00:00 ZERO O'CLOCK

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—¿Esos eran lo chicos a los que querías afuera? —preguntaba el detective. El interrogado asentía—. Esto se salió de las manos, atrapamos a todos, solo uno de la banda de Raven había escapado, pero uno de mis oficiales consiguió atraparlo —el detective de apellido Lee continuaba hablando—. Ellos tienen un abogado que está en camino, uno está detenido. Los otros dos están hospitalizados. Intentaremos de que no tengan tanto peso porque al fin y al cabo estaban huyendo, pero ellos estaban en la camioneta manejando. Haremos la declaración en la que los desconoces porque al fin de cuentas no los vieron dentro de las Vans negras y yo estoy a cargo de poder alterar las pruebas del arma que uno de ellos empuñaba y las esposas que tenían al otro. ¿Que hay del tercero?

—Él no tiene nada que ver —respondía el interrogado—. Él es amigo, pero no tiene nada que ver

—Diremos que tampoco lo conoces. De todos modos del teléfono de ese chico vino la llamada avisando sobre el robo —el detective suspiraba—. Se fue casi todo a la mierda para que tus chicos salieran limpios, pero el tercero puede ser una buena coartada para ellos dos

—Por favor detective, le conseguí a Raven y estoy cumpliendo mi parte. No le pedí que me dejara libre de esto, solo a Nikko y a SuJin y asegurarse de que mi hermana estuviera a salvo.

El detective suspiraba y asentía—. Creeme, intentaremos todo por ellos dos, lo máximo que pueda hacer y hasta donde pueda llegar y tu hermana está bien, Ji-Yong.

Kwon Ji-Yong, más conocido como G-Dragon, asentía. Ciertamente confiaba en el detective Lee por ser conocido de Kai, pero aún así temía que no lo tratarán con honestidad porque no dejaba de ser del mal bando. Pero había cumplido su parte al pie de la letra, solo que nadie había contado con la presencia de Jungkook en la ecuación, para adelantar lo que sería la emboscada a la banda de Raven. Alguien con antecedentes penales bastante pesados y con quién G-Dragon había cometido el error de aliarse.

Mientras tanto Seok Jin manejaba como loco hacia el hospital donde Kai trabajaba y dónde Jungkook estaba. Sus manos temblaban e iba a demasiada velocidad. Todavía no podía asimilar la noticia de que Jungkook estaba ahí, millones de ideas se le habían cruzado y encima una asistente de Kai lo había llamado por lo que simplemente no pudo hacer las preguntas que deseaba.

Quería despejar su cabeza pero no podía, solo imaginaba lo peor y no estaría bien hasta llegar al lugar y ver con sus propios ojos en que estado se encontraba Jungkook. Al llegar al hospital había tomado el teléfono para comunicarse directamente con Kai, quien lo dejaría pasar, porque al no ser familiar del pelinegro no había forma en que pudiera obtener información y mucho menos verlo.

Así que en la entrada del Cha General Hospital, se dignaba a esperar por Kai, su cabeza comenzaba a doler, él había tenido un jodido mal presentimiento, pero no se imaginaba algo de esta magnitud. No imaginaba nada de todo lo que estaba aconteciendo y estaba informado muy por arriba sobre los recientes acontecimientos. Su corazón iba a explotar si seguía esperando en aquel lugar, su cabeza explotaría junto con su pecho muy pronto, pero finalmente luego de unos minutos Kai hacía aparición.

—Seok Jin —llamaba su atención.

—Kai, por dios, dime qué podré verlo —exclamaba.

El chico sonreía con sutileza—. No te hubiera llamado si no, sígueme.

Seok Jin iba detrás, ambos con pasos acelerados alcanzando la zona de elevadores para subir al piso donde estaba el pelinegro.

—¿Puedes explicarme qué mierda sucedió? —pedía con nerviosismo—. ¿Tiene que ver con lo que le pediste a mi abogado? —preguntaba Seok Jin.

Kai asentía—. Mi abogado está fuera de la ciudad y cuando me hablaste de lo que estabas haciendo contra tu hermano y que tú abogado era tu ex pareja...Me pareció que tenía que ser jodidamente bueno si seguías recurriendo a él —respondía.

—Kai, oriéntame aquí —pedía tensando su mandíbula.

—Necesitaba un abogado bueno para mis amigos. Había todo una plan para atrapar a ésta gente con la que los amigos de Jungkook estaban trabajando, pero por alguna razón Kook llegó al lugar antes de la emboscada de los policías y había hecho el llamado reportando el robo y luego todo fue acelerado y casi en picada

—Por favor Kai, el resumen —pedía el castaño viendo que finalmente el elevador llegaba.

—Los patrulleros que habían llegado al lugar comenzaron a perseguir a todos, Jungkook no había podido sacar a nuestros amigos a tiempo por lo que se vió envuelto en la persecusión. Él fue víctima de unos de los tantos balazos

—Oh, mierda —los ojos de Seok Jin ardían y las lágrimas que amenazaban con salir, nublaban su vista. Su manos viajaban a su cabeza para agarrar su cabello.

No podía estar pasándole aquello a su Jungkook, tenía que ser una maldita treta, el destino no podía ser tan jodido.

Mientras trato los padres, hermana y cuñado de Jungkook estaban fuera de la habitación donde éste se hallaba. Se suponía que no deberían estar en el piso para cuando Seok Jin llegará, pero Kai se enteraría una vez que las puertas del elevador se abrieran y ciertamente sería algo...

—Ven, Seok Jin —decía el doctor, hasta que giraba en uno de los pasillos y veía a toda la familia de Jungkook delante de la puerta de la habitación—. Oh, mierda —murmuraba.

Seok Jin miraba en dirección a la gente reunida fuera y abría sus ojos en demasía. Eso no era parte del plan y Seok Jin no sabía si esconderse detrás de Kai o salir corriendo cuando el que parecía ser el padre de Jungkook se acercaba a ellos.

—Kai ¿Quien es él? ¿Es el abogado de los chicos? —preguntaba el señor Jeon.

La hermana de Jungkook e inclusive su madre lo habían reconocido, la mujer en cuestión no había podido esconder su asombro al notar que era muchísimo más guapo que en las fotos que había visto.

—Profesor Kim Seok Jin —decía la mujer.

El castaño se sorprendía, por un momento la mentira de hacerse pasar por su ex pareja, Sehun, sonaba genial. Ahora ya no sabía con que excusa saldría frente a los padres de Jungkook para explicar su presencia allí.

—¿Profesor? —repetía su marido, viéndolo de pies a cabeza—. ¿De Jungkook?.

Seok Jin sentía sus orejas arder y su cabeza a punto de explotar, dios, estaba cerca de sufrir un jodido paro cardíaco en cualquier momento.

—Señores Jeon, creí que los habían llevado a la sala de espera de abajo.

—¿Como podríamos dejar a Jungkook solo, Kai? —replicaba el señor Jeon con tono firme.

—Hay demasiada gente aquí —respondía Kai, con respeto.

—¿Por qué está aquí? —preguntaba el padre aún intentando saber que hacía aquel chico en el hospital.

—El profesor Kim es un amigo...padre —decía la voz de Jungkook tras ellos.

Todos los presentes se giraban y Seok Jin sentía como su corazón le pedía a gritos estrechar a Jungkook en un abrazo y no soltarlo. Ciertamente las miradas de ambos se tornaban diferente al encontrarse.

—Koook, te dije que usarás la silla —decía Kai al verlo de pie.

—Hyung estoy bien, solo es una herida leve en mi muslo —respondía el menor.

Éste solo había sido rozado por uno de los tantos balazos que el maleante tiraba en dirección a ellos, un roce bastante pronunciado—por llamarle de forma alguna—pero que a causa de la adrenalina Jungkook no había notado hasta después de ver qué los paramédicos lo habían revisado junto a los otros dos.

—Siempre rebelde, Jungkook —resaltaba su padre. No había enojo en su voz, era un tono neutro.

Ahora todos estaban siendo testigos de la mirada que Jungkook y Seok Jin se estaban dando en aquel momento. Eran demasiado intensas y ninguno podía disimularlo. El padre de Jungkook carraspeaba su garganta y en voz baja preguntaba a su esposa:

—¿Por qué diablos su profesor está aquí? — la mujer le daba un golpe leve.

—Son unidos y punto —respondía ésta—. Señor Kim, soy la mamá de Jungkook, Jeon Ha-neul —la mujer estiraba la mano y Seok Jin no tenía más opción que reaccionar y ser respetuoso.

Jungkook estaba avergonzado, pero demasiado cansado para sentir nervios.

—Señora Jeon —decía obligandose a apartar los ojos del menor.

—Él es mi esposo Jeon Jang In —decía haciéndose a un lado.

Seok Jin tragaba duro y estrechaba la mano del señor Jeon, quien seguía estudiandolo con la mirada.

—Señor Jeon —decía el profesor, intentando mantenerse neutro.

—¿Siempre es amigo de sus estudiantes? ¿Cuántos años tienes? Te ves muy joven

—¡Papá! —reclamaba Young Mi detrás de él—. Ya deja que se acerque a Jungkook.

El señor Jeon observaba a su mujer e hija, luego reparaba en que Jungkook seguía de pie apoyado en la pared y su cabeza estaba gacha.

—De acuerdo, un gusto señor Kim —respondía rígido—. Iré a buscar el auto

—Iremos contigo —decía su hija, quien le hacía una reverencia a Seok Jin, junto con su esposo y salían todos de la sala de espera.

—Espero nos crucemos nuevamente —decía la madre de Jungkook, luego una reverencia se presentaba al mismo tiempo en ella y Seok Jin.

Con el resto de la familia fuera del panorama, Kai corría hacia Jungkook, acercaba la silla de ruedas y lo miraba serio, obligandolo a sentarse, pero éste resoplaba y se negaba.

—Kook —reprendía.

—Estoy bien, ahora entra a ver a SuJin —exclamaba. Kai suspiraba y se metía a la habitación para revisar al chico, quien lamentablemente había sido el que había recibido el balazo en su hombro.

Estaba estable, y no había sido tan grave gracias a que la bala había logrado salir, sin dañar demasiado a su paso. Ahora en aquel pasillo silencioso Seok Jin daba pasos acelerados hacia el pelinegro. Al estar frente a frente, reparaba en el pantalón deportivo que llevaba y ciertamente, no podía ver la pierna del pelinegro quien la tenía vendada.

Tragaba el nudo en su garganta y sentía como de a poco se regularizaba su respiración y sus pulsaciones parecían estar bajando. No sabía cuál había sido la pierna herida, pero notaba como Jungkook no apoyaba la pierna derecha del todo.

—¿Vas a abrazarme o seguirás viendo con tus rayos equis mi pierna lastimada? —preguntaba el menor con un tono dulce.

Seok Jin levantaba la vista y sin siquiera pestañear ni decir una sola palabra, se abalanzaba para directamente tomar la cintura de Jungkook con una mano, su cabeza con la otra y juntar sus labios en un beso necesitado.

Jungkook estaba sorprendido, con millones de revoluciones pasando dentro de su cabeza. Rápidamente se dejaba llevar separando más sus labios para permitirle a Seok Jin adueñarse de su boca. No le importaba nada más en ese momento que ser besado con aquella vehemencia que Seok Jin había adoptado.

Sus brazos de habían aferrado a los hombros de Seok Jin y rodeaba su cabeza en un abrazo y continuaba con aquel beso. Degustando aquellos labios que estaban siendo la mejor medicina en ese momento. El profesor lo besaba detonando necesidad, deseo y hambre, pero tambien estaba siendo delicado y tomándose su tiempo. Dejando al pelinegro completamente desarmado con aquella forma de besar.

Y él había notado lo mucho que necesitaba aquello, lo desesperado que estaba por ver aquel bonito rostro, esos ojos brillosos y esa sonrisa peculiar que tenía tanto picardía como inocencia. Jungkook era precioso, Jungkook era lo que necesitaba y no quería soltarlo, no aún. Así que lo apretaba más a su cuerpo y ambos habían olvidado lo sucedido, habían olvidado dónde estaban y solo se sumergian en aquel beso devastadoramente lento e intenso.

La respiración de ambos estaba haciendose cada vez más pesada y las mordidas que ahora Seok Jin daba al labio inferior del universitario lo estaban recalentando de pies a cabeza.

—Dios, para ... Espera —pedía Jungkook, apenas separándose y apoyando su frente en la de Seok Jin. Éste estaba agitado y sus ojos cerrados.

La manos de Jungkook ahora viajaban a su rostro y sentía como Seok Jin enredaba sus dedos en su pelo, justo en la parte posterior de su cabeza.

—Me preocupé....a decir verdad casi me agarra un infarto porque no me habían informado bien —decía Seok Jin abriendo sus ojos y notando los brillosos de Jungkook—. ¿Por qué lo hiciste? podría haber salido peor, bebé.

Jungkook sonreía y se dejaba mimar, a la vez que también se dejaba reprender—. Tenía que hacerlo...aunque si me hubieran informado quizás no hubiera metido la pata ¿Tu lo sabías? —preguntaba el menor.

—Muy poco, sé que Kai necesitaba un abogado de confianza, habíamos hablado superficialmente al respecto. Me había dicho que estaba en el tema y por eso necesitaba que yo pudiera persuadirte de alejarte. Se lo mencioné, más no estaba seguro si lo llamaría.

Jungkook asentía con seriedad.

—¿Tu amigo está bien? —preguntaba. Jungkook asentía y luego era llevado a una de las sillas en fila que la sala tenía para familiares—. Siéntate, por favor

—Estoy bien, no es nada. Es un roce, la bala había pasado por mi muslo y no lo había sentido

—Podria haber sido peor —decía el mayor.

—Pero no lo fue, ya está —respondía—. Kai me dijo que tú abogado es...

—De confianza —exclamaba Seok Jin.

—Tu ex pareja —replicaba a cambio. Seok Jin asentía suspirando—. ¿Es bueno cierto? Tiene que sacar un buen trato para mis amigos

—A decir verdad, él es abogado penalista así que no deberías preocuparte. Todo lo que él pueda hacer a favor de tus amigos, lo hará.

Jungkook asentía y luego sonreía dulcemente—. Por un momento sentí celos y quería que mi hermana recomendara a alguien de su buffet de abogados —reía cansinamente—. Soy una idiota

—Lo eres —afirmaba Seok Jin y reía al notar la reacción desorientada de Jungkook—. Él fue de gran ayuda para mí, pero ciertamente me guío hacía la gente correcta y me ayudó a adelantar las cosas con mi hermano. Tenemos una buena relación, pero no hay nada más allá de eso.

Jungkook bajaba la vista avergonzado—. Supongo que le tengo celos a lo que él tuvo de ti, no supo valorarlo  y yo aqui...esperando

—¿Esperando qué? —preguntaba Seok Jin, sabiendo muy bien a lo que Jungkook se refería.

Pero justo en ese instante su hermana hacía resonar sus tacones por el silencioso pasillo y quedaba parada frente a ellos con cierta incomodidad. Seok Jin estaba acariciando la nuca de Jeon, pero rápidamente sacaba su mano.

—Tranquilo, Hyung —exclamaba—. ¿Que pasa, Noona?

—Papá insiste en que te llevemos a casa —exclamaba y finalmente se acercaba a Seok Jin—. Soy Jeon Young Mi, un gusto en conocerlo

—El gusto es mío —decía Seok Jin, poniéndose en pie.

Justo en ese entonces Kai salía de la habitación de SuJin.

—¿Él estará bien, cierto? —preguntaba Jungkook otra vez.

—Te dije que sí y no mentí —exclamaba con una sonrisa—. Su tío está en camino, aunque de todas formas su contacto de emergencia era yo

—Debiste haberme contado —reclamaba Jungkook.

—Ji-Yong no quería que dijera nada y mi amigo, el detective Lee tampoco lo quería. Estaban hace rato tras Raven, estaba muy sorprendido que alguien quisiera entregarlo —exclamaba.

Young Mi que estaba poco informada, se animaba a preguntar—. ¿Por qué G-Dragon ayudo a hacerle la cama que Jungkook arruino?

—Noona —reprendía avergonzado.

—Su hermana, Kwon Na-ra —respondía Kai—. El tal Raven lo había amenazado con que sabía dónde ella estaba y creo que todos sabemos que lo único que es sagrado para Ji-Yong es su hermana menor de la que nadie fuera de su círculo de confianza, sabe. Fue el detonante y no tenía a nadie más a quien recurrir

—¿Y tú cómo los conectaste? —preguntaba la chica.

—Fui quien operó a su esposa del corazón el año pasado —respondía Kai—. Desde entonces él me había dicho que me debía un favor y que si algún día me veía en una situación complicada de su índole, que no dudará en hablar con él —Kai reía amargamente—. Creí que jamás me cobraría ese favor, pero miren las vueltas de la vida.

—Ahora esperemos que ese tal abogado pueda conseguir un buen trato para los chicos —decía Young Mi—. Si el tipo es malo me avisas, te recomendaré alguien de mi estudio.

Kai y Jungkook miraban a Seok Jin y Young Mi no entendía por qué—. Oh, él es jodidamente bueno en lo que hace —respondía el castaño.

—Oh lo siento ¿Usted lo conoce?

—Es su ex pareja —decía Jungkook.

La chica abría sus ojos en demasía y miraba de uno a otro, Kai quería reír y Seok Jin estaba desconcertado.

—Bueno...eso es... —balbuceaba incómoda—. Kook, es hora de ir a casa —cambiaba de tema de inmediato.

Jungkook resoplaba por tener que despedirse de Seok Jin.

—Te llevaré unas muletas mañana —comentaba Kai, palmeando su espalda—. Y las usarás hasta poder afirmar tu pierna. Solo serán unos días, no hagas puchero —ayudaba al pelinegro a cambiarse a la silla de ruedas.

Luego miraba en dirección a Seok Jin y le sonreía dulcemente.

—Te llamaré en cuanto me acomode en casa —decía Jungkook.

—Por favor —pedía Seok Jin.

Ambos se miraban intensamente otra vez, Kai y Young Mi sobraban en el círculo de cuatro que habían hecho.

Sin más preámbulo la chica carraspeaba su garganta y exclamaba en dirección a ambos—. Pueden besarse, ni Kai ni yo los incomodaremos por eso, pero apresurense porque papá está apurándome por mensaje.

Jeon reía negando con su cabeza, luego Seok Jin tomaba el valor de sentarse para quedar a su altura y acariciaba su rostro con delicadeza.

—Si Kai te dijo que usarás muletas unos días, hazlo. Sana bien y luego vuelve dónde perteneces —pedía.

—Si, Hyung —replicaba entre la seriedad y la burla—. De todas formas el lunes de la semana siguiente me tendrás en primera fila de tu clase.

Seok Jin reía, casi forzadamente.

—Luego hablaremos lo que queda pendiente ¿Si? Ahora intenta relajarte y deja de pensar en los demás, enfócate en ti. El resto ya está encaminado y todo es ajeno a ti de ahora en más ¿De acuerdo? —Jungkook asentía.

Se inclinaba hacia adelante, para llegar a la oreja de Seok Jin y cerca de su lóbulo susurrar—. El domingo sigue en pie —afirmaba—. ahora besame para poder irme.

Seok Jin sonreía olvidando al resto de los testigos y tomaba dulcemente el rostro del menor para depositar un suave beso, un roce de lenguas con parsimonia y una suave mordida que dejaba a ambos deseando más.

—No puedo esperar —replicaba el mayor con demasiado nerviosismo, pero con una paz que no había sentido hasta ver el rostro de Jungkook, aquella madrugada.  

Bien, si había sido SuJin.
Ahora ya estamos para el epílogo y habremos acabado...❤
Se sorprendieron de G-dragon queriendo salvar a los pibes?

Con amor Niñita Nany 💜

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