Capítulo 22.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

La pequeña reunión que celebraron el día sábado, resultó no ser tan pequeña. 

La semana pasó tan rápido como llegó, y Jimin ya estaba por cumplir siete meses y medio de embarazo. Sus pies comenzaban a hincharse con más frecuencia y sus emociones estaban siendo terriblemente golpeadas por las hormonas.

—¿Qué estás comiendo, amor? —preguntó Jungkook, mientras bajaba por las escaleras, sin notar las lágrimas que humedecieron las mejillas de su novio.

Jimin se encontraba recostado en el amplio sofá mientras veía la película "A dos metros de ti". Sobre su hinchado vientre, había una gran fuente de vidrio llena de palomitas de maíz con caramelo.

—Palomitas... —respondió mientras sorbía su pequeña y enrojecida nariz, sin apartar la vista del televisor. La película ya estaba terminando. 

Jungkook se acercó rápidamente a él mientras fruncía el ceño, totalmente preocupado al verlo así, con sus ojos rojos y húmedos. 

—Amor, ¿qué pasó? —preguntó mientras quitaba la fuente para dejarla sobre la mesita de centro, luego tomó la caja con pañuelos desechables para sacar uno y secarle las lágrimas.

—Hmm... —puchereó y Jungkook tiró el pañuelo junto a la cajita hacía la mesa mientras se recostaba a su lado para abrazarlo, para besarlo y mimarlo. 

—¿Es por la película? —preguntó mientras le acariciaba con cariño las mejillas y el cabello.

—Sí —se acurrucó contra su pecho y se dejó acariciar.

—¿Por qué ves cosas que te darán pena? —depositó pequeños besos en su frente, mejillas y nariz— No es bueno que estés triste, no quiero verte triste —acarició ahora su espalda y Jimin lo abrazó por la cintura. 

—Si me estuviera muriendo, haría lo mismo que hizo él... - dijo de repente. 

—¿Cómo? —preguntó al no entender.

—Él le pide que cierre los ojos... —comenzó a sollozar de nuevo al recordar la escena— Porque... porque no cree poder irse si ella lo miraba, porque se estaban despidiendo, porque él la amaba...

—Amor, es solo ficción —intentó calmarlo, sin dejar de darle cariño— No vuelvas a ver ese tipo de películas —sugirió y Jimin se enterró en su cuello, aspirando su delicioso olor natural.

—No me dejes aquí solo entonces —habló contra su cuello, presionando sus labios en la tibia piel. Jungkook sonrió. 

—Lo siento, estaba concentrado en unas ediciones. No volverá a pasar —se alejó un poco para verle el rostro— Te amo.

—Yo igual.

—Beso —demandó y Jimin finalmente sonrió.

El beso fue con un leve sabor a palomitas y caramelo, pero a Jungkook no le importaba. Sentir los labios pomposos de Jimin junto a los suyos, era algo maravilloso, simplemente perfecto. 

Cuando finalmente sus labios abandonaron la humedad del otro, Jimin abrió lentamente sus ojitos y recibió nuevamente un beso, pero ahora en la punta de su nariz. Soltó una risita baja ante tal muestra de amor. 

—Quiero darme un baño con mucha espuma... —volvió a acurrucarse contra el pecho de Jungkook— Ven y báñate conmigo... —pidió de la manera más tierna que pudo, haciendo que le fuera imposible a Jungkook negarse. 

—Bueno, pero luego quiero terminar de dibujarte para comenzar a pintar...

—¿Quieres que pose desnudo, amor? - preguntó coqueto. 

—¿Quieres que te pinte desnudo? —respondió con una pregunta, mientras depositaba un pequeño beso en una de las mejillas de Jimin para luego ponerse de pie.

—¿No quieres? —sonrió y extendió los brazos para que Jungkook lo ayudara a levantarse del sofá.

—Me encantaría, pero pondré tu retrato ahí —apuntó a la pared del fondo. Una llena de cuadros— Todos te verán desnudo apenas entren a la casa.

Jimin frunció los labios, pero luego sonrió nuevamente.

—Puedes dejarlo en tu taller y así sería una pintura exclusivamente par... —fue interrumpido. 

—No necesito una pintura para verte desnudo —dijo rápidamente y Jimin notó sus mejillas calentarse. Efectivamente se había sonrojado.

Jimin soltó una risita nerviosa y le golpeó con cuidado el pecho a Jungkook. 

Subieron las escaleras y se detuvieron en la puerta de la habitación de ambos, Jungkook soltó la mano de Jimin y acunó su rostro para besarlo antes de separarse. Jimin fue directo al baño y Jungkook fue hasta la pequeña oficina para apagar el computador y dejar todo en orden.  

Una vez en el interior de su baño y completamente desnudo, Jimin, avanzó hasta la tina y giro la perilla del agua caliente para que esta se llenara, tomó uno de los tantos frascos de vidrio que tenía en uno de los gabinetes y tiró las pequeñas perlitas rosas al agua, las cuales se disolvieron y comenzaron a formar espuma casi de inmediato.

Caminó hasta quedar frente al gigante espejo que cubría una de las paredes y se miró.

—Estoy gordo... —formó un puchero mientras se acariciaba con cariño el vientre y sonrió feliz cuando logró sentir que este comenzaba a moverse— Hola pollito —le habló a su bebé, sin dejar las caricias. 

La puerta del baño se abrió y Jimin dio un respingo del susto, había estado completamente concentrado en acariciar su vientre y en pensar cómo sería su bebé.

Jungkook lo miró a los ojos, pero luego su vista bajó hasta las manos de Jimin, las que seguían dando caricias a su vientre. 

—Hermoso —dijo mientras caminaba hacia él y se arrodilló— Hola bebé —besó la piel estirada de Jimin y se unió a las caricias, notando los movimientos de su hijo— Papá está aquí, amor —volvió a besar el hinchado estómago de su novio, quien lo miraba con cariño.

—Kookie... —llevó sus manos hasta los cabellos castaños y enterró lentamente sus dedos en el— Amor... —dijo para llamar su atención, lográndolo con éxito. 

—Amor —repitió Jungkook con una sonrisa— Te amo, los amo —dejó un último beso en el vientre para luego ponerse de pie y alcanzar los labios de Jimin, quien se aferró a él con urgencia, recibiendo y correspondiendo ese beso lleno de amor.

—Kookie... —gimió, cuando comenzó a sentir ese calor de placer recorrer su cuerpo— El agua... —Jungkook rompió el beso y avanzó hasta la tina para cortar el agua. 

Jimin se metió primero y se sentó casi a la mitad de la gran tina, esperando a que Jungkook se uniera. 

—Cuando salgamos, no te vistas —se quitó el pantalón, dejándolo caer sin cuidado en el suelo. 

—Bueno —comenzó a jugar con la espuma.

—Te pondrás una ropa interior blanca y la cubriré con unas telas que tengo, quiero que se vea tu vientre, tu pecho, tus hombros, tus piernas —se acercó a la tina, completamente desnudo e ingresó en ella. 

—Vale, pero prende la calefacción, tengo frío.

—Ya no hace frío, amor —se acomodó en el agua, quedando detrás de Jimin para poder abrazarlo y acariciar su vientre sin problemas. 

—Yo tengo frío —habló mientras ladeaba su cabeza, dejando al descubierto su cuello.

—Bueno, amor —le besó uno de los hombros y luego dio un leve mordisco.

—Ay... —se quejó, pero Jungkook no apartó sus dientes y mordisqueó esta vez, su cuello. 

Jungkook estiró sus brazos y dejó descansar sus manos en el estómago hinchado de Jimin, mientras repartía húmedos besos por toda la piel pálida de su novio. 

Estuvieron sumergidos hasta que el agua se enfrió y se vieron obligados a salir. Jungkook ayudó a Jimin a secar su cuerpo sin dejar de besarlo, haciendo que el ambiente se volviera notoriamente excitante, pero se contuvieron. 

Jimin llevaba puesto un boxer blanco, tal como Jungkook se lo pidió. Estaba sentado en el sofá de cuero blanco frente a Jungkook, con una tela de seda que cubría su ropa interior, pero dejando el resto al descubierto. 

—Quiero que me dibujes como a tus francesas, Jack —bromeó al ver a su novio concentrado mientras buscaba lo que le faltaba para comenzar a dibujar. 

Luego de unos minutos, Jungkook estaba sentado frente al bastidor blanco que descansaba sobre el atril de madera, en una de sus manos había un lápiz grueso de madera con el cual trazaba líneas, formando la silueta de Jimin. 

Pasaron alrededor de veinte minutos cuando Jimin comenzó a sentir un incómodo dolor de espalda a causa de la posición.

—Kookie... —le llamó y éste apartó la vista del bastidor para mirarlo, tenía levemente el ceño fruncido a causa de la concentración— Me duele la espalda... —abultó su labio para formar un inocente puchero y Jungkook relajo su rostro.

—Dame cinco minutos —pidió— Estoy terminando.

—Sacame una foto, así puedes verla y avanzar sin tenerme aquí —se removió un poco ante la incomodidad.

Jungkook lo miró y suspiró. Quería negarse, pero simplemente no podía concentrarse sabiendo que Jimin estaba incómodo.

—Bien —se levantó del taburete y tomó la cámara fotográfica, la encendió y se acercó a Jimin— No te muevas, amor —pidió mientras miraba a través del lente y comenzaba a presionar el botón para sacar las fotos.  

Disparó y el flash se encendió unas diez veces, revisó las imágenes y volvió a tomar otras. 

—Listo, amor —dejó la cámara en uno de los muebles y caminó hasta Jimin.

—¿Me dejarías ver el dibujo? —extendió los brazos hacia Jungkook. 

—No —lo levantó con cuidado y apartó la tela de seda de su cuerpo para tirarla sobre el sofá— Lo verás cuando lo termine.

—Que malo, quiero verlo —puchereó nuevamente

—Luego.

—Vale... —respondió no muy contento.

—¿Tienes hambre? —preguntó mientras daba pequeños masajes en la espalda de Jimin— Tengo ganas de comer pizza... 

—Umm... rico —apoyó su espalda contra el pecho de Jungkook y este rodeó su cintura con sus brazos, dejando sus manos en el vientre.

Jungkook enterró su nariz para olisquear la piel de Jimin, justo en la unión del cuello con el hombro. Dio pequeños besos y luego enterró sus dientes en la blanquecida piel, haciéndolo gemir bajito.

Jimin logró notar el bulto que presionaba su espalda baja, dándose cuenta de la erección de Jungkook.

—Minnie... —susurró Jungkook, sin dejar de besarle el cuello— Quiero hacerte el amor...

Las palabras de Jungkook lo estremecieron. Su voz sonó lenta y ronca, demandando tenerlo una vez más.

Jimin no protestó y echó su cabeza hacia atrás, dejándose manejar con docilidad cuando Jungkook lo recostó con cuidado en el sofá.

—Bien... —exhaló— Pero... el bebé... —balbuceó, sintiéndose ligeramente mareado ante las caricias que estaba recibiendo.

Jungkook se dejó caer a su lado, rodeándolo por detrás mientras dejaba besos y mordía el lóbulo de su oreja. Jimin tuvo que morder su labio inferior con fuerza, para no soltar un gemido desvergonzado.

—Te quiero ahora —insistió.

Jimin intentó respirar hondo, tratando de calmar la ola de calor que recorría su cuerpo, pero el resultado fue un desastre y se estremeció al sentir el aliento tibio de Jungkook en su nuca.

—Vale... —jadeó y Jungkook se apartó para dejarlo de espalda contra el sofá.

—Seré cuidadoso —prometió, volviendo a hundirse en la piel tersa del cuello de Jimin, mientras sus manos recorrían las pronunciadas curvas de su cuerpo.

Cuando las manos de Jungkook descendieron completamente y comenzaron a acariciarlo por sobre su ropa interior, Jimin tuvo que liberar su labio, temiendo romperlo por la fuerza ejercida con sus dientes.  

—¿Ju-Jungko... —Jungkook se apartó de su cuello y tomó una de sus piernas. Jimin lo vio humedecer sus dedos con saliva— Aaah... —gimió, sintiendo una mano entrar por debajo de su boxer, yendo directo a su entrada.

—Lo haremos de otra forma —murmuró, mientras introducía su dedo, haciendo que Jimin enroscara los deditos de sus pies y arqueaba levemente su espalda— Para no molestar al bebé... solo... espera...

Él asintió frenéticamente, moviendo inconscientemente sus caderas ante su tacto, queriendo más, necesitándolo dentro de él. 

—Más... —balbuceó, meneándose con impaciencia y Jungkook sonrió.

Sacó su dedo y Jimin gimió en forma de protesta, pero luego levantó sus caderas cuando Jungkook comenzó a quitarle el boxer para lanzarlo lejos. 

Su erección golpeó su estómago y Jungkook no demoró en tomarla, acariciándola de arriba para abajo de forma lenta.

—Jungk-ugh... —gimió nuevamente, cuando Jungkook volvió a introducir un dedo en él. 

Los movimientos eran horriblemente lentos y Jimin comenzaba a desesperarse, quería, necesitaba que Jungkook entrará en él. 

—Más, por favor... —rogó, pero Jungkook no le aceleró el ritmo. 

Cuando ingreso el segundo dedo, Jimin volvió a suplicar casi llorando. 

—Amor... —habló con dificultad. Sus manos se hundieron en la tela del sofá y su labio fue prisionero de sus dientes una vez más— Por... por favor —lloriqueó— No puedo... más... 

—Solo aguanta un poco más, no quiero hacerte daño... —habló mientras se inclinaba para lamer sus pezones, Jimin negó rápidamente con su cabeza.

—Dios, Jungkook... —enterró sus dedos en los cabellos castaños de este— Te necesito... Ugh... a-ahora... 

—Aún no... 

—Jung-aaah... —empezaba a perder el aliento y la cordura— Me voy a...  Ugh... —solo eso bastó para que Jungkook se apiadara de él. 

Sacó sus dedos del interior y se alejó para retirar su ropa, dejando finalmente libre su dura y gruesa erección. 

—Lo haremos así —dijo mientras se recostaba al lado de Jimin y lo giraba con delicadeza.

—Vale... solo, te necesito —insistió, apretando su trasero a la erección del castaño.

Jungkook sujetó con firmeza una de las piernas de Jimin y la levantó, mientras que con su mano libre se alineaba en su entrada. Ingresó de una sola estocada.

—Oh dios, ¡Ah! —se quejó al sentir la quemazón de su interior, como sus paredes cedían ante la intromisión y hundió su rostro en el sofá para no gemir tan alto. 

Jungkook no se movió de inmediato, no podía ya que sentía que se correría en ese preciso instante. Esperó unos segundos hasta que comenzó a empujar. 

—Mierda... aaah... —solo bastaron unas cuantas embestidas para que Jimin finalmente se corriera.

Jungkook no detuvo los movimientos de sus caderas, haciendo que Jimin tuviera espasmos antes la sobre estimulación. Cerró los ojos y apoyó sus labios en la nuca de Jimin, concentrándose en alcanzar su propio orgasmo. 

—Uhm... —gruñó contra la piel del rubio y apretó levemente la pierna que aún mantenía levantada, cuando finalmente el orgasmo lo azotó con violencia.

El sonido de las erráticas respiraciones llenó el pequeño estudio y el sudor era visible en sus agotados cuerpos.

—Creo... —murmuró Jimin, aun jadeando— Creo que estamos viejos para este tipo de ejercicio... 

—Lo siento — se disculpó al entender a qué se refería, pero estar tanto tiempo sin ese delicioso contacto, les dejaba demasiado sensibles.

Jimin soltó una risita y cerró los ojos, estaba cansado.

—Necesitamos nuevamente un baño... 

—Sí —Jungkook salió lentamente del interior de Jimin y este gimió al sentirse vacío— No fue buena idea tener encendida la calefacción.

—No... 

Jungkook se levantó y se puso su boxer, volvió al lado de Jimin y le ayudó a ponerse de pie. 

—Iré al baño —dijo mientras caminaba lento hacia la puerta, aún estaba desnudo— Te estaré esperando.

—Vamos, te dejaré ahí —tomó una manta y lo cubrió con una manta— Puedes tropezar en el camino —le tomó de la mano.

—No es cierto... 

—Lo es —sonrió al verlo envuelto en la manta amarilla— Pareces un pollito así —comentó y Jimin rodó los ojos. 

—Cállate —salieron del estudio en dirección del baño. 

Mientras caminaban, Jimin sintió un pequeño malestar en su vientre, pero lo ignoró. 

Jungkook lo dejó bajo el chorro de agua tibia y volvió a su estudio para tapar las pinturas que dejó destapadas y que no alcanzó a usar.

Jimin sintió como su cuerpo comenzaba a relajarse bajo la exquisita lluvia artificial.

—Ugh... —se quejó de repente. 

—¿Duele? —preguntó un preocupado Jungkook, quien acababa de llegar y lo escuchó quejarse.

Jimin tenía sus ojos cerrados y su frente apoyada en los azulejos mientras disfrutaba del agua, pero al escucharlo hablar, él los abrió de inmediato.

—Estoy cansado... 

Jungkook entró a la ducha y se quedó detrás de él, besó su nuca y el hombro con marcas que él mismo dejó.

—Ven, te pasaré jabón por el cuerpo —le mostró la esponja.

—Quiero dormir...  

—Bueno, salimos de aquí y te acuestas —deslizó la esponja con cuidado por su vientre— Pediré pizza más rato, creo que me meteré a la cama contigo.

—Vale —sin que Jungkook lo notara, Jimin hizo una mueca de molestia. Nuevamente sintió un dolor en su vientre. 

Recordó lo que el doctor le dijo. Las contracciones son normales y el dolor era soportable. Nada de qué preocuparse.

Luego de un rato, ambos abandonaron el calor del agua para comenzar a secar sus cuerpos, se pusieron algo cómodo y Jungkook seco el cabello de Jimin antes de que este se metiera en la cama.

—Listo, amor —dijo cuando el cabello rubio quedó completamente seco.

Jimin se metió bajo la ropa de cama y cerró los ojos, Jungkook lo siguió y lo abrazó por detrás.

No supieron en qué momento cayeron en el sueño profundo, pero cuando Jimin abrió los ojos ya estaba oscuro.

Salió de la cama con dificultad, necesitaba ir al baño.

—Ay... —se quejó y se acarició el vientre, el pequeño parecía no querer detener los golpecitos que le daba— Más despacio, bebé —llegó apenas al baño, sus pies dolían y estaban notoriamente hinchados.

Vació su vejiga y lavó sus manos, camino hacia la puerta y antes de abrirla, un agudo dolor en la parte baja lo hizo detenerse en seco. 

—Ugh... —llevó su mano al vientre, sintiendo como se endurecía. El dolor duró unos segundos y pasó, respiró hondo y notó que su vientre ya no estaba duro. 

Salió del baño y dio unos pasitos cuando el dolor volvió y fue un poco más intenso.

—Dios, ah... —se quejó bajito y mordió su labio inferior. El dolor fue igual que el anterior. 

Acarició su vientre y notó que el bebé dejó de moverse. Miro hacia la cama donde yacía Jungkook, quien dormía plácidamente.

—Junk... —no alcanzó a decir más cuando otro dolor llegó, más fuerte que el anterior.

Duraban unos segundos y se iban, el patrón era el mismo. El vientre se endurecía, comenzaba a sentir presión en la parte baja y las contracciones eran cada vez más largas e intensas.

Llegó finalmente a la cama, pero antes de que pudiera hablar, el dolor volvió.

—Ugh...  

Y como si Jungkook hubiera sabido lo que pasaba, abrió los ojos y se levantó de inmediato cuando vio a Jimin sentado en el borde de la cama. 

—¿Amor? —se quedó frente a él y se agacho para quedar a su altura— ¿Duele? —preguntó mientras encendía la luz de noche para verlo mejor.

—D-duele... —se quejó— Me duele... 

—Mierda —se levantó rápido y tomó su teléfono para marcarle al doctor.

—Aaah... —volvió a quejarse y Jungkook volvió a su lado— Ugh... 

La llamada fue corta, solo bastó decir que Jimin estaba con dolores para que el doctor le pidiera que fueran de inmediato a la clínica. Para suerte de todos, él estaba de turno esa noche. 

Jungkook se vistió tan rápido como pudo y le puso unas pantuflas a Jimin.

—¿Puedes levantarte, amor? —él asintió lento y con ayuda de Jungkook, finalmente se puso de pie.

Avanzaron hasta la escalera cuando Jimin se detuvo y se aferró de la mano de Jungkook cuando otra contracción llegó.

—Dios... —enterró su cara en el pecho del castaño y este lo abrazó— Duele demasiado...  

Caminaron lento y se detuvieron cada vez que una nueva contracción llegaba. Llegar al estacionamiento nunca había sido tan difícil, pero ya estaba ahí, arriba del auto y en marcha.

—Aaah... —volvió a quejarse mientras tocaba su vientre— Esto... ugh... esto es tu culpa... —golpeó el brazo de Jungkook, quien iba con la vista en el camino.

—¿Qué? 

—Todo es tu culpa, tú me embarazaste... —mordió su labio inferior y cerró los ojos al sentir que otro dolor llegaba. 

Sentía como si cada hueso de sus caderas comenzaban a romperse, la presión en la parte baja aumentaba y su cuerpo inconscientemente comienza a pujar.

—¿Cuánto... ugh... 

—Ya estamos llegandom 

Cinco minutos después, Jungkook detuvo el auto y unas enfermeras esperaban por ellos en la entrada con una silla de ruedas.

Lo llevaron hasta una de las habitaciones y comenzaron a quitarle la ropa para ponerle una bata blanca, informaron que el doctor Jang estaba preparándose para ingresar al pabellón para realizar la cesárea.

—El paramédico viene en un momento para llevarlo a la sala de parto - informó una enfermera y salió de la habitación. 

—Vale, gracias —respondió Jungkook. Jimin no estaba en condiciones de querer hablar con nadie— Amor.

—¿Mm...? 

Jungkook le sonrió y tomó una de sus manos, le besó los nudillos y acarició su cabello.

—Nuestro bebé —sonrió nuevamente— Finalmente conoceremos a nuestro bebé.

Jimin no dijo nada, no podía. El dolor lo tenía mareado, cansado y si abría la boca sentía que solo era para gritar. 

—Te amo, amor —besó su frente llena de sudor. 

Los paramédicos llegaron a la habitación y se llevaron a Jimin en la camilla, Jungkook los siguió detrás y esperó fuera de la sala de parto a que le avisaran cuando podría entrar. Aprovechó el pequeño momento en lo que se demoraban en preparar a Jimin para llamar a Jin y avisarle que el bebé ya estaba por nacer, pero tuvo que finalizar rápidamente la llamada cuando vio a una enfermera que lo llamaba, Jimin estaba listo y él necesitaba ponerse un traje verde para estar asu lado.

La sala era blanca y en el centro se encontraba la camilla donde Jimin estaba recostado.

—Le aplicamos ya la anestesia —informó el doctor, Jimin estaba despierto— No sentirá nada —aseguró y Jungkook avanzó hasta quedar al lado de su novio— Comenzaremos ahora.

Jungkook se inclinó y besó la mejilla de Jimin con cariño.

—¿Duele? —preguntó preocupado, sin querer ver lo que le estaban haciendo y para su suerte, había una pequeña cortina que le impedía a Jimin ver su vientre al ser abierto. 

—No... —respondió bajito, notoriamente cansado— No siento nada... —sonrió y estiró su mano para que Jungkook la sostuviera. 

Los minutos pasaron y Jungkook no se alejó del rostro de Jimin, no hasta que sintió un pequeño y agudo llanto. Sin pensarlo dos veces, se levantó y sus ojos dieron con un pequeño bebé que era arropado.

—Felicidades —dijo el doctor Jang mientras acercaba al pequeño bebé al pecho de Jimin, quien instintivamente lo recibió entre sus brazos y lo apoyó contra su pecho.

—Oh dios... —lo miró y comenzó a derramar lágrimas— Mi bebé... —dijo Jimin entre sollozos y Jungkook llevó su mano hasta la del pequeño, se inclinó y volvió a besar una de las mejillas de Jimin.

—Nuestro bebé... 

No había palabras para describir todas las emociones de ese momento, Jungkook derramaba lágrimas al igual que Jimin, pero no estaban tristes, eran lágrimas de felicidad. 

Estuvieron con el pequeño hasta que terminaron de cerrar el vientre de Jimin y luego se lo llevaron para examinarlo. Era prematuro pero se encontraba en buenas condiciones.

Llevaron a Jimin de vuelta a la habitación privada y en ella ya se encontraba Taehyung, Hoseok, Yoongi y los Kim.

Había globos, flores y uno que otro regalo. 

—Felicidades —dijeron todos a los padres primerizos mientras se daban abrazos. 

—¿Estás bien? —preguntó preocupado Taehyung al ver que Jimin no decía nada.

Él solo asintió y cerró los ojos. No quería hablar, no quería tener visitas, solo quería dormir y esperar a que le llevaran a su bebé.

Pasaron unos quince minutos y el pequeño bebé apareció, lo transportaban en una cuna y ya estaba vestido con lo que Jimin había preparado. 

—Ya le dieron un biberon y cambiaron el pañal —informó la enfermera, quien luego se despidió con una pequeña reverencia para salir de la habitación.

Todos lo vieron, pero nadie lo tomó. Se veían tan frágil y chiquitito, tan lindo y delicado que molestarlo del placentero sueño no les tentaba en lo absoluto.

—No puedo creerlo, es igual a ti —dijo Seokjin, sin abandonar la sonrisa de su rostro.

—Es tan bonito... —Taehyung le acarició con cuidado una de las pequeñas manitos— Tan quichitito y bonito... 

Los chicos estuvieron ahí un momento y luego se retiraron, prometiendo volver al otro día. Entendian que quizas querian estar a solas y disfrutar de ese momento sin visitas. 

Jimin no desperto hasta una hora después. Estaba terriblemente adolorido, pero cuando abrio sus ojos lentamente, la hermosa imagen de Jungkook cargando a su bebé lo lleno de felicidad.

Olvidó todo malestar y simplemente sonrió. 

Jungkook se giró y logró ver a Jimin despierto. 

—Amor, ¿te sientes mejor? —se acercó  y Jimin estiró los brazos, quería cargar a su bebé. 

—Sí, necesitaba descansar... —hizo una mueca de dolor cuando intentó sentarse— Ugh... —se quejó y Jungkook se alarmó de inmediato.

—Espera, aquí hay botones para inclinar la cama —presionó uno y la cama comenzó a moverse.

Jimin recibio finalmente a su bebé y lo miró atentamente por unos largos segundos, luego miró a Jungkook.

—Se parece a ti —dijo con su ceño fruncido y Jungkook no puedo evitar soltar una risita— ¿Por qué se parece a ti?

—No lo sé, tal vez porque es mi hijo.

—También es mío y no se parece a mí.

—Tiene tus labios. Son rellenitos como los tuyos.

Jimin lo miró sin mucha gracia, pero luego sonrió enamorado del pequeño que dormía en sus brazos. 

—Seguro heredó mi carácter.

—Esperemos que no.

—¿Qué? —preguntó casi ofendido.

—Nada, mi amor —sonrió y se inclino para besar a su novio en los labios— Te amo.

—También te amo... 


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro