JAMAIS VU .1

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G-Dragon se encontraba a solas en aquel sótano hablando por teléfono con alguien a quien SuJin no podía oír. Hablaba demasiado bajo, no daba un nombre y solo había oído frases que lo hacían sospechar lo peor.

—Prometeme que todos terminaran dentro y no estoy haciendo esto para que me terminen volando la cabeza a mi y a-.... —G-Dragon dejaba de hablar para tensar su mandíbula—. Estoy jodidamente dentro y aguantaré lo que deba aguantar, solo espero no ensuciarme las manos por nada. Confío en tí.

Unas últimas palabras por parte de la persona del otro lado y el llamado terminaba. SuJin se alejaba con el mayor cuidado para no ser atrapado por Ji-Yong.

Era miércoles y jungkook era despertado por su teléfono que no dejaba de sonar y sonar, provocándole un jodido dolor de cabeza antes de siquiera abrir los ojos. Atendía apenas prestando atención a la pantalla y con su voz ronca exclamaba:

—¿Quién eres y por qué me llamas a éstas horas?

—Joder, te extraño tanto —exclamaba aquella voz.

Jungkook abría sus ojos, su cuerpo entero respondiendo a aquel tono de voz y la forma en la que se había expresado.

—¿No te cansas de ser rechazado? —preguntaba con su voz tensa.

—¿Podemos vernos? —preguntaba Seok Jin.

Su voz no era ronca y adormilada como la del pelinegro, pero sonaba más grave y desanimado.

—¿Para qué?.

Seok Jin no podía asegurar que a Jungkook se le había pasado el enojo, pero ciertamente no sonaba tan enfadado como la primera vez. O quizás estaba demasiado dormido.

Te lo debo, nos lo debemos...por favor, bebé.

Los ojos de Jungkook se habían apretado de inmediato al escuchar aquel "bebé" de forma tan dulce y necesitada. Mierda, lo extrañaba y no se había desenamorado ni un poco del bastardo.

Por supuesto que aún sientes cosas, imbécil. No ha pasado ni un jodido mes y quizás nunca lo superes así que al menos...cierra el jodido capitulo.

—De acuerdo Seok Jin, te lo haré fácil... ¿Cuando y dónde? —se ponía boca arriba y fregaba sus ojos.

Su corazón palpitaba rápido, pero a la vez estaba tan dormido que eso lo ayudaba a mantenerse casi neutro en aquel llamado telefónico.

Dime a qué hora y por dónde paso por ti...

—Dame un jodido lugar, Kim —pedía.

Ya tengo el lugar. Solo te necesito a ti y un poco de tu tiempo. Así que dime por dónde y cuando puedo pasar por

—Eso me obligaría a tener que compartir el auto contigo —decía suspirando derrotado.

Lo sé...¿Tienes algún problema con eso?casi, casi podía asegurar que Seok Jin estaba coqueteando con él.

Eso le calentaba la piel con tanta facilidad.

Tengo todo tipo de problemas con eso —respondía con el mismo tono desafiante y casi coqueto que el profesor había usado.

Dios, Jeon... necesito verte, necesito tocarte, por favor. Solo dime la hora y dónde, estaré ahí para recogerte.

Jodido, hijo de perra.

¿Recogerme, dices? —preguntaba casi divertido, pero no podía evitar soltar cierto veneno en aquella pregunta maliciosa—. ¿Que te hace creer que vas a poder tocarme?

Lo siento, tienes razón...pero no te das una idea la falta que me has hecho.

Jungkook suspiraba y se maldecia por sentirse feliz al escuchar aquellas palabras. Pero su orgullo lo hacía bueno para tirar dardos venenosos.

—Oh, estoy seguro que tu polla se habrá entretenido con ese amigo con derecho que solías frecuentar antes de enredarte conmigo —él quería ofender y enfurecer a Seok Jin.

Aunque al imaginar el cuerpo de Seok Jin desnudo, siendo tocado y besado por alguien más que no era él...terminaba por llenarle de cólera a él mismo, así que jungkook solo había atinado a golpear la cama a su lado y maldecir por su propia boca.

No he estado con nadie y no me haces falta de esa forma, bueno... —el profesor se corregía—, no me malinterpretes. Extraño todo de ti, tu ojos, tus labios... —Jungkook sabía que debía cortar el teléfono antes de sentir la jodida necesidad que se le estaba despertando por Seok Jin—. Jeon, extraño tu cuerpo, tus manos....tus besos. Dios, extraño todo de

—No debiste dejarme entonces —su voz estrangulada lo traicionaba en gran manera.

Es lo quiero explicarte y luego decidirás que hacer conmigo.

El silencio se hacía presente por primera vez desde que había atendido.

—Te enviaré el lugar dónde puedes venir por mi y no tengo idea que hora es porque acabo de despertarme

Son las once y media —respondía Seok Jin.

Se notaba su ansiedad.

—De acuerdo ¿A la una te parece bien? —suspiraba.

Ame pidieras ir por ti a la medianoche, te diría que está jodidamente bien.

El cuerpo de Jungkook ya no resistía lidiar con la voz necesitada de Seok Jin

—Deja de endulzarme el oído —pedía, bajando su mano para hacer presión contra su erección mañanera.

Quien no tenía clemencia con aquella voz.

¿Está funcionando? —preguntaba, soltando una risa seductora—. Te extraño demasíado.

Jungkook cerraba sus ojos y hacía más presión con cierto masaje sobre el falo endurecido.

—Ya lo dijiste, Hyung —soltaba de nuevo, con voz estrangulada y se maldecia por eso, otra vez.

Lo siento, es que no he dejado de pensarte ni un segundo...de imaginarte conmigo —Seok Jin no estaba seguro si estaba provocando algo en el pelinegro. Pero él solo necesitaba explotar lo que venía reteniendo, aprovechando que la llamada aún no era colgada.

—¿Imaginarme contigo? —la voz ronca del pelinegro volvía—. ¿A qué te refieres con eso? Se puede interpretar de muchas maneras

Interpretalo de la forma que más te guste. Interpretalo de todas las formas posibles, Jeon

Creo que ya te deje hablar demasiado

Por favor, prométeme que me enviaras la ubicación para ir por t-...

Adios, Seok Jin.

Jungkook cortaba en contra de su voluntad, muy en contra de su jodida voluntad, pero camino a la ducha se daría su jodida atención para liberar la maldita tensión de aquel llamado telefónico. Finalmente, luego de unos minutos, más que listo y muchísimo mejor vestido que días atrás, Jungkook bajaba las escaleras para salir.

—¿Mamá?

—En la cocina —respondía la mujer.

Al llegar la veía preparando todo para el almuerzo, la mujer levantaba la vista y veía que Jungkook se veía muy apuesto en su camisa negra y jeans demasiado ajustados. Resaltando aquellas piernas musculosas que se cargaba y que sabía muy bien que a su profesor le encantaban.

—Oh ¿Vas a salir? —preguntaba la mujer.

—Si, eso venía a decirte.... veré a un amigo de la universidad —decía intentando parecer relajado.

—Te ves muy apuesto... ¿Será una cita? —decía la mujer más juguetona.

Las mejillas de Jungkook se tornaban rojas.

—Dije que saldré con un amigo, no una chica mamá —señalaba tomando la chaqueta que había dejado en la cocina en la madrugada.

La acercaba a su nariz y la olía, tenía un rico perfume a comparación del olor a cigarro que había traído horas antes.

—La limpié para tí —señalaba su madre.

—Genial, gracias... —se acercaba y besaba su mejilla.

El pelinegro escondía a la perfección sus nervios frente a su madre y, esperaba hacerlo así de bien con Seok Jin.

—Come bien en tu cita —replicaba la mujer.

—Te dije que no saldré con una chica —respondía dejando la cocina.

—¡Yo nunca hice alusión a una chica! —gritaba desde la cocina.

Jungkook suspiraba y negaba, abría la puerta y se iba sin decir nada más.

Seok Jin por su parte iba camino al parque donde Jungkook le había indicado para ir por él, viendo las calles notaba que no estaba lejos de aquella donde había encontrado a Jungkook la primera vez. Reía casi amargamente recordando que ahí había comenzado todo entre ellos.
Recordaba que lo había encontrado con esos golpes en su bonito rostro y luego desde ese momento no había podido mantenerse alejado de él y mucho menos dejar de pensarlo.

Apretaba solo un poco el acelerador, subiendo la velocidad para llegar más de prisa. Necesitaba arreglar las cosas con Jungkook o al menos serle completamente honesto del porque se había alejado. Sería tratado de cobarde, pero la mejor forma de tratar con su hermano y sus asuntos pendientes, era alejando al pelinegro por un tiempo. Jungkook no merecía pagar por el rencor que Do-jin sentía hacía él, ahora con aquel asunto encaminado necesitaba darle al pelinegro todas las respuestas que se había negado antes y contarle las buenas nuevas, que esperaba fueran buenas para éste.

Luego de unas vueltas más y un par de minutos, visualizaba el parque del encuentro, en una de la esquinas notaba a un joven totalmente de negro con una chaqueta de cuero en su mano, su pelo ondulado, camisa negra y jeans jodidamente ajustados.
A Seok Jin se le acababa el oxígeno dentro de su propio auto. Jungkook tenía ese estilo rebelde que lo hacía verse tan irresistible, le robaba la respiración, aquel jean oscuro ajustado marcaba las piernas que el pelinegro tenía y sus manos deseaban tocar y acariciar.

—Dios, es precioso... —susurraba, mientras intentaba estacionar su auto y con la bocina captar la atención del chico.

Al girar Jungkook, se encontraban con el auto y de inmediato era prisionero de sus nervios otra vez. Cómo podía ordenaba a sus pies a moverse en dirección a aquel vehículo, jodido auto en el que también tenían recuerdos ardientes y se maldecia por traerlos a memoria ahora. Seok Jin por su parte lo veía de frente y su rostro con rasgos enseriados lo hacían ponerse nervioso, aunque por otro lado él seguía viéndose como ese niño bonito engreído que había llamado su atención.

Sus primeros tratos volvían a su cabeza, la seriedad con la que Jungkook se manejaba antes de dejarse llevar y comenzar a jugar con él. Sus ojos viajaban del bonito rostro al resto de su cuerpo, notando como el cinturón marcaba aquella fina cintura que el chico poseía, ahora el recuerdo del cuerpo desnudo del pelinegro se imponía en su cabeza haciendo que todo un calor tiñiera su rostro y orejas de rojo.

Finalmente y después de un suspiro, Jungkook abría la puerta del auto para meterse en él.

Posiblemente estemos un capítulo o dos de acabar...siempre tiró un número y termino desarrollando más ʕ·ᴥ·ʔ

Jejeje con amor Niñita Nany 💜

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