21. El noruego

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—¿A dónde vas tan linda, mami? Mira que si segui' así nos vamo' a quedar en casa.

Martina se giró para mirar a Cuti, quien se había puesto una camisita blanca y unos pantalones negros. Estaban en la casa de Heung-Min Son, porque después de pasar la tarde hablando y perdiendo el tiempo en el departamento de ella, decidieron todos ir a la casa del coreano para arreglarse para la supuesta joda. Cami y ella habían estado arreglándose en el baño, mientras que los chicos estuvieron jugando en la play un rato. La periodista se había puesto un vestido negro corto, que dejaba ver el escote y si no se lo bajaba constantemente se le veía un poco el culo. Era probablemente la única vez que se había vestido de esa manera y le gustaba, una chica tenía todo el derecho a vestirse como putizorra cuando se le cantaba.

—Calma la testosterona, Cristian.

Él la miró y esbozó una sonrisa.— Haceme acordar que no esté demasiado mamado hoy porque estoy seguro que si me voy de tu lado ya van a querer robarte de mí.

—Flasheas mucho, tampoco soy Anto Rocuzzo. Ella sí es una diosa.

—No hables de la mujer del capitán, ni pienses en ella como algo que no sea la mujer de Messi. Es intocable, prohibida.— él la retó, mientras Martina ponía sus ojos en blanco ante lo que escuchaba.— Para mi vos sos una diosa, mírate lo que sos. Te falta un poco de oro y sos Afrodita, la diosa del amor.

Martina soltó una risita.— ¿Siempre decís todo lo que te pasa por la cabeza?

—Es que con vos soy auténtico.

Él se acercó y sin ningún tipo de vergüenza, puso sus dos manos en el culo de Martina. Sus labios se acercaron a los de ella, hambrientos. Martina se dejó besar por Cuti, sintiendo como sus manos apretaban con fuerza su cuerpo y poco a poco el vestido se le iba moviendo hasta su cintura. Si seguían así, iban a terminar haciendo cosas atrevidas a solo metros de sus amigos. Por las dudas, ella lo detuvo antes de que la situación pasara a mayores.

—Vamos con Sonny y Camila, están haciendo la previa y en cualquier momento van a empezar a vomitar.— le explicó, pensando en que Camila quería olvidarse de Alexis y eso significaba empezar a tomar cualquier cosa que encontraba en la casa del coreano. A pesar de que Sonny se cuidaba y evitaba los vicios, habían encontrado unas botellas de cervezas en la heladera que supuestamente Harry Kane había dejado.

Cuti hizo una mala cara.— Nos pueden esperar un ratito, mira que puedo ser rápido cuando estoy motivado.

—¡Cristian!

—No te haga' la que no querés, si yo sé que vos también tenés ganas.

Martina se acercó a su boca y lo besó, antes de separarse, le mordió el labio con fuerza. Cuti gimió ante el dolor y el placer.

Ese sonido le había gustado.

Ella caminó unos pasos lejos del cordobés y se giró justo para ver cómo él se quejaba.— Dios, no me podés dejar así. ¿Me mordes la el labio y ahora te vas? Si sabes que la violencia me calienta.

—Es el karma.— ella le respondió, acomodándose el vestido y tapando cualquier pedazo de piel que no quería que sus amigos vieran. Principalmente Sonny, que se horrorizaba fácilmente ante cualquier cosa.

—¿Y qué hice?

—Me trataste mal por meses, no sé si te acordás. Voy a aprovechar cualquier ocasión para vengarme, Cristian.

Y ella caminó lejos de él, dejándolo con ganas de más. Martina se acercó a Cami y a Sonny, que estaban hablando en el medio de la sala de estar. Ella recordó cuando hace unos meses había estado viendo kdramas con Sonny, y Cuti había aparecido para molestarla. Esta vez los cuatro amigos estaban muy a gusto juntos, sin ningún tipo de peleas de por medio. Habían comido pizza y sushi, así que al menos no iban de joda con el estómago vacío y propicios a emborracharse con solo un vaso de alcohol. Sonny apenas tomaba, pero Camila se tomó todo un litro de cerveza ella sola.

—Afloja un toque, Cami.— Martina le recordó, mientras que su amiga la ignoraba olímpicamente y se servía un nuevo vaso con alcohol.

Sonny revisó su celular y los miró a ellos.— ¡Ya se dónde ir! Vamos a la casa de Jack Grealish, está haciendo una fiesta de año nuevo, estamos todos invitados. Bueno, yo estoy invitado y puedo llevarlos a ustedes. Le pregunté y me dijo que sí.

Grealish era probablemente el que más le caía bien en el Manchester City y en el equipo inglés, sin contar a Julián Alvarez. Ella lo había entrevistado en el mundial, junto con Mason Mount y Harry Kane. No conocía demasiado al inglés, a excepción de esas pocas veces que había tenido la oportunidad de hacerle alguna entrevista después de un partido. Jack era demasiado buena onda y si iba a hacer una fiesta, no quería perdersela. Además, los rumores decían que siempre que Grealish hacia una joda, el alcohol nunca faltaba.

—¿Grealish es el del City?— preguntó Cristian, sin entender de quién estaba hablando su amigo.

Martina miró mal a Cristian.— Si, Cristian, ¿Cómo no sabes quién es Grealish? ¿En qué mundo vivís? Juega con Julián en el City y también en la selección inglesa.

—Eh para un poco, ¿Sos su fan? Además para mí todos los ingleses son iguales. Hablan raro y no les entiendo una goma.

Para Cuti cualquier persona que decía hello ya se le hacía complicado entenderla.

—¿Y si está Alexis ahí?— preguntó de repente Cami, haciendo una mueca y tomando otro trago de cerveza. Martina dejó de pelearse un rato con su novio, para mirar a la chica con algo de pena. La influencer quería evitar a toda costa cruzarse con el colorado, y teniendo en cuenta de que iban a una fiesta donde el anfitrión era un futbolista, tenían un gran porcentaje de posibilidades de que MacAllister estuviera ahí. No era seguro, pero tampoco imposible.

—No creo, si Alexis no se lleva bien con Grealish, me parece que ni lo conoce.— le respondió Cristian, mientras que a su lado Martina asentía ante el comentario.

Trató de hacer memoria de los partidos que había visto, siempre le había gustado ver la Premier League, así que cuando no estaba trabajando, veía los partidos. El Brighton y el City se habían enfrentado algunas veces, y según recordaba, Alexis y Grealish casi ni se conocían.

Después de asentir, Cami preguntó.— ¿Grealish está soltero?

Sonny abrió bien sus ojos y pareció sorprendido de la pregunta sorpresiva, mientras que Cuti y Martina intercambiaron una mirada. Estaban todos perplejos.

—Grealish está soltero.— confirmó Son, después de que los cuatro se quedaran en silencio por un buen rato.

Bueno, no sabía qué estaba pasando ahí, pero al parecer Cami de verdad quería olvidarse de Alexis a toda costa.

¿Era Grealish el mejor para borrarse de la mente a su ex novio?

—¿Mason Mount va a estar ahí?— otro que preguntó fue Cristian, mencionando el nombre de otro inglés que justamente era uno de los grandes crushes que tenía Martina en su vida. Mason Mount, Lautaro Martinez y Antoine Griezmann eran algunos de los hombres que encabezaban esa lista.

Al parecer Cristian ya lo tenía fichado y no tenía muchas ganas de verlo.

Todos miraron a Sonny, esperando su respuesta.— Creo que sí, va a ser raro si le pregunto a Jack. Va a pensar que soy gay.

Martina puso sus ojos en blanco.

—Hasta los hetero están enamorados de Mason Mount, Sonny.

—Me duele tu comentario, Martina.— se quejó Cuti.

Con la idea de que un montón de futbolistas iban a ir a la joda de Grealish, los cuatro se subieron al auto de Martina y ella manejó en dirección a la lujosa casa. Era la única que probablemente no iba con intenciones de emborracharse, así que los demás iban tomando cerveza en el auto. Los obligó a no vomitar y tener cuidado con el vehículo, porque su sueldo de periodista le daba ciertos permisos y lujos, pero tampoco contaba con la plata como para que sus amigos le arruinaran su preciado auto. Una vez que llegaron, vieron que Rubén Dias estaba en la puerta, el portugués jugaba en el City y con Cristiano Ronaldo en su selección. Era probablemente uno de los mejores defensores que tenía la liga inglesa y Martina tenía un leve fanatismo con el hombre.

—Hola.— Sonny lo saludó y Rubén se acercó para darles un beso a las chicas y un apretón de mano a los hombres.

Todos entraron juntos a la casa de Grealish, se podía escuchar la música en inglés a través de los parlantes y había un leve aroma que le hacía darse cuenta que algunos estaban haciendo mucho más que tomar alcohol. Podía ver un montón de caras reconocidas, Erling Haaland, Bernardo Silva, Kevin De Bruyne, Jude Bellingham, entre otros. La hincha interior en Martina estaba saltando, queriendo acercarse para pedirles un autógrafo y una foto. Por más que trabajaba en el mundo futbolístico, estar fuera del ámbito laboral con tremendos futbolistas era mucho más de lo que podía aguantar.

Juraba que no se iba ir de ahí sin pedir al menos un autógrafo.

—¡Sonny!— gritó alguien, y cuando todos miraron en esa dirección, vieron que Grealish se acercaba al coreano. Jack le dio un abrazo de oso y algo torpe, casi se cayó al piso cuando los dos se separaron. El inglés soltó una carcajada.

—Me parece que este ya está re mamado.— le dijo en el oído Cristian.

Y bueno, a decir verdad se notaba que el anfitrión había empezado a tomar desde temprano. No podía hilar las palabras y abrazaba a Sonny, como si este fuera un nene chiquito. El coreano era lo suficientemente amable como para no mandarlo a la mierda. Martina y Cami intercambiaron una mirada, donde las dos se pudieron comunicar mutuamente. Con apenas unos pocos gestos, ella se dio cuenta que al final a su amiga no le llamaba para nada la atención Jack, y mucho menos cuando arrastraba las palabras y apenas se podía mantener de pie. Como si lo estuvieran invocando con el pensamiento, él dejó de prestarle atención a Heung-Min y las miró a ellas, poniendo la mejor sonrisa de galán que se le pudo dar. Grealish era atractivo, tenía lo suyo.

—Un gusto, señoritas.— Jack se acercó primero a Camila y le dió un beso en la mano y después se acercó a Martina, donde repitio el mismo gesto. Después parpadeó y la señaló con el dedo.— ¡Te conozco! Me hiciste la entrevista el otro día, después del partido. ¿Eres periodista? ¿Vienes a husmear o a divertirte?

Un poco y un poco. Siempre había ocasión para el chismecito.

—Trabajo como periodista y me llamo Martina. Vine con mis amigos, por el momento solo quiero divertirme.— Grealish asintió ante lo que ella le dijo y segundos más tarde volcó su atención en Cristian, quien se cagaba de la risa por la manera en la que el inglés estaba actuando, arratrando las palabras y con ese hipo que parecía no terminar más.

—Cristian Romero, también te conozco. Tienes una importante reputación.

—¿Que dijo? No le entendí nada.— Cuti la miró a ella en busca de ayuda, entre el acento bastante marcado del jugador y el alcohol, hacía que fuera un toque difícil entenderle. Además Cristian a veces no ponía mucho esfuerzo para ser bilingüe, sus conversaciones con Son eran en español y con alguna que otra palabra en inglés, así que no tenía mucha práctica.

—Que te conoce.

—Ah, seguro lo hice mierda en algún partido y me tiene bronca.

Martina trató de hacer memoria si en algún momento su novio había lastimado a Grealish de gravedad al marcarlo. Momentos después, Grealish los invitó a la cocina donde había un barril gigante de cerveza irlandesa, también había un montón de botellas de vodka, ginebra y todo lo que pudieran pensar, estaba ahí.

—Alcohol, necesito alcohol.— se quejó Cami en voz alta, mientras agarraba una botella de vodka y preparaba unos chupitos para todos.

Sonny y Camila empezaron a tomar como si no hubiera un mañana, el coreano fue influenciado por su amiga, que le decía que un chupito no le iba a hacer mal. Claramente el coreano no midió la gravedad del asunto y un chupito se convirtieron en cinco. Cuando menos lo esperaban, ya estaban borrachos, riéndose de cualquier cosa. Ella decidió ser la adulta responsable, tomando nada más un vaso de cerveza, porque había llevado el auto y planeaba manejar hasta su casa cuando fuera el momento de irse. Cristián tomaba un poco, no lo suficiente como para emborracharse como Cami y Son, pero si como para sacarse un poco la seriedad. Aunque a decir verdad, Cuti nunca había sido muy serio que digamos.

—Me siento mal, creo que voy a vomitar.— Sonny emitió un quejido, mientras se llevabas las manos a la boca y se marchaba corriendo hasta cualquier lado. Lo último que pudo ver es como subía unas escaleras, en búsqueda de un baño.

—Lo voy a buscar porque Sonny es re inocente cuando está borracho, le van a hacer cualquier cosa.— Cristian siguió los pasos de su amigo y Martina miró a su alrededor, se había quedado casi sola.

En una esquina estaban Camila y Phil Foden hablando juntos, demasiado cerquita como para darse cuenta que se estaban chamuyando.

Martina sacó su celular y se puso a revisar Instagram por un rato, hasta que notó una presencia que se puso a su lado. Levantó la vista y se encontró con un rubio que media casi dos metros de alto, y que además la estaba mirando. Era imposible no reconocer a Erling Haaland, el noruego era un chico grande y por más que estaba acostumbrada a la altura de Cuti, Haaland lo superaba. Era igual de alto que el Dibu. Sin saber qué decir, Martina miró para otro lado, dándole una miradita a Camila y Phil, que ahora estaban todavía más cerca. Cami sonreía ante algo que el inglés había dicho. Phil le daba las vibras de ser un poco gato, pero capaz eso era lo que necesitaba su amiga en ese momento.

—Phil me dejó solo, Jack está borracho vomitando en un baño y no sé con quién hablar. Te vi sola y pensé en que podíamos hacernos mutua compañía.— Erling habló y ella le prestó atención, como era la única persona a la que estaba mirando, supuso que estaba hablando con ella.

—¿No está todo tu equipo acá?

Él hizo una mueca.— Están todos borrachos y yo soy el único que decidió no tomar, consecuencias de llevar una estricta dieta de deportista.

—Yo tampoco tomé, y no por una dieta en especial.

Él sonrió.— Me suenas conocida, ¿Te he visto en alguna parte?

—Soy periodista deportiva, nunca te entrevisté en persona pero alguna que otra vez estuvimos en el mismo lugar juntos.

Erling era uno de los mejores jugadores de la temporada, todavía quedaban muchos partidos, pero al City le estaba yendo muy bien en la liga. Si seguían así, era muy posible que pudieran ganar la Premier League y quién sabe cuántos trofeos más. Haaland era un gran futbolista a sus cortos veintidós años y tenía toda una carrera futbolística por delante. Era una pena que no hubiera ido al mundial, ya que Noruega no había clasificado. Ojalá algún día pudiera desarrollar todo su potencial también con su selección.

Martina volvió a mirar a Camila y a Phil, ahora estaban chapando, mientras las manos del chico estaban puestas en la cintura de su amiga. No habían tardado ni dos minutos en hablar e intercambiar saliva.

—¿Es tu amiga?— preguntó Erling, dándose cuenta que la atención de la castaña estaba puesta en la parejita. Ella asintió con la cabeza y volvió a mirar al rubio.

—¿La que se está comiendo a Phil? Si.

—Se nota que la están pasando bien.

—¿Te parece? Casi parecen siameses por la manera en la que están unidos.— Martina soltó una risita y sacó su celular para revisar la hora, ya habían pasado veinte minutos desde que Cristian y Son se habían ido a buscar el supuesto baño y todavía no habían vuelto, estaba a punto de ir a buscarlos.

—Vamos a bailar.

—¿Qué?— ella creyó que había escuchado mal, ¿Erling Haaland la había invitado a bailar?

—Es temprano y estamos aburridos, si no tomamos alcohol, al menos podemos bailar un rato. Soy malísimo para bailar pero puedo hacer el intento. ¿Tienes algo mejor que hacer?

¿Tenía que decirle que tenía novio o capaz estaba flasheando algo que nada que ver? Además Erling parecía amable y buena onda, sin segundas intenciones. Tener novio no significaba que no podía intercambiar una palabra con otro hombre que no fuera de su círculo cercano. Y por si eso no fuera poco, estaba en sus sentidos y si llegaba a pasar algo, siempre tenía la oportunidad de detenerlo antes de que hicieran algo incorrecto. Podía esperar a Cristian y a Sonny, mientras bailaba un rato con Haaland.

—Está bien.

—Vamos.— Erling le hizo señas y los dos caminaron hasta la pequeña e improvisada pista de baile que habían hecho. Jack Grealish estaba bailando y mandándose unos pasos prohibidos con John Stones, los dos británicos los miraron y les hicieron señas de unirse a ellos.

Poniendo música estaba Rubén Dias junto a Rodrigo. Los dos jugadores del Manchester City pusieron reggaeton, así que agradeció que no se tratara de música electrónica, porque Martina no tenía ni puta idea de cómo bailarla. Ver bailar a Haaland era gracioso, el noruego trataba de ponerle onda pero estaba más duro que la madera. Ella se le cagó de risa en la cara y el rubio lo notó.

—¡Dije que bailaba mal!

—Sos un robot.— ella lo jodió.

—Soy un androide.

Martina soltó una carcajada. Los dos siguieron bailando, hasta que sonó una canción que supuestamente el noruego conocía.

—¡Butakera!

—¿Conoces la canción?— preguntó ella sin poder dejar de reírse. La canción de la Joaqui se escuchaba fuerte y el rubio se estaba mandando unos pasos.

—Alvarez me la mostró.

Haaland se había re entregado.

—¿La canción o la pija?

Ay, Martina se estaba juntando mucho con Cristian, ya hasta soltaba comentarios con doble sentido ante cualquier cosa.

Erling soltó una carcajada que hizo que varias caras voltearan a verlos.— La canción.

Martina y Haaland bailaron un rato, pero cuando la música fue intervenida y Jack Grealish quiso poner temas melancólicos de Oasis, supieron que no había manera de que pudieran bailar eso. Los dos volvieron a la cocina en búsqueda de un poco de agua. Ahora Phil y Cami estaban hablando tranquilamente, con una mirada de confirmación, supo que Camila estaba bien y no necesitaba que ella se metiera. Haaland le sirvió un vaso y se lo pasó, ella estaba tomando, cuando escuchó que alguien la llamaba por su nombre.

—¡Martina! ¿So' vo'?

Julián Álvarez venía todo alegre corriendo a su lado. Con él también venía el Dibu. La araña se colgó en su hombro y le dio un abrazo fuerte, mientras ella dejaba el vaso de agua a un costado, por miedo a que el futbolista se lo tirara. El nueve de la selección se veía igual de borracho que el día que los campeones del mundo habían llegado al país.

—¡Ea! ¿Dónde está Sonny? Tu amigo el coreanito.— él la soltó y miró a su alrededor en búsqueda de Heung-Min, Martina se mordió el labio para contener la risita.

—Este pibe se tomó hasta el agua de los inodoros.— explicó Dibu, para dos segundos más tarde mirar a Martina y a Erling con una ceja alzada.

Alto ahí, no había pasado nada entre ellos dos, pero el arquero de la selección la estaba mirando como si fuera una traidora y Erling fuera su enemigo.

—¿Conocés a Julián?— Erling le preguntó a ella, viéndolos a los dos y tratando de hacer la conexión que los unía a ellos dos.

—Somo' argentinos, campeone' del mundo, papá. Obvio que nos conocemo'.— respondió Julián, arrastrando las palabras. Ahora que estaba en ese estado, se comía todavía más las s. Parecía Cristian cuando hablaba.

—Y Martina es la novia del Cuti, es una relación aprobada por Lionel Messi en persona.— agregó el Dibu, con su acento inglés. London Boy de Taylor Swift le quedaba perfecto, seguro la rubia lo había escrito pensando en Emiliano Martínez y la manera en la que hablaba.

Martina se quedó callada, tiesa.

—¿Conoces a Messi?— le preguntó ahora el androide noruego a Martina.

—Soy bestie de Anto.— explicó ella, pasándose una mano por el pelo y mirando a los tres hombres. Julián señaló a Camila y a Phil y abrió su boca sorprendido. De vuelta estaban chapando.

—¡Está engañando a Alexis! Hay que separarlos.

—No, no, no. Juli vení para acá.

Martina agarró del brazo a la araña, antes de que se acercara a la parejita. Entre lo borracho que estaba y lo que pasaba frente a sus ojos, Julián estaba en un estado de confusión gigante.

—¿Estás viendo lo mismo que yo estoy viendo? Se lo está comiendo. ¿Qué va a pensar Ale?— Julián hizo un puchero y empezó a soltar palabras que no tenían nada de sentido.

Martina no podía decir la verdad, que Alexis era un desconsiderado que había dejado a Camila en plenas fiestas, tampoco podía decir que Phil Foden era la manera en la que Cami se quería olvidar de él. Eran cosas que no podía contar, aunque al mismo tiempo tampoco le gustaba que los jugadores pensaran que Camila era una infiel, cuando en primer lugar lo había sido el colorado.

—Todo tiene una explicación, no pasa nada.— fue lo único que pudo decir para intervenir, sin embargo la araña seguía sin comprender.

—Hay que llamar a Alexis y decirle que venga.

—No, no. Alexis está muy bien lejos de Cami. No lo llames.— Martina casi se atragantó con su saliva. Si Alexis llegaba a la joda iba a ser demasiado incómodo.

Julián intentó sacar el celular de su bolsillo, pero al final lo único que hizo fue poner la palma de su mano en su oreja, imitando que su mano era un celular.

—Hola, Alexis. Vení que te necesitamos en la joda de Grealish.— él se sacó la mano y miró a los demás.— Dijo que ahí está viniendo.

El pedo de Julián era increíble.

—Estoy perdido.— soltó Erling Haaland mirando a los tres.

Julián finalmente miró al rubio y levantó su dedo índice para señalarlo.

—Cuidado con tus intenciones con Martu, los ví hablando y bailando. Ya hicieron infiel a Alexis hoy.— Julián se acercó a Haaland y como él había dicho todo en español, Erling no fue capaz de entender por completo lo que había dicho, o capaz simplemente no se lo quiso tomar de mala manera su comentario. Haaland agarró a Julián y lo abrazó de costado.

—Toma un poco de agua, Julián.

El argentino agarró el vaso que le ofreció Erling y lo tomó desesperado. Una vez que terminó, miró al noruego muy serio.

—Voy a buscar a Cristian, no sé que pasó que están tardando mucho.— ella explicó, mirando a los hombres. Ellos podían seguir sin ella, Haaland no había bebido nada, mientras que por más que Julián estaba re borracho, el Dibu también se mantenía de pie y con pensamientos racionales.

—¿Son está con él? Voy con vos.

Martina quiso decirle que no a Julián, pero después de que le insistiera múltiples veces, terminó diciéndole que sí. Haaland también subió con ellos y como el rubio conocía más la casa de Grealish, los acompañó y guío por el lugar. Finalmente la periodista vio como una puerta se abría y de ahí salían Cristian y Son. Lo primero que notó fue que el coreano estaba viniendo una nueva ropa, que no había usado al salir de joda esa noche.

—¡Son!

—¡Julián!

Los dos estaban en el mismo estado, se abrazaron y empezaron a hablar en español y en coreano. Ninguno se entendía nada, pero actuaban como si la conversación fuese unilateral.

—¿Qué pasó?

Cristian se acercó a ella.— Se vomitó, tuve que cambiarle la ropa y bañarlo porque tenía tremendo olor. Grealish tiene un quilombo en la pieza, así que me re costó encontrarle unos pantalones. Ya estoy listo para ser padre, ¿ves? Cuidar a Sonny borracho es como cuidar a un hijo.

Martina tosió, mientras notaba que Erling Haaland los miraba con curiosidad.

—Este es Erling Haaland, Erling, este Cristian Romero.— ella los presentó, mientras los dos varones se miraban y se saludaban con un apretón de manos.

—¡Cuti!— Julián se acercó al cordobés, ignorando por completo a Heung-Min y señaló a Martina y a Haaland con el dedo.— Ellos... Camila y Phil, no sabes lo que te tengo que contar.

Martina quiso matar a la araña, lo único que faltaba era que le dijera a Cuti que lo había cagado, cuando en realidad sólo había estado bailando con Haaland.

Haaland fue rápido, agarró al coreano y al argentino.— Me los llevo, los dejo solos. Aprovechen la noche y la fiesta, todavía es temprano.

Cristian miró a Erling como si no se lo bancara, mientras que Martina le agradeció eternamente. Una vez que se quedaron a solas, ella se acercó a su novio y puso sus brazos arriba de sus hombros, abrazándolo. También lo miró con ganas de llenarlo de besos.

—Te extrañé, me dejaste por mucho tiempo.— reconoció ella, dándole un pico y separando su cara sólo por un instante. Sin embargo, Cristian volvió a acercar su boca y esta vez se besaron por un largo tiempo, sintiendo como sus lenguas se rozaban. Cuti se separó solo para hablar.

—Ya que los nenes se fueron y tienen niñera, podríamos aprovechar el rato a solas que tenemos.— él la agarró de la mano y la empujó hacia la puerta donde había salido con Sonny. Una vez dentro, el cordobés cerró la puerta a sus espaldas.

—Cristian.

—Dale, los dos nos morimos de ganas.

Martina lo besó y él sonrió en medio del beso, mientras los dos se empujaban cada vez más dentro del cuarto. Las manos de Cristian fueron a parar al vestido de la castaña y se lo subió, exponiendo cada vez más su piel. Él la empujó en la cama y como ella no quería quedar abajo esta vez, se movió hasta que quedó sentada justo arriba de Cuti. Los besos eran para nada inocentes, y ambos sabían que tenían que ser rápidos si no querían ser atrapados. Apenas había pasado un minuto desde que estaban a solas, así que calculaba que todavía tenían mucho tiempo.

—Haceme lo que quieras, Martina.

Ella sonrió. Se acercó para besarlo de vuelta y escucharon una nueva voz.

—¿Qué están haciendo?

Martina emitió un gritito y en un movimiento rápido, Cuti la dió vuelta para que ella nuevamente quedara abajo. Estaba segura que Julián Álvarez le había visto todo el culo desde esa posición. Abajo de su novio, ella vio que Sonny también entraba en la pieza. Habían llegado en el peor momento, pero al menos no los habían visto tener relaciones. Sin darse cuenta de la incomodidad, la araña se acercó a la cama donde estaban ellos y con las zapatillas todavía en sus pies, empezó a saltar como un nene.

Wiiiiii.

—¡Julián culiao' te voy a cagar a trompadas!— se quejó Cristian, sin moverse de su lugar para que Martina no quedara expuesta. Julián ni se había dado cuenta de lo que había estado a punto de suceder entre la pareja.

La araña paró de repente.— Ay, no, para. Me dieron ganas de vomitar.

—¡Julián no!

Sin embargo, el nueve vomitó todo lo que tenía en su estómago arriba de Cristian, haciendo que algunas gotas cayeran también arriba de Martina. Corriendo, llegó también Haaland a la escena. El noruego miró la situación, la forma en la que Martina y Cristian estaban acomodados, hasta el vómito que caía sobre ellos. Sonny no hizo otra cosa que empezar a reírse.

—¡Erling la puta que te parió!— gritó Cuti en contra del noruego.



BUENASSS, ¿Les gustó el capítulo?

Estoy súper motivada a continuar esta historia, así que me ayudarían muchisimo si muestran apoyo votando. Últimamente estoy teniendo muchos lectores que no votan y no está piola, así que porfis les toma un segundo votar.

Buenooo, ¿Qué opinan de Erling? ¿va a traer problemas o solo va a ser el próximo amigo de Martina?

Mañana juega Argentina contra Bolivia, toy nerviosa.

Nos vemos la próxima, besitos.💗

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