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MARATÓN 1/3 CON MUCHO LOF PARA USTEDES middleofnow

ALGÚN MOMENTO EN HALLOWEEN

L O V E Y

Para la Noche de Monstruos de nuestra escuela habían dos reglas: ve disfrazado y rómpete la vida entera trabajando para ganar puntos en las materias que quieras.

Tal vez la segunda regla era el por qué la mayoría de los chicos iba, quitando eso, la fiesta era lo peor. Aunque a veces disfrutaba disfrazarme, el año pasado Avery había sido Wonder Woman, Miles fue Superman y yo, para quedar mal con ambos, fui Captain America porque Marvel me controlaba en esos tiempos.

Este año era Tate Langdon.

—Hola, soy Tate, estoy muerto. ¿Quieres...

—Lov, por favor, Miles está aquí —reclamó Avery aventando mi rostro con su mano.

Miles bufó cruzándose de brazos.

—Tengo quince años.

—Y yo voy a ser legal en Latinoamérica en cuatro días —le respondió ella, dio un aplauso y señaló a Miles—. Mátame esa...

—Avery ¿qué diablos?

—Perdón.

Su hermano negó con la cabeza y señaló a su puesto que estaba al lado del nuestro: —Debo irme.

Avery tocó su pecho con lástima y puso su mano libre sobre el hombro de Miles.

—No me dejes, hermanito.

Miré sobre el hombro de Miles quien le había contestado a su hermana y pude ver cuatro figuras bastante familiares.

Me reí y apunté con la cabeza a la dirección donde estaba viendo.

—Mira, Miles, tu novia —me burlé.

Miles arrugó su frente y volteó a ver el lugar indicado, luego su vista volvió hacia mí y se cruzó de brazos enfadado.

—Ja, ja, muy graciosa.

—Oye, no me juzgues. Son adorables, quiero ser su madrina de bodas.

Avery soltó una pequeña carcajada justo cuando las cuatro personas llegaron a nuestro lado.

Miré el disfraz de Adam que por un momento me pareció ridículo, pero luego recordé que su hermana era Alicia y bueno, no podía esperarme nada más de ella que obligar a su hermano a disfrazarse de Flash.

Si es que lo había obligado, claro.

—Oh por Dios, te disfrazaste de Tate —chilló Alicia mirando mi maquillaje.

—Y tú de Supergirl —apunté a su lindo disfraz.

Alicia dio una vuelta tomando el final de la falda roja y sonrió viendo a Miles.

— ¿Y de qué vienes, Miles? —quiso saber Alicia.

Avery enrolló su brazo alrededor de los hombros de Miles, palmeó su pecho y lo empujó hacia la chica: —Él es tu kryptonita.

—De hecho, si fuese su kryptonita ella...

—Cállate, Lovey —me regañó Avery viendo a los dos chicos.

—Miles, un pajarito me dijo que tu puesto es el registro civil.

Adam abrió los ojos de par en par y Astrid, que estaba disfrazada de una vampiresa, lo detuvo empujándolo con la mano.

—Que loca estás si hablas con pajaritos —murmuró Miles revoloteando las pestañas.

—Podemos casarnos allí y...

—Muy bien, Alicia —intervino Adam—, ¿por qué no vamos a... allá?

Adam señaló un lugar cualquiera con el dedo índice y Alicia se inclinó para ver mejor lo que había señalado.

— ¿Los baños?

—También tengo necesidades —miré a Adam elevando una ceja y me crucé de brazos.

Miré a Lilian disfrazada de Hawkgirl, con sus grandes alas medio grises y un antifaz negro además del top amarillos y un pantalón ajustado verde.

Adam nos había dicho que uno de sus amigos organizaba una fiesta anual de Halloween que era mañana y todos decidimos que debíamos ir de la Liga de la Justicia o de superhéroes de DC.

Alicia, Lilian y Adam se disfrazarían de los mismos personajes de esta noche mientras que Astrid sería White Canary, Avery eligió Black Canary porque es su favorita de todos los tiempos, Miles dijo que quería ser Arrow mientras que yo me había ido a uno de los villanos de la Liga de la Justicia, Harley Quinn por dos razones poderosas: no sería Wonder Woman y tampoco quería ser Bat Girl.

—Creo que me enamoré de sus disfraces —opiné intentando que Adam dejase de pensar en su hermana menor coqueteando con un chico.

— ¿Qué dices? ¡Tú eres Tate, Lovey! ¡Tate es lo mejor!

—El mundo lo sabe.

Alicia dirigió su mirada –nuevamente– a Miles, quien le sonrió incómodo. Adam aclaró su garganta.

—Como que sigo queriendo ir al baño, hermanita.

—Ve tú solo, hermanito.

—De acuerdo —interrumpió Lilian dando unos aplausos—, ¿qué tal si nosotros cuatro exploramos la escuela y ellos trabajan en sus puestos?

—Nosotros me huele a manada, Lilian —se quejó Astrid dando una patada al suelo.

— ¿En serio, Astrid?

Tomé el puente de mi nariz dando un ligero respiro y al final terminé corriendo a los cuatro.

Avery, Miles y yo tomamos nuestros respectivos lugares y nos pusimos a trabajar.

La Noche de Monstruos consistía en vender todo lo que tuvieses y ser el puesto con más ingresos en toda la escuela, así que básicamente nuestra escuela se volvía el campo de batalla de The Hunger Games cada 31 de octubre.

Me tocaba a mí entregar las órdenes que Avery y Camille, una compañera, me daban a mí y a Lila; Clarissa y Amanda se encargaban de las órdenes que daban Louis y Melanie.

Gracias a Dios, este turno tenía solamente a chicas. Normalmente teniendo un turno mixto éramos un total desastre porque ya saben, los chicos no hacen nada, las chicas enloquecen, hay gritos e insultos, se daban órdenes repetidas, poníamos algo donde no, cobrábamos más y a veces menos y un sin fin de cosas.

—Una hamburguesa con salsa BBQ en la carne y papas, Lov —me dijo Avery.

—En un segundo.

Tomé las pinzas y caminé hasta el recipiente con las papas calentitas, después abrí la bolsa con el pan para hamburguesa; le puse mayonesa a la primera tapa y coloqué el pedazo de carne, luego me dirigí a las salsas y tomé dos cucharadas de la salsa BBQ. Elevé la mirada para encontrar a la persona que quería la orden y me topé con unos ojos bastante familiares.

— ¿Connor?

Los ojos verdes del chico me miraron interrogantes.

—Lo siento, estás toda maquillada, ¿quién eres?

—Soy Lovey.

Solamente esperaba que supiera de mi existencia.

Connor había sido algo así como mi crush cuando tenía doce años, a veces le hablaba para pedirle el lápiz que había terminado debajo de su banca o para que me repitiera lo que habían dictado y nada más. Ni siquiera estaba segura de que supiera mi nombre ya que sin él era popular y bueno, yo estaba aparte.

— ¿La que llevaba esos ricos pastelillos de chocolate de vez en cuando?

A mamá le encantaba la repostería, podías ir a mi casa diario y olía a chocolate, vainilla, fresa u otros olores. Siempre teníamos algo para dar ya hubieran sido galletas, pays, gelatinas y pasteles.

Y dado que él me gustaba a los doce, ella y papá seguían vivos.

Ahora que me doy cuenta, realmente extraño aquellos pastelillos de chocolate. Mamá solía rellenarlos con nutella.

—Sí, la misma —dije sonriendo–...eh, ¿qué va a llevar tu hamburguesa?

Él me indicó lo que le pusiera y le miré estirando mi mano para que tomase el plato cuando su hamburguesa estaba lista.

Connor lo tomó distraídamente haciendo que éste se volteara y un par de papitas cayeron al piso.

—Oh, vaya —se quejó él rascando su nuca.

—Te daré más.

—No, no, no, Lovey —dijo Connor precipitadamente y luego me sonrió—, así está bien. Nos vemos.

Lo miré yéndose caminar y recordé cuando me gustaba. Siendo fangirl desde que nací, mi único tema de conversación son los artistas que me gustan así que siempre que me acercaba a hablarle terminaba hablando de los Jonas Brothers. Eso si me atrevía a hablarle, claro.

Problemas de una fangirl.

Avery se me acercó y me murmuró al oído: — ¿Él era Connor?

—Sip —respondí haciendo énfasis en la p.

—Guau, es incluso más guapo que Adam.

Fruncí el ceño girando a ver a mi amiga y la señalé: — ¿Piensas que Adam es guapo?

Mi amiga se encogió y corrió hacia su puesto para seguir atendiendo a la gente. Negué con la cabeza y dibujé una pequeña sonrisa en mi rostro.

Ya sabía que le gustaba Adam. Creo.

Una hora después todas nosotras hicimos un cambio de turno y ahora las que tomaban las órdenes eran quienes las hacían y viceversa.

—Oye, Lovey —llamó mi atención Lila mirando sobre mi hombro— ¿no piensas que el hermano de Avery se parece un poco a Carl Grimes de The Walking Dead? No el cómic, sino la serie.

Volteé a ver a Miles quien hablaba con uno de los clientes que habían ido al registro civil y lo inspeccioné con la mirada, me volví otra vez hacia Lila y ambas fruncimos la nariz.

Nah —dijimos al mismo tiempo, comenzando a reír.

Seguí con mi trabajo hasta que nuevamente me topé con los ojos verdes de Connor. Me sonrió.

—Hey, Lovey, ¿todavía por aquí?

—Sí, bueno, necesito puntos en matemáticas.

—Claro, mi hermano me habló de eso —dijo inclinándose sobre la cajita donde echaba los tickets—, ¿qué te parece si te ayudo a que se acaben más rápido tus cosas y me das dos platos de papas?

Hice una mueca pensativa.

— ¿Y cómo harás eso?

Él se reincorporó y estiró su mano hacia la mía para cerrar el trato.

— ¿Hay trato?

Suspiré pesadamente y tomé su mano: —Trato.

Pagó sus dos platos de papitas y después se alejó del puesto caminando hacia el otro patio de la escuela.

A los minutos, una larga fila se creó en el puesto de hamburguesas. Mis compañeras estaban más que sorprendidas pero yo no.

No sabía qué había hecho Connor pero fuese lo que fuese, había funcionado.

Mi campo visual logró ver a nuestros cuatro acompañantes que se acercaban hacia acá.

—Lovey, ¿qué pacto con Satán hiciste? —Me regañó Astrid.

— ¿Satán?

—Sí, bueno, estábamos en el otro patio y de pronto un chico se subió al escenario diciendo que vinieran a comprar hamburguesas aquí.

—No veo el problema, Hudson.

Astrid apretó los dientes cuando la llamé por su segundo nombre.

—A lo que se refiere, según lo que entendí, es que el chico es Satán.

Ahora lo recordaba.

Astrid siempre había odiado a Connor y le llamaba Satán. Nunca supe por qué, pero así era.

— ¡Además puso una canción y comenzó a bailar y Adam me sacó! —Se quejó Alicia haciendo un mohín.

La miré alzando una ceja.

Vaya, los jóvenes de ahora tienen la hormona alterada.

— ¿Qué hace Connor aquí?

—No sé, pregúntale tú —hice un ademán hacia el chico, quien venía caminando.

Connor abrió sus brazos: —Te dije que lo haría.

— ¿Quién es Connor? —Preguntó Lilian volteando a verme.

No tenía ni tiempo de explicarle ya que él estaba a unos cuantos pasos de mí.

—Que te explique Astrid, como que ella lo ama.

Astrid fingió que se le revolvía el estómago y me reí.

— ¿Y qué dices, Lovey? —Quiso saber Connor cuando se puso a mi lado.

—Creo que van a faltar cosas, Connor.

— ¿Y qué más?

— ¿Qué más de qué?

—Vamos, Lovey, ¿no merezco tu número por haberte ayudado?

Oh, así que lo hizo con esas negras intenciones.

—Debes hacer mucho más que eso para tener mi número, Connor.

— ¿Y qué debo de hacer?

Ser Michael Clifford.

O Luke Hemmings.

O Ashton Irwin.

O Calum Hood.

O en su defecto, pertenecer a una banda llamada 5 Seconds of Summer.

—No se me ocurre nada —le dije riendo, tomé una servilleta y con una pluma que Lila había llevado escribí mi número —. Toma.

Connor me sonrió agarrando la servilleta y sacó su celular para apuntarlo.

—Te llamaré luego, Lovey.

Y se alejó del puesto.

Antes del final de la noche, habíamos logrado que absolutamente todo se terminara; nos encontrábamos recogiendo un poco el puesto para ahorrarles un poco de trabajo a los señores del aseo de la escuela. Miles se acercó a Avery y a mí con un papel en sus manos.

—Creo que Alicia logró que me casara con ella.

— ¿Crees? —Preguntó burlona Avery doblando un mantel.

—Sí, yo... no sé qué sucedió.

—No, sí sabes —le dije tocando su nariz con mi dedo índice—. Te gusta Alicia, ¿cierto?

—Ew, no —respondió agachándose para ayudarnos a recoger —. Me dijo que tú habías firmado la hoja y bueno...

—Eres tan ingenuo, hermanito.

—A veces Alicia me da un poco de lástima. Es tan linda y simpática y el chico que le gusta la ignora por una perra que nunca le va a hacer caso.

— ¿Sí sabes que la perra eres tú, cierto? —Preguntó Avery ayudándome a barrer.

Recargué mi barbilla en el palo de la escoba y asentí con la cabeza.

—Oh, ¿ella te da lástima porque la rechazo pero yo no te doy lástima, Lov?

—En realidad me das risa.

—Eres tan mala.

Me encogí de hombros.

Al final de la noche me tomé una selfie yo sola haciendo que se viese mi sudadera que decía normal people scare me con la tipografía de American Horror Story. Mi disfraz consistía en esa sudadera y el maquillaje que Tate usaba cuando contaba su sueño donde mataba a todos en su escuela.

@michaelaugh: hello, I'm Tate, I'm dead. Wanna hook up?

M I C H A E L

— ¡Ahí está! ¿Lo ven? ¡Tiene el cabello teñido de rojo! —Exclamé señalando a la foto de Chica Arcoíris que había subido unos minutos antes.

—No sé ustedes pero yo solamente logro concentrarme en que ve American Horror Story —opinó Calum arrebatando mi celular de mis manos.

—Se ve bien maquillada de Tate Langdon —dijo Ashton poniendo zoom a la foto.

Luke entró en la habitación y bufó al vernos a todos amontonados en un mismo celular, probablemente adivinando de qué se trataba. Lo miramos los tres al mismo tiempo y vimos a Arzaylea entrando detrás de él y sucedió de nuevo, los tres bufamos al mismo tiempo.

—Luke, ¿por qué no estás disfrazado? —Quiso saber Calum, mirándolo.

Para Halloween habíamos hecho todo un plan y la cuenta de la banda fue cambiada a 5 Seconds of Sexx y las fotos de perfil eran de nosotros disfrazados de rockeros. Esta noche haríamos una entrevista disfrazados así, pero Luke estaba vestido casual.

—Arzaylea no piensa que sea buena idea, ¿sabes?

—Arzaylea me la...

—Michael, por favor —me detuvo Ashton poniendo un cojín en mi cara.

La susodicha se acercó a nosotros con una camisa a cuadros rojos y negros que, hasta lo que yo sé, solía ser de Luke.

—Hey, Arzaylea —llamó su atención Calum.

La chica alzó su mirada hacia mi amigo: —Los que debíamos estar disfrazados somos nosotros, no tú, bruja.

Luke elevó una ceja.

Desde que había empezado a salir con ella la banda tenía problemas. Nos peleábamos porque se comportaba como el perrito de Arzaylea.

—De todos modos, ¿qué haces tú aquí, Azotea?

—Es Arzaylea, teñido —me dijo ella sonriendo sarcásticamente.

— ¿Te pregunté?

Juro que si no fuese mujer, ya estaría golpeándola.

De alguna forma, Luke consiguió sacar a la chica de nuestro cuarto y hablamos un poco acerca de aceptarla ya que era su novia. Creo que ninguno de nosotros le prestó atención.

Solamente esperaba que esta chica no nos causara tantos problemas de los que ya había causado, la verdad.


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