EPÍLOGO

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

La recuperación de Jungkook lo había llevado  a perder solo una semana de sus clases, por lo que la bienvenida había sido cálida por sus amigos. Sin mencionar que se había disculpado más de mil veces por haberlos ignorado de tal forma. En la actualidad había pasado un mes de todo lo sucedido con sus amigos y y también un mes que había sido muy complicado poder coincidir con Seok Jin.

Él tenía sus horarios y Jungkook tenía otros, sin mencionar que aún trataba de ponerse al jodido ritmo con el tiempo perdido, por lo que Seok Jin también se había rehusado a ser una distracción para el chico. Las llamadas telefónicas con doble sentido se habían hecho costumbre, especialmente cuando Holland desaparecía del cuarto para irse con su novio a hacer lo que Jungkook y Seok Jin no habían podido desde la recuperación completa del menor.

Ahora en plena biblioteca un día viernes que había sido verdaderamente movido, la hora del chisme comenzaba
Los chicos ya sabían que Jungkook había estado en el juicio de G-dragon y por un tiempo antes de eso, se había rehusado a hablar al respecto. Ahora estaba siendo interrogado como aquella noche que la policía los había agarrado junto a Nikko y SuJin.

—Son jodidamente insoportables, los tres ¿Lo sabían? —refunfuñaba frente a sus amigos.

—Nunca te demostramos lo contrario, jungkook —respondía Chery. Jae reía por lo bajo.

—Kookie es tu culpa por hacerte el misterioso. Eres el único a culpar por eso... ¿Que paso con G-Dragon? —preguntaba Holland.

—Quién hubiera dicho que eras un niño del lado oscuro —añadía Jae.

Jungkook suspiraba y larga a un resumen de los últimos acontecimientos que lo habían tenido alejado de su grupo universitario—. La sentencia original era de siete años, pero como había trabajado con el detective Lee para atrapar a la banda del tal Raven bajaron su condena a cinco. Aparte Ji-Yong no tenía antecedentes penales antes de todo esto, digamos que salió como él lo esperaba. Aparte su hermana, quien había sido amenazada por Raven está bajo protección policial...como el programa de protección al testigo —decía, luego llenaba su boca con el alfajor que había traído para comer poco más de la mitad.

—Que increíble —decía Jae. Jungkook asentía creyendo que opinaba respecto a su relato—. Te comiste más de la mitad. Eres un asqueroso.

El resto comenzaba a reírse mientras que el pelinegro le hacía un rostro de burla.

—¿Y tus amigos? —preguntaba Holland.

Jungkook tomaba de su jugo para aclarar su garganta y luego respondía—. Como estuve involucrado aquella noche, el abogado junto con el detective lograron armar una buena coartada. Aparte Kai le había hecho jurar a Ji-Yong que solo lo ayudaría si dejaba a a los chicos afuera. La verdad es que...en su retorcida cabeza, siempre ha tenido cierto cariño por nosotros y supongo que haber tenido a su hermana en peligro lo hizo replantearse un par de cosas. Ahora están en rehabilitación, es un lugar Increíble, la verdad es que Kai es el jodido héroe de la historia

—Ese amigo tuyo Kai....¿Sigue soltero? Está guapísimo, aún no lo olvido cuando vino por tí —decía Chery—. Pero extraño a mi amor Seok Jin —agregaba en puchero.

Jungkook quien estaba bebiendo otro sorbo se ahogaba de repente ante el comentario de Chery. Jae lo miraba con ceño fruncido y Holland palmeaba su espalda en un intento de contener su risa.

—Ya supéralo, Chery —agregaba la otra castaña.

—Aún quiero saber quién demonios fue el afortunado de tenerlo en la cama —golpeaba la mesa fingiendo furia.

—Yo quiero saber quién tiene a Jungkook con esa sonrisa de imbécil cada vez que mira el teléfono ¿Vas a decirnos quien es tu novia....o novio? —soltaba Jae levantando una ceja.

—Ay, te haces la divertida porque me superaste ¿Cierto? —se burlaba Jungkook, intentando desviar el tema.

—Fue una leve confusión...ya deja de alimentar tu ego, Jungkook —respondía.

El pelinegro se reía, ese viernes había quedado en ver a Seok Jin así que mientras adelantaba un par de cosas con sus amigos en la biblioteca, esperaba la hora por ser recogido por el profesor. Había hablado sobre el tema de ser recogido lejos de la universidad o en la parte trasera de la biblioteca, dónde Seok Jin solía estacionar. Los rumores y curiosidades sobre el profesor Kim se habían calmado así que Jungkook estaba más relajado y no se preocuparía por ser visto.

La gente más importante sabía de Seok Jin y lo habían aceptado, había tenido la charla de hombre a hombre que su padre había pedido y tal como su madre era un proceso que había causado rechazo, pero no había sido juzgado al respecto. No había sido fácil y a veces sentía que su padre lo veía diferente, pero luego se encargaba de que Jungkook no se sintiera de esa forma con él. Era un proceso especial aún, pero al menos no tenía qke estr escondido sobre dónde pasaba sus fines de semanas.

—¿Dónde fuiste esta mañana? —preguntaba Holland finalmente.

—Chequeo completo en el hospital...acuerdo de pareja —soltaba el pelinegro.

Los gritos de sus amigos no se habían hecho esperar y habían sido chistados por eso, callando de inmediato. Ahora el teléfono de Jungkook vibraba con la llamada entrante de Seok Jin.

—¿Amor? —respondía.

Comentarios tales como:
"Ay, amor" "Kookie cursi" y "Ya presenta a tu jodida pareja" no se habían hecho esperar.

¿Tu grupo de amigos? —mencionaba Seok Jin divertido.

—Si, son los inadaptados de mis amigos ¿Estás cerca?

En la parte trasera de la biblioteca como quedamos... No hay mucha genteexclamaba.

—Me importa poco, ya estoy saliendo. Te veo en un rato, te amo

Te amo.

Las chicas tenían sus ojos abiertos de par en par y Holland no podía dejar de sonreír.

—Dejen de verme así —mencionaba, guardando las cosas sobre la mesa.

—¿Podemos conocerla? —preguntaba Chery.

Jungkook suspiraba, ya había tenido esa charla con Holland y Seok Jin sobre mencionarle a las chicas y les había parecido bien a ambos.

—No es ella es él —replicaba.

Un golpe en la mesa y Jae lo señalaba—. Lo sabía —añadía en un grito susurrado para no ser callada otra vez.

Chery seguía sorprendida y Holland reía antes la actitud de Jae por haber acertado.

—¿Ya está aquí? —preguntaba Holland. Jungkook asentía.

—¿Nos vas a presentar? Al fin de cuentas preguntó por nosotros —decía Chery, siempre curiosa—. Aparte le dijiste "ti amo"

No soy italiano —recalcaba colgando la mochila en su hombro—. Si quieren conocerlo...de acuerdo —se encogía de hombros—. Espero no tener que aclarar que no me gustaría que divulguen esto a sus amistades.

Se encaminaba a la salida seguido por sus amigos, que habían guardado todo en tiempo récord. Jae, quien seguía con su tono sardonico y agregaba—. ¿Y a quien va a interesarle tu novio, Kook?

—¡Oh mi dios! —soltaba Chery.

—¿Qué te pasa? —preguntaba el Holland.

—El señor Kim está aquí...ese es su auto —saltaba sin esconder su emoción al respecto—. Ya no me importa tu novio iré a saludar a mi amor imposible.

Justo en ese instante Seok Jin bajaba del auto, era verdad que el estacionamiento no estaba muy poblado y caminaba a paso lento mientras que el grupo de amigos iba más rápido a causa de Chery y su euforia.

—¡Profesor Kim! —recalcaba la chica al llegar—. Que gusto verlo por estos lados luego de tanto tiempo.

Metros más atrás se hallaban Jungkook y Holland, quienes ahora veían a Jae hacer una reverencia más tranquila a un Seok Jin refulgente y sonriente.

—Hijo de perra, no tienes idea la envidia que te tengo —recalcaba Holland al ver a Seok Jin con un pantalón negro y una camisa celeste a rayas—. No puedo esperar a ver la reacción de Chery.

Al llegar a los tres restantes Jungkook notaba como su novio tenía una amena charla con sus ex estudiantes.

—Así que estoy muy feliz con el nuevo trabajo. También estoy feliz de los colegas que recuperaron su empleo aquí —decía el castaño.

—Usted lo hizo posible —halagaba Chery.

—Profesor Kim —saludaba Holland estrechando su mano.

—Jóven Go Tae —saludaba el mayor, pero Holland hacía una mueca de desagrado—. Lo siento. Holland ¿Cierto? —el peliverde asentía sonriente.

Luego Jungkook captaba su atención, con aquella camisa amarilla y su jean azul claro entallado. Sus pupilas se había dilatado al verlo.

—Jóven Jeon... —soltaba con tono irónico y sonrisa cómplice.

Jungkook se adelantaba para cortar la distancia y con el saludo—: Señor Kim —tomaba su nuca y lo besaba dulcemente frente a los presentes.

—¡Aaah-...! —Chery había aspirado sonoramente, pero Holland cubría su boca antes de que pudiera gritar algo.

Jae por su parte nunca había abierto tanto sus ojos como en ese momento en el que presenciaba el beso suave que el ex profesor y su amigo compartían.

Un apenas sonoro pico al terminar el beso y se separaban, Jungkook sentía sus mejillas arder por qué aún en presencia de sus amigos su cuerpo tenía vida propia con la sensaciones que  Seok Jin le despertaba y ciertamente estaba más que listo para salir de allí.

—Chicos, ya lo conocen. Adiós, buen fin de semana. Los veo el lunes —tomaba a Seok Jin de la cintura para arrastrarlo al auto bajo las risas de Holland y Jae.

—Adios, fue un gusto verlos. Cuídense —decía Seok Jin para terminar por meterse al auto.

Jungkook por su lado abría la puerta del copiloto y antes de meterse añadía—. Chery...

—¿Eh? —replicaba ésta.

—Cierra la boca o te entrará una mosca —le tiraba un beso y terminaba por meterse en el auto con una sonrisa de oreja a oreja.

El auto arrancaba mientras Holland seguía riendo y Jae sacudía a Chery quien seguía viendo en dirección hacia donde el vehículo había desaparecido.

—¡Hijo de la mierda! —soltaba finalmente. Luego giraba y golpeaba a Holland—. ¿Y lo supiste todo este tiempo y no me lo dijiste?

—Oye, no era mi secreto a contar —respondía entre risas.

—Me conoces más tiempo que a Jungkook —lo empujaba con un puchero en sus labios. Jae reía ante la escena de la falsa pelea.

—¡Pero él es más bonito que tú! —replicaba echándose a correr.

—¡Jodido traidor! —la chica comenzaba a perseguirlo mientras que Jae no había tenido mejor idea que grabarlos y pasarlo al grupo que los cuatro compartían.

Seok Jin permitía a Jungkook entrar para luego cerrar la puerta y al instante de girar era estampado contra la misma para ser atacado por la boca de Jeon. Éste respondía de inmediato al beso salvaje y necesitado y era prisionero del cuerpo del menor que se restregaba sin vergüenza contra el suyo propio. Ahora una mordida a su labio le robaba un siseo. Los besos de su boca iban a su mentón y se abrían paso a su cuello. Jungkook no estaba teniendo clemencia alguna.

—¿Tu p-pierna realmente está mejor? Porque c-creeme que el sexo telefónico contigo me ha dejado demasiado... —se mordía el labio, enredando sus dedos en las hebras de Jungkook.

—¿Cómo lo ha dejado, Hyung? —pegado a su oreja se burlaba con ese tono irónico y mordía el lóbulo—. Te ves jodidamente bien hoy

—Lo mismo digo —tomaba a Jungkook por la cintura y buscaba su rostro para besarlo de forma más calmada y luego exclamar—. Te extrañe mucho, bebé

—Y yo a tí —otra sonrisa de oreja a oreja. Ahora besos castos y pegado a su boca Jungkook lanzaba un comentario—. Aún tengo la cara de Chery pintada en mi memoria —reía de forma infantil y Seok Jin negaba con su cabeza.

Luego la mirada lasciva volvía al pelinegro en una fracción de segundos y lo volvía besar, pero ahora iban camino a la nueva habitación a la que le darían verdadero uso.

—Amor... —Seok Jin volvía a llamar su atención, Jungkook estaba muy ocupado intentando desprender los botones de la camisa celeste rayada.

—¿Qué? —preguntaba tomando de la mano al mayor y de un tirón lo sentaba en la cama.

Seok Jin era un bonito desastre despeinado y de labios más hinchados a causa de sus besos.

—¿Tu pierna? ¿Realmente está bien? —repetía con respiración pesada.

—No voy a responder a eso, prefiero mostratelo con hechos —guiñaba un ojo en dirección al profesor y quitándose las zapatillas y la camisa de adentro de su pantalón, se subía a horcajadas.

—Eres terrible... —respondía éste a cambio tomándolo con fuerza de su trasero.

—¿Algo que haya extrañado, profesor Kim? —se burlaba entre besos al sentir como Seok Jin lo apretujaba con fuerza..

—Si, todo de tí. De nosotros —respondía acariciando por encima del jean que comenzaba a estorbar.

Seok Jin estaba hablador mientras que Jungkook estaba desenfrenado.

—Te necesito —respondía el menor.

—¿Qué necesitas?

—A tí, dentro mío.

Seok Jin asentía y llevaba sus manos a la parte delantera de Jeon, desabotonando el pantalón y bajando el cierre del pelinegro.

—Muévete —ordenaba—. Recuestate.

Jungkook obedecía de inmediato y veía a Seok Jin ponerse de pie y comenzando a desvestirse por completo, iba a imitar su acción, pero éste negaba con su cabeza.

—Yo voy a encargarme de desvestirte —afirmaba ahora tan solo con su bóxer negro de Balenciaga.

—Joder, había olvidado lo bien que te veías desnudo —gateaba hacia el borde de la cama para meter sus dedos en el borde del boxer.

—¿Que haces? —jugaba Seok Jin, deteniendolo.

—No creas que no voy a poner mi boca en tu polla —replicaba.

—Dios, no hables así... —pedía, metiendo sus dedos entre las hebras de Jungkook.

—¿Algún problema con mi vocabulario?

—Debería reprenderte por eso.

Jungkook mordía su labio de rodillas en la cama y le sonreía mientras asentía—. Hazlo.

Seok Jin lo tomaba del cuello con esa ligera presión que a Jungkook le había encantado desde el día uno en que habían consumado su deseo carnal. Ahora se agachaba y mordía el labio inferior con ganas, haciendo gemir al pelinegro y luego pasando su lengua sobre la carne como bálsamo.
Se alejaba soltando al menor y se despojaba de la única tela que cubría su desnudes. Jungkook se relamía sus labios por enésima vez y tragaba saliva observando a Seok Jin de pies a cabeza, notando cómo estaba duro y se tocaba con suavidad a si mismo.

Soy demasiado suertudo. Pensaba el menor mientras se sentaba en la orilla de la cama y lo atraía más cerca.

—Dime que puedo... —exclamaba viendo hacia arriba para encontrarse con la mirada de Seok Jin.

Éste asentía y quitaba su mano, jungkook lo reemplazaba de inmediato tomando la erección desde su eje y masajeando de forma vertical, Seok Jin había sido bien receptivo al respecto, porque un gemido se le escapaba al sentir la mano ajena apretarlo con la fuerza justa y necesaria. Sus manos iban al sedoso cabello y ahí se enredaban, luego la lengua de Jungkook hacía todo un camino húmedo por su falo, desde el eje hasta arriba en el glande y succionaba la punta rosada. Seok Jin estaba demasiado duro, más que listo y si Jungkook daba demasiado atención lo haría correrse como adolescente hormonal.

—No te demores mucho ahí abajo, quiero correrme dentro de tí. No así —exclamaba acariciando el cabello del pelinegro en un intento de peinarlo hacia atrás.

—Siempre se puede... —Jungkook daba otra lamida—, volver a empezar —volvia a pasar su lengua y succionar con más ganas en la punta.

Un suave tirón de pelo que lo hacía ver directo al profesor y notar esa mirada lasciva que daba a entender que Seok Jin tenía su líbido en el punto más alto.

—Me quiero ahora dentro de tí, cuando repitamos puedes haceme correr en tu bonito rostro y tragarlo todo, pero ahora necesito sentirme dentro de tí ¿De acuerdo?

—Definitavamente —añadía y tomaba la mitad de la erección dentro su boca y Seok Jin gemia de forma ronca, maldiciendo en el proceso en el que Jungkook comenzaba a chupar y chupar sin pausa alguna.

El sonido obsceno de la boca de Jeon engullendo su polla y la bonita imagen del universitario sentado frente a él movimiento su cabeza de adelante hacia atrás, era algo que su lado más primitivo estaba necesitando. Jungkook gemia con su duro falo dentro y se ahogaba, dejando caer un poco de saliba a los lados de sus labios, llevando hasta el fondo la mayor parte de su miembro. Lo estaba volviendo loco y ahora de a poco Seok Jin estaba follando aquella cavidad bucal caliente y humedad.

—Joder, esa boca... —con suaves caricias en el rostro ajeno estaba intentando mantener el control hasta que una succión fuerte lo hacía parar—. Jungkook...ya. Bebé.

El pelinegro obedecía con labios rojos y de forma sensual se hacía atrás en la cama, saboreando sus labios y sin dejar de mirar a Seok Jin. El mayor se movía hasta la mesa de noche y de ahí tomaba el lubricante, dejándolo sobre la cama. Gateaba sobre la misma hasta llegar a Jungkook quien yacía más acostado y comenzaba a besarlo, dejando todo su cuerpo desnudo encima de un Jungkook aún vestido y lo besaba con fuerza, sintiendo su propio sabor en la boca ajena y bajando su mano hasta el pantalón de jean que Jungkook llevaba ese día. Su piel desnuda estaba demasiado sensible a la tela que lo rozaba.

Desabotonando y bajando el cierre, sentía la dura erección del menor golpear contra la tela y se apresuraba a soltar la boca de éste y quitarle los pantalones de una vez por todas, arrojandolos en alguna dirección de su habitación. Luego en medio de las piernas desnudas del universitario, con sus manos acariciaba cuesta arriba, bajo la atenta mirada brillosa de Jungkook. Desabotanaba su camisa, lo ayudaba a despojarse de esta y la arrojaba. Ahora casi, estaban en igualdad de condiciones, pero Jungkook aún tenía su bóxer.

Los ojos de Seok Jin recorrían su torso desnudo sin apuro.

—Hyung... —llamaba con voz estrangulada y suplicante, empujando su pelvis hacia arriba, demandando atención.

Seok Jin reía ladino y se aproximaba a él para atrapar sus labios en un beso necesitado y moverse encima, Jungkook tenía a un Seok Jin completamente desnudo y excitado presionando contra su cuerpo haciendo fricción entre sus miembros. El universitario no podía dejar de gemir en su boca y rodearlo con sus piernas.

Los besos de Seok Jin pasaban de su boca a su mentón, y de ahí se trasladaban a su cuello, el pelinegro era un sinfín de gemidos dulces.

—Por favor ... Ya esperé demasiado —pedía.

Y Seok Jin obedecía. Descendiendo con besos húmedos, mordiendo en su paso aquella protuberancia de color rosa que salía de los pectorales del menor y escuchando sus gemidos roncos. Beso que daba, marca que dejaba luego y ya se encontraba dónde deseaba estar, mordía lamía y chupaba la zona del abdomen volviendo loco a Jungkook, pero quitando finalmente la única prenda que mantenía al pelinegro aún "vestido".

Miraba a Jungkook y sonreía, no pudiendo creer al chico que tenía en su cama.

—Te ves increíble en este momento —Jungkook se ruborizaba pero sonreía, luego Seok Jin  se abalanzaba por un casto beso y tomaba el lubricante para derramar en sus dedos, en su miembro y posicionarse nuevamente entre sus piernas y tomar la erección del menor para comenzar a bombear sin apuro.

Jungkook suspiraba hasta el momento en que sentía la boca de Seok Jin tomando casi todo su falo en su boca y se deshacía en maldiciones que sonaban dulces viniendo de su boca, el mayor estaba haciendo un excelente trabajo, hasta que sentía como dos dedos se colaban en su entrada.

—Joder...

—¿Estás bien? —preguntaba inmediatamente Seok Jin.

—Arde, pero no durará mucho —respondía entre risas y suspiros.

Seok Jin comenzaba a masajear con más ímpetu su miembro y llevaba su boca de nuevo a la parte de sus bolas, desconcentrando al menor de la intromisión en su parte trasera. Jungkook no duraría mucho con aquella atención dada. Por lo que luego de estar siendo dilatado lo suficiente comenzaba a rogar por Seok Jin.

—Ya. Lo quiero a usted, señor Kim —exclamaba con tono juguetón, pero una voz totalmente diferente.

Estaba extasiado.

Seok Jin retiraba sus dedos con vagos besos en su pierna, dónde aquella herida había dejado una casi sutil cicatriz.

—Date la vuelta —pedía Seok Jin.

—¿La vuelta? —preguntaba atónito.

—Si, la vuelta.

Jungkook obedecía de inmediato y luego veía los brazos de Seok Jin a su lado, sentía su cuerpo encima de él y su miembro duro rozando su necesitada entrada. Le gustaba como el cuerpo del profesor cubría el suyo propio, le gustaba cederle las riendas a él. Ahora sentía un beso en su hombro, que descendía por su espalda hasta llegar a sus musculosos glúteos dónde Seok Jin mordía.

—Jin... —no podía evitar reír.

Ahora sentía esos besos volver cuesta arriba, de nuevo ese peso sobre él, la fricción de la polla dura y resbaladiza de Seok Jin empujando contra su culo. Los labios de éste viajaban a su oreja y ahí pegados susurraban aquella frase que Jungkook deseaba que Seok Jin repitiera en todo el acto sexual, si fuera posible.

—Te amo, Jeon —su voz era un susurro grave y dulce que enviaba toda una descarga a Jungkook y lo obligaba a cerrar sus ojos y pedir más besos y mordidas en aquella zona tan erógena que era su oreja.

—Dilo de nuevo —pedía el menor, buscando la mano de Seok Jin para entrelazar sus dedos. Giraba su cabeza y buscaba la mirada intensa del profesor—. Di que me amas otra vez.

Seok Jin apretaba su mandíbula y se acomodaba en la entrada de Jungkook y comenzaba a empujar dentro, sin dejar de conectar con la mirada soñadora de su chico bonito, mientras la punta de su glande pasaba el anillo muscular de su grieta.

—Oh... —Jungkook estaba tenso, intentado ceder a la intromisión que necesitaba con locura—. Oh, Jin...

Los labios del mayor se pegaban a su mejilla besando la misma y repitiendo—. Te amo...oh, joder. Te amo demasiado ¿Entiendes eso? —mas de la mitad estaba en el interior del pelinegro y finalmente todo el miembro hundido en Jungkook, quien apretaba sus dientes intentado regularizar en vano su respiración pesada.

—¿Estás bien, amor? —preguntaba, acariciando el rostro de Jeon con la punta de su nariz.

—Nunca he estado mejor, amor —respondía. Los labios de Seok Jin lo buscaban por un beso íntimo que quemaba las pocas neuronas que tenían. La lengua de Jungkook empujaba dentro de la boca de Seok Jin y éste daba una embestida suave, recibiendo una mordida en su labio.

Otra estocada, seguida por otras más suaves, mientras que Jungkook por poco y desgarraba sus labios cada que lo sentía golpear. Aquello volvía a Seok Jin más salvaje, golpeando más duro y haciendo que Jungkook no tuviera más remedio que soltar sus labios para gemir sin tapujos y comenzar a morder la almohada porque el castaño ya había tomado un ritmo fuerte e imparable.

Su mano hacia presión en la par psoterior del cuello de Jungkook.

El sonido de su pelvis contra los musculosos glúteos del pelinegro sonando en cada impacto, su cuerpo sudado y pegado a la espalda de Jungkook y una mordida fuerte que dejaba en su hombro.
Jeon ni siquiera se estaba tocando, su cuerpo estaba contra la superficie blanda, hasta que rogaba.

—Arriba, déjame ir arriba de ti, q-quiero correrme encima de ti Hyung

—Oh, mierda... —Seok Jin golpeaba mas fuerte haciendo gritar un poco más a Jungkook, pero intentaba bajar un poco la velocidad para darle a éste lo que quería.

Salía resoplando y se echaba sobre su espalda siendo abordado de inmediato por un Jungkook a horcajadas de él que, alineaba su miembro y bajaba para empalarse con un gemido ronco abandonando su boca. Ahora el pelinegro comenzaba un vaivén perfecto de sus caderas y luego tomaba el ritmo para comenzar a saltar, siendo también penetrado por un Seok Jin que golpeaba hacía arriba para encontrarse con él al bajar.

—Oh, dios... —Jungkook se inclinaba para encontrar sus labios, dejando que Seok Jin golpeara una y otra y otra vez, mientras que él gimoteaba en sus labios—. Oh, te amo, sigue así. Joder, te amo.

Jungkook se corría en todo el abdomen de Seok Jin, su cuerpo sentía los espasmos de su orgasmo golpear bruscamente y luego de sorpresa, el castaño cambiaba las posiciones quedando encima de él y haciéndolo gemir en el proceso del cambio. Levantaba una pierna de Jungkook sobre su hombro y daba las estocodas finales, estimulando en demasía la entrada de éste y finalmente corriéndose dentro de él.

Su respiración era pesada y mordía su labio con fuerza por los espamos que le recorrían.

—Dios, que intenso... Oh, Jungkook —soltaba su pierna y caía sobre el pecho sudado y blanquecino del menor, escondiendo su cabeza en la curvatura del cuello ajeno y besando suavemente.

—Que meloso quedas después del sexo intenso —se burlaba el menor, disfrutando en su totalidad de aquellos besos dados—. ¿Que piensas de mi pierna y su recuperación?

—Definitivamente estás recuperado —replicaba—. Y lo siento, es tu culpa —añadía con sus labios pegados a su piel y haciéndole cosquillas—. Así soy en este estado

—¿Que estado, profesor Kim?.

Seok Jin se levantaba para verlo y añadía—. Jodidamente enamorado. Te amo, Jeon.

Fin.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro