreto de Holly...

—Depende de si me odiarías para siempre o no —dice Holly, su voz es un susurro.

—Nunca te odiaría, Hol —susurra Pansy. Holly desea que haya algo de luz en la habitación para poder sonreírle a su mejor amiga o saber a dónde ir para darle un abrazo masivo—. Durante el tiempo más largo en este colegio siempre me he sentido un poco... No sé, apartada. Como que el resto de nuestros amigos tienen mejores amigos o sus grupos, como el resto de las chicas, pero nunca sentí que tuviera eso. Y luego viniste y eras todo lo que quería en un mejor amigo.

Holly sonríe.

—Para, me harás llorar.

Pansy se ríe un poco.

—Entonces, ¿Potter? Um, ¿Holly?

—¡Me sentí mal por el artículo! —dice Holly, su voz aún baja, tanto para beneficio de ella misma; no sabe cómo reaccionarán las demás, la forma en que ella piensa sobre él, cómo piensa que es realmente maravilloso; y para el beneficio de las que aún duermen, como no molestarlas—. Y, vale, supongo que según iba avanzando el torneo nos hemos convertido en amigos.

—No se lo diré a nadie, Hol —dice Pansy—, pero todavía te estoy juzgando.

Holly resopla.

—Eso es comprensible —responde ella—. Lamento no decírtelo, pero sé que lo odias, y al resto de los Gryffindors. Y sé que es una tontería, pero tenía miedo de perderte si te enterabas. Pero Pansy, es muy amable y realmente valiente, inteligente y amigable, y...

—¡Holly! —dice Pansy, riendo un poco—. ¡Cualquiera pensaría que te gusta! No te has hundido tanto, ¿verdad?

Holly se ríe un poco, y niega con la cabeza, incluso si su mejor amiga no puede ver esto.

—¡Eso es absurdo! ¡No he podido contarte nada de esto! ¡Solo estoy poniéndote al día!

—Claro —dice Pansy en un tono no tan convincente. Holly, una vez más, desea que haya alguna fuente de luz en la habitación para poder darle a Pansy una pequeña mirada, o fruncir el ceño, o algo que demuestre que ella no está de acuerdo con esto.

A ella no le gusta Harry. ¿Por qué le gustaría? No es algo fuera de lo común, que vea a sus amigos y quiera contarles a otros lo maravillosos que son. Tal vez debería darle a Pansy algunas de las cartas que le escribió a su padre, las que hablan sobre el resto de ellos, y cómo pasa a los párrafos diciendo lo grandioso que piensa que son todos.

Eso es lo que hace Holly. Ha pasado su vida con su padre, que hace exactamente lo mismo, se adentra en tangentes sobre cómo cree que ciertas personas son tan hermosas y maravillosas. Aún recuerda cuándo salieron a cenar y se pasó todo el tiempo contándole sobre Eugene, lo inteligente y divertido que es, yendo a la historia de su vida.

Esto no significa que le guste Harry, porque no, en lo más mínimo. ¿Por qué debería? Él es... bueno, él es un Gryffindor, y esa es la única falla que le puede dar, y aun así eso es solo un problema porque todavía no sabe cómo reaccionaría la mayoría de sus amigos si se da vuelta y dice: ¿recordáis a Potter, el que odiáis desde primer año? Bueno, soy amiga de él y creo que es maravilloso.

—¡Es verdad! —dice Holly—. ¡No me gusta! Te estás poniendo igual que Susannah...

—¿Quién?

Mierda.

—Vale, eso es un gran secreto —dice Holly, haciendo una mueca. ¿Cómo podría ella soltar tanto? Necesita interrumpir esta conversación breve y rápidamente, o le contará a Pansy lo de su padre y lo de Holliday, querida—. Cuando era más pequeña, mi padre me regaló este collar, y el diamante pasó a tener el espíritu de una miembro de una secta.

—Oh —dice Pansy—, está bien.

—Así que ahora estoy siendo perseguida por una chica fantasma llamada Susannah —dice Holly. Ella siente otro peso levantarse de sus hombros. No le ha contado esto a nadie, ni siquiera a su padre. Él nunca le creería, de todos modos, diría algo así como: los fantasmas no son reales, cómete el desayuno—. Pero está bien, porque ella me ayuda, a veces escucha las conversaciones por mí y créeme, no sabes lo útil que fue tenerla en Durmstrang, ella me cuidaba, así que si cualquiera de los profesores estaba cerca, me advertía.

—Pues tiene sentido —dice Pansy.

Holly levanta una ceja, pareciendo incrédula.

—¿Lo tiene?

—Sí —responde, riéndose un poco—. Pensé que hablabas contigo mismo.

—Oh —dice Holly, y ella suelta una pequeña risa—. He bajado la guardia, mierda.

Pansy ríe, y sus ojos deben haberse ajustado a la luz (o más bien, la falta de ella) porque siente que Pansy la rodea con sus brazos.

—Guardaré tus secretos, Hol.

Holly sonríe.

—Gracias, Pansy.

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