CAPÍTULO NUEVE
pov's baek narae

Mi lienzo permanece trazado con una capa de lápiz de carbón, casi invisible a la vista lejana. Tengo la garganta seca, cerrada más bien, y no lo entiendo, no entiendo mis sentimientos, pensé que no me molestaba el hecho de que mi novio y hermana fueran mejores amigos, pero… ahora, estoy pasando un mal momento. No he dicho ni una palabra en los primeros treinta minutos de clase, comienzo a creer que sus risas a la distancia son peores a un llanto de animal herido, suenan escandalosas en mis oídos. TaeHyung tampoco ha dicho una palabra al respecto, a mi lado con su atril coloca la primera capa de pintura.

Me tome el tiempo de ver el retrato por primera vez. Honestamente, jamás nadie me ha dibujado tan bien, y con una dedicación absoluta. Su cabeza se mueve al compás de la música en los auriculares, disfruta de una melodía misteriosa.

—¿Qué tanto ves? —se quita un casco, y me observa— Aún no empiezas…

—Sí que empecé. —mi ceño se frunce, parece ser suficiente para ser la razón de su risa.

—No se ve nada. —dijo— ¿Así pretendes hacer mi bello rostro?

—Tch, no eres más lindo que…

—¿Quién? ¿Tú novio?

TaeHyung ve a mis espaldas, las risas se detienen y él vuelve a fijarse en mí. Lo voy a admitir, éste chico me cae bien, de tal manera que me preocupa, serán sus interminables miradas indescriptibles o sus palabras llenas de sinceridad que han logrado adentrarse en lo más profundo de mi pecho. Es cómodo estar a su lado porque sé que jamás me va a engañar, nunca miente, es una gran persona. El día que lo conocí, cuatro años atrás, poseía un aura tranquila, todas las chicas detrás suyo intentaron ser algo con él, cosa estúpida, pues el rubio no se muestra interesado por nadie. Es popular sin siquiera intentarlo.

Y eso le molesta a JungKook, puedo presentirlo.

Mi novio no siente celos de que TaeHyung pueda arrebatarme, él se siente molesto con la idea de que algo suyo sea propiedad de alguien más. Cuando volvió de ver atrás, su mano se deslizó por mi banco, me acercó más al suyo sin ningún tipo de esfuerzo. Grandioso.

—En realidad —gane su atención, mis ojos van a parar en el lienzo aún vacío—, eres lindo.

( … )

Yui se sienta en la mesa, era la única que faltaba en el almuerzo para estar todas juntas. Apenas su trasero tocó el asiento, las demás posaron sus miradas en mí, fue casi instantáneo, como si quisieran saber lo que pienso. Deje los palillos con pescado en la bandeja, he tenido un día malo, JungKook ni siquiera me da la hora y Lima permanece enojada conmigo por un tema de lo más estúpido. ¿No tengo derecho a estar de mal humor? Joder, no quiero un interrogatorio sobre lo que sucedió.

Exhale el aire retenido en mis pulmones.

¡Acabo de recordarlo! No le di a TaeHyung su paraguas. Oh no, pero si se lo doy en frente de todos, pensaran que somos…

—... amantes.

—¿E-Eh? —mi parpadeo desentendido fue la razón de sus risas— ¿Qué dicen? No entiendo.

—Tú y TaeHyung parecen traerse algo.

—Eso es absurdo, sólo somos… —bien, amigos no somos— No estoy de humor, chicas. Hoy no.

Iba a levantarme, iría a dejar la bandeja casi vacía para quedarme en el salón y llorar hasta que mis ojos sean más rojos e hinchados que un par de manzanas. Pero, como siempre, su expresión de cachorro arrepentido me observó desde la distancia, se acercaba a paso lento. Y cuando estuvo al fin aquí, me extendió un pote de leche de fresa.

—Lo siento, bebé. —sus brazos se acomodan por sobre mi alrededor, me abraza frente a toda la cafetería— Veremos una película hoy, ¿Bien? Lima quiere ver los Cazafantasmas.

—Ella… ¿También irá?

—Es nuestra amiga, claro que irá. Con Lima todo es más divertido.