xxvii. Path to Power

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TWENTY-SEVEN PATH TO POWER

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VIVIEN LA DRAGONA se sienta en el hombro de Holly mientras hace el recorrido desde la biblioteca hasta su sala común; sus amigos siguen diciendo que se está adelantando un poco, que ya está haciendo notas y material para sus TIMOS en el próximo trimestre de verano, pero luego, su educación muggle la motiva a caminar en dirección a la biblioteca. Holly recuerda el examen que hizo al inicio de su último año de la escuela primaria, y cómo estaba practicando con meses de anticipación. Los TIMOS parecen ser mucho más importantes que un examen para ingresar a escuelas a las que ni siquiera asiste. ¿Por qué debería dejarlo hasta la Pascua? A ella le parece una tontería... También le preocupa. Le gusta estar preparada.

Así que hizo sus notas sobre las últimas clases de Encantamientos, pensando que podrá practicar adecuadamente con sus amigos en el momento, pero por ahora, una pequeña teoría nunca mata a alguien. Holly regresa por los pasillos, ocupándose de sus propios asuntos, soñando con el libro que va a leer antes de irse a la cama, inyectando a sus sueños cuentos de Frankenstein y su monstruo, y luego, cuando dobla la esquina, ve a tres personas repartidas por un área del pasillo, todas con diferentes formas de concentración y mirando aparentemente nada.

Holly frunce el ceño a Harry, Ron y Hermione.

—¿Qué... qué estáis haciendo?

Harry se gira.

—Dobby dice que hay una sala aquí —responde.

Holly mira el muro de ladrillos.

—No hay.

—No, solo aparece cuando realmente la necesitas —dice Harry.

Ron asiente con la cabeza. Por un minuto, Holly los mira con incredulidad, antes de que ella recuerde cuando él dijo, ese perro es Sirius Black, y el perro era Sirius Black. Así que ella mira a la pared.

—¿Cómo sabe que la necesitas? —ella pregunta.

—Dobby dijo que pasáramos por delante de esta pared tres veces, concentrándonos en que la necesitamos —responde Harry. Holly asiente, sintiendo sus mejillas arder un poco.

Durante los últimos días, la cantidad de pequeñas miradas durante las clases ha aumentado entre los dos, y por la expresión de Ron y Hermione a la mañana siguiente, son plenamente conscientes de que Holly y Harry se besaron... Y que ninguno de ellos lo mencionó desde entonces, porque realmente, no han tenido el tiempo para hacerlo. Holly decidió hacer tarea, y todos los estudios significan que para la medianoche, está demasiado cansada para colarse en las cocinas.

—¿Va a ser para...? —comienza Holly, separándose para hacer algún tipo de expresión que alude a las clases de Defensa. Harry asiente, y detrás de él, Hermione la mira con recelo.

—Íbamos a buscarte, planeamos tener la primera esta noche —dice Hermione, bajando el tono de voz hacia el final de la frase. Holly asiente. Con toda honestidad, todavía está acostumbrada a hablar en voz baja en los pasillos. Nunca se sabe quién está más allá de la siguiente esquina—. Como en unos minutos, um...

Harry comienza:

—Intentamos encontrarte...

—Está bien —dice Holly mirándolos a ellos y su ligero pánico. Como si fuera a romperse y ofenderse por no haberle dicho nada. Ella lo sabe, y tiene sentido que no hayan podido encontrarla, no se atreverán a hablar con sus amigos, y desde la cena está escondida en la biblioteca. No es de extrañar que no pudieran dejarle saber, por lo que no le molesta—. He estado en la biblioteca desde la cena, intento buscar ventaja para los TIMOS...

—¿Ya empezaste a estudiar? —pregunta Ron, sus ojos ensanchados.

Holly se encoge de hombros.

—Quiero ser delegada —dice, porque para ella esa es su principal motivación. No es prefecta, quiere ser elegida como la delegada cuando llegue el momento, por lo que necesita las mejores calificaciones para ser vista entre la multitud—. ¿Así que se supone que debéis pasar tres veces?

Ron asiente. Holly, acariciando a Vivien la Dragona que todavía está posada en su hombro, los sigue con movimientos de arriba a abajo, y piensa para sí misma, hola, extraños compañeros, sería genial si pudierais darnos un lugar agradable para practicar defensa porque no estoy seguro de si lo sabéis, pero hay una profesora horrible aquí ahora mismo... una vez más, no sé si lo sabéis, viejos sabios, una vez fui a una pesadilla de colegio donde los buenos profesores eran como ella y creo que si alguna vez habéis tenido el disgusto de conocerla, sabéis que es algo sorprendente que decir. Por lo tanto, sería realmente apreciado si tuviéramos un lugar para practicar por el momento, porque el mundo está casi al revés y, por alguna razón, nadie piensa que deberíamos poder defendernos. ¡Gracias!

—Harry —llama Hermione, y Holly mira hacia la pared cuando aparece una puerta grande y pulida. Harry se da vuelta, justo cuando Ron y Hermione hacen lo mismo, las cuatro miradas están puestas en ella.

Se mueve para estar en línea con Hermione, mientras Harry avanza para abrir la puerta. Holly mira a Ron, que se ve tan cauteloso como ella. ¿Esto es normal para los estándares mágicos? Durmstrang nunca tuvo este tipo de cosas. O tal vez sí, pero estaban tan ocultas que eran esencialmente inexistentes, tan ocultas que nadie podía demostrar que alguna vez estuvieron allí. Tal vez la maravillosa bruja que abrió su antiguo colegio tenía innumerables habitaciones ocultas, tesoros escondidos, pero debido a su cambio en la moralidad actual, estas maravillas se escondían, convirtiéndose en lo que el colegio era ahora.

Holly mueve su hombro para reajustar el asa de su mochila, para que no se le caiga. Ron y Hermione siguen a Harry a lasala, y por un segundo Holly frunce el ceño antes de suspirar y pensar, podría ser. Con los sonidos de las cosas, ella se refiere a lo que Hermione le susurró rápidamente cuando ambas estaban en el baño de las chicas hoy, aquí es donde va a ser la reunión de Defensa, así que también puede echar un vistazo al lugar.

Así que los sigue, el nerviosismo desaparece como arena en el mar en el instante en que entra. Las estanterías cubren las paredes, con estantes dedicados a misteriosos instrumentos defensivos, del tipo que recuerda a NoEsMoody en su despacho el año pasado. Los cojines están apilados en un área, lo que Ron señala rápidamente como muy beneficioso cuando comiencen el encantamiento aturdidor.

Holly coloca su mochila junto a una de las estanterías, a medida que más personas comienzan a llegar. Vivien la Dragona permanece en su hombro, cada vez que tose y trata de producir fuego crea una pequeña nube de humo alrededor de su boca. Podrá escupir fuego cuando sea más grande, pero por esa razón, Holly la mantiene lo suficientemente pequeña para evitar cualquier incendio accidental. (Pero es reconfortante saber que su mascota pueda escupir fuego al ser agrandada...)

Los otros llegan, quedándose en pie. Ella ve a Harry alejarse de Dean para mirar al resto. Por un segundo intercambian una mirada, y ella le sonríe suavemente.

—Bueno, he estado pensando por dónde podríamos empezar y... —Harry hace una pausa. Holly frunce el ceño, y en el rabillo del ojo ve a Zacharias Smith mirándola. Él parece desconfiar de la dragona en su hombro—. ¿Qué pasa, Hermione?

—Creo que deberíamos elegir un líder —sugiere ella.

—Harry es el líder —salta Cho de repente.

Vivien intenta gruñir, pero debido a su tamaño, suena demasiado aguda como para asustar a alguien. Holly frunce el ceño a la dragona. Sabe que, a principios del año pasado, a Harry le gustaba a Cho, pero ya no hay nada. Cho está siendo amable debido a Cedric y toda la terrible experiencia en el cementerio el verano pasado. Vivien está emocionada por la cantidad de gente. No tiene dientes venenosos como un Vipertooth real, pero le gusta actuar como sí los tuviera.

—Sí, pero creo que deberíamos realizar una votación en toda regla —dice Hermione, mirando al resto de ellos—. Queda más serio y le confiere autoridad a Harry. A ver, que levanten la mano los que opinan que Harry debería ser nuestro líder.

Holly es una de las primeras en levantar la mano. Todos lo hacen, y observa a Zacharias Smith dudar antes de hacerlo. Vivien se acerca un par de centímetros por encima del hombro de Holly hasta que él levanta la mano, y Holly siente que cuatro pequeños juegos de garras vuelven a apoyarse en su hombro.

—Bueno, gracias —dice Harry, con las mejillas enrojecidas—. Y... ¿qué pasa, Hermione?

—También creo que deberíamos tener un nombre —propone Hermione, de pie con la mano levantada, como si estuvieran en un aula—. Eso fomentaría el espíritu de equipo y la unidad, ¿no os parece?

Y la sala brota en multitud de sugerencias. Liga AntiUmbridge. Grupo Contra los Tarados del Ministerio de Magia. En un momento, Hermione señala que estos son un poco transparentes, lo que tiene mucho sentido, incluso si a Holly le gusta el sonido de ambos. Entidad de Defensa, ED se sugiere, y se añade a las siguientes palabras:

—Pero sería mejor que fueran las siglas de Ejército de Dumbledore, porque eso es lo que más teme el Ministerio, ¿no? —dice Ginny, y hay un murmullo de acuerdo en toda la sala.

—¿Estáis todos a favor de ED?

Hay una pausa. Vivien escupe humo, se rinde y se acurruca en el hombro de Holly.

—Sí, hay mayoría. ¡Moción aprobada!

Hermione camina hacia la pared y coloca la lista de nombres, con las palabras Ejército de Dumbledore escritas encima. Holly mira hacia otro lado, sintiendo que su estómago se hunde. Se siente mal, no está su nombre allí. Pero está asustada, esa es la cosa. Holly desea que ella fuera lo suficientemente valiente como para enfrentarse a alguien malo, pero no lo es. Tene miedo de Voldemort. Le tiene miedo a Umbridge, o al menos a lo que puede hacer. Todavía le tiene miedo a Karkarov. Y, si es honesta, tiene miedo de morir.

Sabe que muchas personas a su alrededor, en este momento, están dispuestas a luchar por lo que es correcto, pero ¿no lo entienden? La muerte es permanente. No hay nada después, y si tienes el disgusto de convertirte en un fantasma, vas a tener un tiempo increíble de mierda viendo a otros vivir cuando tú no. A veces se pregunta si entienden eso. Sí, ella quiere hacer lo que es correcto, pero ¿sabes qué? Tiene miedo de hacerse daño. Sabe lo que es pensar que estás a punto de morir, sentir que incluso el aire se vuelve siniestro, y es terrible.

Holly quiere ser parte del Ejército de Dumbledore. Quiere poder hacer lo correcto sin pensar de antemano qué opción es la correcta y qué opción es la cómoda, porque sabe que las fusionó a la fuerza mientras estaba en Durmstrang para sentirse menos culpable. Porque espera que todo esto se convierta en una guerra, de las mismas de las historias que su abuelo y bisabuelo siempre le contaban, ella podrá para entonces saber qué es lo correcto y lo cómodo, y elegir lo correcto. Y si quiere eso, necesita empezar con los pasos, y eso incluye aprender más habilidades defensivas.

—Muy bien, ¿empezamos a practicar? —dice Harry, mientras la emoción sobre el nombre del grupo se asienta, y está lo suficientemente tranquilo para que él hable y para que todos lo escuchen—. He pensado que lo primero que deberíamos hacer es practicar el expelliarmus, es decir, el encantamiento de desarme. Ya sé que es muy elemental, pero lo encontré muy útil...

—¡Vaya, hombre! —exclama Zacharias Smith. Dobla sus brazos pomposamente, poniendo los ojos en blanco ante la idea—. No creo que el expelliarmus nos ayude mucho si tenemos que enfrentarnos a Quien-Tú-Sabes.

—Yo lo utilicé contra él. En junio, ese encantamiento me salvó la vida —dice Harry. Holly hace una mueca y cruza los brazos, mirando hacia el suelo—. Pero si crees que está por debajo de tus conocimientos, puedes marcharte.

Holly da un golpecito a Vivien, alertándola.

—Vivien, asusta —dice, señalando al chico en cuestión. Esperemos que esto funcione, piensa, recordando las innumerables veladas recientemente en las que ha tratado de enseñarle a Vivien el nuevo truco. A ella le gusta pensar que será útil en el futuro, especialmente si Vivien es una dragona de tamaño completo, escupe fuego y todo.

Vivien se levanta del hombro de Holly y vuela hacia él, se sienta en su hombro y escupe humo en su oreja, haciendo todo lo posible por gruñir. Holly, una vez más, intercambia una mirada con Harry, quien ya se ve enfadado.

—Bien —continúa Harry, siguiendo el silencio al otro lado de la sala. Vivien deja a Zacharias Smith solo, felizmente aterrizando en el hombro de Holly. A veces es evidente que a las especies de dragones de Vivien les gusta comer humanos. Vivien parece no tener miedo a eso—. Podríamos dividirnos en parejas y practicar.

Todo el mundo se divide en parejas. Muy rápidamente, la multitud alrededor de Holly se vuelve más y más delgada, dejándola sola, sin un compañero. Sabe por qué, el verde en su uniforme es suficiente para explicar la apariencia que muchos otros le dan. No está destinada a estar aquí, sabe que muchos de ellos piensan eso. Es la prima de Malfoy. Es la mejor amiga de Pansy Parkinson. Es malvada para ellos.

—Hol —llama Harry—, puedes practicar conmigo.

¿Hol? ¿Desde cuándo la llama Hol?

Holly sonríe suavemente—Gracias.

Hol, Hol, Hol, Hol, Hol. Holly está en shock. Se siente como si este fuera el tipo de evento revolucionario sobre el que necesita hablar. Mierda, esto es genial. Hol. ¡Hol! Tal vez deba avisar a Atticus, esto es importante. Pansy será definitivamente informada en el instante en que regrese a su dormitorio. Él la llamó Hol. Qué. Diablos.

—Muy bien, contaré hasta tres: uno, dos, tres...

Al instante, la sala se llena de innumerables voces que gritan "¡Expelliarmus!" Holly levanta su varita, sus ojos se estrecharon por un segundo. Espera unos instantes para que él mire a los demás enviar las varitas de los otros al aire, antes de que adopte la postura adecuada y diga:

¡Expelliarmus!

La varita de Harry vuela en el aire. Holly sonríe con suficiencia.

—Gané —dice ella, levantando su varita y devolviéndosela.

Él le da una mirada. Bromea, piensa ella, porque él tiene la más pequeña de las sonrisas en su rostro, y si realmente estuviera molesto no le estaría sonriendo.

—¿Sabes que en un duelo adecuado tu oponente estará realmente preparado...?

—Sí, pero considerando que eres tú, tendrás el duelo con un mortífago o Quien-Tú-Sabes —dice Holly, y se encoge de hombros—. A ellos no les importa la caballería, por eso el falso Moody siempre hablaba de la alerta permanente —ella se detiene, sonriéndole—. Solo te molesta que te gane...

¡Expelliarmus!

La varita de Holly sale volando. Mira a Harry con sorpresa.

—Te odio...

—Me pareció que dijiste alerta permanente.

Holly rueda los ojos cuando le devuelve la varita. Rápidamente se da cuenta de que, aunque no están muy cerca, todavía están sonriendo y bromeando. Así que avanza un poco hacia atrás, cruzándose de brazos, sus amigos nunca creerían lo suficiente sobre ella, pero aún así no debería darles a estos estudiantes algo que contarles a sus amigos, ¿verdad?

—Escucha, Holly, ¿puedes turnarte para practicar con Ron y Hermione por un par de minutos para que pueda caminar y ver cómo van los demás? —pregunta Harry.

Holly asiente, y se va a donde los otros dos, sonriendo débilmente cuando explica que no tiene pareja y si puede ir con ellos. Deja de lado el hecho de que a la mayoría de la gente de aquí ella no cae bien o le tienen miedo... Ese chico, Neville Longbottom, todavía parece estar asustado. Y ella sabe que es por su primo, pero en realidad no es tan mala como él. Es la que probablemente podría encontrar la fuerza para usar con éxito la maldición asesina, pero ya sabes, no lo haría.

Practica con ellos un rato por turnos. Ambos son realmente buenos, lo que no le sorprende. Tiene la sensación de que estar atrapados en las desventuras de Harry probablemente ha logrado que estén por encima de la media, cuando se trata de hechizos defensivos.

—Eres muy buena en esto, Holly —dice Hermione, sonriendo—. ¿Durmstrang...?

—Oh, no, sólo enseñaron cosas desagradables; hasta el año pasado no me habían enseñado magia defensiva, solo artes oscuras —explica Holly, y se encoge de hombros, tratando de deshacerse de tres años de pesadilla. Al igual que las similitudes entre los discursos de Umbridge y los que escuchó en su antiguo colegio, recordándoles que están en el camino al poder, pero que el camino es estrecho, que deben trabajar duro para subir los escalones. Al igual que la visión de la sangre en la mano de Harry le recuerda a su antiguo director y, en consecuencia, la hace sentir mal. Como si ella estuviera bien—. ¡Pero está bien! Nos enseñaron a ganar en duelo.

Ron frunce el ceño.

—¿Cómo ganar?

Ella asiente.

—Sí, como el momento adecuado para atacar —dice Holly—. Por ejemplo, en esta sala, esperarías hasta que alguien más lance el hechizo y tu compañero lo mire, y luego los pillarías desprevenido. Y hay que tener reflejos rápidos, pero ese era el tipo de cosas que sólo enseñaban a las mejores personas en el club de duelo.

Su profesor de Artes Oscuras mira alrededor de la sala, mientras explica:

—Para mejorar el tiempo de reacción, intentaré maldeciros y tenéis que desviarlo —todos asienten; el niño que está de pie junto a Holly traga saliva, pero ella mantiene su mirada hacia adelante, mirando al primer estudiante ponerse de pie. Su profesor era un experto en magia no verbal, y por esta razón, cuando mueve su varita y el estudiante llega un par de segundos demasiado tarde, los observadores tienen que reprimir la sorpresa, mientras el niño cae al suelo, gritando. Holly se da cuenta de que quería decir que iba a usar Cruciatus, y aprieta los dientes, preparándose para su turno...

—Aún así... ¡Expelliarmus!

Siguen practicando por un rato más. Holly sigue teniendo que evitar el recuerdo del club de duelo en Durmstrang, cerrando los ojos para intentar pensar en otra cosa. El perro mascota de Eugene, un dálmata llamado Spot. El gato del vecino de al lado, una fea bestia gris llamada Princesa. El sapo mascota de Flo Montague, que disfruta mucho robando los dulces de la gente en la sala común.

—¿Creéis que alguien ha revisado la hora? —pregunta Hermione, frunciendo el ceño ante el bonito reloj de oro alrededor de su muñeca. Mira a Holly y Ron, que intercambian una mirada, sacudiendo la cabeza—. Son las nueve y diez... —diez minutos más del toque de queda. Hermione mira más abajo en la habitación—. ¡Oye, Harry! ¿Has mirado la hora?

—Bueno, ha estado muy bien —dice Harry. Los gritos de Expelliarmus se apagan y las varitas bajan por la habitación. Vivien se sienta en posición vertical sobre el hombro de Holly, después de haber pasado la mayor parte de la reunión de pie, constantemente teniendo la impresión de que quienquiera que estaba en duelo en realidad intentaba lastimarla—, pero la sesión se ha prolongado más de lo previsto. Tenemos que dejarlo aquí. ¿Quedamos la semana que viene a la misma hora en el mismo sitio?

—¡Antes!

Angelina Johnson (Montague la señaló el otro día, ya que es la capitana del equipo de quidditch de Gryffindor) dice rápidamente:

—¡La temporada de quidditch está a punto de empezar y el equipo también tiene que practicar!

—Entonces el próximo miércoles por la noche —determina Harry. Al otro lado de la sala la gente asiente—. Ya decidiremos si hacemos alguna reunión adicional. ¡Ahora será mejor que nos vayamos!

Utiliza el mapa del merodeador para que grupos de tres o cuatro vuelvan a sus salas comunes. Holly se queda a un lado hasta el final, imaginando que la mayoría de las personas vinieron con sus amigos, probablemente querrían irse con ellos y no con una Slytherin durante unos minutos. Entonces, cruza sus brazos, observando los pequeños puntos en el mapa que se mueven alrededor del colegio. Nunca pudo verlo el año pasado, piensa que es genial.

—Ha sido estupendo, Harry —confiesa Hermione, mientras la última tanda de estudiantes desaparece. Holly camina por la habitación para recoger su mochila, y Vivien salta en el aire, volando cerca de su cabeza.

Cuando ella regresa hacia los tres, Ron y Hermione se están peleando por saber quién era el mejor. Holly sonríe.

—Creo que os gané a los dos, pero...

Ron bufa.

—Sí, claro...

—Estabas siendo amable, ¿verdad? —dice Hermione, sonriendo hacia ella.

Holly les sonríe. Mira a Harry, quien finalmente quita su mirada del mapa.

—Me voy —dice ella. Harry asiente, con esa sonrisa tonta en su rostro. En la esquina del ojo, Holly puede ver a Ron y Hermione intercambiando una mirada—. Gracias por hacer esto.

—Gracias por venir —dice él—, lo hiciste genial.

—Lo sé —dice ella, encogiéndose de hombros—. También gané el torneo, ¿recuerdas?

Holly sale de la sala delante de ellos, esperando a que Harry asienta, declarando que los pasillos más cercanos están libres de profesores, Filch o su gata. Regresa a las mazmorras bastante rápido, se desliza por la entrada para encontrar la sala común desierta y completamente silenciosa, con la excepción del lago al otro lado de las ventanas. Cree que no tiene ningún problema, porque si alguien se diera cuenta de que estaba desaparecida, habría regresado para encontrar a Snape mirándola con esa cara desagradable de él.

—¿Qué estás haciendo?

Holly se congela por un segundo, antes de que ella registre la voz.

—¿Qué haces tú? —ella pregunta, caminando hacia donde está sentado Draco. Él guarda un pergamino en su mochila antes de que ella pueda verlo, y ella le frunce el ceño—. ¿Qué es eso?

—Algo para quidditch —responde.

Holly continúa con el ceño fruncido.

—¿Un plan o algo así?

—Sí —dice Draco. Holly se sienta en la mesa en la que estaba escondido. No cree que sea bueno estar sola con su primo, no quiere contar todo ese entrenamiento del año pasado, porque era esencialmente ella la que exigía que alguien la hechizara en diferentes momentos mientras estaba nadando en el lago—. Dime, ¿dónde estabas?

—Eso no importa —dice Holly. Draco le da una mirada extraña, porque obviamente está escondiendo algo, nadie dice que no importa a menos que esté tratando de ocultar algo. Pero parece que lo deja caer, el ceño fruncido abandona su rostro. Holly le frunce—. ¿Puedo preguntarte algo? —su primo asiente, frunciendo el ceño un poco—. ¿Qué piensas de Umbridge?

Draco la mira por un minuto, y no está segura de que sea porque está sorprendido de que ella esté preguntando:

—Creo que es incompetente —responde finalmente, después de unos minutos de silencio, de Holly mirándolo para que diga algo. Y no defraudó. Incompetente. Genial. Desearía poder decirle esto a Harry, incluso él apreciaría que Draco llamara así a Umbridge—. Hoy es nuestro año de los TIMOS ¿y nos dan una profesora así? Y todas esas cosas de que el Señor Tenebroso no ha regresado... es ridículo.

—Podrías haber dicho algo —dice Holly. Draco la mira como si fuera tan tonta como Umbridge, y ella sacude la cabeza—. No, no sobre Quien-Tú-Sabes. Sobre que ella es una profesora horrible —Draco se burla—. Podrías haberlo dicho.

—Tú también —dice Draco.

—Estoy acostumbrada a Durmstrang —dice Holly.

—La cosa es —él dice, y baja la voz, aunque la habitación esté vacía. Sus cejas se fruncen— que no podemos. Tenemos que fingir que todo está bien y que no hay nada de lo que defendernos, porque cuando todos descubran la verdad, nos daremos por vencidos. Tú, yo, Nott, Crabbe y Goyle, todos necesitan fingir ahora. Si actuamos como si quisiéramos conocer hechizos defensivos, entonces podrían pensar que todos sabíamos que él ha regresado.

Holly asiente.

—Supongo.

—Hablaste con él, ¿verdad? En el cementerio —dice Draco, y ella asiente de nuevo. Casi inmediatamente agrega—. ¿Cómo fue?

—Pensé que iba a morir —responde Holly. Deja escapar un suspiro, y baja su voz aún más, antes de decir—. Atticus intentó ocultarme, pero luego preguntó si estaba allí, y obviamente tenía que decir la verdad, sabes que él habría sabido si estaba mintiendo... Pero, gracias a Merlín, le contaste a tu padre sobre el torneo, porque H... Potter me vio y le hizo saber que somos amigos, lo cual no es verdad, pero pensó que lo éramos y tu padre intervino y explicó todo... Así que gracias.

Draco se encoge de hombros.

—No es nada.

—¿Por qué lo preguntas? —ella pregunta.

Por un minuto él le frunce el ceño, antes de soltar un suspiro.

—¿Recuerdas que no te permitieron entrar al ala norte de mi casa durante el verano? —ella asiente—. Él está allí... Y no lo he visto, ni he hablado con él, pero supongo que si todavía está allí en Navidad o en verano me reuniré con él en algún momento. Me preguntaba cómo era.

—Siempre que finjas y aceptas lo que él quiere, todo irá bien —dice Holly—. No me gusta esto, ¿sabes? Ojalá tuviéramos la opción de enfrentarnos a él... No es bueno, ¿verdad?

—Pues... —Draco se detiene, después de que Holly frunza—. No, no lo es.

—Pero no tenemos otra opción, ¿verdad? —dice Holly, mirándolo. Él se ve un poco incómodo por la conversación, y también Holly, pero ella solo quiere hablar con alguien sobre esto. A los padres de Pansy les gustó la idea de Voldemort pero nunca obtuvieron la marca. Harry es el elegido real, no entenderá esto. Pero Draco sí—. Si peleamos contra él, nos matará. Matará a nuestras familias...

—¿Crees que nos convertiremos en mortífagos?

—Espero que no —responde Holly.

Draco asiente, como si estuviera de acuerdo. Ambos comparten una mirada de preocupación, y aunque esto la hace sentir un poco molesta, está contenta de que finalmente hable con alguien que lo entiende.

—Crabbe y Goyle ni siquiera lo han pensando —dice, tras un par de minutos de silencio ansioso—. No sé sobre Nott. Cada vez que lo intento y lo menciono, Capote actúa como si hubiera insultado a su familia.

—¿Por qué no lo mencionas cuando Harlow no esté?

Draco le da a Holly una mirada. Ella piensa que ha estado pasando demasiado tiempo con Harry. ¿Qué tipo de pregunta fue esa? ¿Mencionarlo cuando no está? ¡Mierda, Holly!

—Deberías haber entrado en Ravenclaw —dice, y ella pone los ojos en blanco—. Si Capote no está, Nott cambiará de tema. Así que no sé nada de él... Pero es bueno saber que alguien más piensa lo mismo... —de calla. Ella levanta una ceja, esperando que él continúe—. A excepción de querer pelear.

—¿Por qué no?

—Porque sé lo que pasará si lo hago —responde él—. Tú no.

—¡Sí lo sé! —ella dice, haciendo todo lo posible para mantener su voz baja a pesar de su ofensa. No entiende lo que está pasando. Estaba allí, en Grimmauld Place. Estaba en el cementerio—. Sé lo que sucederá, pero quiero...

Draco niega.

—No, es diferente contigo —dice. Mueve su silla para quedar más cerca de ella y hablar más bajo—. No te criaron en una casa de mortífagos. No te criaron para creer que el Señor Tenebroso era el hombre correcto. No estabas confundida cuando llegaste a este colegio y comenzaste a pensar si fuíste criada para pensar en lo correcto. No creciste como yo, Holly, vivías en una casa bonita con tu padre muggle.

¿Cómo...?

—Lo intuí —responde Draco—. Escuché al tío Atticus hablar con mi padre y decirle que tu padre no puede protegerte; no dijo por qué. No ocultas esos libros muggles tan bien, y tu padre no tenía ni idea cuando estuvimos hablando de nuestros exámenes cuando vino el año pasado... no se lo diré a nadie, deja de fruncir el ceño.

—No estoy frunciendo el ceño.

—Lo estás haciendo.

—Podrías continuar —dice Holly—, diciendo que no entiendo lo serio que es esto.

Draco le frunce el ceño, y si ella no estuviera tan preocupada por lo que él piensa acerca de cómo no lo entiende, se lo diría.

—Te criaron lejos de esto, no te criaron para creer de una manera determinada, no fuiste criada por padres que habían perdido amigos y familiares debido a la guerra; no te criaron viendo a tu tío cada pocos meses, diciendo: qué terrible es Azkaban, cómo su esposa seguía llorando porque perdió a su hija. Porque ella te perdió a ti —explica—. Sé lo que esto puede hacer a la gente. Tú no.

—¡Yo!

—Tu abuelo estuvo en el ejército, ¿no es así? Tiene más o menos esa edad, los muggles tuvieron una guerra en los años cuarenta, ¿no? —dice, y Holly asiente, frunciendo el ceño. No va a preguntar cómo él sabe esto—. Y tu bisabuelo, él debe haber estado en la guerra anterior —Holly asiente—. Así que creciste escuchando historias sobre ellos como héroes. Yo no.

Holly frunce.

—Solo porque me criaron de manera diferente no significa que no entienda la gravedad del asunto. Créeme, soy consciente de lo que podría suceder si algo sale mal —dice, e instantáneamente piensa en Harry—. No me menosprecies.

Draco la mira, pero ella sabe que no admitirá que tiene algo de sentido. Pero él mira hacia otro lado por un segundo, antes de fruncir el ceño.

—Estarás bien —dice—. Puede que ni siquiera pregunten por ti a menos que tu madre regrese. Y no lo hará, el tío Atticus dice que está demasiado rota hoy en día...

—Escucha —dice Holly, y lo agarra del brazo para que la mire—. Somos familia, tú mismo lo dijiste. Si te metes en esto, yo también. Nos mantenemos unido —le suelta el brazo, y levanta su dedo meñique—. ¿Trato?

—Trato —responde.

—No, Draco, se supone que debes juntar tu dedo meñique con el mío, es como una promesa, ya sabes, como un apretón de manos, pero mejor, oh Dios mío...

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