Capítulo 16

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Los labios de Louis se movían con hambre sobre los de Harry, en un intento de recuperar todo el tiempo perdido, en un intento de demostrarle que realmente quería aquello. En un intento de hacerle saber que lo sentía.

—No te vayas -Murmura entre besos, agarrando la chaqueta del traje rosado del rizado.-

—No lo haré -Harry le promete en voz baja, después de miles de besos que le dejan los labios hinchados y aún más rojizos-

La boca de Louis sabía a alcohol y a cigarrillos, sus besos eran demasiado desordenados y descordinados pero a Harry no le importaba. Le gustaba ser besado de aquella manera, le gustaba ser besado de cualquiera forma mientras fuera Louis quien lo besara. Todo lo que Harry podía ver, sentir y saborear en aquel momento era a Louis, y eso era suficiente. Mientras el castaño le agarra de la cintura y se pega más a él, Harry se siente el chico más afortunado.

Siente que todo ha valido la pena.

—Lou -Le llama entre respiraciones agitadas y caricias suaves en su rostro-

—¿Si?

—No vuelvas a apartarme, no vuelvas a hacerme sentir como si no fuera nada para ti.

Las palabras son como dagas en el corazón del castaño, haciéndole sentir la peor persona sobre la tierra. A pesar de ser consciente de que se lo merecía, y ahora debía hacer todo lo que estuviera en su mano para hacerle saber al rizado lo mucho que realmente le importaba.

Lo mucho que realmente sentía por él.

¿Como podía haberle hecho daño a la persona por la que lo daría todo?

—Nunca más, que le jodan a todo, eres mío.

El corazón de Harry no puede evitar latir con fuerza ante aquellas palabras, su piel se eriza y una sonrisa satisfecha aparece en su rostro. Louis entonces deja un camino de besos por su cuello haciéndole soltar pequeños y temblorosos suspiros.

¿Y como había sido posible que tantas cosas sucedieran en una misma noche?

Harry no lo sabía, pero tampoco le importaba cuando tenía a Louis de aquella manera. Cuando por fin habían derribado todas las paredes a su alrededor. Y aunque tenía miles de preguntas, miles de cosas que quería saber, en aquel momento sentía que tenía todo el tiempo del mundo para ello, y que ahora, podía concentrarse en tan solo besar al castaño.

***

Los chicos ya estaban algo borrachos para cuando Harry y Louis volvieron a aparecer en la pista de baile, con los labios hinchados y los trajes un tanto descolocados. Niall fue el primero que se lanzó sobre el rizado para abrazarlo con fuerza al verlo.

—Dios Harry, lo siento mucho, tengo tanto que explicarte. -Le dice, arrastrando levemente las palabras debido al alcohol-

Harry le devuelve el abrazo con fuerza y con una pequeña sonrisa divertida en su rostro.

—Quiero saberlo todo, Ni. Tengo muchas preguntas.

—Lo sé, tendremos tiempo para eso.
Pero ahora disfrutemos de la fiesta.

Harry asiente feliz de escuchar aquello, de finalmente poder disfrutar de aquella fiesta de forma genuina.

—Creo que podemos hacer eso.

Y así fue, el resto de la noche fue todo lo que Harry había tenido planeado desde un principio, bailó y cantó con sus amigos y se besó con Louis entre canciones, antifaces y alcohol. Todo fue maravilloso, y por un momento pensó que nada en el mundo podía detenerlo.

Bailó tanto que sus piernas dolían, besó tanto a Louis que el fantasma de sus labios pareció permanente en los suyos propios. Gritó, río y cantó tanto que su garganta comenzaba a quejarse, pero tuvo la noche de su vida y nada podía detenerlo.

Hasta que las cuatro de la mañana llegaron y los ojos de Harry comenzaban a pesar. El sueño quizás, era lo único que podía frénenlo aquella noche.

Louis sonríe divertido cuando lo ve bostezar y seguidamente se acerca a él envolviendo sus brazos en su cintura.

—¿Cansado, ratón?

Harry asiente mientras apoya su frente en el hombro de Louis, cerrando sus ojos pero con una gran sonrisa dibujada en su rostro. Porque a pesar del cansancio, a pesar de los secretos descubiertos, y a pesar de la lagrimas derramadas aquella noche, Harry se sentía muy feliz.

Y es que era sorprendente la manera en la que la noche había cambiado.

—Te llevaré a casa. -Acaricia su cabello rizado antes de apartarse levemente.-

—Gracias. -Harry susurra.-

Louis se acerca a los demás, quienes también parecen estar algo cansados.

—Chicos, nosotros nos vamos. -Louis anuncia tomando la mano del rizado para entrelazarla con la suya-

Aquello crea electricidad en el cuerpo de Harry, un gesto tan simple como aquel le hace sentir una revolución en su interior.

—¿Podemos irnos también, Li? Me duelen los pies -Maya pregunta con cansancio y una leve mueca de dolor-

-Claro, omega.

Y de nuevo aquella palabra.
Harry empezaba a agradecer haber visto algún que otro capítulo de Teen Wolf hace un tiempo atrás. Aunque supone que aquella situación era un tanto distinta a la de una serie de televisión para adolescentes.

—¡Nos vamos! -Niall grita arrastrando las palabras y levantando las manos al aire en forma de celebración-

—Si amor, nos vamos.

—Casa alfita, casa. -Niall dice, abrazando a Zayn-

Harry no pudo evitar soltar una pequeña risa al ver a Niall de aquella forma. Sin duda el rubio había bebido más que todos ellos juntos.

Los seis salen de la gran mansión y el frío enseguida los golpea, haciendo que Harry comenzará a temblar levemente. Louis al darse cuenta de aquello se quita la chaqueta de su traje y la coloca por encima de los hombros del rizado, quien le dedica una sonrisa de agradecimiento.

—¿No vas a tener frío? -Le pregunta tímidamente-

Louis se encoge de hombros con una sonrisa sincera.

—No suelo tenerlo.

Harry no puede evitar preguntarse si eso era una cosa de alfas, el no tener frío.

Caminan hasta el aparcamiento donde todos los coches se encontraban entre los quejidos de Maya por su cansancio y por los gritos y risas de Niall. Y Harry tiene demasiado sueño como para que le importe algo más que no sea llegar a su hogar y enterrarse entre las suaves mantas.

—¿Lo llevas a casa? -Zayn le pregunta a Louis cuando se encuentran delante del aparcamiento.-

Los tres alfas habían detenido sus copas de alcohol tiempo atrás para poder conducir, y Harry agradece eso mentalmente.

—Sí.

Una pequeña sonrisa cansada aparece en el rostro de Harry al oír la confirmación por parte de Louis.

—¡El mal a reinado! -Niall Exclama con los brazos en alto- ¡Larry es real!

—¿Larry? -Harry pregunta con los ojos entrecerrados-

—Louis y Harry, larry. Ya estáis casados, soy como Alice Cullen, veo el futuro. -Explica rápidamente, haciendo que todos lo miren confundidos.-

—¿Pero cuanto a bebido? -Louis pregunta mirando con el ceño fruncido al alfa de pelo oscuro-

Zayn se encoge de hombros, tomando seguidamente la mano de su omega.

—Si él es Alice Cullen, supongo que tu eres Jacob Black -Harry le dice a Louis antes de rodar los ojos con una sonrisa para seguidamente caminar hasta el Jeep del castaño-

Y Louis apunta mentalmente que debe ver crepúsculo.

***

El camino hasta la casa de Harry es tranquilo y silencioso, ya que el rizado no había tardado en quedarse dormido contra la ventanilla.

Así que Louis tuvo aquel tiempo para pensar en todo lo sucedido aquella noche, en como de un momento a otro, ya no tenía nada que esconder.

En como ya nada podía detenerlo de caer rendidamente por el rizado.

Harry le gustaba, mucho, tal vez demasiado teniendo en cuenta la forma en la que su alfa aullaba por él.
Y ya no había nada que temer, Harry sabía su secreto, quien era, y seguía allí sin parecer asustado.

Harry lo quería a pesar de todo, y eso era tan sorpréndete como reconfortante.

En algún momento del camino decide encender la radio en un intento de callar los pensamientos negativos que pudieran salir, porque sabía que estar solo con sus propios pensamientos a veces era un poco peligroso. Y mientras la suave voz de Ed Sheeran lo envuelve, Louis se permite sonreír.

Cuando finalmente llegan a la casa del rizado, Louis detiene el Jeep delante de la bonita cabaña que alguna vez había pertenecido a su mejor amigo para seguidamente bajar y despertar al rizado.

—Ratón, hemos llegado, bonito.
-Susurra, moviendo con delicadeza el cuerpo de Harry-

—¿Lou? -Frunce el ceño mientras pasa sus manos por sus ojos, aún adormilado.-

Eso quizás derrite el frío corazón de Louis, pero se lo guarda para el mismo. A pesar de que la forma en la que mira a Harry despertarse le delata.

—Buenos días princesa. -Le responde con burla, a lo que Harry solo puede rodar los ojos antes de salir del coche, mientras el frío de principios de diciembre lo sacudía por completo.-

—¿Nos veremos mañana? -Harry pregunta quedando frente a Louis, sonriendo levemente por la leve diferencia de estatura-

—Sí, tenemos que hablar.

Harry asiente y aprieta sus labios mientras que la escena de los lobos peleando entre la nieve aparecen en su cabeza de nuevo.

—Tengo muchas preguntas. -Murmura.-

—Y yo todas las respuestas que necesites.

Harry lo mira, dedicándole una pequeña sonrisa.

—Gracias, lo he pasado bien.

Louis asiente, apretando los labios en una pequeña mueca.

—Gracias a ti. Me he comportado como un imbecil contigo y no lo merecías, te he hecho daño y realmente lo siento.

Harry siente una pequeña punzada en su corazón tras aquellas palabras.
Él sabía perfectamente lo que era hacer cosas de las que luego te arrepientes, que quizás el miedo te conduce a lastimar a los demás y ni siquiera te das cuenta.

No lo justifica, pero siempre ha creído en las segundas oportunidades.

—No vuelvas a hacerlo u estaremos en paz. -Es todo lo que dice en voz baja, mirándolo a los ojos-

Louis asiente mientras se muerde el labio.

—Tan solo... -Suspira- Si vas a salir corriendo hazlo ahora, ratón, antes de que te quedes atrapado por completo en este desastre.

Harry sonríe, porque Louis parecía no entender que cuando él quería a alguien, lo hacía a pesar de todos los inconvenientes.

—No iré a ninguna parte, lobito. Te tengo a ti, tengo a los chicos, tengo un trabajo y un hogar que me encantan. ¿Por qué huiría de algo tan genial como eso?

El castaño parece relajarse con sus palabras, sonriendo satisfecho y notando como el lobo en su interior aúlla con alegría.

Nuestro.

—Bien -Louis aprieta los labios en un intento fallido de esconder su sonrisa- Entonces ¿Me darias un beso de buenas noches, ratón?

Harry sonríe antes de tomar el rostro del castaño entre sus manos para besarlo con cariño. Sus labios aún sabían a alcohol y tabaco y el rizado piensa que podía hacer de aquel sabor su favorito.

—Buenas noches, lobito. -Susurra sin apartarse del todo, dejando sus frentes unidas y sus narices rozándose-

—Deja de llamarme así, bambi.

—No, me gusta. -Susurra, mirándolo a los ojos con una sonrisa.- Eres un lobito al fin y al cabo.

Y puede que aquellas palabras se sintieran demasiado bien, puede que por primera vez, Louis sienta orgullo de ello.

—Lo soy -Sonríe, con su pecho inflado de felicidad. Porque realmente, todavía no podía creerlo. No podía creer que pudiera admitir aquello con orgullo delante de Harry.-

—El lobito de ojos azules que aparecía en todos lados, el que casi me provoca más de un infarto.

Louis suelta una risa sincera ante aquello, y Harry se muerde el labio ante la escena mientras sus ojos brillan. La risa de Louis se vuelve instantáneamente su cosa favorita.

—El mismo.

Harry vuelve a besarlo lentamente, sintiendo que podría hacer aquello por el resto de su vida.

—¿Seguirás queriéndome mañana? -Susurra cuando se separaran-

—¿Queriéndote? Pero si yo no te quiero en lo absoluto, ratón. -Louis dice divertido, acariciando las mejillas rojizas del rizado-

—Cierto -Harry sonríe mientras rueda los ojos- Entre tantos besos se me había olvidado.

Louis suelta otra pequeña risa antes de juntar sus labios de nuevo.

—Sí, lo haré. -Le responde cuando se separaran-

Y la respiración de Harry se queda atrapada en sus pulmones mientras su corazón late con tanta fuerza que tal vez se saldrá de su pecho en cualquier momento.

—Nos vemos mañana entonces -Susurra con emoción-

—Hasta mañana, ratoncito.

—Buenas noches, Lou. -Le da un último beso en los labios, uno corto y casi fugaz antes de darse la vuelta y marcharse-

Y cuando Louis se queda solo entre los copos de nieve y el olor a bosque, sabe que hará lo que sea por mantener a aquel chico rizado y de ojos verdes en su vida. Incluso si eso significaba luchar contra sus propios miedos e inseguridades.

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