━ UNO.

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( CAPÍTULO             UNO
— DIME QUIEN ERES )

"Madre, te lo suplico. Si quieres me pongo de rodillas, pero déjame asistir a Hogwarts", decía con claro tono de suplica el menor que aún sostenía el sobre en su mano, apretujándolo contra su pecho. Nunca había deseado algo como aquello. "En los últimos años me he comportado mejor que nunca, he recolectado mi comida, he buscado la forma de vestir sin muchos recursos y no he pedido nada a cambio, nunca".

"No tienes idea de lo que estás pidiendo. Tu padre, ese hombre que se atrevió a asesinar a la niña de piel morena, te vino a dejar aquí para morir, a que las arpías se ocuparan de ti, y él está aún libre, lo seguí todo el tiempo que me fue posible hasta que comenzó a esconderse exitosamente de mi vista. Ese mal hombre de saber que aún estas vivo, hijo mío, podría hacer cualquier cosa para asesinarte y yo como tú madre no me permitiré que eso ocurra. ¿No lo entiendes? Todas mis decisiones son para tenerte a salvo".

"Madre, pero si él ya sabe. Todo mundo habla sobre mi, los he escuchado mientras camino por el callejón Diagon por las mañanas".

"¿Y qué es lo que tú haces ahí, Elijah?".

"Trato de encontrar amigos".

"Vivir conmigo, ¿no ha sido suficiente?"

"Lo es, pero solo puedo verte por las noches. Las mañanas se hacen interminables estando tan solo como yo, así que tomo la capa en la que mi padre me envolvió para dejarme aquí y escondido en ella, camino por ahí escuchando pláticas. Además es bastante obvio que Dumbledore sabe que aún vivo, sino, no habría enviado esta carta".

"Dumbledore siempre lo sabe todo", dijo en un tono casi molesto pero a la vez aliviado de saber que un mago tan bueno como él sabía de la existencia de su hijo y con ello aseguraba una seguridad para su hijo.

"¿Me dejarás asistir?", preguntó un poco esperanzado.

"De acuerdo, hijo mío. Pero recuerda todas las noches buscarme por la ventana. De mi nunca te librarás, cada noche estaré ahí sin falta".



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La compra de sus útiles escolares fueron en un bazar que no quedaba muy lejos de aquel monte en el que había vivido desde que tenía memoria y con los pocos sickles y knuts que llevaba pudo comprar sus cosas de segunda mano, a excepción de la varita, la cual, él a duras penas logró pagar.

A lo largo de su vida, en el suelo de las calles que transitaba para verse en compañía, ocasionalmente encontraba galeones de oro que sabía en algún momento le servirían y los ahorraba. Aquel día se deshizo de todos ellos para comprar su varita. Al principio fue algo complicado de encontrar, pero el señor Olivanders nunca se daba por vencido y a pesar de los múltiples destrozos que las varitas erróneas habían causado, como el destrozo de una ventana, al final, le entregó una de caoba de catorce pulgadas de largo con núcleo de cabello de Veela la cual finalmente se anunció como la indicada.

Cuando la hora de irse al castillo llegó unos días después de comprar sus cosas, pudo sentir en su estomago el nerviosismo y un nudo en la garganta de la emoción. Subió al expreso de Hogwarts y buscó un vagón vacío en el que tal vez podría pasar otro rato solo, sin embargo, eso no dio lugar, ya que la puerta se abrió de golpe solo algunos segundos después de que Elijah tomó asiento y un muchacho de su misma edad apareció con la respiración agitada y una sonrisa.

La presencia de aquel extraño le hizo sentir al descubierto, si, como le admitió a su madre de vez en cuando salía a caminar por ahí, pero nunca se atrevió a entablar conversación con nadie, por lo que tener a un extraño ahí mirándolo, lo dejó inmóvil y sin palabras.

"¿Puedo quedarme aquí?", preguntó y Elijah se limitó a asentir con la cabeza, sin molestarse en preguntar porqué había aparecido en aquel estado que le recordaba cuando en el monte se encontraba con alguna criatura que sabía que era peligrosa por experiencias pasadas, y que lo hacían huir.

El tren iba ya en camino al castillo, donde tendría lugar toda una vida completamente diferente a la que estaba acostumbrado. Su mente maquilaba ideas y se cuestionaba como funcionaria la vida dentro de la sociedad, en lugar desde fuera.

"Soy Cedric", dijo por fin el otro niño mirándolo extendiendo su mano, esperando que Elijah tomara su mano, sin embargo este solo se quedó mirando. "Es este el momento en el que tomas mi mano y te presentas también".

Elijah asintió y extendió su mano pero no la estrechó, la regresó y con un poco de fuerza, pasó su mano sobre su pierna, limpiando el rastro de sudor que se había acumulado debido a que tenía las manos cerradas en un puño. Una vez limpia, hizo lo que Cedric le indicó. Estrechó su mano y en un tono seguro pronunció: "Elijah, mi nombre es Elijah"



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Cuando llegaron, una mujer de cabello canoso que vestía una larga túnica de color verde, les pidió que se formaran para poder entrar al comedor, donde tendría lugar la ceremonia donde se sortearían, así definiendo sus casas.

"No tomarán asiento", dijo, "primero el sombrero les dirá si pertenecen a Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw o Slytherin", dijo y sus ojos por alguna razón reposaron sobre Elijah que se encontraba en las primeras filas. "Recuerden, que estando aquí, su casa será como su familia; sus triunfos les harán ganar puntos y cualquier mal comportamiento los podrá hacer perderlos. Al final del ciclo escolar, la casa con mayor puntaje es ganadora de la copa de la casa".

Pocos segundos después las enormes puertas se abrieron dándoles paso por los extensos pasillos. Dentro pudieron observar a muchos alumnos sentados con gorros puntiagudos sobre su cabeza, en las cuatro extensas mesas, esperando por ellos, y que correspondían a cada una de las casas. Elijah sentía que de un sueño todo aquello se trataba, no podía creer que estuviera ahí. Veía las velas flotar sobre su cabeza, con un ficticio cielo nocturno tras ellas, sin rastros de una luna, tristemente, y la gran cantidad de gente sentada con un plato frente a ellos.

"Antes de comenzar, quisiera cederle la palabra al profesor Dumbledore", dijo y sin esperar mucho, el hombre que se encontraba en el centro de aquella mesa, detrás de la mujer de la túnica se puso de pie.

"Tengo un pequeño recordatorio. Para nuestros chicos del primer año, debo exigirles no olviden que el bosque está estrictamente prohibido para todos los estudiantes", dijo y al igual que la mujer de la túnica, el conocido Dumbledore, posó sus ojos sobre Elijah, sabiendo que éste podría escaparse en caso de no poder ver a su madre a través de la ventana. Nuevamente tomó asiento y espero a que el sorteo comenzara, para que tras ello anunciara a su nueva profesora.

"Cuando llame su nombre", comenzó la profesora de túnica verde, "Vendrán y tomarán lugar bajo el sobrero sorteador, para que este determine sus casas", dijo y tras aquellas sencillas indicaciones, alumno tras alumno pasó siendo sorteado.

Incluso Cedric pasó antes que él, siendo sorteado en Hufflepuff, haciendo así que Elijah deseara entrar en esa casa, solo para tener ya un amigo. Pasaron gran parte de los estudiantes hasta que fue su turno.

"Elijah Wrightson", dijo y la mirada de una de las maestras se volvió hacia él. Era la tercera vez en la noche, la maestra de la túnica, Dumbledore y aquella joven pelirroja que no parecía querer quitarle los ojos de encima.

El cuerpo de Elijah se tensó mientras comenzaba a acercarse hasta el sombrero, siguiendo los mismos pasos que sus demás compañeros habían realizado antes.

"¿Qué es lo que tenemos aquí?", le susurró el sombrero, "El hijo de la luna", casi dijo mofandose. "El hijo del mortífago Etzio, fácil de sortear en la casa de su padre... Slytherin", le susurró. "Percibo tanta nobleza en tu corazón que me hace preguntarme si de un Hufflepuff te tratarás, pero de nuevo algo llega ¡Astucia de Gryffindor y la curiosidad de un Ravenclaw, herencia de tu madre! Dime quien eres niño".

"Yo solo... No, aguarde... Soy Elijah, hijo de la Luna", declaró seguro. En todo el día se había cuestionado quién sería al llegar, olvidándose de lo que ya era. Pero estando ahí, teniendo que resolver aquel cuestionamiento del sombrero, se dio cuenta que no importaba en quien se convertiría estando ahí, sino en quien fue en el pasado y como eso lo ayudaría dentro.

    Sabía de la leyenda que lo perseguía. Había escuchado como mucha gente lo compadecía por su padre y otros creían que el asunto de la Luna era falso, pero no era así. En verdad era hijo de la luna, su madre Rae había confiado en la Luna cuando hizo el acuerdo y ella misma había cuidado de él. No podía dejar atrás a su madre. No dejaría que el pasado de su padre lo cazara

"¿Qué quieres decirme con eso?".

"Que no soy mi padre".

Y entonces esas palabras dijeron todo para el sombrero y fue entonces que exclamó "¡Gryffindor!" y le dieron paso para sentarse con la casa del león, donde lo recibieron con los brazos abiertos, sin tener idea de quien era. Ellos eran muy jovenes para saberlo.

Pronto la lista terminó y Albus Dumbledor se puso de pie llamando la atención de todos los estudiantes de la escuela.

"Antes de comenzar el festín, me es un placer presentarles a nuestra nueva maestra de Artimancia, la señorita Ramona Finnoula Fraser", dijo y Elijah notó que la mujer de quien se refería y que se estaba poniendo de pie se trataba de la misma mujer pelirroja que tras escuchar su nombre en el sorteo no le había quitado los ojos de encima.

La mujer joven de cabello rojizo sonrió a los alumnos y se limitó a levantar su mano a modo de saludo para después volver a tomar asiento, conectando una vez más sus ojos con Elijah antes de que el festín se abriera y comenzaran a comer.

La cantidad de sabores que Elijah experimentó aquella noche fue algo que nunca olvidaría, ni siquiera en sus sueños, se habría imaginado que la comida podría ser tan deliciosa. En "casa" comía bien, se preparaba su comida desde que tenía memoria, pero en definitiva nada se comparaba con aquellos múltiples sabores que se le habían servido en aquel plato.

¡Primer capítulo arriba! La verdad es que estoy muy emocionada de volver a subir todo esto y ya con un par de correcciones—y párrafos nuevos— que a mi parecer le hacían falta para una mejor comprensión. Espero le tomen tanto cariño a los personajes como yo les tengo. La verdad es que es de esas historias que me gustan bastante y que aunque quiera no pueden estar mucho en borradores hahaha.

Hasta el momento, ¿que opinan? Me gusta leerlos y espero dejen algo en los comentarios.

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