MAKE IT RIGHT

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Jungkook miraba su pierna en el espejo, había agradecido cada día pasado, se había quejado del dolor y la molestia, pero podría haberlo tenido peor y no fue así. Ahora el reflejo le devolvía otra cicatriz más que quedaría seguramente allí para siempre, le gustaba la idea. Aunque seguía maldiciendose por casi arruinar todo, pero ahora podía estar tranquilo de que sus amigos habían salido de dónde estaban, definitivamente.

Solo faltaba ver qué les tocaría en todo esto, se había comunicado con Nikko y su familia. Podría decirse que su amistad seguía intacta porque el chico no podía dejar de decir lo siento cada dos segundos en su llamado teléfonico. Todo mejoraría. Tenía que.

Bajaba con sumo cuidado las escaleras, la pierna molestaba y dolía, pero se rehusaba a parecer un llorón. Era mediodía del domingo y veía a su madre en la cocina con el almuerzo a medio hacer, su padre estaba también allí leyendo el periódico, hasta que ambos notaban su presencia y lo veían bien vestido.

—¿Irás a algún lado? —preguntaba su padre levantando sus cejas.

Jungkook se sentía incómodo y ansioso frente a éste.

—Solo queria avisarles que pasarán por mi en una hora. Veré a un amigo de la universidad —tragaba el nudo en su garganta.

Su madre levantaba la vista—. Oh, bueno...un plato menos será —sonreía con sutileza.

Su padre lo observaba de pies a cabeza—. ¿Irás sin muletas? Kai dijo que las usarás un poco más para no forzar. Luego deberás ir a que te quiten esos puntos

—Bien puede ir o dejar que se caigan solos si se limpia como debe la herida —corregía su madre.

—Irá a quitarse los puntos, Ha-neul —recalcaba su esposo.

—Estoy bien sin muletas, si sigo usandolas voy tardar más en recobrar la fuerza y comodidad —respondía el chico.

—Bien, ten cuidado y no hagas nada salvaje —decía su padre—. ¿Tu amigo es un estudiante o es ese profesor modelo que fue a verte al hospital? —preguntaba neutro.

Jungkook sentía que su cuerpo completo se tensaba en una especie de alerta.

—Jang In, ya dejalo en paz. Al menos ahora es amigo de un profesor y no de maleantes que serán condenados a varios años en prisión —recalcaba la mujer.

—Solo me parece extraño, Ha-neul —recalcaba.

—Solo es un amigo —respondía Jungkook—. No es como si fuera mi novio —replicaba entre dientes, no soportando las palabras de su padre.

Su madre Ha-neul abría sus ojos en demasía ante aquella contestación.

—¿Disculpa? —ahora el tipo se sentaba erguido sobre la mesa y lo observaba casi sin pestañear.

Jungkook ya sentía cierta rabia, y ciertamente su conciencia le jugaba en contra de su paciencia y no podía solo ignorar que su padre hiciera tantas preguntas molestas con respecto a Seok Jin.

—Mírate...haciendo todo tipo de preguntas. Siempre juzgaras con quién me junto o dejo de hacerlo ¿No? —Jungkook no había levantado su voz, pero sonaba verdaderamente hostil hacía su padre.

El hombre frente a él estaba igual de tenso y la mujer se replanteaba si debía de meterse o dejar que ellos solucionaran sus diferencias solos.

—No estoy juzgando nada, Jungkook —respondía firme—. Solo me había parecido extraño que de una universidad tan grande, solo tu profesor pareciera unido a tí y-...

—¿Tienes miedo de que tu hijo ahora sea un marica? —soltaba finalmente—. Sentirías rechazo y asco ¿No?

—Jungkook... —su madre suspiraba su nombre, al borde de un ataque.

Su padre finalmente parpadeaba y se ponía en pie para caminar en su dirección y todo el cuerpo de Jungkook se ponía en alerta. Se le habían safado demasiadas palabras en un ataque de anticipación y ansiedad. Se sentía desfallecer bajo la mirada oscura de su progenitor, quien ahora se paraba frente a él con ese rostro neutro que en tanto años jamás había podido leer.

—¿Algo que quieras decirme, Jungkook? —preguntaba firmemente.

El pelinegro tragaba el nudo en su garganta y su madre estaba alerta por cualquier cosa que pudiera desatarse. No es que Jungkook tuviera mala relación con su padre, pero era una relación algo distante, más no negativa.

—Es exasperante que sigas dándole vueltas al tema solo porque es un profesor —respondía tenso.

—No por eso te relacionaría románticamente a él —respondía su padre—. Sin embargo hiciste alusión a eso...

—Sigues haciendo preguntas, es molesto...tranquilo, tu hijo no es un marica. No te decepciones antes de tiempo —respondía cegado por la irritación del momento.

Su padre suspiraba y se cruzaba de brazos frunciendo sus cejas y estudiando a su hijo. Pre meditaba con cuidado sus palabras y respondía luego de lo que parecía una eternidad para el pelinegro.

—Eres un chico decidido, uno que ha ignorado mis órdenes más de una vez. Sin embargo ahora estás en una universidad muy importante y es todo mérito tuyo. De tus esfuerzos —exclamaba el hombre—. Si fueras un hombre que prefiere a los hombres, no podría decir que me haría sentir cómodo, porque no lo haría. Sería todo lo contrario —respondía con honestidad—. Pero mi orgullo por ti no depende de quién duerma o deje de dormir contigo, siempre y cuando seas un hombre responsable y sepa cuidarse. Así que si en algún momento tienes algo que hablar conmigo de hombre a hombre sabes dónde queda mi despacho en esta casa. Mientras tanto, no me culpes por hacerme preguntas sobre tus amistades y tú vida. Sin embargo está más que claro que te deje más de una vez hacer lo que se te viniera en ganas para que supieras que quieres en esta miserable vida y encontrarás tu propio camino, hicieras tus propias experiencias y aprendieras de ello.

Ha-neul escuchaba atentamente y Jungkook apenas podía sostenerle la mirada a su padre, pero ahí estaba resistiendo y oyendo con suma atención lo que salía de la boca del hombre.

—No me juzgues por tener interés en tu vida y amistades, pero tampoco te adelantes a sacar conclusiones sobre que podría llegar a pensar sobre algo tan delicado como lo sería tu vida sexual en la que por cierto, te habías adentrado a temprana edad a causa de las amistades que tenías

—Aún así ¿Que pasaría sí-...? —intentaba mantener el tono cortante con su padre y no sentirse ansioso y asustado.

—No resumo mi amor por ti a tu elección sobre posibles parejas románticas, pero si algo está pasando por tu cabeza o algo ya está más que avanzando en tu vida, no espero que saques conclusiones sobre mi forma de pensar y hagas berrinches de adolecentes. Sé un jodido hombre y habla conmigo como se debe. No podría asegurarte que siempre estaré de acuerdo contigo o que me va a gustar la forma en la que te manejas. Pero no soy un ignorante que no sabe cómo está funcionando el mundo hoy en dia,  pero estoy más que seguro que no me alejaría de ti tampoco por sentir que no coincidimos. Es tu vida y por más distante que yo sea siempre serás mi hijo y yo tu padre. Buenas tardes, ten cuidado con tu pierna —su padre acomodaba su ropa y giraba a ver a su esposa—. Estaré en mi despacho trabajando mientras tanto.

Antes de salir apoyaba la mano en el hombro de Jungkook y aplicaba una sutil presión en éste. Luego se marchaba dejándolo con un sonrojo en sus mejillas y algo desestabilizado en lo que de emociones se trataba. Al instante en que quedaba solo sentía a su madre abalanzarse por un fuerte abrazo que le brindaba calidez y cierta calma.

—Mamá...

—Oh, vamos hijo... —decía dándole un leve golpe—. Mi paciencia se está acabando ¿Que tengo que hacer para que te abras conmigo con respecto a tu profesor?.

Jungkook se sonrojaba furiosamente—. Mamá por dios... —se alejaba de inmediato rengueando—. ¿Por qué no estás enloqueciendo?...aparte, no es nada importante.

Su madre suspiraba frente a él—. Estaba muy preocupado cuando había llegado al hospital y la forma en la que se miraron...bueno —la mujer rascaba su nuca incómoda—. Te hace ver cómo un mentiroso en este momento.

Jungkook apretaba sus labios, volviendolos casi una línea recta y escupía atolondradamente las palabras—: Estoy enamorado de él...¿Ahora que lo dije, que sientes? —preguntaba cansado.

Su madre suspiraba—. No voy a mentirte, sentí rechazo al inicio...a veces la sensación quiere volver. No es algo fácil, pero tampoco es complicado. Ni mucho menos es el fin del mundo por eso y escucharte decir que estás enamorado es, sorprendente. Ya asimile que seas gay.

Jungkook tragaba el nudo en su garganta—. Soy bisexual, mamá —respondía fregando su rostro.

—Oh...

—Si, me gustan ambos sexos...y se siente jodidamente bien poder decirlo en voz alta, aunque tus ojos estén a punto de salirse —suspiraba—. Lo siento, mamá

—No, no —la mujer se acercaba—. Gracias por la honestidad arrojada en mi rostro. Solo ten cuidado, hoy en día los jóvenes son muy promiscuos y-...

—Ok, de acuerdo...voy a detenerte ahí —la tomaba por los hombros—. No vayamos ahí, por favor. Estoy bien informado al respecto.

La mujer asentía frenéticamente y añadía—. No tardes mucho en tener esa conversación con tu padre. Aunque haya expresado bien su forma de pensar al respecto. Sé honesto luego ¿De acuerdo?.

Jungkook asentía y su teléfono sonaba. Era Seok Jin quien le avisaba que estaba en la puerta de su casa. Jungkook suspiraba y notaba que había llegado antes de lo planeado.

—Alguien está ansioso —comentaba su mamá.

—Adios, Ha-neul.

—¡Jeon Jungkook! —reprendía.

Mientras tanto, estacionado fuera de su casa, el profesor jugaba con sus manos apoyado sobre la puerta de su auto, esperando a que el menor saliera finalmente y cuando lo hacía no tardaba en ir en su ayuda de inmediato.

—Jeon... —llegaba a su lado y lo tomaba fuerte con un brazo de la cintura. El menor sentía todo un calor recorrerle.

Demasiadas emociones para los sesenta minutos que una hora encerraba. Sonreía con incomodidad y se dejaba llevar al auto, subía y Seok Jin miraba hacia la casa del pelinegro y notaba a la madre de éste en la puerta. La mujer le sonreía con calidez y cerraba la puerta. Seok Jin pestañeaba varias veces, había olvidado lo que era eso de presentarse a familia y amigos. Especialmente de alguien que era nuevo en esto de su sexualidad.

Rápidamente volvía al auto y lo ponía en marcha para alejarse cuánto antes, no sin antes verificar que Jungkook estuviera bien.

—¿Listo? ¿Te sientes bien o te incómoda estar sentado aquí? ¿Prefieres ir atrás y estirar la pierna?

—Ya sácame de aquí, por favor —pedía sonriendo débilmente.

El camino había sido un trecho menos largo que la vez anterior, quizás porque no sentia la ansiedad del primer reencuentro e iba mas relajado en el asiento copiloto. Al llegar, Seok Jin lo trataba con sumo cuidado para ayudarlo a salir y caminar hasta la puerta, para luego entrar y acomodarle un sofá para que pudiera descansar y estirar su pierna.

—¿Estás bien? ¿Quieres ponerte un pantalón más cómodo? Siento que este jean te apreta el muslo y yo pod-....

—Dios, Hyung. No voy a romperme —replicaba cansado—. Estoy bien, solo una molestia...aunque el pantalón más cómodo no es una mala idea —respondía, ahora reprendiendose por haberse puesto un pantalón entallado.

—Dejame ir por él —respondía al instante para salir en busca de la prenda, pero era detenido por un agarre firme en su muñeca—. ¿Necesitas algo más? —se apresuraba a preguntar.

—Si —afirmaba Jungkook sonriendo—. Que me beses.

Seok Jin abría sus ojos sorprendido, no lo había hecho. Estaba tan ensimismado en buscar el comfort del pelinegro que había pasado de largo aquel detalle. De inmediato y con cuidado se sentaba a su lado y lo tomaba con calma de la parte posterior de su cabeza y lo atraía hacia su rostro para juntas sus labios.

Al instante de sentirse, Jungkook exhalaba el aire por su nariz, dejaba toda tensión recientemente acumulada y se dejaba llevar en ese beso lento y y agradable en el que sentía la textura carnosa de los labios sonrosados de Seok Jin. El profesor por su lado tenía muchas ganas de ser más intenso, de hacer todo más fuerte, de estrecharlo en sus brazos y dejarse llevar. La lengua de Jungkook lo atacaba primero, bordeando sus labios para luego meterse en su cavidad sin permiso. El beso suave se estaba volviendo más intenso y más abrasador, acelerando las pulsaciones de ambos y volviendo la respiración de los involucrados más pesada. Hasta que Seok Jin se abalanzaba apenas un poco y apretaba sin querer la pierna afectada en cuestión.

—Oh, oh... —Jungkook había tenido que removerse en contra de su voluntad.

—Lo siento, lo siento. Iré por el pantalón, ya vuelvo —exclamaba saliendo de la vista de Jungkook.

Ambos por separado intentaban calmar lo que su cuerpo pedía a gritos, porque sería algo doloroso para Jungkook. Luego de unos minutos Seok Jin volvía con la prenda.

—Puedes cambiarte en mi habitación, te llevaré —decía, mientras levantaba a Jungkook.

—Pensándolo mejor, podrías ayudarme. ¿Por favor? —pedía con puchero.

Seok Jin suspiraba, intentando suprimir una sonrisa—. ¿Estás seguro de eso? —preguntaba, acariciando el rostro de Jungkook.

—En serio, me cuesta hacerlo. Podría recibir ayuda tuya...no hay nada que no hayas visto antes

—Pero tengo abstinencia de Jeon y lo olvidé recientemente causandote dolor al presionar tu pierna —respondía.

—Tendras que aguantar. Ahora déjame llegar al brazo del sillón para no estar tan sentado. Será más fácil aquí —decía acomodándose en esa zona y estirando sus piernas para que Seok Jin pudiera quitarle las botas.

—Eres un niño mimado, Jeon —Jungkook sonreía con suficiencia. El mayor comenzaba a quitarle las botas y las dejaba ordenadamente a un lado.

Jungkook lo estaba mirando atentamente, para luego desabotonar su pantalón, pero la mano de Seok Jin lo detenía de su acción y para ser él el encargado de desabotonar y bajar el cierre de su pantalón. Jungkook tragaba el nudo en su garganta porque no podía evitar sentirse excitado al respecto. Resoplaba, tronando su cuello y se maldecia mentalmente.

—No eres el único intentando controlar lo que su cuerpo siente —exclamaba Seok Jin, llamando su atención—. No es nada fácil reprimir las ganas de hacerte de todo aquello que sé que te gusta.

Jungkook se mordía el labio—. Tampoco me ayudas hablándome de esa forma  —el pelinegro estaba petrificado, con sus brazos a los lados de su cuerpo para sostenerse en el brazo del sofá en el cual se encontraba sentado.

Seok Jin sonreía y se acercaba a besarlo suavemente, un beso que Jungkook correspondía y recibía de la mejor manera, de inmediato. La lengua de Seok Jin se movía con tal lentitud, mientras acariciaba la suya propia y podía notar como bajaba el cierre del pantalón. Luego una mordida suave y Seok Jin suspiraba alejándose de él.

Una simple tarea que ponía a prueba toda la poca voluntad de resistir la tentación para no caer.

1/2 💞

Cometarios jejeje👉

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