No se me ocurrió mejor manera de conmemorar el Día Internacional de la Mujer que escribiendo sobre mi detective ficticia favorita, la que me dio muchas de las mejores jornadas junto a Netflix de mi vida y un personaje femenino que admiro profundamente. 

Antes de ver la serie Miss Fisher's Murder Mysteries no sabía nada de ella, porque en Chile no llegan sus libros. Y si Netflix me la recomendó fue a raíz de todas esas series de investigadores hombres que yo solía ver en la plataforma. Su título me llamó de inmediato y me bastaron unos diez minutos del primer capítulo para saber que me gustaría. Lo que quizás me sorprendió un poco es que me gustara a ese nivel. No suelo hablar mucho de esta serie y de hecho no conozco a nadie que la haya visto, así que siento que ha llegado el momento de sacar a relucir todo mi fanatismo. 

LA SERIE

Disponible en Netflix, Miss Fisher's Murder Mysteries es una serie clásica de detectives, ambientada en los años 20 en Melbourne, Australia. Con episodios de aproximadamente una hora, nos muestran una serie de casos en los que se investigan asesinatos, desapariciones, secuestros y estafas. Lo típico. Como buena serie del género, al personaje principal lo acompañan una serie de personaje secundarios, como el típico policía cuya autoridad se ve atacada por el investigador amateur, un mayordomo, una ayudante, un par de chóferes que a veces tienen que hacer el trabajo sucio, etc. Nos muestra una sociedad llena de prejuicios ante, por ejemplo, la homosexualidad o las mujeres de armas tomar. Mucha corrupción, mojigatería y Can Can. 

La ambientación es genial, sobre todo por la cantidad de lugares que nos muestran capítulo a capítulo. Todo transcurre en una ciudad en ascenso, portuaria, relativamente pequeña, pero los personajes se mueven por todos sus recovecos, desde la mansión más elegante hasta el hueco oscuro lleno de delincuentes. Todo acorde a la época, con ese aire entre película de gángster y período entre guerras. 

Como suele ocurrir con este tipo de historias, cada caso es diferente al tiempo que sigue esquemas que hace posible agruparlos y hacerse una idea desde antes de lo que puede ocurrir al final. Al final, uno se siente más atrapado por los personajes permanentes que por la trama de cada capítulo, aunque estos no dejan de ser interesantes. 

Pero claro, la gran estrella de esta serie es el verdadero motivo de esta entrada. Disfruto la serie en su totalidad, pero es Miss. Fisher quien me enamora. Ella y las relaciones que va estableciendo con cada uno de los personajes. 

Así que hablemos de ella.

PHRYNE FISHER

Al menos para mí, es un poco inevitable no enamorarme de ella. Es genial, hermosa, inteligente, inquisitiva, bondadosa, empática, fuerte. No tiene nada que envidiarle a los detectives más famosos como Sherlock Holmes o Hercúle Poirot, ya que posee una inteligencia a la par y medios para dedicarse a la investigación sin problemas a pesar de la época. Y todo eso sin ser extravagante ni distante. 

No le falta tampoco un pasado triste que justifica su búsqueda de justicia, pero algo que agradezco es que esto tenga más que ver con sus afectos familiares que con una relación amorosa. Es en su infancia donde encontramos el motivo de su vocación, un hecho que la define pero que no le impide buscar la felicidad, ni la convierte en una heroína oscura y melancólica. De hecho, Phryne es una mujer llena de vida, amante de los placeres mundanos y amiga de sus amigos.

Su trabajo, que lleva a cabo sin fines económicos porque es una mujer rica, no le impide ser elegante, femenina y andar siempre bien vestida. Y esa indumentaria, a su vez, no le dificulta trepar paredes, perseguir a malhechores o incluso defenderse ante una agresión. Es una detective completa, tanto en lo físico como en lo intelectual. Pero, a pesar de que verla investigando es un placer, lo que más me gusta de ella son sus cualidades como persona. 

A lo largo de las tres temporadas de la serie, vemos que Phryne muestra constantemente una serie de valores más propios de alguien de este tiempo, transformándola en una mujer muy adelantada a su época. Respeta a todos por igual, sin hacer juicio sobre aquellos que tienen gustos diferentes o deciden vivir sus vidas de una manera que la sociedad no comprende ni acepta. Ayuda a todos aquellos que lo necesitan, muchas veces llevándolos a su casa o proporcionándoles un trabajo para que puedan comenzar desde cero. Es por eso que poco a poco, a pesar de ser una recién llegada en Melbourne, se va rodeando de una serie de personas que le son fieles, que pondrían en riesgo sus propias vidas para defenderla. Como investigadora, Phryne Fisher ostenta una red de amigos, conocidos y ayudantes que le hacen las cosas más fáciles, así que, aunque es ella la indiscutida protagonista, todo se siente muy colectivo, incluso familiar. 

Este lado amable y empático combina a la perfección con su lado más salvaje, combativo y contestatario. Podríamos decir que Phryne es una mujer rebelde, que se niega a seguir el curso que la sociedad patriarcal le indica. Es independiente y no tiene planes de casarse. Vive su sexualidad con libertad y puede separar ese plano de su vida de los sentimientos. No deja que nadie la mande y es por eso que a veces puede transformarse en un estorbo para la autoridad, en especial para Jack Robinson, quien es el policía con el que continuamente se cruzará la detective. Cuando esto sucede, Phryne saca a relucir su encanto o derechamente una testarudez infinita. 

En resumen, este es un personaje femenino de los fuertes, que no cae en exageraciones parciales de lo que debe ser una mujer en un rubro supuestamente masculino como la investigación y los crímenes. Podrían haberla transformado en una damisela en peligro o, por el contrario, en un hombre con falda. Lo que crearon, sin embargo, fue un personaje completo y a una mujer admirable. 

Existen libros, pero no los he leído, así que desconozco cuán similar es la serie a ellos. Ojalá lo sean, porque esta serie es una de mis favoritas sobre detectives.